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La operación "EEUU secuestró 3.000 bebés": en América Latina, Rusia ya ganó la partida
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La operación "EEUU secuestró 3.000 bebés": en América Latina, Rusia ya ganó la partida

Los canales de desinformación rusa han encontrado una apuesta segura en el Sur Global. Desde allí, su propaganda está más arraigada que en los países occidentales

Foto: La silueta de un hombre junto a los logotipos de la NSA y Wikipedia. (Reuters/Dado Ruvic)
La silueta de un hombre junto a los logotipos de la NSA y Wikipedia. (Reuters/Dado Ruvic)
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El pasado 28 de marzo, el canal de Telegram de El Zoom, uno de los programas estrella de la cadena rusa RT en Español, lanzó un post titulado "Operación Babylift: cómo los estadounidenses robaban a niños vietnamitas". El post afirmaba: "Tras la derrota en la guerra de Vietnam, EEUU secuestró a miles de bebés vietnamitas y los envió a ese país, donde les esperaban padres adoptivos", y concluía: "¡Y esta gente se atreve a acusar a Rusia!".

Las intenciones del mensaje eran bastante transparentes: relativizar la orden de arresto decretada por el Tribunal Penal Internacional contra el presidente ruso, Vladímir Putin, y la comisionada para los Derechos del Niño, Maria Alekseyevna Lvova-Belova, acusados de posibles crímenes de guerra por la deportación ilegal de niños ucranianos. Esta práctica de desviar la atención hacia los abusos y acciones cuestionables del adversario al verse señalados —que los analistas de desinformación anglosajones denominan whataboutism, término para el que no existe una traducción en castellano— es una vieja táctica rusa, desde los tiempos de la URSS, en que los diplomáticos soviéticos estaban bien versados.

Foto: Varios soldados, en la sede del Grupo Wagner. (Reuters/Igor Russak)

Pero, llevado por la curiosidad, el autor de este artículo decidió averiguar cuánto había de cierto en la mencionada operación Babylift —al fin y al cabo, es cierto que EEUU tiene un largo expediente de episodios oscuros, especialmente durante la Guerra Fría—, y se encontró con algo bastante interesante: la entrada de Wikipedia en castellano sobre este episodio afirmaba que este "fue el nombre dado al secuestro masivo de niños de Vietnam del Sur a los Estados Unidos y otros países (…) al final de la Guerra de Vietnam". Posteriormente añadía: "Con el último vuelo estadounidense en salir de Vietnam del Sur, más de 3.300 bebés y niños habían sido secuestrados".

Al revisar el historial de edición, descubrimos que la entrada había sido editada desde un teléfono móvil apenas unas horas después de que El Zoom publicase su mensaje en Telegram: entre otros cambios menores, alguien había sustituido el término "evacuación" por "secuestro". El 3 de abril, Wikipedia deshizo esta modificación.

Foto: Protestas ante la propaganda rusa. (EFE/Sergey Dolzhenko)

¿Esta alteración fue hecha por alguien del aparato de propaganda ruso para apoyar la narrativa de desinformación promovida por El Zoom, o se trató de una reacción a este mensaje por un espectador que creyó necesario corregir a la enciclopedia digital? Es difícil saberlo, pero Rusia tiene un historial de modificaciones de la Wikipedia para que sus artículos se ajusten a los mensajes que promueve el Kremlin. Ya en 2014, el bloguero noruego Jari Bakken descubrió que el Gobierno ruso había realizado la friolera de 6.907 ediciones desde el año 2005, tan solo en la versión en ruso. Posteriormente, se encontraron alteraciones en múltiples idiomas como el alemán, el inglés, el francés y el castellano, acerca de cuestiones como el derribo del vuelo MH17, el conflicto en Ucrania o el opositor Alekséi Navalni.

Aquellas modificaciones iniciales pudieron ser atribuidas fácilmente a las autoridades de Rusia porque las direcciones IP desde las que se habían realizado coincidían con edificios gubernamentales rusos. Posteriormente, estos manipuladores han refinado sus técnicas. El pasado octubre, un equipo conjunto del Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD) y el Centro para el Análisis de las Redes Sociales (CASM), ambos con sede en el Reino Unido, publicó un informe en el que destacaba la existencia de una red de 86 editores al servicio de Rusia, ya bloqueados por Wikipedia, que habían tratado de modificar numerosos aspectos de la enciclopedia digital relacionados con la invasión de Ucrania.

