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La RFEF pone fin a la persecución de Rubiales a su tío Juan, cuyo honor ha quedado restituido
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A LUIS NO LE BASTÓ CON DESPEDIRLE

La RFEF pone fin a la persecución de Rubiales a su tío Juan, cuyo honor ha quedado restituido

La Real Federación Española de Fútbol ha desistido de seguir adelante con la querella que su expresidente puso al que fuera su jefe de Gabinete, el primero en denunciar sus conductas

Foto: Juan Rubiales, exjefe de Gabinete de la RFEF. (Sergio Beleña)
Juan Rubiales, exjefe de Gabinete de la RFEF. (Sergio Beleña)

La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha desistido de seguir adelante con la querella que su expresidente, Luis Rubiales, puso a su propio tío, además de exjefe de Gabinete, Juan Rubiales, a quien, antes incluso de despedir, acusó de haber filtrado información, "en una conspiración contra el fútbol español y su presidente". Tal y como puede comprobarse en el documento con fecha 25 de septiembre al que ha tenido acceso este diario, la RFEF envió al Juzgado de Instrucción N.º 3 de Madrid un escrito de desistimiento en referencia "a los recursos interpuestos contra la Providencia de 19 de septiembre y el Auto de 6 de febrero".

Ahora que todo el mundo ha descubierto quién ha estado al frente del fútbol español durante los últimos cinco años, incluido el Gobierno que tanto le protegió y ha sido incapaz de inhabilitarle, hay que destacar que Juan Rubiales fue el primero en denunciar la conducta de su sobrino. Lo hizo en una declaración voluntaria ante la Fiscalía Anticorrupción en la que, entre otras cosas, destapó la famosa "fiesta en un chalé privado de Salobreña" pagada con dinero de la RFEF, a la que se invitó a "un grupo de ocho o diez chicas jóvenes" y cuando Luis Rubiales, como actualmente hace su testaferro Pedro Rocha, curiosamente presidía una comisión gestora.

Foto: Luis Rubiales, presidente de la RFEF. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Tras las salidas de Rubi y su secretario general, Andreu Camps, y a la espera de que produzcan las del comisionado de control externo, Tomás González Cueto, y el responsable del departamento legal de la RFEF, el salobreño Pedro González Segura, parece evidente que en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas tienen claro que Juan Rubiales era y es inocente de haber cometido los delitos de "apoderamiento ilícito del secreto empresarial, difusión, revelación y cesión del secreto empresarial y descubrimiento y revelación de secretos", por los que se pedía para él una pena de entre cinco y ocho años de cárcel. Además de que seguir recurriendo no iba a ninguna parte, toda vez que se trataba de un empecimiento personal del expresidente.

placeholder Luis Rubiales, entre Camps y Cueto, durante la Asamblea General de la RFEF. (EFE)
Luis Rubiales, entre Camps y Cueto, durante la Asamblea General de la RFEF. (EFE)

Primero, al museo y, luego, a la calle

Aunque en un primer lugar, concretamente el 10 de diciembre de 2020, Juan Rubiales fue apartado de su cargo y enviado a dirigir el Museo de la RFEF, su despido se produjo el 1 de julio de 2022. Sin embargo, ahí no quedó la cosa, pues previamente su sobrino había ordenado querellarse contra él y acusarle de haber robado y filtrado datos de su teléfono móvil personal. La querella fue sobreseída en febrero de este año, la RFEF recurrió la decisión de la magistrada, pero el pasado mes de junio esta lo desestimó.

De este modo, tras la decisión de la RFEF de desistir en seguir adelante con esta querella, las acusaciones que se vertieron desde la RFEF contra Juan Rubiales, a quien en un medio estrechamente vinculado al aparato propagandístico del expresidente, incluso se le llegó a tildar de "traidor", no solo ha quedado claro que eran falsas, sino que, después de la caída de Rubiales y, sobre todo, las circunstancias en las que esta ha tenido lugar, la honorabilidad de quien fuera su jefe de gabinete y, a pesar de todo, sigue siendo su tío, ha sido restituida. Lo mismo que la credibilidad, de ahí su decisión de romper su silencio en el momento en el que lo hizo.

Foto: El seleccionador nacional de fútbol, Luis de la Fuente. (EFE)

"Nunca imaginé que iba a terminar de esta manera tan esperpéntica", explicó Juan Rubiales en la entrevista concedida a este diario cuando su sobrino fue suspendido por la FIFA, que no por el Gobierno, en lo que fue la antesala de su dimisión. "Sabía que tarde o temprano iba a caer porque no tenía talla para ser presidente de la Federación. Ha muerto por su soberbia y su arrogancia", añadió este veterano periodista que, después de casi tres años viviendo un auténtico infierno, solo espera volver a la normalidad y reincorporarse a la vida laboral.

La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha desistido de seguir adelante con la querella que su expresidente, Luis Rubiales, puso a su propio tío, además de exjefe de Gabinete, Juan Rubiales, a quien, antes incluso de despedir, acusó de haber filtrado información, "en una conspiración contra el fútbol español y su presidente". Tal y como puede comprobarse en el documento con fecha 25 de septiembre al que ha tenido acceso este diario, la RFEF envió al Juzgado de Instrucción N.º 3 de Madrid un escrito de desistimiento en referencia "a los recursos interpuestos contra la Providencia de 19 de septiembre y el Auto de 6 de febrero".

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