La DGT desvela cómo funcionarán sus nuevos radares de tramo: así deberás circular

En su afán por reducir la siniestralidad en las carreteras españolas, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha asegurado que, además de seguir vigilando el uso de los cinturones de seguridad y realizar controles de alcohol y drogas, instalará un total de 88 radares de tramo durante 2024. El organismo apuesta así por alejarse de los radares fijos.

“Nos parece más justo”, aseguró Pere Navarro, director general de la DGT. “Cualquiera puede pasarse el límite de velocidad” de los radares fijos, mientras que, en un radar de tramo, donde la velocidad media se calcula durante varios kilómetros, superar la velocidad “ya tiene más miga”, dijo en declaraciones recogidas por Europa Press el pasado mes de marzo.

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Jorge García González

Este tipo de cinemómetros pretenden evitar los frenazos de los conductores al llegar a un radar para cumplir con el límite de velocidad marcado para luego volver a acelerar una vez rebasado. De este modo, la idea del organismo de Tráfico es ir instalándolos de forma progresiva en los próximos meses en las carreteras del país.

¿Qué es un radar de tramo y cómo funcionan?

Según informa la DGT en su cuenta de X (antes Twitter), “los tramos con la velocidad controlada equipan cámaras de visión artificial”. Estas están “situadas en ambos extremos del tramo, calculan la velocidad media de cada vehículo y sancionan a los que superen el límite”. Además, pueden instalarse indistintamente en autopistas, autovías y carreteras convencionales.

El conductor sabrá en todo momento que un radar de tramo está próximo porque vendrá señalizado con antelación mediante las pantallas informativas de los pórticos que se encuentran en la carretera o las señales habituales situadas a la derecha del arcén.

Dos cámaras situadas en ambos extremos del tramo calculan la velocidad media del vehículo y sancionan si se supera el límite

A la entrada del tramo, las cámaras graban la matrícula del vehículo, por lo que este deberá circular a una velocidad adecuada durante todo el trayecto, que puede extenderse durante varios kilómetros. Al final del tramo, un sistema similar al anterior reconoce de nuevo la matrícula y un ordenador relaciona las dos imágenes y comprueba los tiempos de entrada y salida del tramo y calcula su velocidad media. Si esta supera el límite de velocidad, habrá infracción y, por tanto, se tramitará la multa pertinente.