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Navarro y Relaño (Clyde): "Las aseguradoras son muy suyas, nunca pleitearíamos contra ellas"
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Entrevista en El Confidencial

Navarro y Relaño (Clyde): "Las aseguradoras son muy suyas, nunca pleitearíamos contra ellas"

Los flamantes socios codirectores de Clyde & Co España, Enrique Navarro y Miguel Relaño, desgranan sus objetivos, entre los que destaca, por encima de los demás, cuidar a su gente: "La facturación importa, pero no es nuestra prioridad"

Foto: Miguel Relaño y Enrique Navarro de Clyde&Co. (Ana Beltrán)
Miguel Relaño y Enrique Navarro de Clyde&Co. (Ana Beltrán)
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Clyde & Co, boutique especializada en el sector asegurador, se adentra en su segunda década en nuestro país con una dirección renovada. Como avanzó este diario, Enrique Navarro y Miguel Relaño han tomado el relevo de Ignacio Figuerol y Ricardo Garrido, quienes pilotaron el aterrizaje de la marca en España y la han convertido en una de las firmas de referencia en su especialidad. En el último ejercicio cerrado, el bufete declaró unos ingresos de 9,7 millones de euros y actualmente cuenta con 70 abogados y 15 socios. Unas cifras que van a más porque, aunque el despacho se guía por el ejercicio fiscal inglés (que concluye el 30 de abril), en el último año natural han vuelto a crecer a doble dígito. Y ello, según explican Navarro y Relaño en entrevista con El Confidencial, que aún creen que pueden explotar mejor otros ámbitos de actividad en los que cuentan con un profundo expertise, como el de la energía, la construcción o el arbitraje.

No habrá volantazos en el rumbo de Clyde & Co en nuestro país, pues la hoja de ruta de sus nuevos socios codirectores es continuista. Tiene sentido, explican, porque la búsqueda del consenso es una de las señas de identidad del bufete. También el cuidado de las personas, objetivo que ponen por encima de los resultados económicos. De hecho, desvelan que en España no trasladan a sus profesionales una meta de ingresos que deban alcanzar a final de año, puesto que prefieren tener en cuenta el conjunto de variables que componen el desempeño de los letrados. Este enfoque, aseveran, es lo que explica la escasísima rotación que ha experimentado un despacho que, sin embargo, no tiene sencillo captar talento pues la especialización que se requiere en el ámbito de los seguros es muy elevada. "Los grandes despachos tienen entre sus clientes a empresas que pleitean contra las aseguradoras, con lo cual un socio que defiende a los seguros allí tiene muchísimos conflictos de interés", señalan como una de las razones que explica la endogamia que caracteriza a esta especialidad.

PREGUNTA. ¿Cuál es su hoja de ruta para esta etapa?

ENRIQUE NAVARRO. Nuestro mandato tendrá una línea claramente continuista respecto de la etapa anterior. Queremos mantener la senda de crecimiento, de desarrollo, y de cuidado de los clientes y de nuestra gente desarrollada en los últimos diez años. Cuando hablo de nuestra gente no solo me refiero a los abogados, también a cualquier otro profesional que trabaja en Clyde & Co, que para nosotros son igual de importantes. Aspiramos a conservar los valores que nos han traído hasta aquí, que en este despacho no son un decir, algo ficticio que se menciona pero no se cumple, creemos en ellos de verdad.

MIGUEL RELAÑO. Seremos continuistas porque Clyde & Co es un proyecto que hemos construido todos desde el principio. La firma no son solo sus socios directores, es la suma de la aportación de todos, cada uno en su parcela, por eso la sentimos como la casa común. Esos valores que mencionaba Enrique, que son muy característicos, son los que han logrado que apenas hayamos tenido rotación de abogados durante todo este tiempo y seamos capaces de captar el talento que necesitamos. El grupo que fundamos Clyde en España llevamos trabajando juntos 25 años, lo cual es un elemento esencial para entender este despacho. Ahora nos toca a nosotros liderarlo, un momento que nos hace una especial ilusión y que cogemos con ganas de empujar y de ayudar a que sigamos avanzando y creciendo.

placeholder Relaño y Navarro. (A. B.)
Relaño y Navarro. (A. B.)

