Hay motivos para ilusionarse con Nadal: por qué Roma llega en el mejor momento antes de su gran objetivo en Roland Garros

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En Barcelona no pasó de segunda ronda y en Madrid se despidió en los octavos de final, pero Nadal tuvo claro desde que regresó que eso casi era lo de menos. Después de su lesión en Brisbane, en lo que fue su reaparición tras casi un año sin jugar, el manacorí sabía que no había que arriesgar en la que está siendo su última temporada. Por ello no volvió hasta la tierra batida, en donde el culmen será su verdadero objetivo en este 2024: Roland Garros.

Nadal lleva meses pensando en París, en una despedida a lo grande en el Grand Slam del que es el rey absoluto, y aunque pensar en un 15º título es más surrealista que posible siendo un torneo a cinco sets, las remotas opciones que se le podían dar han crecido mucho en estas últimas semanas. El propio tenista admitió que necesitaba rodaje, y disputar el Conde de Godó y el Mutua Madrid Open, pese a no pelear hasta las últimas rondas, se lo ha dado. Y ahora llega el momento de la última gran prueba antes del último baile en su Philippe Chatrier.

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Javier de Paz Fernández

Nadal juega en Roma, el Masters 1.000 del que también es el incontestable gran dominador al haber sido campeón en diez ocasiones y, además, está ante una gran oportunidad de avanzar en el cuadro como preparación inmejorable de cara a Roland Garros por el gran número de ausencias.

Por qué Roma llega en el mejor momento

Nadal llega cada vez mejor a Roma, una situación que contrasta con la plaga de lesiones que está habiendo en los principales nombres del ránking ATP. Carlos Alcaraz, Jannik Sinner o Jiri Lehecka, quien le eliminó en Madrid, serán baja por lesión, Medvedev jugará lejos de su 100% tras retirarse en Madrid. Además del manacorí el otro gran protagonista será Novak Djokovic, vencedor seis veces en la capital italiana pero sin excesivo rodaje al no jugar desde Montecarlo. Pese a ello, son jugadores como Stefanos Tsitsipas o Casper Ruud los que tienen colgado el cartel de favoritos.

Después de despedirse de los dos grandes torneos españoles, a Nadal le toca afrontar su último ATP de Roma. Su cuerpo será el que dictamine si está o no para pelear por el triunfo, pero lo mostrado en Madrid fue cuanto menos ilusionante. Y Rafa siempre es Rafa, pese a que ya ha cumplido 37 años. Porque se acerca París y el manacorí ya huele sangre.