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Jiménez: "Quise que la estancia de Maradona fuera normal, pero era incontrolable"
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Entrevista al exentrenador sevillista

Jiménez: "Quise que la estancia de Maradona fuera normal, pero era incontrolable"

La lesión de los tres laterales izquierdos del Sevilla permitió que debutara. Ahí estuvo 14 años como jugador y diez en los banquillos. Ahora espera una nueva oportunidad laboral

Foto: Manolo Jiménez. (EFE/Georgia Panagopoulou)
Manolo Jiménez. (EFE/Georgia Panagopoulou)

La suerte se unió con Manolo Jiménez (Arahal, Sevilla, 1964) cuando se lesionaron los tres laterales izquierdos del Sevilla. Ahí le llegó su momento y no le falló a Manolo Cardo, que le dio la camiseta de titular. Desde ese día, sumó 14 temporadas en el primer equipo.

Su periplo como sevillista estuvo cargado de momentos icónicos. El primero llegó cuando ficharon a Maradona, al que le cedió voluntariamente el brazalete de capitán. Luego llegó la manifestación para evitar que el equipo se fuera a Segunda B. Y el año siguiente llegó el descenso a Segunda.

Jiménez volvió al Sevilla para entrenar al filial cuando Monchi fue nombrado director deportivo en el 2000. Tras la salida de Juande Ramos, le llegó la oportunidad de sentarse en el banquillo del Sánchez Pizjuán. También tuvo tiempo de salvar al Zaragoza y de pasar por Las Palmas. Tras su última experiencia en Grecia, aprovecha para ver todo el fútbol que puede, deseando que el teléfono vuelva a sonar y tenga una nueva oportunidad laboral.

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Pregunta: ¿A qué se dedica ahora tras su experiencia en Grecia?

Respuesta: Desde que regresé, además de ver todo el fútbol que puedo, me cuido físicamente para estar en forma cuando vuelva a trabajar. También estoy estudiando y haciendo cursillos.

P: ¿Cómo fueron los inicios de aquel niño que soñaba con ser futbolista?

R: Como cualquier chaval de pueblo, yo jugaba en la calle, en el colegio… Mis profesores vieron en mí condiciones, algo que yo no sentía. A mí me seleccionaba cualquier equipo de Arahal cuando se enfrentaban al de otro municipio. Luego llegué al equipo infantil del pueblo y con 15 años fiché por el Sevilla amateur.

P: Su debut fue con Manolo Cardo en el banquillo. ¿Cómo recuerda ese día?

R: Fue accidentado. Manolo era un entrenador que apostaba mucho por la cantera porque creía en ella. El partido se disputó un sábado y recuerdo que entrené con el primer equipo sólo uno o dos días. Fue una casualidad porque se lesionaron los tres laterales izquierdos. En ese momento, yo estaba en el Sevilla Atlético. Debuté en Valladolid y fue un caos. Ellos tenían una buena delantera: Da Silva, Yáñez… Mi juventud, sumado al poco tiempo de adaptación al equipo, hizo que el rival se pusiera pronto por delante (2-0). Pensaba que me culparían mí, pero Cardo no hizo ningún cambio. Finalmente, completé una buena actuación y empatamos (3-3).

P: El portero de aquel equipo era Paco Buyo, que sólo jugó siete partidos en la Selección. ¿Cree que estaba infravalorado?

R: En el Madrid no juega cualquiera. Él tenía unas grandes cualidades y otras mejorables. Era rápido bajo palos, valiente, le costaba un poco la salida, aunque la mejoró… En aquellos tiempos, tenía algo que la mayoría no controlaba y que es muy importante actualmente, el juego con los pies. Era de los mejores de la época y no creo que estuviera infravalorado.

placeholder Manolo Jiménez, en su etapa en Las Palmas. (EFE/Ángel Medina)
Manolo Jiménez, en su etapa en Las Palmas. (EFE/Ángel Medina)

P: En 1985, al poco de su llegada al primer equipo, Luis Cuervas accedió a la presidencia. ¿Cómo era?