P. ¿Cuáles son los valores que definen la cultura de Clyde & Co?

E.N. Es evidente que esto es un negocio y que hay que crecer y facturar. Pero, siendo muy importante, no es ni mucho menos lo único que nos importa. En esta firma es esencial que la gente esté contenta, lo cual implica que incluyamos entre nuestras prioridades variables que van más allá de los resultados en términos económicos. Nos suele pasar que, cuando vienen personas de otros despachos, nos subrayan lo a gusto que se encuentran trabajando aquí y como les llama la atención que no tengamos las jerarquías que sí hay en otras firmas. En Clyde & Co intentamos que la gente tenga oportunidades y que pueda hacer su carrera a la velocidad que considere. No hay reglas generales estrictas, sino que buscamos valorar a cada uno individualmente. Una flexibilidad, no obstante, que cada vez es más difícil porque cada vez somos más.

La abogacía es una actividad que necesita gente con mucho talento, por eso es esencial cuidarles y no únicamente decirles: "usted tiene que alcanzar este objetivo y no me cuente historias si no lo ha cumplido". A lo mejor a nuestros socios de Londres no les gusta escuchar esto, pero en la oficina de Madrid no le trasladamos a nuestros abogados un objetivo anual de facturación. Lo que les pedimos es que hagan bien su trabajo y lo hagan en plazo. Otro elemento fundamental para nosotros, que va en línea con lo que digo, es el componente personal. Puede haber profesionales de matrícula de honor que no entren en Clyde & Co. ¿Por qué? Porque buscamos buenas personas. Gente generosa y solidaria, que sea capaz de echar una mano a un compañero cuando lo necesita. Pasamos muchas horas en el despacho, por lo que es esencial evitar personas que puedan resultar tóxicas.

P. Lo de buscar no solo buenos profesionales sino también buenas personas es algo que afirman perseguir todos los despachos, pero luego no siempre se cumple.

M.R. En este despacho, huimos de individualistas y trepas. Valoramos mucho el trabajo de equipo, pero también la responsabilidad. Porque somos una organización que, desde el primer momento, da mucha autonomía a sus profesionales. Y el compromiso y la responsabilidad es la otra cara de la moneda de la autonomía y la libertad. Cuando abrimos Clyde & Co en España nos asustaba un poco el mito que decía que Londres era muy exigente y te imponía unos objetivos altísimos. Sin embargo, lo que nos hemos encontrado es que nos dan una libertad absoluta para que cada socio enfoque su práctica y su desempeño como quiera. Sospecho que cuando las cosas vengan mal dadas eso puede cambiar, pero, afortunadamente, como los resultados han sido siempre positivos, solo hemos probado las mieles de la libertad. Muchos de nosotros hemos estado en otros despachos ingleses en donde se imponía un control férreo. Clyde es mucho más dinámico. Londres, como no puede ser de otra manera, vigila los resultados y fija algunos estándares, pero en lo demás nos dejan autonomía para organizarnos.

"En Clyde, huimos de individualistas y trepas. Valoramos mucho el trabajo de equipo, pero también la responsabilidad y la autonomía"

P. ¿Cómo valoran la gestión que desarrollaron sus predecesores, Ignacio Figuerol y Ricardo Garrido?

E.N. Solo podemos decir que han hecho un trabajo excepcional. Ellos fueron los que asumieron la responsabilidad de, con menos de 10 abogados, comenzar este proyecto, al frente del cual han estado diez años. Gracias a su gestión Clyde & Co es lo que hoy es en España. Por describirlo gráficamente, esto es como una carrera de relevos. Ignacio y Ricardo nos han pasado el testigo para que nosotros lideremos el siguiente tramo de la carrera y, cuando llegue el momento, nosotros se lo entregaremos a los que nos sucedan. Esperamos, no obstante, que sea una etapa tan exitosa o más que la anterior.

P. ¿Es distinta la estrategia de un despacho cuando parte de cero en una jurisdicción a, como en su caso, ya está consolidado en la misma?

