Los herederos del cortijo de Rubiales, a la gresca: "Pedro Rocha y Paco Díez casi llegan a las manos"

Cada día que pasa, no solo está más claro que Pedro Rocha tiene decidido presentarse a las elecciones a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), sino que de hecho ya está en campaña. De ahí sus acercamientos a LaLiga, la Liga F o el sindicato AFE, conversaciones con el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, la constitución de una comisión mixta junto al Consejo Superior de Deportes (CSD) y las jugadoras, su protección al estamento arbitral e, incluso, una reunión con el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, gran defensor de su "hermano" Luis Rubiales, junto a su común amigo Pedro Sánchez.

Claro que, lo más grave de todo, es que Rocha está haciendo estos movimientos aprovechándose de su cargo al frente de la comisión gestora de la RFEF, e incumpliendo así ese deber de neutralidad por el que cabe recordar que cayó el expresidente Ángel María Villar. Cuando Rubiales anunció su dimisión, el elegido para quedarse al frente de la RFEF fue el extremeño, un dato que habla por sí solo y del que, quiera o no, ahora no puede desmarcarse.

De hecho, fue el único de los vicepresidentes al que no destituyó, precisamente para despejarle el camino, pues sí lo hizo con Miquel Bestard (expresidente de la Federación Balear), Maximino Martínez (expresidente de la del Principado de Asturias), Antonio Suárez (Canarias), Rafael del Amo (Navarra), quien se supone que había dimitido, Joan Soteras (Cataluña), Salvador Gomar (Comunidad Valenciana), Pablo Lozano (Andalucía) y Elvira Andrés.

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Del mismo modo que desde el primer momento se vio a Rocha como testaferro de Rubiales, siempre pareció claro que si el resto de presidentes de territoriales le daban su apoyo, era porque consideraban que su homólogo de la extremeña no llegaba para quedarse. Es decir, que había asumido la interinidad porque así se lo había pedido Rubiales, aunque no se presentaría a las elecciones para elegir al nuevo presidente. Sin embargo, Pedro parece haberle cogido gusto al cargo y a andar por Las Rozas como por su casa y quiere seguir, lo cual está generando las primeras tensiones entre los llamados barones, como, por ejemplo, la vivida el pasado martes 24 de octubre.

Una reunión en la que marcó distancias

Tal y como se informó desde la RFEF, "en la reunión mantenida en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas con los presidentes territoriales, Pedro Rocha dio cuenta de los pasos que se han ido dando y las decisiones tomadas en las últimas semanas, una vez estabilizada la institución federativa". "Asimismo, ha querido mostrar la importancia de “caminar juntos” en esta etapa de transición y continuar avanzando en el progreso del fútbol, tanto en España como en el resto de los territorios. El presidente de la comisión gestora ha vuelto a reiterar su intención de tender puentes y retomar el diálogo con los distintos actores del fútbol, dejando atrás los conflictos existentes, en pro de los intereses de este deporte en España", añadía el mismo comunicado.

Como puede comprobarse, tanto en el fondo como en las formas, Rocha ha empezado a marcar territorio y distancias con respecto al resto de sus compañeros de las territoriales, lo cual molesta a la mayoría de estos y, de manera especial, al presidente de la Real Federación de Fútbol de Madrid (RFFM), Paco Díez, uno de los primeros en pedir oficialmente la convocatoria de elecciones, "para que haya un cambio de consenso y de unidad, pues después de mes y medio no se han hecho los cambios que se tenían que hacer". "En este momento, quien toma las decisiones es el presidente de la gestora, Pedro Rocha. Los demás ni cortamos, ni nos informan", se quejó el madrileño en una entrevista con el diario AS.

Una discusión que se fue calentando

En otra con la Agencia EFE, Díez cuestionó que "los presidentes de las territoriales no hayamos sido informados de las decisiones del presidente de la gestora sobre despidos de empleados y su coste", al tiempo que denunció "el daño que se ha hecho a la imagen de la institución a nivel mundial por el caso Rubiales", con quien el madrileño al principio estuvo enfrentado. Según él, "porque estaba muy intoxicado de algunas cosas, aunque conocerle personalmente me ayudó y convenció. Ahora vamos de la mano en todo. Nunca ningún presidente ha estado tan apoyado", añadió. Normal que, según una persona que estaba presente, Paco Díez discutiera airadamente con Pedro Rocha. "Casi llegan a las manos", comenta el mencionado testigo, para confirmar que los herederos de Rubiales están a la gresca.

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El hecho de que el expresidente de la RFEF haya sido inhabilitado por la Comisión Disciplinaria de la FIFA durante tres años de todas las actividades relacionadas con el fútbol a nivel nacional e internacional debería bastar para que ninguno de quienes estuvieron a su lado pensara siquiera en presentarse a las elecciones. Además de que sigue dejando en evidencia al TAD, sobre el que planea la alargada sombra de Tomás González Cueto, que todavía no ha resuelto la denuncia con la que el CSD intentó hacer lo que sí ha hecho el máximo organismo del fútbol mundial.

Es verdad que los tiempos de un organismo y otro son distintos, pero una vez más parece claro que la gestión que el Gobierno ha hecho del caso Rubiales ha sido siempre a contrapié. Es el precio a pagar por haber protegido al expresidente y una lección para no volver a hacer lo mismo con cualquiera de quienes estuvieron con él hasta justo antes de caer. Pedro Rocha el primero, pero también Paco Díez o Salvador Gomar, de momento los tres que parecen postularse, de ahí las tiranteces entre ellos. Las ansias de poder y seguir viviendo del fútbol y no para el fútbol, ya se sabe...