Google afloja un poco la correa de su IA: comienza la gran transformación del buscador

Desde que ChatGPT irrumpió a finales de 2022, los grandes nombres de la industria se lanzaron a una carrera para conquistar la inteligencia artificial generativa. Aunque son muchos los que están metidos en el ajo, todo esto se ha convertido, por el momento, en un pulso entre Microsoft, que tiene como muleta tecnológica a OpenAI, y Google.

A lo largo del pasado año, ambas multinacionales han protagonizado un constante goteo de anuncios sobre nuevas funcionalidades y sistemas basados en esta tecnología. Pero una cosa es anunciar las cosas y otra muy diferente es ponerlas en circulación. A la hora de la verdad, los padres del buscador más utilizado del planeta han sido mucho más conservadores que los padres de Windows y Office.

Desde que Bard, el chatbot de la gran G y su alternativa a ChatGPT, se presentó en sociedad hasta que se pudo acceder libremente, pasaron varios meses. Y así hay multitud de ejemplos. El motivo de esta prudencia probablemente sea el tremendo impacto que puede tener la IA generativa en la piedra angular de su negocio publicitario: su buscador.

¿Quién va a ponerse a introducir términos en una caja blanca y comprobar un enorme listado de links sin saber si va a encontrar lo que busca cuando puede preguntar algo y que le den lo que quiere saber bien mascado? Dependiendo el alcance de esa respuesta, pueden cambiar la forma en la que millones de personas navegan en internet y, de paso, evaporarse unos cuantos millones de dólares por el camino.

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Los de Mountain View ya han puesto muchos desarrollos a disposición del gran público. Desde Bard hasta Duet AI. Pero todos los productos que tienen que ver con las búsquedas y la IA generativa los han tenido atados muy en corto, probándolos en pequeños grupos o únicamente con lo que ellos llaman "testers de confianza".

Pero este miércoles, Google ha aflojado un poco esa correa al anunciar que libera una forma de búsqueda que utilizará inteligencia artificial para generar las respuestas. Se trata de una función basada en Lens, su sistema de búsqueda visual. Ahora, el usuario podrá sacar una foto a una planta y preguntarle cómo debe cuidarla para obtener una respuesta. Hasta ahora lo que había que hacer era identificar la planta con esa aplicación y buscar por tu cuenta la respuesta.

Este solo es un ejemplo del uso que se le podría dar. Si ves una cascada en un video podrías tomar una captura o sacar una foto y preguntar que te preparase una ruta para llegar hasta allí sin tener que hacer nada más. La compañía va a poner esta función a disposición de quien quiera meterle mano en Estados Unidos, sin necesidad de darse de alta en ninguna lista de espera, como ocurre con otros productos.

La respuesta que ofrezca el sistema ofrecerá imágenes o enlaces que puedan servir de utilidad y dar más contexto. Estos links no tienen que ser necesariamente los de los artículos o páginas que se hayan utilizado para generar la respuesta. Oficialmente, este producto solo se lanzará en el mercado natal. Respecto a Europa, todavía no hay noticias al respecto. La compañía siempre ha lanzado este tipo de productos a este lado del Atlántico más tarde, para asegurarse de que cumplen con el RGPD y otras normativas comunitarias.

Lo que sí se verá en España es otra de las herramientas basadas en la tecnología de Lens. Una función llamada "Rodea para buscar". Se trata de un sistema que nos permitirá hacer con el dedo un círculo en cualquier objeto, producto o elemento que se vea en una imagen o una captura y que la aplicación busque de qué se trata. Básicamente es una pequeña evolución de este sistema de búsqueda visual. Eso sí, por ahora solo estará disponible en los Pixel 8 y en los Galaxy S24 que acaban ser presentados.

El gran cambio que se avecina

Con el lanzamiento de estos productos, Google da pasos hacia lo inevitable: la reinvención de su buscador incluyendo contenidos creados con inteligencia artificial generativa. En el pasado Google I/O, su cumbre anual de desarrolladores, presentó el proyecto SGE (Search Generative Experience) en el que dejó ver cómo va a rediseñar su producto estrella.

Básicamente, lo que va a incluir es un módulo con una especie de chatbot que generará las respuestas de lo que se ha preguntado en la caja de búsqueda. Esas respuestas podrán incluir enlaces recomendados a videos, a contenidos de redes sociales, a artículos o a tiendas online. La inclusión de esto en primer plano hará que los actuales resultados que ofrece el buscador aparezcan mucho más abajo, obligando a hacer scroll para acceder al resto de contenidos. ¿Esto en qué se traduce? En una dificultad notable para captar la atención de los usuarios.

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A diferencia del sistema de búsqueda visual con inteligencia artificial generativa que han presentado este miércoles, SGE sigue siendo una beta de acceso reducido en Estados Unidos. Pero que todavía no se haya liberado para el gran público, no significa que sus efectos no se hayan notado ya. Un informe de la consultora Gartner ha analizado cómo cambian los hábitos de los usuarios que han podido probarlo en los ocho meses que han pasado desde que se presentó. Los tambores han empezado a sonar, porque estiman que el tráfico que reciben las webs de Google se reducirá a la mitad en los próximos cuatro años. Según lo recogido en la investigación, el sistema de respuestas generadas por IA se activa en nueve de cada diez consultas. Hay muchas papeletas para que no tarden en cambiar la manera en la que buscan la información en internet.