E.N. Partir de cero tiene sus ventajas y sus inconvenientes. En el lado positivo de la balanza, cuando está todo por hacer, puedes construir la casa a tu gusto. Si llegas a un proyecto ya hecho, solo puedes adaptarte. Por otro lado, el riesgo es mayor cuando partes de cero, porque no hay cimientos sobre los que apoyarte. La estrategia de Clyde & Co es la de ser un despacho boutique, que no ofrece todas las prácticas, pero dentro de este perfil de firmas es una de las más grandes del mundo. En ese sentido, en Madrid apostamos por mantener ese core, que son los seguros, y su cliente natural, que son las compañías aseguradoras. El objetivo de asentarnos como uno de los líderes en ese sector en España pensamos que ya está conseguido. A partir de ahora pienso que el desafío es mucho mayor. ¿Por qué? Porque el siguiente paso es ganar trabajo con los clientes a los que ya asesoramos y también abrirnos a otras prácticas.

P. ¿Eso implica ofrecer servicios más allá de los que conforman su core?

E.N. No, no. Abrirnos a otras prácticas pero siempre dentro de nuestras áreas de especialización. En el pasado hicimos experimentos en otras firmas con laboral o fiscal, y nos dimos cuenta que, cuando eres muy reconocido en un campo, es muy difícil abrirte hueco en otras prácticas y lograr que estas alcancen el mismo nivel. El riesgo es que se cree un despacho de varias velocidades que, a la larga, puede generar problemas. Por ello, nuestro foco ahora es seguir consolidando lo que ya hacemos, ganar trabajo con quienes ya son nuestros clientes y ofrecer servicios a nuevos clientes en áreas en las que ya somos expertos. El crecimiento es esencial para poder dar carrera y oportunidades a quienes vienen desde abajo pisando fuerte.

M.R. La presión por crecer que nos llega desde Londres siempre está ahí. De hecho, las instrucciones del board global son que, en lugar de abrir oficinas, toca priorizar el desarrollo de las que ya existen. En todo caso, no podemos olvidar que esto no es un despacho generalista, los cuales tienen muchas más vías para crecer. Nuestro perfil es la de una firma enfocada a dispute resolution y líder en seguros, aviación, construcción y energía, con lo cual nos movemos en unos campos más limitados. Pensamos que hay áreas de crecimiento que podemos explotar, como la inteligencia artificial o los ciber riesgos, y también estamos haciendo un esfuerzo importante para desarrollar el arbitraje, no ya solo con aseguradoras, sino con todo tipo de empresas. Hay un dato que poca gente sabe, pero Clyde & Co es el despacho, a nivel mundial, con un mayor número de arbitrajes abiertos. Eso habla de nuestro expertise en esta materia.

P. ¿Son la inteligencia artificial y el arbitraje las únicas prácticas en las que aspiran a crecer?

M.R. Sí, pero no solo. También nos gustaría profundizar en los ámbitos de la construcción y la energía, dos sectores en los que en España tenemos empresas líderes e internacionalizadas. En esas especialidades contamos con expertos en prácticamente todas nuestras oficinas. En Dubái, por ejemplo, contamos con 200 abogados que solamente hacen construcción. También en Polonia es una especialidad que está adquiriendo mucha importancia porque se piensa que, cuando termine la guerra de Ucrania, será un punto crítico para abordar la reconstrucción del país. Y, como mencionaba anteriormente, también estamos muy interesados en desarrollar el arbitraje, sobre todo el internacional. Queremos, no solo que nos encarguen los arbitrajes derivados de nuestro asesoramiento en materia aseguradora, sino también nos busquen para litigios independiente. Finalmente, señalaría la parte corporativa de los seguros. Hoy en día hacemos, sobre todo, regulatorio, pero con el grado de conocimiento que tenemos de las compañías, pensamos que también podemos asumir el asesoramiento en materia corporativa.

Foto: Susana Martínez, nueva socia de Clyde.

P. Con su nombramiento, el despacho mantiene el modelo de dirección colegiada. ¿Cuál es la razón que fundamenta que opten por el coliderazgo?

M.R. Es reflejo del ADN de la firma, en donde las decisiones siempre se han tomado de forma colegiada. Pero no solo entre los socios codirectores, sino, en muchas ocasiones, con la participación de todos los socios. También es más operativo, porque repartes la carga de trabajo que supone la gestión y así puedes seguir involucrado con tus clientes.