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Pero lo llamativo en el caso de la operación Babylift es que esas menciones al "secuestro de niños" no aparecían en las versiones en inglés, francés o alemán de dicha entrada, donde se referían al episodio simplemente como "airlift", "évacuation" y "transporte", respectivamente. Las entradas en árabe, chino, indonesio e incluso en ruso también utilizan el término "evacuación". ¿Por qué tomarse la molestia de alterar exclusivamente la entrada en castellano? La respuesta tal vez reside en este dato: América Latina es uno de los principales lugares del mundo donde más éxito tienen los mensajes rusos sobre la guerra en Ucrania. Y eso es algo de lo que las autoridades rusas son plenamente conscientes, y pretenden que siga siendo así.

Latinoamérica, terreno de operaciones

Hace un año, un análisis del DFR Lab, el departamento digital del think tank Atlantic Council, descubrió que RT en Español era la tercera fuente más compartida en Twitter sobre la guerra de Ucrania, después de YouTube y El País, y muy por delante de otras como BBC Mundo. Sputnik Mundo, por su parte, estaba entre las 15 principales. A diferencia de lo sucedido en la Unión Europea, EEUU o Canadá, ninguno de estos medios ha sido bloqueado en Latinoamérica. Y aunque algunas plataformas como YouTube han eliminado todo el contenido de estos medios, otras como Twitter solo lo restringen en los países donde existe una exigencia legal al respecto, como en la UE, por lo que es perfectamente posible compartir enlaces de RT o Sputnik en países como México o Argentina.

En realidad, el verdadero impacto de estos medios no reside tanto en sus audiencias directas —por lo general, escasas y ya convencidas de antemano—, sino en la exposición casual a algunas de sus narrativas a través de las redes sociales, que pueden convencer a numerosos espectadores o lectores que quizá no tenían una opinión formada anteriormente. El propósito de medios como RT y Sputnik y la razón real por la que existen, según algunos expertos consultados por El Confidencial, es ante todo crear un gran volumen de contenidos que después son difundidos por las redes masivas de amplificación creadas por el Estado ruso.

Foto: Máquinas retiran escombros tras un bombardeo ruso en Borobyanka. (EFE/Oleg Petrasyuk)

El objetivo es inundar el espacio informativo de mensajes favorables a Rusia, para que sean estos los que prevalezcan ante la opinión pública. Y en el caso de Latinoamérica, esos mensajes explotan y estimulan la enraizada antipatía hacia Estados Unidos debido a su larga historia de intervencionismo en la región, especialmente en los sectores nacionalistas y de izquierdas. En 2020, otro análisis del DFR Lab descubrió que la palabra más utilizada en los subtítulos de la página web de RT en Español es "EEUU".

"Lo que hicimos en este estudio fue observar qué tipo de contenido compartía RT en su plataforma web, y en gran parte, independientemente de lo que discutan sobre Latinoamérica, era mucho más fuerte el contenido sobre Estados Unidos, un lenguaje y un sentimiento antiestadounidense", señaló Esteban Ponce de León, investigador del DFR Lab, en una entrevista con El Confidencial realizada hace algunos meses. "Era muy claro el ataque a Estados Unidos, ya sea en su momento a Donald Trump o, posteriormente, también a Joe Biden", indicó este experto.

Otro de los pilares de la propaganda rusa en Latinoamérica ha sido el apoyo a una política exterior de Rusia que tiene muy claras sus alianzas. "Hay evidentemente un grado muy alto en promover una agenda política en la región. Por ejemplo, promover países o políticos que están en cierta forma alineados con la política del Kremlin o que han sido aliados en muchos otros sentidos, como Venezuela, como lo fue Ecuador en algún momento, como es Cuba, como es Bolivia o como ha sido Argentina. Y realmente sí es muy evidente cómo promueven esta agenda", indica Ponce de León.

Foto: Un hombre se encuentra en medio de una calle junto a un edificio derrumbado tras un fuerte terremoto, en la ciudad de Hatay, Turquía. (EFE / Martin Divisek)

Y aunque este investigador no lo menciona, estos medios también reflejan de forma muy clara las fobias del Kremlin. En 2019, el Departamento de Estado de EEUU concluyó que existía una campaña rusa de influencia para tratar de debilitar a todos los gobiernos del llamado Grupo de Lima, la alianza panamericana para tratar de derrocar al régimen de Nicolás Maduro. En los meses siguientes, tras el estallido de grandes protestas en Chile y Colombia, resultaba evidente para cualquier observador que RT y Sputnik estaban difundiendo de forma masiva mensajes contra los gobiernos de Sebastián Piñera e Iván Duque, tratando de erosionarlos todo lo posible antes de las respectivas elecciones que acabaron con la salida de ambos del poder. Ahora está sucediendo lo mismo con los ejecutivos de Dina Boluarte en Perú y, sobre todo, de Guillermo Lasso en Ecuador: ambos están siendo objeto de un enorme número de artículos críticos y de programas especiales en los que se magnifican sus presuntos abusos y errores.