R: Conmigo tuvo muy buena relación. Era difícil ser canterano y hacer grandes contratos. En aquel momento, el Sevilla apostaba por traer tres buenos jugadores de fuera, cuyos contratos eran los mejores. Por eso se iban bastante canteranos. Sin embargo, yo seguí en el club a pesar del interés de varios equipos. Primero, porque me sentía muy cómodo. Segundo, porque tanto Cuervas como el resto del consejo confiaban en mí. En el Sevilla, nunca cumplí un contrato, sólo el último. Siempre me renovaban dos o tres años antes de que finalizara.

P: ¿Qué equipos se interesaron en usted?

R: Se habló, e inclusive llegué a tener conservaciones, con el Madrid de Mendoza, con el Atleti de Gil y el Súperdepor de Lendoiro. Esos son los que yo supe porque en aquella época el jugador no se enteraba de casi nada.

"Era complicado hacer buenos contratos en el Sevilla si eras canterano"

P: Con Cuervas llegaron los grandes extranjeros. El primero fue Dassaev, del que se recuerdan sus dos caídas al foso de la universidad…

R: Aquel consejo hizo una buena labor porque fichó a grandes extranjeros. Fue un orgullo que el Sevilla se hiciera con el mejor portero del momento. Cuando llegó, Dassaev se encontró con un mundo diferente al de la URSS. Su estancia fue complicada, especialmente porque llegó con una rodilla muy lesionada. Cuando estaba mínimamente bien, era un portero increíble. Fue el mejor del mundo durante décadas.

P: ¿Es el mejor que ha visto?

R: De la época sí. En el Sevilla nunca estuvo al 100% por sus problemas de rodilla. Era increíble bajo palos, aunque tenía problemas en el juego con los pies. Eso sí, en el juego aéreo no había otro como él.

P: En 1990, usted fue convocado al Mundial de Italia. ¿Fue una sorpresa?

R: Estaba convencido de que iba a ir porque jugué como titular los ocho partidos de clasificación. Si no me lesionaba o cambiaban al seleccionador, era factible que fuera convocado. Además, había varios equipos interesados en mí y me estaban saliendo bien las cosas. Me sorprendió la primera vez que me llamaron, cuando debuté contra Argentina (1-1).

P: El seleccionador era Luis Suárez. ¿Qué tal la relación con él?

R: Muy buena. Era un hombre muy cercano y cordial a pesar de ser un mito tanto en España como en Italia. Tenía una gran visión del fútbol.

P: ¿Cómo fue el ambiente en aquella concentración? Aquel Mundial fue el del famoso "me lo merezco" de Míchel…

R: El ambiente entre los jugadores era bueno. La Selección también ha cambiado porque antes había muchos integrantes del Madrid, un número similar del Barcelona y esporádicamente algunos de otros equipos. Ir a la Selección sin jugar en Madrid o Barça tenía muchísimo mérito. Actualmente, son convocados los que destacan. Siempre saltaban noticias negativas de aquella Selección porque no hicimos un buen Mundial; se esperaba mucho de aquel equipo porque estaba La Quinta del Buitre y los españoles del 'Dream Team' de Cruyff.

P: ¿Qué le faltó a ese equipo para consagrarse?

R: Lo que está ocurriendo en los últimos años. No es sólo seleccionar a los mejores, sino interrelacionarlos y hacer que funcionen. España siempre ha tenido muy buenas individualidades, pero pocas veces se comportó como un conjunto. Ahora hay más concentraciones, convocatorias, el seleccionador viaja más… La Selección pudo ganar un Mundial antes de 2010 merecidamente.