E.N. Salvando las distancias, pero ser socio director de este despacho es como ser el presidente de una comunidad de vecinos. Es decir, la gestión es un añadido a nuestro trabajo como abogados, no un sustitutivo. Esa es otra de las características de Clyde: aquí todo el mundo trabaja; desde el junior más joven hasta los socios más mayores. En Clyde los socios directores somos una suerte de coordinadores, porque las decisiones solemos tomarlas el conjunto de los socios. No es que seamos un régimen asambleario, porque muchas decisiones deben ser adoptadas de forma rápida, pero sí nos gusta el diálogo y el consenso.

P. El despacho ha mantenido en España un perfil relativamente bajo. ¿Mantendrán esa línea de discreción o buscarán algo más de visibilidad?

M.R. Tiene algo de cultural y también va con nuestra forma de ser. Ya en DAC Beachcroft, nuestro anterior despacho, teníamos ese perfil. En parte porque no necesitábamos la visibilidad, éramos casi el único bufete que hacía seguros en España y era, por tanto, el líder indiscutible. Y ahora en Clyde & Co somos un poco herederos de esa forma de actuar. ¡Es que no estamos ni en los directorios! Sin embargo, hemos empezado a preocuparnos un poco por esto. Siempre hemos tenido mucho trabajo y los clientes nos han seguido, pero somos conscientes de que cada vez hay más competencia y ese aspecto es importante y debemos cuidarlo.

P. Aunque ustedes se guían por el ejercicio fiscal inglés, ¿cómo ha sido el año 2023 para Clyde & Co en España?

E.N. Aunque aún queda un cuatrimestre para nuestro cierre formal, durante el año hemos vuelvo a crecer a doble dígito, por encima del 10%. Estamos muy contentos. En cualquier caso, y aunque el crecimiento es necesario, no es nuestro objetivo número uno. No buscamos crecer a toda costa, sino como una vía para retener el talento. En ese sentido, es representativo que en este despacho no hacemos depender los variables únicamente de un objetivo numérico. Hay gente que tiene más suerte porque el socio le incluye en un gran asunto, pero otros pueden estar haciendo grandes aportaciones en otros aspectos, como haciendo equipo o abriendo puertas, y eso debemos saber reconocerlo también. No queremos fomentar una competencia interna que haga que esto se convierta en una selva.

placeholder Logo del bufete. (A. B.)
Logo del bufete. (A. B.)

P. Mencionan la presión que les llega desde Londres para crecer. Sus ingresos rozan los 10 millones de euros, y cuentan con 15 socios y unos 70 abogados. ¿En qué cifras aspiran a situarse?

M.R. Pensamos que hay margen de crecimiento, aunque no me atrevería a establecer un objetivo. Nuestro foco es el día a día, trabajar como lo venimos haciendo hasta ahora, con responsabilidad y compromiso, disfrutando de lo que hacemos.

P. ¿A qué atribuyen tener una rotación tan baja?

E.N. Nuestra ventaja es que nos dedicamos a una materia muy técnica. Por ello, salvo que se trate de gente muy consolidada en nuestra especialidad, tenemos que formar a los letrados. La especialización provoca que tengamos menos competencia que quien se dedica al laboral o al mercantil. Ser capaz de participar en un pleito sobre seguros en las que hay involucradas varias jurisdicciones, por poner un ejemplo, solo se aprende con la práctica. No hay universidad o máster que te forme en eso. Por ello, no es fácil que un letrado que ha crecido con nosotros se vaya a otro sitio, porque le va a costar mucho encontrar el tipo de trabajo que nosotros hacemos aquí y la satisfacción de estar en el tipo de asunto en el que te has convertido en un especialista.

M.R. Es que solo hay dos o tres despachos que tengan nuestro perfil. Lo que sí puede suceder es que den el salto a una aseguradora, pero esos movimientos responden a otro tipo de motivaciones, quizás más por una cuestión familiar o de aspiraciones vitales.

P. La hiperespecialización es un factor muy relevante para la retención del talento. Pero ¿puede ser perjudicial para atraerlo? Pienso, por ejemplo, en un abogado joven al cual le puede resultar más atractivo poder probar varias materias antes de enfocarse solo en una de ellas.

