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La UE advierte a Rusia: aplicará sanciones por el reconocimiento de Donetsk y Lugansk
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Requieren unanimidad de los Veintisiete

La UE advierte a Rusia: aplicará sanciones por el reconocimiento de Donetsk y Lugansk

El jefe de la diplomacia europea, así como los presidentes de la Comisión y el Consejo Europeo, han advertido a Rusia de que propondrán sanciones por el reconocimiento

Foto: Josep Borrell después de la reunión de Ministros de Exteriores de la UE. (EFE/Olivier Hoslet)
Josep Borrell después de la reunión de Ministros de Exteriores de la UE. (EFE/Olivier Hoslet)

Tras el encuentro de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea de este lunes en Bruselas, Josep Borrell, Alto Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, advertía de que propondría sanciones contra Moscú si el presidente Vladímir Putin reconocía las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, dos regiones del este de Ucrania controladas por milicianos prorrusos con el apoyo del Kremlin, algo que Moscú ha anunciado poco después que hará. Finalmente, el Kremlin ha comunicado el reconocimiento de estos territorios como independendientes y, acto seguido, ha enviado anunciado su intención de inviar tropas rusas para "mantener la paz" en estos dos territorios.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, han señalado en la misma dirección en un comunicado conjunto tras conocerse la dedcisión del líder ruso: “La Unión reaccionará con sanciones contra los involucrados en este acto ilegal”. Para aplicar esas sanciones estas deben ser propuestas por Borrell y aprobadas por unanimidad. La presidencia francesa del Consejo de la UE ha anunciado que este martes que los embajadores de los Veintisiete ante la Unión Europea se reunirán este martes a las 9:30 para comenzar a trabajar sobre el paquete de medidas.

“Si hay una anexión habrá sanciones, y si hay un reconocimiento yo pondré las sanciones sobre la mesa y los ministros decidirán”, ha asegurado el Alto Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad en rueda de prensa, haciendo una referencia a que podrían tratarse de las sanciones en las que la Comisión Europea lleva trabajando desde hace meses y que han sido calificadas de "masivas". Sin embargo, esta medida necesita la unanimidad de los 27 Estados miembros de la Unión para ejecutarse. Unanimidad que, en estos momentos, no está garantizada. Varias fuentes diplomáticas subrayan que todavía es demasiado pronto como para utilizar toda la artillería de sanciones que se ha estado cocinando durante los últimos meses, señalando que la situación puede escalar todavía mucho y la Unión debe seguir teniendo opciones en su caja de herramientas, por lo que apuestan por sanciones ajustadas a la situación.

Tras un largo discurso de Putin, marcado por el revisionismo y el cuestionamiento del derecho a la independencia de Ucrania y el resto repúblicas exsoviéticas, Von der Leyen ha señalado que el paso dado por Rusia es una "flagrante violación del derecho internacional". Además, la presidenta de la Comisión Europea ha emitido un comunicado conjunto con Michel en el que ambos "condenan en los términos más enérgicos la decisión del presidente ruso de proceder con el reconocimiento de las áreas no controladas por el gobierno de los oblasts de Donetsk y Lugansk de Ucrania como entidades independientes".

“Si lo hace, reaccionaremos de forma unida y fuerte”

El encuentro ministerial ha sido una auténtica montaña rusa de emociones. La reunión comenzaba con la esperanza de un encuentro entre los presidentes de Estados Unidos y de Rusia —que el Elíseo aseguraba haber conseguido cerrar— y terminaban el encuentro con los rumores de que Moscú se decidía a reconocer la independencia de Donetsk y Lugansk. El rumor ya se consideraba prácticamente una certeza al final del encuentro y varios de los ministros advertían de una reacción europea inmediata en caso de producirse.

Borrell se unía a las voces que pedían a Rusia que no reconociera ambas regiones, lo que representaría una ruptura de los acuerdos de paz de Minsk de 2014 y 2015 y que, en todo caso, no lograron poner fin a la violencia en el este del país. “Si lo hace, reaccionaremos de forma unida y fuerte”, ha explicado el jefe de la diplomacia europea, subrayando un mensaje con el que han salido todos los ministros de Exteriores, que tuvieron que interrumpir la agenda de la reunión para discutir las noticias que empezaban a llegar de Moscú sobre el posible reconocimiento de ambas regiones. Ha sido el mismo mensaje que han enviado distintos líderes europeos en las horas posteriores.

Borrell ha asegurado que propondrá sanciones contra Moscú haciendo referencia al paquete sobre el que la Comisión Europea ha estado trabajando durante las últimas semanas. Estas han sido descritas en varias ocasiones como “masivas” con el objetivo de “cortocircuitar” la economía de Rusia, según explicaba ya en diciembre una fuente comunitaria. Mateusz Morawiecki, primer ministro de Polonia, uno de los países más duros respecto al Kremlin, ha pedido ya la convocatoria de una cumbre de líderes europeos extraordinaria para poder analizar la situación.