P: Volvamos al Sevilla. Cuervas fichó a Polster, al que sólo Hugo Sánchez privó de ser máximo goleador. Supongo que sería difícil pararle en los entrenamientos…

R: Era un jugador, a pesar de su corpulencia, muy potente en carrera. Además, cubría muy bien el balón porque se defendía bien con los antebrazos, tenía buena técnica… Aunque era alto, su fuerte no era el juego aéreo. Lo mejor que tenía era la pegada con su pierna izquierda. Es uno de los delanteros más completos de la historia del Sevilla.

placeholder Iván Zamorano. (EFE/Martín Alipaz)
Iván Zamorano. (EFE/Martín Alipaz)

P: ¿Cuán grande era la ambición de Luis Cuervas? Con él también llegaron Suker, Zamorano y Maradona.

R: El problema era que el Sevilla hacía una buena temporada y se marchaban tres o cuatro jugadores. Llegaban otros de la misma calidad y, cuando volvían a hacer un buen papel, también se iban. Normalmente, nos clasificábamos para la UEFA, que era un logro importante. Cada año era volver a empezar y por eso nunca llegamos a cotas más altas. El bloque se podría haber mantenido durante un periodo medio, pero los proyectos siempre eran a corto plazo.

P: ¿Qué tal Zamorano?

R: Polster y Suker tenían más calidad, pero él tenía más corazón y temperamento. Además, no he visto a nadie elevarse como él. En la época anterior, se hablaba de Santillana. Zamorano se sacrificaba al 100% por el equipo.

"Los proyectos de aquel Sevilla siempre eran a corto plazo"

P: Zamorano estuvo sólo dos años, pero Suker se quedó cinco. El croata se adaptó a la perfección a la idiosincrasia sevillana…

R: Sí, era un sevillano más. Técnicamente era un superdotado porque su zurda era increíble. Caía muy bien a banda, pero sus movimientos arriba eran tremendos. Al igual que Polster y Zamorano, triunfó en el Sevila y en el resto de los equipos que jugó.

P: Lo que más impactó de aquel Sevilla de los 90 fue el fichaje de Maradona. ¿Cómo recuerda a Diego?

R: Alucinamos cuando nos convocaron para decirnos que venía Maradona. No nos hacíamos a la idea de su repercusión mediática y deportiva. Nos hizo mejores a todos. Por sus problemas, había partidos que le costaban. Muchos decían que jugábamos con diez, pero cuando él estaba en el campo éramos 12. Como compañero y futbolista, un diez. Fue una pena que sus males le afectaran y se comieron al mito. Al héroe.

P: ¿El vestuario lo ayudó para alejarse de esos males?

R: Bilardo era muy cauteloso y un gran psicólogo deportivo. A los mayores del vestuario, nos decía que rodeásemos a Maradona. Que lo invitásemos a compartir momentos con nosotros sin hacer nada raro. Diego era un mito y el mejor futbolista del mundo. Era difícil contradecirlo. Yo le cedí el brazalete voluntariamente el día que llegó. Intenté que su estancia fuera normal, pero todo lo que movía era incontrolable. Eso se escapa de las manos de cualquiera.

P: Cualquier cosa que hacía era noticia.

R: Totalmente. En el vestuario era Diego Armando Maradona, el futbolista y uno más. Cuando salía, tenía una corte de personas que convivían con él. Eso era otro mundo. Era el más humilde de todos los miembros del vestuario. Cuando no estaba en sus cabales, cometía errores. Era un enfermo.

P: Él encontró en Sevilla la libertad que perdió en Nápoles y se quería quedar mucho tiempo. ¿Por qué cambió de idea?

R: No sé. No llegó a un entendimiento de la directiva. Él era un tipo muy temperamental y sabía que, a pesar de cerrarse una puerta, otras se abrían.

placeholder Bilardo y Maradona en Sevilla. (Getty Images/El Gráfico)
Bilardo y Maradona en Sevilla. (Getty Images/El Gráfico)

P: Bilardo marcó a aquel vestuario. ¿Usted se considera bilardista?

