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La amenaza de la prevaricación planea sobre Franco por su protección a Rubiales
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VÍCTOR FRANCOS LE HA DEJADO EN EVIDENCIA

La amenaza de la prevaricación planea sobre Franco por su protección a Rubiales

La Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte pide que el recurso de apelación a su querella al expresidente del CSD se traslade al Supremo al estar aforado por ser senador

Foto: Víctor Francos, Miquel Iceta y José Manuel Franco en el CSD. (EFE/Sergio Pérez)
Víctor Francos, Miquel Iceta y José Manuel Franco en el CSD. (EFE/Sergio Pérez)

Como reza el refrán, de aquellos barros, estos lodos. El 3 de noviembre del año pasado, la Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte se querelló contra el entonces presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), José Manuel Franco. El delito del que se le acusaba al ahora senador socialista, prevaricación administrativa por omisión. Es decir, tomar una decisión de manera arbitraria, a sabiendas de su injusticia. El motivo, no trasladar al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) la denuncia de dicha asociación contra Luis Rubiales en mayo "por hechos relacionados con la organización de la Supercopa de España de fútbol en Arabia Saudí".

Sin embargo, el Juzgado de Instrucción N.º 37 de Madrid no admitió a trámite la querella, según los denunciantes, porque hubo un informe negativo del fiscal, quien podría haberse visto influenciado por la Fiscalía General del Estado. No en vano, hay que recordar que este cargo lo ocupó la exministra de Justicia del Gobierno de Pedro Sánchez Dolores Delgado, quien unos meses después fue sustituida por Álvaro García Ortiz. La prevaricación administrativa por omisión es un delito penal que se castiga con la inhabilitación especial para empleo o cargo público por un tiempo de entre nueve y 15 años.

Foto: Francos, Iceta y Franco, en la toma de posesión del primero. (EFE/Sergio Pérez)

"Es un tema muy importante y no se puede despachar con titulares de prensa", aseguró el mencionado Franco sobre las numerosas denuncias que recibió el CSD por los presuntos comportamientos irregulares del suspendido —por la FIFA, no por el Gobierno— y dimitido presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que fueron destapados por este diario en los llamados Supercopa Files. "Las estudiaremos detenidamente, pero hay que ser rigurosos y, en función de lo que recojan, llevar el caso al TAD... o no", añadió el secretario de Estado para el Deporte, quien, tras divulgarse los primeros audios de Piqué y Rubiales sobre la idea de llevarse la Supercopa de España a Arabia Saudí, no se cansó de repetir aquello de que no le parecía "ni ético, ni estético", aunque no hizo absolutamente nada.

Lo más curioso es que José Manuel Franco hizo estas declaraciones en presencia de Víctor Francos, mano derecha del ministro Miquel Iceta desde su cargo ad hoc de secretario general de Cultura y Deporte, que ahora no solo ocupa su puesto al frente del CSD, sino que fue quien más empeño puso para que el TAD inhabilitara a Rubiales cuando aún no había dimitido. Lo hizo sin éxito, pues el mismo tribunal al que Franco ninguneó le abrió expediente por dos infracciones graves, pero no muy graves, de manera que no pudo suspenderle cautelarmente como, ahora sí, pretendió el Gobierno de Sánchez, devorado por el monstruo que el "amigo Pedro" creó.

placeholder Franco, junto a Rubiales, en presencia del rey Felipe VI y el presidente de la FIFA, Infantino. (EFE/Ballesteros)
Franco, junto a Rubiales, en presencia del rey Felipe VI y el presidente de la FIFA, Infantino. (EFE/Ballesteros)

Tal y como informamos en este diario, cuando en ese mes de mayo de hace un año Franco hablaba de que "se impone la prudencia", lo que realmente pretendía era proteger a Rubiales, algo que ha quedado claro. El órgano competente para una eventual suspensión cautelar del expresidente de la RFEF era la Comisión Directiva del CSD, aunque supeditado a que el TAD iniciara expediente disciplinario. De ahí que resultara imprescindible que el gallego le remitiera las diferentes denuncias, precisamente lo que Francos no dudó en hacer, incluso presentando él mismo una, tras el bochornoso comportamiento de Rubiales en la final del Mundial femenino.

El papel de Soler y el papelón de Iceta

Cuando la denuncia de la Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte llegó al CSD, su entonces director general, Albert Soler, aconsejó a Franco que le diera traslado al TAD y que fuera este el que, como es su obligación, decidiera si había que inhabilitar o no a Rubiales, quien estaba a unos días de la celebración de la asamblea general en la que se iba a parapetar. El consejo de Soler contaba incluso con el visto bueno del ministro Iceta. Sin embargo, el secretario de Estado para el Deporte dijo que iba a consultarlo "con la Moncloa", como le gustaba decir a él, donde sabido es el respaldo que el dimitido presidente de la RFEF ha tenido durante estos años.

Tras conocer que El Confidencial iba a publicar una serie de informaciones que comprometían seriamente su de por sí nefasta gestión al frente de la RFEF, el primero al que Rubiales llamó fue a Miquel Iceta para ponerle sobre aviso de algunas cosas que podían salir, aunque posteriormente, tras escuchar las grabaciones tanto a Irene Lozano como a José Guirao, el ministro de Cultura y Deporte se sintió engañado, de ahí que diera el visto bueno a que las denuncias recibidas en el CSD contra él fueran trasladadas al TAD. Sin embargo, como decimos, no fue así y ello provocó una situación que unos meses después terminó con la dimisión del mencionado Albert Soler, de quien la RFEF, a través de su destituido secretario general, Andreu Camps, quiso vengarse denunciándole, si bien el juez rechazó su imputación.

Foto: Víctor Francos, presidente del CSD, en rueda de prensa. (EFE/Quique García)

Aunque solo sea por aquello de que el tiempo acaba poniendo a cada uno en su sitio, con Luis Rubiales dimitido y Víctor Francos al frente de un CSD que si no llega a ser por lo sucedido en la final de Sídney a buen seguro seguiría protegiendo al suspendido —por la FIFA, no por el Gobierno— y dimitido presidente de la RFEF, quién sabe si aquella querella por prevaricación administrativa por omisión acaba con José Manuel Franco en el Tribunal Supremo, donde la asociación que preside Miguel Galán ha solicitado que se dé traslado su recurso de apelación, dada la condición de aforado del ahora senador.

Tal y como desveló Juan Rubiales, su tío y ex jefe de Gabinete en la RFEF, "antes de que llegara a la Moncloa, Luis ya tenía contacto con Pedro Sánchez. Se enviaban mensajes, le apoyaba cuando dejó de ser secretario general. Hablaron de que Tebas era de derechas y le dijo que él era socialista y que a su abuelo le habían fusilado en la Guerra Civil. Pero es mentira, murió en la cama". De ahí la paradójica situación que supondría que la protección que el Gobierno le ha dispensado a Rubiales durante estos cinco años terminara con una condena por prevaricación al franquismo, pues, sin pretenderlo, Francos ha dejado en evidencia a Franco.

Como reza el refrán, de aquellos barros, estos lodos. El 3 de noviembre del año pasado, la Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte se querelló contra el entonces presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), José Manuel Franco. El delito del que se le acusaba al ahora senador socialista, prevaricación administrativa por omisión. Es decir, tomar una decisión de manera arbitraria, a sabiendas de su injusticia. El motivo, no trasladar al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) la denuncia de dicha asociación contra Luis Rubiales en mayo "por hechos relacionados con la organización de la Supercopa de España de fútbol en Arabia Saudí".

José Manuel Franco Luis Rubiales Consejo Superior de Deportes (CSD)
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