El gol de Iceta a Feijóo: evita la huelga, contenta a Florentino y por fin le para los pies a Rubiales

Aunque la nueva ley del deporte aún debe pasar por el pleno del Congreso de los Diputados y el Senado, un acuerdo de última hora entre el Gobierno y LaLiga hizo posible que las votaciones de la Comisión de Cultura y Deporte del Congreso no pusieran el fútbol español en pie de guerra. A diferencia de su colaborador más cercano, Víctor Francos, posicionado del lado de Florentino Pérez y su adlátere Luis Rubiales en la cruzada que le tienen declarada a Javier Tebas, la firme voluntad del ministro Miquel Iceta sí fue la de buscar una solución que satisficiera a los 39 clubes que defienden una "ley del deporte para todos" y no solo para dos. Entre tanto, el Athletic de Bilbao se ha quedado en tierra de nadie tras desmarcarse públicamente de Real Madrid y FC Barcelona.

Mientras el secretario de Estado para el Deporte se mantenía en una posición muy tibia —"Una ley no puede ir contra nadie, tiene que ser facilitadora. Quiero ser optimista y estar convencido de que al final pueda haber una solución que, si no deja plenamente satisfechos a todos, al menos deje medianamente insatisfechas a todas las partes", dijo José Manuel Franco en Sabadell—, Iceta tuvo claro que la situación era tan delicada que hacía falta menos talante y más talento. A pocas horas de la reunión de la mencionada Comisión de Cultura y Deporte, no era momento para las buenas palabras, sino para movimientos inteligentes y una gestión competente. Así fue como el catalán no solo encontró una solución al conflicto, sino que, de rebote, dejó en evidencia a sus adversarios políticos.

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Conocedor de que el PP había retirado sus enmiendas y tenía previsto —como así hizo— votar en contra de la presentada por Ciudadanos, el ministro le hizo un regate al partido que preside Alberto Núñez Feijóo, al presentar a última hora una enmienda transaccional, es decir, aquella que tiende a alcanzar un acuerdo por aproximación entre las enmiendas ya formuladas y el texto original del artículo o del dictamen. De esta manera, salvó el artículo 89, al que el PP no tuvo más remedio que adherirse y que solo contó con la negativa de Vox. Fue así como desactivó la principal razón por la que 39 clubes de LaLiga estaban dispuestos a ir a un parón de la competición que, sobra decirlo, hubiera puesto a muchas aficiones en contra del Gobierno.

Aunque resulte toda una paradoja, la solución fue tan sencilla como mantener los artículos de la ley del deporte de 1990, de manera que no se mejoraba, pero tampoco se empeoraba... Con el añadido de que también contentaba a Florentino Pérez, ya que no hace incompatible participar en una competición como su ansiada Superliga con mantener la licencia para jugar en España, algo que tampoco corresponde decidir a LaLiga, y a la que deja en evidencia es a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), en tanto en cuanto es esta la que debería velar por los intereses de la UEFA y su gran competición de clubes como es la Champions.

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Como es sabido, además de que a día de hoy solo la apoyan tres equipos, Real Madrid, FC Barcelona y Juventus de Turín, los todopoderosos clubes ingleses están bloqueados por un acuerdo entre su Gobierno y la Premier, la Superliga está pendiente de lo que dictamine el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre si la UEFA ha incurrido en abuso de posición dominante. El 15 de diciembre, el abogado general del TJUE publicará su opinión no vinculante, mientras que la sentencia de la corte comunitaria se emitirá en 2023. Es por ello que a LaLiga tampoco le preocupaba demasiado este asunto, cosa que, como antes comentábamos, en circunstancias normales no se entendería en el caso de la RFEF, aunque estando Rubiales de por medio es más que entendible. ¿Qué pensarán en la UEFA?

De esta forma, LaLiga salvó dos de las tres cuestiones que afectaban a las ligas profesionales. La más importante, por estratégica, la referida a explotación de los derechos comerciales y audiovisuales. No de forma explícita, tal y como le hubiera gustado a su presidente para tener una mayor seguridad jurídica, pero sí en el mismo marco en el que hasta el momento siempre ha salido victorioso de los juzgados. Es decir, sin cláusulas de escape que podían provocar que acuerdos como el que ya está en marcha con CVC se fueran al traste al no poseer cobertura en la nueva ley e incluso con posibles penalizaciones para los clubes. De hecho, tras la reunión de este miércoles de su comisión delegada, desde LaLiga agradecieron a los representantes de los grupos políticos recoger el "sentir de la voluntad de 39 clubes de diferentes realidades" y celebraron la enmienda al artículo 47 "que mantiene el marco competencial vigente a todos los efectos comerciales".