R: Yo me considero una persona que ha aprendido muchísimo de Bilardo. Él sacaba el máximo rendimiento de los jugadores e iba un paso por delante de todos. Tenía un grandísimo corazón. No me considero bilardista; me considero un entrenador que ha aprendido de los que he tenido: Bilardo, Luis Aragonés, Cardo, Cantatore, Camacho, Luis Suárez… El Narigón primaba el resultado al juego. Eso sí, después de los años que llevo en el fútbol, te digo que cuando ganas es porque juegas bien.

P: ¿Alguna extravagancia con Bilardo? Algunas de sus anécdotas son increíbles…

R: Era un gran estratega. Anécdotas con él tenemos miles, pero la mayoría quedan para nosotros.

P: Alguna se podrá contar…

R: Sí, la mayoría se podría contar porque no es nada ilegal. Él controlaba todo lo que se cocía en el partido. También Luis Aragonés, que decía que tenía el culo pelado de montar en moto. He tenido la suerte de aprender de ellos.

"Luis Aragonés siempre iba con la verdad por delante y nunca mentía al jugador"

P: ¿Qué tal el trato con Luis Aragonés?

R: De diez. Sólo tengo palabras de agradecimiento porque fue una época difícil para mí. Estuve un año sin jugar por la muerte de mi padre y una lesión que tuve. Su comportamiento conmigo fue extraordinario. Luego me hice indiscutible con él, tanto como central en la defensa de tres o como lateral izquierdo. Me llenó mucho porque era de esos entrenadores que siempre van con la verdad por delante y que nunca mienten al jugador. Hablaba clarito y a la cara, tanto él como Bilardo.

P: Simeone llegó el mismo año que Maradona. ¿Demostró su carácter desde el primer día?

R: Sí, sí. Era un jugador ejemplar en el campo e importante. Siempre pedía el balón, recuperaba, metía goles… Era un todoterreno.

P: En aquel equipo también estaba Pinedita, del que Maradona dijo: "Tiene pasta de crack, será de los mejores del mundo". ¿Qué le faltó para ser una estrella?

R: En el fútbol hacen falta más cosas además de las condiciones. Pinedita tuvo a Maradona delante y era complicado que jugara más. Técnicamente, es de los mejores jugadores que yo he visto. De la Peña era un futbolista muy similar.

P: El año antes del descenso, el Sevilla no se fue a Segunda B por una multitudinaria manifestación que derivó en la Liga de 22 equipos. ¿Cómo fue aquello?

R: Nunca vi a tantas personas en la calle. El Sevilla se ganó jugar en Europa y querían que descendiera a Segunda B por un error burocrático. A un club hay que juzgarlo por sus méritos deportivos para descenderlo. Otra cosa son las sanciones económicas impuestas por incumplir la ley. Hubiera sido más lógico sancionar al equipo. La suerte que tuvo el Celta es que le tocó con el Sevilla. Si llega a ser otro equipo, los vigueses se hubieran ido a Segunda B.

P: El año siguiente el Sevilla descendió. ¿Qué falló aquella temporada?

R: Muchos frentes. Tuvimos muchos cambios de presidente, accionistas que se querían hacer con el club… Eso lastró deportivamente al equipo. Hubo jugadores que se quisieron marchar tras el supuesto descenso a Segunda B, no había dinero para fichar a buenos futbolistas, se iban grandes jugadores y no veían reemplazos tan buenos… Cuando algo empieza a ir mal, si no se pone freno se va todo al traste. El equipo descendió a Segunda cuando unos meses antes defendimos al club con ilusión, tanto aficionados como jugadores, para que no se fuera a Segunda B.

P: Monchi fue nombrado director deportivo en el 2000. Ese año, usted se convirtió en el entrenador del filial. ¿Cómo se gestó su llegada?

