Sueldazo, bonus y coche de lujo: Rocha tampoco acabó con el despilfarro en la Mutualidad

Lo que son las cosas. El pasado 26 de junio, Pedro Rocha recibió de manos de Víctor Francos la placa de bronce de la Real Orden del Mérito Deportivo con la que el presidente del Consejo Superior de Deportes (RFEF) premió a la Mutualidad de Futbolistas en su 75 aniversario. El extremeño, que estuvo acompañado por José Elías Gallegos, director general, y Emilio Escotet, subdirector general, recogió este importante reconocimiento en su condición de presidente de la citada entidad.

La Mutualidad de Previsión Social de Futbolistas Españoles a Prima Fija (Mupresfe), que así es como se llama, es, tal y como puede leerse en su página web, "una aseguradora, sin ánimo de lucro, cuyo objeto es la cobertura de sus mutualistas, con licencia de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) o de las federaciones territoriales". "Este galardón reconoce y premia la aportación histórica de la mutualidad al deporte del fútbol, en el cuidado de la salud de federados", podía leerse el comunicado que hizo la propia Mupresfe.

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Poco más de dos meses después de este acto, el mencionado Pedro Rocha se convirtió también en presidente interino de la RFEF como consecuencia de la suspensión por parte de la FIFA de Luis Rubiales, quien, tras verse obligado a presentar la dimisión, le escogió para que se pusiera al frente de la comisión gestora a la espera de la convocatoria de unas elecciones que aún no se sabe cuándo y cómo se celebrarán.

Aunque es evidente que el extremeño ha querido marcar distancias con quien le dejó su despacho, además de coche y chófer, y ya veremos si también su suculento sueldo, los cambios en la Ciudad del Fútbol de La Rozas se han limitado a los despidos de Andreu Camps, Miguel García Caba y Pablo García-Cuervo, además del seleccionador femenino, Jorge Vilda. Basta con ver a Rocha en la gala del Balón de Oro celebrada el pasado lunes junto a Elvira Andrés, Rafael del Amo y Ana Álvarez, para comprobar que todo sigue igual.

José Elías Gallegos, un hombre de Rubiales

Lo cierto es que ya como presidente de la Mutualidad de Futbolistas, Rocha dejó bastante que de desear, pues resulta paradójico que, siendo una entidad sin ánimo de lucro, su director general, el mencionado José Elías Gallegos, tenga un sueldazo mensual de 8.000 euros netos y un bono anual de 30.000 que cobra en abril. "No sé cuál es la justificación para ponérselo", comenta una persona que conoce bien la Mutualidad. "Supuestamente, llegó para limpiarla y corregir los hábitos de José María Castillón, su antecesor en el cargo y que cobraba un sueldo de la Mutualidad y otro de la RFEF, donde ejercía como Administrador General", añade.

"Por si esto fuera poco, también en especie, un coche de alta gama en concepto de renting, antes un Mercedes y ahora un BMW, que le supone a la Mutualidad un coste adicional de unos 1.400 euros al mes", asegura la misma fuente. Como puede comprobarse, se refleja el mismo despilfarro que se ha producido, y en algunos casos aún se sigue produciendo, en la RFEF desde la llegada de Rubiales. De hecho, a Gallegos se le considera un miembro más de la guardia pretoriana que tenía el de Motril, aunque el expresidente en realidad naciera en Canarias.

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Cabe recordar que hace unos años la Mutualidad de Futbolistas fue sometida a una inspección que apuntó a que había 12 millones de euros mal o nulamente documentados, lo que puso de manifiesto el descontrol de esta entidad y llevó al Gobierno a tomar medidas especiales. Y algo que también es importante tener en cuenta es que las delegaciones que Mupresfe tiene por toda España las controlan los presidentes de las territoriales.

Una vez más vuelta a lo mismo. Para cambiar la RFEF hay que cambiar primero a las personas que hasta ahora la han manejado a base de ese clientelismo que Rubiales aprendió de Villar y llevó al extremo hasta su caída por la suspensión de la FIFA, que ahora también le ha inhabilitado. Como Al Capone, posiblemente tuvo que dimitir por la denuncia menos grave —aunque sin duda la más bochornosa— de todas las que ha recibido y se acumulan en los juzgados.