El 'factor Ucrania'

A esto hay que añadir el trabajo realizado directamente en redes sociales, como los contenidos creados directamente en YouTube. En algunos casos, el vínculo con el aparato de propaganda ruso es claro, como sucede con el canal @LaRuedadata, cuyas presentadoras han sido trabajadoras de RT y Sputnik. En otros, como @TOPDEIMPACTO, del influencer mexicano-ruso Gabriel Bulgakov, no hay evidencias de una relación de este tipo, pero la coincidencia de narrativas entre sus vídeos y otros del ecosistema propagandístico ruso es evidente.

Foto: Personas participan en una protesta contra el presunto uso de armas químicas por parte de Turquía contra kurdos, en La Haya, Países Bajos. (EFE/Bart Maat)

"RT y Sputnik llegan a su audiencia a través de medios tradicionales, pero también a través de las redes sociales y de aplicaciones de mensajería. El Kremlin utiliza además otras estrategias, como granjas de trolls y bots y personas influyentes locales, para difundir las mismas narrativas prorrusas", señala un estudio del Instituto Reuters publicado hace unos días, en que se describe cómo muchas de estas técnicas cambiaron y se adaptaron tras la guerra de Ucrania, en algunos casos debido a las restricciones impuestas contra los medios rusos.

Por ejemplo, algunas redes de desinformación creadas de antemano para promover determinadas narrativas se convirtieron de la noche a la mañana en plataformas para difundir mensajes a favor de Rusia. "Teníamos localizados los grupos que estaban desinformando, sobre todo, en el tema del covid y las vacunas", explica Julio Montes, cofundador y director del medio de verificación Maldita.es, en dicho artículo. "Cuando Rusia invadió Ucrania, esos grupos —todos— viran y empiezan a apoyar la invasión rusa". Del mismo modo, las cuentas oficiales de las embajadas rusas en países hispanohablantes se convirtieron en importantes medios de promoción para estos mensajes, puesto que muchos medios locales los reportan, al tratarse de una fuente oficial.

Foto: El presidente de Rusia, Vladímir Putin. (Reuters/Sergei Karpukhin)

En consecuencia, estas ideas se reflejan cada vez más en la opinión pública latinoamericana. "Lo que sí ha ocurrido es que este tipo de narrativas que ha utilizado Rusia para justificar la guerra en Ucrania ya no solo se vive a nivel online. O sea, ya no es solo esta conversación que fluye en Twitter, que fluye en Facebook, que posiblemente fluye en Telegram o en muchas otras redes sociales, sino que ya es una conversación que es de calle", comenta Ponce de León.

Es importante destacar que estos mensajes no se limitan a dar la versión rusa de la guerra, sino que incluyen numerosas falsedades y narrativas de desinformación. Ideas como el "carácter nazi" del pueblo ucraniano o la negación de atrocidades y crímenes de guerra, como la matanza de Bucha. O, ahora, que la deportación forzosa de niños desde Ucrania no es sino un “proceso humanitario de adopción".

En ese sentido, que un organismo internacional como el Tribunal Penal Internacional presente cargos contra Putin por este motivo es un peligroso torpedo que hay que desactivar a toda costa de cara a las audiencias de Latinoamérica, donde la popularidad del presidente ruso sigue siendo alta pese a todo. Medios y comentaristas rusos en español han salido a afirmar que "la Corte Penal Internacional busca desgastar la figura de Putin por motivos políticos", que "la Justicia internacional ya no es otra cosa que una sucursal de las transnacionales" o que se presenta una orden de arresto contra Putin "porque las sanciones contra Rusia no han funcionado". Y en este contexto de guerra informativa, no puede extrañarle a nadie que Wikipedia acabe convertida también en un campo de batalla.

El pasado 28 de marzo, el canal de Telegram de El Zoom, uno de los programas estrella de la cadena rusa RT en Español, lanzó un post titulado "Operación Babylift: cómo los estadounidenses robaban a niños vietnamitas". El post afirmaba: "Tras la derrota en la guerra de Vietnam, EEUU secuestró a miles de bebés vietnamitas y los envió a ese país, donde les esperaban padres adoptivos", y concluía: "¡Y esta gente se atreve a acusar a Rusia!".

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