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Putin vuela puentes con Occidente y manda tropas a las 'repúblicas' prorrusas en Ucrania
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comienza la invasión 'de facto'

Putin vuela puentes con Occidente y manda tropas a las 'repúblicas' prorrusas en Ucrania

Moscú ha enviado tropas rusas al este de Ucrania tras reconocer la independencia de las autoproclamadas repúblicas populares del Donbás. Occidente anuncia sanciones

Foto: Prorrusos del este de Ucrania celebran la decisión del presidente Vladimir Putin. (Reuters/Ermochenko)
Prorrusos del este de Ucrania celebran la decisión del presidente Vladimir Putin. (Reuters/Ermochenko)

El presidente ruso, Vladimir Putin, finalmente ha movido la ficha militar en la crisis con Ucrania. El mandatario ha ordenado el envío de tropas al este del país vecino apenas unas horas después de reconocer la independencia de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en un duro discurso televisado con el que ha justificado su decisión. Aunque Moscú asegura que el objetivo de la operación es 'mantener la paz', su incursión en los territorios prorrusos no reconocidos por la comunidad internacional supone una invasión 'de facto'. Todavía no está claro si la movilización se limitará a las áreas controladas por los rebeldes o si buscarán reclamar el resto de la región del Donbás. Algunos incluso temen que este sea el arranque de la guerra a gran escala sobre la que tanto ha advertido la Inteligencia estadounidense.

"He considerado necesario tomar una decisión que debía haber sido tomada hace tiempo y reconocer inmediatamente la independencia y la soberanía de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk", ha afirmado Putin en los últimos instantes de un monólogo de casi una hora. Acto seguido, la televisión estatal ha difundido unas imágenes en las que se puede observar al presidente ruso junto con los líderes de Donetsk, Denís Pushilin, y Lugansk, Leonid Pásechnik, en el momento de la firma del decreto que reconoce la independencia de esas regiones y que fue aprobado por unanimidad por la Duma rusa a primera hora del martes. Tras estampar su rúbrica, Putin también ha firmado nuevos tratados de amistad y asistencia mutua con los líderes de ambos territorios, que han permitido el envío inmediato de tropas. Las primeras imágenes de tanques rusos en movimiento hacia Donetsk circulan ya en las redes sociales.

Foto: Josep Borrell después de la reunión de Ministros de Exteriores de la UE. (EFE/Olivier Hoslet)

Las condenas de Occidente se han ido sucediendo. La Unión Europea, Estados Unidos y la propia ONU han criticado el movimiento unilateral de Rusia sobre un territorio que la comunidad internacional considera ucraniano. La propia Ucrania mantiene que las regiones de Donetsk y Lugansk, incluidas las zonas controladas por los prorrusos, son parte de su territorio, como ha asegurado Oleksii Danílov, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional ucraniano. Francia ha solicitado una convocatoria urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para discutir "el ataque a la soberanía de Ucrania" —en palabras del presidente Emmanuel Macron—, mientras el polaco Mateusz Morawiecki pedía una reunión de emergencia del Consejo Europeo para acordar una respuesta unificada de la UE.

"La Unión reaccionará con sanciones contra los involucrados en este acto ilegal", advirtieron la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo, Charles Michel, en un comunicado conjunto. A las 9:30 de la mañana del martes, está previsto que se reúnan los embajadores permanentes ante la UE para empezar a trabajar en las sanciones. Además, el jefe de la diplomacia europea, el español Josep Borrell, ha secundado la petición francesa y ucraniana de una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU tras calificar el envío de tropas ruso como "una agresión a Ucrania y una violación de su integridad territorial y su soberanía".

La cosmovisión de Putin

El reconocimiento del Kremlin a la independencia de Donetsk y Lugansk y el envío del Ejército ruso al Donbás suponen la estocada definitiva a los Acuerdos de Minsk, firmados en 2014 y 2015 entre los rebeldes prorrusos y Kiev como un marco de negociación para poner fin a las hostilidades. El pacto, que contó con el visto bueno de Moscú y la participación de Alemania, Francia y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), contemplaba con un alto el fuego en la zona, que ha sido permanentemente violado, y una hoja de ruta sobre la autonomía del Donbás, que ha sido objeto de interpretaciones divergentes por Rusia y Ucrania desde su firma.

“El reconocimiento de los dos territorios separatistas en Ucrania es una flagrante violación del derecho internacional, de la integridad territorial de Ucrania y de los Acuerdos de Minsk”, han tuiteado los principales líderes de las instituciones europeas al unísono.