E.N. Los seguros son un ámbito de especialización, pero haciendo seguros puedes verte trabajando en prácticamente todo tipo de asuntos. Por ejemplo, existen pólizas que cubren la actuación de un cantante, para lo cual tienes que saber cómo es un contrato de actuación artística. Si hablamos de reparaciones civiles en el ámbito de las aerolíneas, entonces tienes que conocer cómo funciona una línea aérea. O puedes tener que enfrentarte al incendio del Windsor, en lo que entran de lleno los contratos de arrendamiento. Es decir, el seguro es una parte de los asuntos, pero todo lo demás es muy variado.

M.R. Quienes nos dedicamos a esto tenemos mucha suerte porque el derecho de daños es muy bonito. Es muy difícil aburrirte, porque acabas viendo de todo. En ese sentido, tiene una vertiente muy poco especializada.

P. Entonces, ¿se encuentran a más jóvenes que recelan o son más los que ven los atractivos de un despacho como este?

E.N. Quienes llegan aquí suelen tener ese recelo. Suelen pensar: "me voy a meter en algo muy específico y un poco rarito". Por ello, parte de nuestra tarea es explicarles bien en qué consiste lo que aquí hacemos, y que sepan que aquí van a tener oportunidades y la libertad para construir su propia carrera. Ahora bien, a pesar de ese primer recelo, una vez están dentro ya no se quieren ir. ¿Por qué? Porque ven que aquí tienen muchas posibilidades para trabajar a gusto y para organizar su tiempo. Somos uno de los pocos o el único despacho que da libertad para teletrabajar. La gente que hace prácticas con nosotros, quiere volver. También tenemos casos de abogados que se han ido a compañías u otros bufetes y después han vuelto, lo cual es rarísimo.

M.R. En diez años, de Clyde & Co muy pocas personas se han ido a otros despachos y una de ellas ha vuelo. Quienes han salido se han marchado, mayoritariamente, a compañías aseguradoras.

placeholder Enrique Navarro durante la entrevista con El Confidencial. (EC)
Enrique Navarro durante la entrevista con El Confidencial. (EC)

P. ¿Creen, por tanto, en el teletrabajo? Porque la mayoría han vuelto al presencialismo. Con más flexibilidad, es cierto, pero que la regla general sea el ir a la oficina.

E.N. Es que nosotros ya teníamos teletrabajo antes de la pandemia. Hace unos años, una persona que considerábamos muy válida nos planteó que tenía que dejar la firma porque, por el traslado de su pareja, tenía que irse a vivir a Tenerife. En ese momento ya nos planteamos: si profesionalmente funciona tan bien, ¿por qué no lo intentamos? Y funcionó fantásticamente bien. Ese trato a los profesionales es algo que ellos agradecen. Hay gente de despachos generalistas que se han venido con nosotros ganando un 10% o un 15% menos. Eso lo hacen porque aquí se encuentran muy bien. No es que trabajar aquí sea una película de Walt Disney, porque hay exigencia y problemas, como en todas partes, pero en general los profesionales se encuentran bien. La prueba es que no los echas de aquí ni con agua caliente. [Ríe]

P. Hay una circunstancia llamativa en los despachos especializados en el ámbito de los seguros. Y es que los movimientos de socios suelen producirse entre las dos o tres firmas de su perfil. Pocas veces se ve que alguien se enrole en el departamento de seguros de un bufete generalista o, a la inversa, que el socio de uno de estos equipos fiche por ustedes. ¿Tiene explicación este fenómeno?

E.N. Veo tres motivos. El primero es el grado de confianza que exigen nuestros clientes. Yo llevo trabajando con algunos de ellos 20 años. Las aseguradoras son muy suyas y esperan que nunca vayas contra ellas. ¿Por qué? Porque no entenderían que hoy estés defendiendo sus intereses y mañana defiendas a una compañía que les está exigiendo una cantidad millonaria, conociendo las claves de sus contratos. Por ello, una de las reglas que tenemos en Clyde & Co es que nunca trabajamos para entidades que vayan contra las aseguradoras. Nunca.