Evitar otro caso Rubiales-Piqué

La segunda enmienda que salvó LaLiga, esta sí de manera rotunda y en contra de lo que pretendía Rubiales, fue la relativa al informe previo y favorable de las ligas en cualquier reforma que su federación pretenda y afecte al deporte profesional. En la nueva ley del deporte seguirá existiendo esta obligación cuando, por ejemplo, por parte de la RFEF haya propuestas para cambiar los estatutos de la competición liguera, ya sea para tener más o menos equipos o para que los partidos puedan jugarse los viernes y lunes. Nada de esto podrá pasar sin que antes el Consejo Superior de Deportes (CSD) reciba un informe previo y favorable por parte del organizador de la competición, en el caso de la de fútbol, LaLiga.

Por si esto fuera poco, y en una decisión que deja cuestionado a José Manuel Franco sobre su inacción con Rubiales, al artículo 47 de la nueva ley del deporte se le añadió una nueva enmienda con la que se quieren evitar nuevos casos como el escándalo de la Supercopa en Arabia Saudí y las negociaciones que, tal y como desveló El Confidencial, mantuvieron el presidente de la RFEF y un jugador en activo y participante en la propia competición, Gerard Piqué. "Para la organización de estas actividades y competiciones deportivas oficiales de ámbito estatal, no se podrá establecer relación comercial con un deportista en activo susceptible de participar en las mismas", puede leerse en el texto.

De esta forma, la única enmienda retirada por el PP que se quedó como estaba al no ser restaurada por el PSOE fue la referida a la Superliga. Ya durante el debate en la Comisión de Cultura y Deporte del Congreso, el diputado popular Javier Merino argumentó que "nuestro objetivo es estar al margen hasta que resuelva la Justicia". Esta fue la excusa que se le ocurrió al riojano para defender la postura de su presidente, Núñez Feijóo, quien decidió retirar las enmiendas tras una llamada de su amigo Florentino Pérez.

Las indiscreciones de Víctor Francos...

Tal y como informó Relevo y ya comentamos en este diario, se lo confesó el indiscreto Víctor Francos a un grupo de representantes de clubes de LaLiga tras la reunión de la semana pasada: "Yo estaba viendo que el PP os la iba a jugar, ¡es que lo sabía! (...) El presidente del Real Madrid habló con el director general de Deportes del CSD [Albert Soler] y le comentó sus líneas rojas". Todo esto después de que el secretario general de Cultura y Deporte alardeara de que "todos me dicen que si soy amigo de Florentino" o de haberse "tomado una cerveza" con Javier de Jaime, consejero de CVC, el fondo de inversión con el que tiene un acuerdo LaLiga.

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Con estas premisas, el día amaneció con negros nubarrones, hasta el punto de que el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, no se cortó a la hora de asegurar que "el Parlamento no está para hacer la voluntad de Florentino Pérez, sino para defender el interés general, y si 39 de 42 equipos entienden que se ven perjudicados por el texto actual, habrá que modificarlo. No concebimos que de esta Cámara pueda salir una ley que provoque por primera vez en décadas que pare la liga de fútbol. Porque hay 39 de 42 clubes que entienden, con informes jurídicos detrás, que esto va a poner en peligro su viabilidad económica". Dicho y, aunque fuera in extremis, hecho con 18 votos a favor, seis en contra y 13 abstenciones.

Aunque solo fuera para no dar la razón al grupo parlamentario de Vox, desde donde denunciaron que "el deseo del PSOE es apoyar a caciques federativos de su cuerda", Iceta no solo evitó la huelga velando por los intereses de 39 de los 42 clubes de LaLiga, sino que por fin le paró los pies a Rubiales. En cuanto al presidente del Real Madrid, ya lo dijo Javier Tebas: "Florentino nunca pierde". Esta vez tampoco lo hizo, aunque tampoco puede decirse que ganara. El que salió ganando fue el fútbol español, que acabó "incómodamente satisfecho"...