R: Yo iba a entrar en el Sevilla con la llegada de Monchi. Me dieron la posibilidad de ser segundo de Caparrós o quedarme en las categorías inferiores. Fue algo por lo que aposté y salió bien. Elegí ser cabeza de ratón antes que cola de león.

P: En el filial tuvo a Ramos y a Navas. ¿Se imaginó que serían campeones del mundo?

R: He tenido unos futbolistas increíbles en el Sevilla Atlético. Ellos fueron campeones del mundo, pero muchos más podían haberlo sido. Podría hacer una alineación que sería de los mejores de España ahora. Estoy muy orgulloso de mis años en el filial. Del Nido y los directivos me pedían, por encima de todo, que los chavales llegaran al primer equipo. No hubo un año que no subieran tres o cuatro con los mayores. Esta es la lista: Navas, Ramos, Puerta, Antoñito, Capel, Perotti, Fazio… No sólo llevamos a jugadores al primer equipo, también llegamos a Segunda.

placeholder Sergio Ramos y Jesús Navas. (EFE)
Sergio Ramos y Jesús Navas. (EFE)

P: ¿Qué le pasó a Capel?

R: Ha triunfado en el fútbol. Era un jugador rapidísimo, habilidoso, que jugaba siempre por la izquierda… Yo lo hice jugar por la derecha porque el fútbol estaba evolucionando y eran pocos los entrenadores que confiaban en los extremos puros. La mayoría de equipos jugaban con interiores a pierna cambiada y eso le perjudicó. El partido que le ganamos al Barça de Guardiola (1-2) fue con él por la derecha y jugó muy bien. Tenía que haber empezado antes a jugar ahí para tener más posibilidades. Actualmente, también triunfaría.

P: De Sergio Ramos destacan su carácter. No si a usted le echó algún pulso…

R: Nunca. Me tenía y me tiene un gran respeto. Lo subí al filial sin pasar por los juveniles. En poco tiempo, le pasé informes a Caparrós de su capacidad. Los que confiamos en él no nos equivocamos. Es un hombre con un gran carácter, pero una buena persona. Yo me considero una persona con carácter, pero eso no conlleva ser problemático. Hay que mostrar el carácter en el campo, algo que él hacía.

P: De Navas, en cambio, resaltan su timidez y su arraigo a la ciudad. ¿Es así?

R: Sí, estaba muy arraigado a su pueblo, a su familia, al Sevilla… Él entrenaba con el filial, pero jugaba los partidos con el primer equipo en la pretemporada. Le costaba salir de su entorno cercano, pero venció esa timidez.

P: Usted se convirtió en entrenador del Sevilla tras la salida de Juande Ramos. ¿Era conveniente para su carrera o hubiera sido mejor continuar en el filial?

R: Los trenes pasan cuando pasan. Cuando cogí el equipo, había jugadores veteranos, otros que se querían ir, estaba reciente la muerte de Puerta, el Sevilla era décimo… Nos sentamos en el banquillo y conseguimos que el equipo se clasificara para la Europa League. Luego, dos veces a la Champions. Estoy muy orgulloso de mi estancia en el primer equipo.

P: A usted lo despidieron cuando el equipo era quinto y estaba clasificado para la final de Copa. ¿Qué ocurrió?

R: La exigencia era muy alta y se optó por el despido. Decir que he estado casi tres años en el Sevilla es algo bueno porque hay pocos entrenadores que lo hayan conseguido. En cuanto a los resultados, se están superando ahora algunos récords que logramos en 2008. No se harían muy mal las cosas.

placeholder Manolo Jiménez. (EFE/Paco Puentes)
Manolo Jiménez. (EFE/Paco Puentes)

P: El presidente era Del Nido. ¿Le sorprendió cómo acabó?

R: Es un tema profesional suyo. Él fue un gran presidente. En cuanto a lo ocurrido, cumplió con la justicia y nada puedo decir.