"Las aseguradoras no entienden que hoy defiendas sus intereses y mañana actúes contra ellas, conociendo las claves de sus contratos"

La segunda razón es que para estar en el panel de una aseguradora tienes que tener unas determinadas características. No es fácil y muy pocos despachos podemos estar ahí. Por lo tanto, si tú eres un socio especializado en este ámbito y quieres seguir trabajando con tus clientes, sabes que debes moverte entre las firmas que podemos aspirar a estar en esos paneles. Y, finalmente, porque los grandes despachos nacionales o internacionales tienen entre sus clientes a las grandes compañías del Ibex y otro tipo de empresas que, en algún momento, van a tener algún asunto contra aseguradoras, con lo cual tenemos muchísimos conflictos de interés.

P. ¿Cómo se organiza societariamente Clyde & Co?

M.R. Somos una única firma en todo el mundo. Todos somos socios de Londres y es Londres quien nos paga a todos Tenemos unidad de caja. La única división que hay entre nosotros es la de socios senior y socios equity, pero al margen de ello los criterios son los mismos para los 500 socios que conformamos Clyde & Co. Lo que sí se aplica desde la matriz, y de una forma cada vez más estricta, son las reglas de control financiero. Aunque es lógico, porque hace no demasiado éramos 150 socios y hoy somos 500. En cualquier caso, nos viene muy bien esa ayuda en materia de control financiero.

E.N. Este modelo es el idóneo para poder ofrecer un servicio uniforme y de alta calidad en todo el mundo. Si un cliente necesita un abogado en Uruguay, tú puedes llamar a tus compañeros de allí con la confianza de que sabes cómo van a trabajar. Tenemos una cultura y un lenguaje similares. Es verdad que, cuando se abre una nueva oficina, en algún caso se crea una asociación que todavía mantiene el nombre de la firma local y se dan dos o tres años para que haya una integración calmada. Pero en otros casos se abre directamente una oficina bajo la denominación Clyde & Co.

P. En los últimos años se habla mucho de la brecha generacional existente con los abogados más jóvenes. ¿Comprenden Enrique Navarro y Miguel Relaño a los profesionales de la generación Z?

E.N. El principal desafío que tenemos hoy en día los despachos de abogados es dar cabida a las aspiraciones de quienes vienen por detrás. Es un desafío e, incluso, un problema. Por dos razones. En primer lugar, porque el mercado está más saturado, lo cual hace más difícil ofrecer oportunidades para que la gente suba y haga su carrera. Hay menos espacio porque los niveles altos están copados. En segundo término, porque la gente más junior tiene unas inquietudes muy distintas a los jóvenes de hace 20 o 30 años. Hoy se exige que tu profesión sea complementaria a la de otras facetas de su vida. Pero yo creo que eso es positivo. Cuando nosotros empezamos, el modelo era el de: "tú vienes aquí a trabajar y ni se te ocurra preguntar a qué hora se termina". Hablamos de un choque cultural muy relevante que hace que el punto de encuentro sea complicado. Por eso digo que el gran desafío es conectar con la gente más joven.

P. ¿Cuál es el enfoque de Clyde & Co en relación con la tecnología?, ¿aspiran a estar en la vanguardia o esperan a que las nuevas herramientas estén testadas?

M.R. En la firma contamos con un grupo de socios que está muy pendiente de hacia dónde evoluciona el mercado en este sentido y es el encargado de desarrollar todas aquellas herramientas que puedan ayudarnos en el día a día. Diría que nuestra política es un intermedio: no aspiramos a estar en la vanguardia, sino que apostamos por incorporar aquellas cosas que sabemos que funcionan y son capaces de satisfacer necesidades reales.

placeholder Miguel Relaño. (A. B.)
Miguel Relaño. (A. B.)

P. ¿Y cómo enfrentan la eclosión de la inteligencia artificial generativa?

E.N. En Clyde & Co la innovación es fundamental. Nuestro enfoque es el de ser realistas. Todos los procesos repetitivos que puedan automatizarse, a la larga, acabarán siendo realizados por inteligencia artificial. Lo vemos ya con las traducciones; antes se las mandabas a un traductor y ahora te las hace la máquina perfectamente. Sin embargo, creo que será positivo. En ningún caso va a sustituir a la figura del abogado, porque un buen abogado es creatividad, es saber improvisar, es negociar y es empatizar con las emociones del cliente. Ello hará que el trabajo de los júniors sea más atractivo, porque dejarán de hacer cosas que son tareas automáticas o puramente administrativas.