Esas sanciones, que ahora se pondrán sobre la mesa, deben recibir la luz verde de los Veintisiete. Es necesaria unanimidad. Pero, aunque Borrell se ha mostrado confiado en lograr esa unidad, algunos Estados miembros llevan semanas expresando su preocupación por los efectos que podrían tener esas medidas sobre sus propias economías. Además, a lo largo de esta crisis las capitales no han estado de acuerdo sobre qué debe considerarse como una “agresión” contra Ucrania. Y, en todo caso, varios ministros han explicado que este paquete de sanciones será únicamente “reactivo”. En las próximas horas, y si finalmente Borrell propone sanciones, será cuando se tenga que decidir si este reconocimiento es considerado una agresión contra Kiev, o si sería necesario declarar una anexión formal a Rusia.

Lo más probable, dadas las diferencias en el lenguaje utilizado y también según fuentes de varias delegaciones, es que en caso de aplicarse sanciones contra Rusia por este movimiento no se use todo el paquete. “Hay que comprender la filosofía de esas sanciones, lo que estamos intentando evitar es una agresión y no queremos dar ninguna excusa. Queremos darle todas las oportunidades al diálogo y a la diplomacia, y eso es lo que nos ha llevado a que esas sanciones sean la consecuencia de esa agresión”, ha defendido el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares.

División sobre la vía diplomática

Ahora, la Unión Europea tiene otros puntos de discordia. Albares, hablando minutos antes que el presidente ruso y dando por hecho el reconocimiento de las regiones ucranianas ocupadas por los prorrusos, ha señalado que la vía diplomática sigue abierta. “La guerra es claramente evitable”, ha señalado el español durante una rueda de prensa en la que ha mostrado su apoyo a agotar cualquier posible solución negociada.

Sin embargo, la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas —una de las voces más duras durante esta crisis— ha considerado que, con este movimiento, Moscú cierra ya la vía diplomática. “Al decir 'no' a una solución política basada en los acuerdos de Minsk, el Kremlin cierra la puerta a la diplomacia y crea una excusa para la guerra”, ha explicado en un mensaje en redes sociales. Estas dos facciones serán, previsiblemente, las que protagonicen el debate sobre si debe descargarse ya el paquete de sanciones contra Moscú o no.

Este lunes, los ministros discutían un escenario distinto. El equipo del presidente francés, Emmanuel Macron, había asegurado en la madrugada del domingo al lunes que había logrado que Putin y el presidente estadounidense, Joe Biden, aceptaran “en principio” reunirse para discutir la situación en el este de Ucrania, donde desde hace meses Moscú acumula más de 100.000 efectivos militares y equipo suficiente como para lanzar una ofensiva contra el país vecino. Sin embargo, las informaciones difundidas por el Kremlin sobre supuestos ataques ucranianos a las regiones del este controladas por prorrusos, así como la petición de la Duma a Putin de que reconociera a ambas autoproclamadas repúblicas populares, era una sombra que sobrevolaba el encuentro en todo momento.

De hecho, Ucrania había redoblado en las últimas horas su petición de que se apliquen sanciones de manera inmediata contra Rusia, antes de conocerse la decisión de Putin de reconocer las regiones del este ucraniano. “No necesitamos sus sanciones después del bombardeo y después de que disparen contra nuestro país o después de que no tengamos fronteras o economía”, decía este fin de semana Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich. Y sus palabras han resonado durante la reunión.

El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, ha sido invitado este lunes a la reunión con sus colegas europeos y les ha insistido en ese mismo mensaje: es momento de avanzar con las sanciones. Los ministros han ampliado las sanciones ya conocidas e impuestas por la anexión de Crimea en 2014, pero era un punto que ya estaba previsto tras las elecciones de septiembre de 2021. Sin embargo, la inmensa mayoría de los ministros han mantenido la postura que venían defendiendo: que las sanciones debían ser reactivas y únicamente tras producirse una agresión.

Tras el encuentro de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea de este lunes en Bruselas, Josep Borrell, Alto Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, advertía de que propondría sanciones contra Moscú si el presidente Vladímir Putin reconocía las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, dos regiones del este de Ucrania controladas por milicianos prorrusos con el apoyo del Kremlin, algo que Moscú ha anunciado poco después que hará. Finalmente, el Kremlin ha comunicado el reconocimiento de estos territorios como independendientes y, acto seguido, ha enviado anunciado su intención de inviar tropas rusas para "mantener la paz" en estos dos territorios.

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