La llamativa ausencia de Rocha en la foto de la paz tras el final de "la tiranía" para el fútbol femenino

"Después de una época de tiranía siempre llega una de construcción", dijo Beatriz Álvarez durante su intervención en la gala con la que la Liga F, la competición femenina de fútbol profesional que preside, celebró su segundo año de historia. Huelga decir que la asturiana se refería principalmente al dimitido presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, quien tantas trabas puso siempre al crecimiento del fútbol femenino y, paradójicamente, cayó por su bochornoso comportamiento en el Mundial ganado por la Selección femenina, después de haber recibido numerosas denuncias por motivos tanto o más graves.

"Teníamos la sensación que los organismos e instituciones nos estaban arrinconando y poniendo verdaderas dificultades para los retos que teníamos. Nos sentimos solas y atacadas. Se puso en serio riesgo la independencia de la Liga F y cómo decidir nuestro futuro, pero esto ya lo hemos superado", añadió Beatriz Álvarez en alusión también al Consejo Superior de Deportes (CSD), cuyo presidente, Víctor Francos, estuvo en primera fila junto a Javier Tebas, Javier Lozano y Servando Revuelta, presidentes de LaLiga, la Liga Nacional de Fútbol Sala y la ASOBAL, respectivamente.

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Como puede comprobarse, la gran ausente volvió a ser la RFEF. El presidente del simulacro de comisión gestora que está al frente de ella, Pedro Rocha, había confirmado su asistencia, pero, según explicó su homóloga de la Liga F, no pudo asistir por un viaje de última hora. "Había que escenificar este momento de paz y me ha pedido que de alguna manera resaltara su compromiso. Gracias en mayúsculas por el apoyo y por firmar esa foto de la paz", explicó Beatriz Álvarez. En este sentido, cabe destacar la presencia de clubes como el Real Madrid y el FC Barcelona, habitualmente distantes con LaLiga, por más que en este caso fuera la Liga F.

En el madrileño Teatro Eslava, lugar donde tuvo lugar la gala, no faltaron quienes tras la ausencia de Pedro Rocha vieron la mano de Tomás González Cueto. El todavía asesor jurídico externo de la RFEF desde el despacho GC Legal del que es socio-director era, junto al despedido Andreu Camps, el brazo armado de Rubiales. Al igual que el catalán, Cueto fue miembro del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) y de la Comisión de Arbitraje Deportivo del Comité Olímpico Español (COE), además de expresidente de la Junta de Garantías Electorales del CSD, toda una paradoja dada la situación que vive la RFEF en esta materia.

Cabe recordar que, como consecuencia del llamado caso Rubiales y la situación de incertidumbre que se vive en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, el Ministerio de Cultura y Deporte sacó a la luz la semana pasada el borrador de la nueva orden ministerial destinada a regular los procesos electorales de todas las federaciones. Y lo hizo con cambios relevantes destinados a una mayor democratización, igualdad, inclusión y, quizás lo más necesario de todo en el ámbito de la gestión del deporte español, buen gobierno.

De la cláusula anti-Piqué a la cláusula anti-Rubiales

Con respecto a este último, se han incluido medidas como que no puedan presentarse a miembros de las asambleas generales ni a las presidencias aquellos candidatos que incurran en causas de incapacidad, incompatibilidad, inelegibilidad o hayan sido condenados por sentencia firme por los órganos disciplinarios de federaciones o tribunales deportivos nacionales o internacionales. Tal y como sucedió con la llamada cláusula anti-Piqué en la nueva Ley del Deporte, en la que se incluyó que ningún jugador en activo podrá tener relaciones comerciales con una competición en la que participe, suena a una cláusula anti-Rubiales, curiosamente los dos protagonistas de un asunto como el de Arabia Saudí que está en los juzgados.

De este modo, es evidente que, después de ver lo caro que le ha salido al Gobierno de Sánchez proteger a Rubiales, Francos deberá mantener cierta distancia con respecto a todos aquellos directivos del dimitido expresidente que puedan estar moviendo sus hilos para lograr que poco o nada cambie en la RFEF. Desde presidentes de territoriales implicados en la Operación Soule, como Jacinto Alonso (La Rioja), José Miguel Monje (Murcia), José Ángel Peláez (Cantabria), Diego Martínez (Melilla) y Antonio Gaona (Ceuta), al inhabilitado durante siete años para empleo o cargo público Rafael Louzán (Galicia), si bien ha presentado recurso, pero también el propio Pedro Rocha (Extremadura).

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"Rocha no puede presentarse a las elecciones de la RFEF", asegura Miguel Galán, quien se ha convertido en su azote remitiéndose al borrador de la orden ministerial, pues el presidente del simulacro de comisión gestora de la RFEF fue condenado por el TAD por incumplir el deber de neutralidad. "Hay que aclarar que el expediente al que me refiero por el que Pedro Rocha no se puede presentar a las elecciones a la presidencia de la RFEF es el 132/2017, que nada tiene que ver con el otro donde se le inhabilitó dos meses, pero prescribió porque no se logró notificárselo. En el que yo aludo se le condenó, se le notificó y él recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia, el cual confirmó la resolución del TAD", explica el presidente de CENAFE, quien tiene en jaque el futuro de la RFEF.