M.R. Yo, de hecho, estoy deseando que aparezcan nuevas herramientas que nos ayuden a ser más eficaces. Es comprensible que esto genere cierto miedo porque, al final, puedes preguntarte hasta dónde llegará la asunción de tareas por parte de la máquina. De lo que estoy seguro es que la inteligencia artificial no será capaz de innovar, de responder a una situación particular o de cualquier otro elemento que tenga que ver con las emociones, que en nuestra profesión son muy importantes.

"A nivel asegurador, en próximos años aparecerán nuevos productos y regulaciones, como la de la IA, que generarán mucha actividad"

P. ¿Se ve favorecido el sector asegurador por la actual situación de incertidumbre, los conflictos a escala internacional y aparición de nuevos riesgos?, ¿ven ustedes una oportunidad de negocio en el actual escenario global?

M.R. Vivimos un momento de cambio. A nivel asegurador, estoy seguro de que en los próximos años van a aparecer nuevos productos y nuevas regulaciones, como la de la inteligencia artificial o la directiva europea de producto defectuoso, que harán que sigamos teniendo mucho trabajo. Además, buena parte de los asuntos van a tener una vertiente internacional, que es el gran valor que puede dar Clyde & Co.

E.N. Se están produciendo cambios estructurales y situaciones sobrevenidas, como la guerra de Ucrania o la crisis del Mar Rojo, que, al final, son oportunidades para los abogados. En el ámbito del transporte, por ejemplo, el objetivo de emisiones cero para aviones y barcos es un reto mayúsculo, porque ello implica hacer cambios a todos los niveles en la industria. Desde fabricantes, hasta las propias compañías, pasando por las aseguradoras y los financiadores.

P. ¿Se percibe a España como un país que proporciona seguridad jurídica?

E.N. España es un país serio y así está reconocido fuera de nuestras fronteras. Somos un Estado en el que hay seguridad jurídica y en el que los tribunales, aunque sean lentos, funcionan razonablemente bien. No somos como otras jurisdicciones fuera de la Unión Europea. No percibo más recelo más allá de los comentarios de café que pueden hacerse en un momento dado. Aún no me he encontrado, en ningún asunto internacional, que una de las partes diga: "mejor no elegimos la jurisdicción española porque no es fiable".

M.R. Hace 15 o 20 años había que dar muchas explicaciones en el mercado inglés sobre lo que pasaba aquí en España. Eso ha cambiado totalmente y el país ha ganado mucha fiabilidad a nivel internacional. En el ámbito de los seguros, hubo algunas decisiones judiciales que sorprendían mucho, fundamentalmente, porque muchos jueces desconocían el derecho de los seguros. Todo eso ha cambiado muchísimo. Hoy contamos con magistrados, sobre todo en el Tribunal Supremo, que saben mucho de la materia y se han dictado algunas sentencias muy interesantes. En resumen: España es considerado como un lugar absolutamente serio y en la media europea.

Clyde & Co, boutique especializada en el sector asegurador, se adentra en su segunda década en nuestro país con una dirección renovada. Como avanzó este diario, Enrique Navarro y Miguel Relaño han tomado el relevo de Ignacio Figuerol y Ricardo Garrido, quienes pilotaron el aterrizaje de la marca en España y la han convertido en una de las firmas de referencia en su especialidad. En el último ejercicio cerrado, el bufete declaró unos ingresos de 9,7 millones de euros y actualmente cuenta con 70 abogados y 15 socios. Unas cifras que van a más porque, aunque el despacho se guía por el ejercicio fiscal inglés (que concluye el 30 de abril), en el último año natural han vuelto a crecer a doble dígito. Y ello, según explican Navarro y Relaño en entrevista con El Confidencial, que aún creen que pueden explotar mejor otros ámbitos de actividad en los que cuentan con un profundo expertise, como el de la energía, la construcción o el arbitraje.

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