P: ¿Se inclina por su regreso o prefiere a Pepe Castro?

R: Yo estoy con el Sevilla. Pepe Castro también es mi amigo y está haciendo las cosas muy bien. No tengo ningún problema con nadie. Son sevillistas y quieren lo mejor para el club, así que tienen mis respetos.

P: Usted pasó por el Zaragoza, al que salvó milagrosamente en 2012. Ese año dejó el famoso "siento vergüenza" tras una derrota ante el Málaga (5-1). ¿Cómo fue aquello?

R: Yo llegué con el equipo hundido, a nueve o diez puntos de la salvación. Jugábamos contrarreloj porque sólo nos quedaba la segunda vuelta. En ese partido frente al Málaga, me di cuenta de que el periodo de adaptación ya se había acabado. Yo no entendía algunas cosas y lo dije claro en el vestuario: no podíamos seguir así e invité a salir a todo aquel que no estuviera dispuesto a darlo todo. En la rueda de prensa fui rotundo. Nos sobró medio tiempo aquel día porque el equipo no compitió en la segunda parte y yo sentí vergüenza. A partir de ahí, los jugadores lo entendieron y fuimos un cohete.

P: Vamos ahora con la actualidad. ¿Cree que el Sevilla peleará la Liga esta temporada?

R: Ya lo hizo el año pasado. Este Madrid y Barcelona no son iguales de potentes que los de años atrás, pero son grandes equipos. El Sevilla puede dar el salto en cualquier momento, pero ganar la Liga no debe ser una exigencia. Es una posibilidad.

"Soy cristiano y no me avergüenzo de ello"

P: ¿Es un fracaso la eliminación en la Champions?

R: Los resultados son circunstancias del juego; lo importante es la actitud que muestran y el camino que quieren seguir. La eliminación ha sido un mazazo porque nadie contaba con ello. El Sevilla era el mejor equipo de su grupo, pero el fútbol es así de caprichoso. No han hecho una buena fase de clasificación y ha sido eliminado justamente.

P: ¿Cree que ahora es el favorito en la Europa League al jugar la final en casa?

R: Tienen que pasar muchas eliminatorias. Por supuesto, al Sevilla lo mirarán como un favorito en esa competición porque es el que más la ha ganado. Para los demás, será un referente. Si además de estar capacitado le sonríe la suerte, puede ganar el título de nuevo.

P: Usted salía de costalero en la ‘madrugá’. ¿Lo sigue haciendo?

R: Siempre avisaba al presidente que daría todo, pero que necesitaba estar ese día ahí. La ‘madrugá’ no me la puedo perder siempre que haya posibilidades. He hecho verdaderas locuras por estar ese día en Arahal.

placeholder Manolo Jiménez, de costalero en Arahal. (EFE)
Manolo Jiménez, de costalero en Arahal. (EFE)

P: ¿Desde cuándo es usted apasionado de la Semana Santa?

R: Desde que mi padre me llevaba de la mano. No recuerdo ningún año en el que no haya celebrado, como cristiano, la Semana Santa y la Navidad. Eso va en los genes de la familia. Yo respeto a la gente que se va a la playa en Semana Santa porque todos no tienen por qué tener esa fe. Para mí, no sólo es ver las procesiones, ahí estoy celebrando algo en lo que creo. Soy cristiano y no me avergüenzo. Actualmente, si lo dices, se pueden reír de ti.

P: ¿Qué ha echado más de menos, la gente en los estadios o las procesiones en las calles?

R: Ambas cosas. La fe y la alegría de la gente en la calle se echaban tanto de menos como el público en los estadios.

La suerte se unió con Manolo Jiménez (Arahal, Sevilla, 1964) cuando se lesionaron los tres laterales izquierdos del Sevilla. Ahí le llegó su momento y no le falló a Manolo Cardo, que le dio la camiseta de titular. Desde ese día, sumó 14 temporadas en el primer equipo.

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