Los aplaudidores de Rubiales le suben el sueldo a su testaferro, pero le retiran el piso

La semana pasada, casualmente el mismo día que estaba previsto que se conociera el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre la monserga de la Superliga y, aunque esto sí que no se podía prever, a la misma hora que José Manuel Rodríguez Uribes tomaba posesión de su cargo como presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) celebró una asamblea general extraordinaria que pasó completamente inadvertida.

Con la presencia de tan solo 73 de los 139 asambleístas —ahora 138 por la dimisión de Luis Rubiales—, la mayoría de ellos aplaudidores del inhabilitado expresidente, y numerosos invitados para disimular el aforo de un desangelado salón de actos Luis Aragonés, dicha asamblea se inició con el informe del presidente de una federación que no tiene presidente. Como tal ejerció quien únicamente preside la comisión gestora de la RFEF, Pedro Rocha, el testaferro de Rubiales que aspira a quedarse en su puesto y, de momento, ya cobra su sueldo de 29.619,46 euros mensuales, después de impuestos.

Tras el discurso de Rocha, fue Elvira Andrés, la secretaria general en funciones tras el despido de Andreu Camps, quien tomó los mandos para llevar la asamblea a una velocidad de vértigo. Al igual que el día elegido, también en esto se notó la mano de Tomás González Cueto, el comisionado de control externo de la RFEF, quien, sentado en primera fila, se ocupó de que todo saliera como estaba previsto. Así, tanto la "aprobación del presupuesto" como "las retribuciones salariales para el año 2024", aunque en realidad solo se preguntó por la del presidente, salieron adelante sin ningún problema.

Las ausencias más llamativas en la asamblea

De hecho, solo hubo una pregunta de los asambleístas, entre los que, además de los representantes del fútbol profesional, cabe destacar las ausencias de Salvador Gomar, presidente de la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana, quien consideró que la asamblea era ilegal e intentó boicotearla, Paco Díez, presidente de la Real Federación de Fútbol de Madrid, contrario también a Rocha, aunque en su caso no acudió por motivos de salud, así como la del de la Federación Vasca de Fútbol, Javier Landeta.

El resto de presidentes de territoriales, los llamados barones, sí parecen estar por la labor de apoyar al okupa Rocha, de ahí la imperiosa necesidad de que la orden ministerial que el dimitido presidente del CSD Víctor Francos no terminó de redactar y que ahora le tocará sacar adelante a Uribes incluya que estos no sean miembros natos de la asamblea de la RFEF. Esto se antoja complicado, salvo que el Gobierno se tome en serio de una vez el Deporte y Sánchez no se deje aconsejar por el presidente del Comité Olímpico Español (COE), el otrora hermano de Rubiales, que mantiene una estrecha relación con Cueto.

Solo asistieron 73 de los 139 asambleístas

Cabe recordar que a los 19 presidentes de territoriales, que son miembros natos, hay que sumar 20 representantes electos de los clubes profesionales, 29 de los no profesionales, 13 de los futbolistas profesionales y 18 de los no profesionales, seis entrenadores de Primera y Segunda y 10 no profesionales, cuatro árbitros de Primera y Segunda y siete de otras divisiones, además de cinco clubes de fútbol sala, cuatro futbolistas, dos entrenadores y un árbitro.

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En total, 138 miembros, a los que, como indicábamos antes, en circunstancias normales habría que sumar al presidente de la RFEF y llegar así a los 139, pues Pedro Rocha, por más que así lo quiera parecer y aspire a serlo en unas elecciones que ya deberían haber sido convocadas, en realidad solo preside la Federación Extremeña de Fútbol.

Eduardo Bandrés, tesorero de la comisión gestora, fue el encargado de presentar un presupuesto de 392.103.113 euros, lo que supone un aumento del 2,55% respecto a 2023, que fue aprobado con 70 votos a favor, dos en contra y una abstención. A continuación se sometió a votación mantener el mismo sueldo que en 2023 para el presidente, aunque como tal no lo haya, con un incremento del IPC.

Curiosamente, se suprimió la ayuda a la vivienda que recibía Rubiales, por la que este también fue denunciado ante el CSD. Si bien, esta denuncia, como el resto de las muchas que recibió José Manuel Franco, nunca fue elevada al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD). Y eso que en el caso del extremeño estaría justificado al no estar empadronado ni residir en la Comunidad de Madrid. En este caso, el resultado fue de 69 votos a favor, ninguno en contra y cuatro abstenciones.

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La presencia en primera fila de palmeros de Rubiales como Juan José Martínez, el presidente del inoperativo sindicato Futbolistas ON que tiene a su cofundadora y directora general, Tamara Ramos, de baja "por ansiedad por maltrato", y Reyes Bellver, representante de Futpro, el otro sindicato que sobrevive gracias a las subvenciones federativas, demuestran que nada ha cambiado ni cambiará en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. De hecho, en otro gesto de clara complicidad con el pasado, Rocha incluso les agradeció su presencia.

Tal y como comentábamos al inicio, esta asamblea general extraordinaria de la RFEF coincidió con la toma de posesión de José Manuel Rodríguez como quinto presidente del CSD de la era Sánchez. Un acto que, al igual que en el caso del defenestrado Víctor Francos, sin duda el gran ausente, no quiso perderse Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid recibió el mismo trato reverencial que la ministra Pilar Alegría y su antecesor, el saliente Miquel Iceta. Con el futuro de la RFEF en el aire, en el CSD tienen mucho trabajo y la clave será si Uribes hace lo que debe o que le digan lo que debe hacer. Rubiales no está, pero el rubialismo continúa...