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Francos, de 'protector' de Rubiales a ser incapaz de ejecutarlo y dejar en evidencia al Gobierno
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JUNTO A SU ANTECESOR JOSÉ MANUEL FRANCO

Francos, de 'protector' de Rubiales a ser incapaz de ejecutarlo y dejar en evidencia al Gobierno

Tal y como confirmó Juan Rubiales, el actual secretario de Estado para el Deporte negoció con Camps y Cueto la protección del presidente de la RFEF, al que ahora no ha podido suspender

Foto: Víctor Francos, presidente del CSD, en rueda de prensa. (EFE/Quique García)
Víctor Francos, presidente del CSD, en rueda de prensa. (EFE/Quique García)

"Concedo esta entrevista porque puedo esclarecer muchas cosas". Esta es una de las razones por las que Juan Rubiales, tío y ex jefe de gabinete del suspendido —por la FIFA— presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), decidió romper su silencio en El Confidencial y El Mundo. Aunque es lógico que en ambas entrevistas los titulares se los llevaran asuntos tan escabrosos como Salobreña o Arabia, hubo una respuesta del tío Juan que aclara, no solo la sistemática protección que su sobrino Luis ha recibido del Gobierno de Sánchez, sino concretamente quién ha sido la persona que se ha encargado de ella. Sí, paradójicamente, el mismo que ha sido incapaz de ejecutarle, ya sea por incompetencia, un exceso de complicidad o ambas cosas.

Así, cuando a Juan Rubiales le preguntaron si el expresidente de la RFEF pidió la protección al Gobierno ante los escándalos en los que se vio envuelto, la respuesta es muy reveladora: "Probablemente, porque se produjeron reuniones entre el secretario general de la RFEF, Andreu Camps, hombre sibilino, duro y sin escrúpulos, y el abogado Tomás González Cueto, mano derecha y brazo armado de Rubiales, con Víctor Francos, actual presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), que entonces era el segundo del ministerio". Sí, Camps y Cueto, casualmente dos exmiembros del Tribunal Administrativos del Deporte (TAD), y Víctor Francos, quien indiscretamente presumió y se delató al comentar que "todos me dicen que si soy amigo de Florentino".

Foto: El ministro de Deportes Miquel Iceta y presidente saliente del CSD, José Manuel Franco, asisten a la toma de posesión de Víctor Francos Díaz. (EFE/Sergio Pérez)

Es decir, que, según desvela su tío, Rubiales no recurrió ni al entonces secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Franco, ni a su director general, Albert Soler, el único que no solo no se achantó ante sus amenazas, sino que le plantó cara. De ahí que, en vista de que ni el ministro Miquel Iceta ni su presidente le apoyaran, acabó harto y presentó su dimisión. Lo cual, dicho sea de paso, no le evitó sufrir una persecución desde la RFEF por el llamado caso Negreira del que tanto tienen que callar en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, además del presidente del Real Madrid. Un Florentino Pérez que no quiso perderse la toma de posesión de Francos.

El hecho de que el presidente del CSD tuviera demasiadas contemplaciones con Rubiales, incluso después de su bochornoso espectáculo tras la final del Mundial femenino, provocó que la FIFA fuera la primera en suspender por 90 días al presidente de la RFEF, sin duda el primer varapalo que se llevó el Gobierno de Sánchez, en funciones, pero una vez más sin funcionar. Quizás por intimar más de la cuenta en el viaje de vuelta de Australia, Francos se creyó que el ya suspendido presidente de la RFEF se lo iba a poner fácil dimitiendo en la pantomima de Asamblea que convocó. Sin embargo, no fue así y desde ese momento el secretario de Estado para el Deporte no sólo ha sido víctima de su incompetencia, sino también de la de su antecesor.

Primero Franco, y después Francos, tuvieron seis meses para realizar el desarrollo reglamentario al que hace mención la disposición transitoria tercera de la nueva Ley del Deporte de 2022. Sin embargo, y especialmente el ahora senador, debieron de estar muy ocupados presumiendo de su nueva ley, que no lo hicieron. De ahí que cuatro de los seis miembros del TAD, los considerados afines a Cueto y, por extensión, a Rubiales, se aferraron a la Ley del Deporte de 1990 para no declarar sus actos como muy graves y de este modo evitar que pudiera ser suspendido por el CSD, precisamente lo que Camps y Cueto buscaron con la no dimisión de Rubi.

placeholder Francos y Rubiales, durante la visita de la reina Letizia a la Selección antes del Mundial. (EFE/José Jiménez)
Francos y Rubiales, durante la visita de la reina Letizia a la Selección antes del Mundial. (EFE/José Jiménez)

Y eso que el pasado jueves, tras la reunión que el TAD mantuvo por la tarde, todo hacía indicar que, después de la típica llamada para meter presión, se había producido un empate a tres entre los seis miembros del tribunal, aunque el valor doble del voto de su presidente inclinaba la balanza del lado de los intereses del Gobierno. Sin embargo, desde primera hora del viernes, el día que, como informamos en este diario, iba a conocerse por fin la resolución, la cosa cambió y acabó como acabó. Con Iceta convocando una rocambolesca rueda de prensa y Rubiales asomando la cabeza para acusar al Gobierno y volver a señalar a Jenni Hermoso.