En los últimos días, había aumentado el número de violaciones del armisticio registradas por la OSCE, que informó de más de 3.000 entre las tardes del sábado y el domingo, incluidas más de 2.000 explosiones. El viernes, un coche bomba en el centro de Donetsk desató el miedo a una operación de 'falsa bandera' en el Donbás que sirviera de pretexto a Rusia para invadir, como EEUU había advertido que podía ocurrir. Putin había denunciado un aumento de la presión militar de Kiev en la zona y se temía que preparara una justificación para intervenir militarmente, mientras desde Ucrania aseguraban que se había dado la orden de no responder a las provocaciones rusas. Pero, finalmente, no ha sido necesario un 'casus belli' para que Rusia envíe a sus fuerzas armadas más allá de la frontera ucraniana, donde mantiene apostados más de 130.000 efectivos, según las estimaciones estadounidenses, que podría movilizar en caso de una invasión total.

Foto: Putin en una reciente reunión del Ministerio de Defensa. (Reuters/Pool/Sputnik)
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El aumento de la presión militar sobre Ucrania dibuja un gran signo de interrogación sobre las posibilidades de una salida diplomática a la crisis fronteriza. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha condenado el movimiento de Putin y ha afirmado que “erosiona los esfuerzos hacia una resolución del conflicto”; mientras que la posibilidad de una reunión personal entre Putin y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que había emergido durante fin de semana, queda ahora en el limbo. Biden ha llamado por teléfono a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, y ha anunciado sanciones económicas contra los líderes prorrusos de Donetsk y Lugansk.

Hasta ahora, Rusia había negado ser parte de un conflicto que ha dejado más de 15.000 muertos en los últimos ocho años, según los datos que maneja Kiev. Con su anuncio, Putin asume por primera vez en público que no reconoce el Donbás como territorio legítimo de Ucrania y, al reconocer a las ‘repúblicas’ prorrusas, justifica el envío de soldados y material bélico como un movimiento de protección a un país aliado. "Si la invasión se limita a consolidar la realidad del Donbás, que 'de facto' estaba ya en manos de los prorrusos, Occidente no va a responder con fuerza, no veo una reacción militar", opina Frédéric Mertens de Wilmars, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Europea. La clave es si las tropas rusas llegarán para mantener el 'statu quo' o ayudarán a los rebeldes a conquistar el resto de la provincia. Esta última opción aumentaría las probabilidades de un conflicto total entre Rusia y Ucrania, además de forzar a Occidente a valorar una respuesta de mayor calibre.

Foto: Centro de Kyiv. (Ucrania)

Rusia ya ha ejecutado estrategias similares para recuperar influencia sobre antiguos territorios soviéticos. En 2008, tras reconocer la independencia de las provincias de Abjasia y Osetia del Sur en Georgia, fronterizas con Rusia, Putin también envió tropas en 'misión de paz'. Hoy, estos territorios dependen del Kremlin. La presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, ha condenado el reconocimiento de la independencia de las autoproclamadas repúblicas prorrusas en Ucrania y avisa de que la historia se repite. "Es el mismo guion que llevó a la ocupación del 20% del territorio de Georgia", ha advertido.

Las sensaciones son pesimistas. En su discurso del lunes, Putin no se ha limitado a Ucrania. Durante una hora, el mandatario se ha explayado sobre su cosmovisión geopolítica de Europa y no ha dudado en expresar su anhelo de restaurar las antiguas fronteras de la Unión Soviética y del Imperio ruso.

"La Ucrania moderna fue creada en su totalidad por Rusia, más concretamente, por la Rusia bolchevique y comunista. Este proceso comenzó inmediatamente después de la revolución de 1917", ha arrancado Putin su alocución, cuajada de reivindicaciones históricas —"Ucrania es una parte inherente de nuestra historia y nuestro espacio cultural"— y de amenazas a su independencia —"Nunca ha tenido una tradición de auténtico Estado"—. De fondo, su rechazo pleno a la arquitectura de seguridad europea diseñada tras el final de la Guerra Fría: "Rusia tiene todo el derecho a tomar medidas de respuesta para garantizar su propia seguridad. Eso es exactamente lo que haremos".

El presidente ruso, Vladimir Putin, finalmente ha movido la ficha militar en la crisis con Ucrania. El mandatario ha ordenado el envío de tropas al este del país vecino apenas unas horas después de reconocer la independencia de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en un duro discurso televisado con el que ha justificado su decisión. Aunque Moscú asegura que el objetivo de la operación es 'mantener la paz', su incursión en los territorios prorrusos no reconocidos por la comunidad internacional supone una invasión 'de facto'. Todavía no está claro si la movilización se limitará a las áreas controladas por los rebeldes o si buscarán reclamar el resto de la región del Donbás. Algunos incluso temen que este sea el arranque de la guerra a gran escala sobre la que tanto ha advertido la Inteligencia estadounidense.

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