Franco y los nuevos miembros del TAD

Tal y como informó Iusport, el pasado mes de abril la Comisión Directiva del CSD, todavía con José Manuel Franco al frente, tuvo que designar a los tres nuevos miembros del TAD que reemplazaban a Julián Espartero, Cristina Pedrosa y Jesús Avezuela, quienes dejaron este tribunal al haber expirado su mandato. De los tres, uno correspondía al cupo de los propuestos por las federaciones y dos a propuesta del propio presidente del CSD.

Además de dejar uno de sus puestos sin cubrir, de ahí que en las votaciones pudiera haber empate, al ser seis y no siete, Franco se dejó colar a Jaime Caravaca Fontán, hasta entonces secretario del propio tribunal, quien se da la circunstancia de que es sobrino de Ramón Caravaca, abogado de un despacho externo que trabaja para la RFEF y ha defendido a su suspendido presidente, de ahí que hace unos días fuera recusado por el sindicato AFE y la asociación que preside Miguel Galán. Una vez más, el trabajo sin hacer.

Pero hay más. Aunque Francos dijo que solo iban a enviar al TAD su propia denuncia, este viernes el CSD emitió un comunicado en el que informó que también trasladó las de Ágora, AFE, la Asociación de Mujeres para el Deporte Profesional, la Federación de Asociaciones de Mujeres Arena y Laurisilva, Juntos por España, la Liga Profesional de Fútbol Femenino, Miguel Ángel Galán y Sumar, además de otros ocho escritos de particulares. Qué curioso que esto no sucediera con las denuncias recibidas en su momento contra el propio Rubiales por casos como los del piso, Arabia Saudí, Salobreña, el espionaje a Aganzo...

placeholder Francos, Iceta y Franco, en la toma de posesión del primero en el CSD. (EFE/Sergio Pérez)
Francos, Iceta y Franco, en la toma de posesión del primero en el CSD. (EFE/Sergio Pérez)

Las denuncias de los Supercopa Files

Desde Iusport instaron al CSD a aprovechar este momento para enviar al TAD todas las denuncias sobre los famosos Supercopa Files, ya que, como muy bien explicaron, "en aquel momento, José Manuel Franco se amparó en una argumentación que cualquier juez rebatirá cuando llegue el momento, según la cual, al existir causas judiciales sobre los mismos hechos, el CSD debía paralizar sus actuaciones, lo que fue utilizado como pretexto para no enviar al TAD las denuncias". El problema es que de haberlo hecho, Franco muy bien podría haber sido acusado de prevaricación. De hecho, ya fue denunciado por ello, aunque nunca se supo nada.

Claro que, además de la evidente protección del Gobierno de Sánchez a la RFEF durante todos estos años, lo mismo en sus permanentes conflictos contra LaLiga que contra el fútbol sala o el fútbol femenino, ya es casualidad que quien ha sido el principal valedor de Rubiales, Víctor Francos, no haya sido capaz de suspenderle. El hecho de que tras la resolución del TAD fuera el ministro Iceta quien compareciera en rueda de prensa, deja claro que en Moncloa ya no se fían de él. Normal después del esperpento del lunes, en el que el presidente del CSD volvió a convocar a los medios en Tarragona y, lo peor, sin tener nada que decirles.

Foto: Pedro Sánchez y Luis Rubiales, en la Ciudad del Fútbol. (EFE/Javier Lizón)

Tras el varapalo que supuso que el TAD no considerara los actos de Rubiales como muy graves, mientras el Gobierno sigue defendiendo que sí lo fueron, Iceta se sacó de la manga que el CSD insta al TAD a suspenderle provisionalmente e incluso anunció que estudia la posibilidad de recurrir en vía contencioso-administrativa la decisión que este tribunal le comunicó este viernes. Es decir, que de asegurar, como en tantas ocasiones, que en el CSD recibieron denuncias contra Rubiales, que ellos no podían entrometerse, ahora resulta que lo han hecho ante un "abuso de autoridad" y "unos actos notorios y públicos que atentan a la dignidad y decoro deportivos". Unos hechos que, incluso para alguna de las mujeres que componen el TAD, no son faltas muy graves, como probablemente hubieran sido otros que nunca les llegaron...

"Concedo esta entrevista porque puedo esclarecer muchas cosas". Esta es una de las razones por las que Juan Rubiales, tío y ex jefe de gabinete del suspendido —por la FIFA— presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), decidió romper su silencio en El Confidencial y El Mundo. Aunque es lógico que en ambas entrevistas los titulares se los llevaran asuntos tan escabrosos como Salobreña o Arabia, hubo una respuesta del tío Juan que aclara, no solo la sistemática protección que su sobrino Luis ha recibido del Gobierno de Sánchez, sino concretamente quién ha sido la persona que se ha encargado de ella. Sí, paradójicamente, el mismo que ha sido incapaz de ejecutarle, ya sea por incompetencia, un exceso de complicidad o ambas cosas.

Consejo Superior de Deportes (CSD) José Manuel Franco Luis Rubiales Real Federación Española de Fútbol
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