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Claves y nombres propios en Galicia: quién es quién en las elecciones del 18-F
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ADELANTO ELECTORAL

Claves y nombres propios en Galicia: quién es quién en las elecciones del 18-F

Rueda (PP) hace kilómetros para acercarse a los mayores del rural, clave para retener la Xunta. Besteiro se multiplica con una agenda hiperactiva y Ana Pontón (BNG) templa discurso. Sumar todavía busca candidato

Foto: El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el candidato del PSOE, José Ramón Gómez Besteiro. (EFE/Xoán Rey)
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el candidato del PSOE, José Ramón Gómez Besteiro. (EFE/Xoán Rey)

El adelanto de las elecciones no ha cogido por sorpresa a los partidos políticos en Galicia, pero oficializarla en una fecha, el 18 de febrero, acelera la maquinaria y los cronómetros. La cita se presenta una vez más en clave nacional, pero las cuatro provincias gallegas esconden varias claves y nombres propios en los primeros comicios sin Alberto Núñez Feijóo en 14 años. Serán un nuevo asalto electoral entre el líder popular y Pedro Sánchez a escala autonómica y la primera prueba de fuego para atisbar por dónde irán el voto y los ánimos en los próximos meses, en plena resaca de la amnistía y los pactos con el independentismo.

Los dos dirigentes se juegan mucho en unas elecciones que se miran con lupa desde Madrid, empezando por los candidatos: Alfonso Rueda Valenzuela (PP) y José Ramón Gómez Besteiro (PSOE), directamente apadrinados por Feijóo y Sánchez, a los que están unidos por amistad personal y militancia política. Todos salen a ganar, pero en Galicia las alternativas reales son dos: el PP o un bipartito entre el PSdeG y el BNG. Estas son las claves.

Rueda, menos conocido que sus predecesores

Empecemos por Alfonso Rueda. Heredó la Xunta de manos de Alberto Núñez Feijóo en abril de 2022, cuando el segundo asumió los mandos del PP nacional. Estas elecciones serán su primer test real en las urnas. Desde 1990, el cartel azul del PP en Galicia solo ha tenido dos rostros: Manuel Fraga, primero, y Alberto Núñez Feijóo, después, y casi siempre con mayorías absolutas con la isla del bipartito PSOE-BNG entre 2005 y 2009.

Rueda llevaba 14 años en la Xunta como primer espada a los mandos de la Consellería de Presidencia y maneja perfectamente los hilos administrativos del Gobierno gallego, donde apostó por la continuidad mientras iba introduciendo su propia cuña para sacudirse las críticas de la oposición, que lo acusan de comandar un Ejecutivo "teledirigido" desde Madrid, mientras se reivindicaba a sí mismo. "Convoco yo y serán unas elecciones netamente gallegas", subrayó.

A favor juega su experiencia en la Xunta, una maquinaria muy eficaz y bien engrasada desde la que ejecutar rebajas fiscales, cheques a la dependencia o el bono deporte, que se han aprobado consecutivamente desde el verano hasta hoy. En su contra, el nivel de desconocimiento entre la población de más edad todavía es alto. Saber llegar a la Galicia envejecida, rural y dispersa de las provincias interiores es la llave del voto para ganar la Xunta.

Rueda sabe —y lo aprendió de Feijóo, que antes lo aprendió de Fraga— que patearse las aldeas y parroquias, en ferias, fiestas del pan u otros eventos gastronómicos, es tomar ventaja, y ya en noviembre echó a rodar el bus Galicia non para para acercarse a los vecinos a la hora de las cañas con cerveza sin alcohol y mostrar su lado menos encorsetado. También ha tomado nota del poder de la televisión autonómica para entrar en las casas y sus apariciones en programas de la TVG, del humor (Land Rober) a otros formatos, se han multiplicado en los últimos meses entre las críticas de manipulación y partidismo desde los medios públicos.

El PSOE se rearma con Besteiro

Los socialistas gallegos se llevaron un buen disgusto en 2020, cuando cayeron a la tercera posición y quedaron por detrás del BNG, en un papel secundario en la oposición. Entre asimilar la derrota y los líos internos que enfrentaron a Gonzalo Caballero —sobrino del alcalde de Vigo y exsecretario del PSdeG— contra el hombre fuerte actual, Valentín González Formoso, les fue pasando la legislatura, en la que estuvieron bastante desdibujados.

A la tempestad le siguió la calma, y desde el otoño han cerrado filas —y heridas— a toda prisa para reaparecer como un bloque unido detrás de José Ramón Gómez Besteiro, con línea directa con Ferraz. Besteiro iba lanzado en su carrera política en 2016 hasta que un lío judicial —que se archivó sin consecuencias— lo metió en la nevera política durante siete años. Ahora está ante su gran oportunidad.

Foto: El diputado del PSOE, José Ramón Gómez Besteiro. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

A favor, su veteranía política, bregado en muchas lides y con retranca y recursos en las distancias cortas. En contra, el poco tiempo desde que fue designado oficialmente candidato y su desconocimiento entre los jóvenes. Besteiro parece decidido a recuperar el tiempo perdido y tiene una agenda hiperactiva desde hace semanas, en que multiplica presencia, actos y declaraciones.

Todo engalanado con el apoyo explícito de su amigo Pedro Sánchez, que lo aupó primero como delegado del Gobierno y diputado por Lugo al frente de la Comisión de Transportes, y hasta le propuso ser ministro. Así lo contó propio Besteiro en la conferencia política del PSOE del pasado fin de semana en Compostela. “Quiero ganar”, manifestó categórico. "A Galicia le quedan 59 días de este Gobierno triste", sentenció.

La nacionalista Pontón

Antes de Ana Pontón, la única mujer que había sido candidata a la presidencia de la Xunta de Galicia fue Yolanda Díaz, en el cartel de Izquierda Unida. Pontón tiene en su haber la experiencia de 20 años como diputada en el Parlamento de Galicia y haberse consolidado en estos cuatro años como líder de la oposición. En 2020, triplicaron sus resultados con respecto a 2016 y lograron 19 diputados.

El punto de partida de Pontón es razonablemente bueno. Su firmeza templada en el discurso y las réplicas le han granjeado simpatías entre votantes no específicamente nacionalistas. A su favor tiene el liderazgo de la oposición y la descomposición del espacio a la izquierda del PSOE, con la escisión de Anova retornando a la nave nodriza del BNG. En contra, la sombra de la UPG, el brazo más férreo del nacionalismo y guardián de sus esencias, y la falta de una carrera profesional alternativa a la política.

Foto: La candidata del BNG a la presidencia de la Xunta, Ana Pontón, durante un acto electoral en Santiago de Compostela. (EFE)

Aunque Pontón también ha proclamado que sale a ganar para ser presidenta, la única alternativa al PP en Galicia pasa por un Gobierno bipartito con el PSOE, con la duda de cuál sería la correlación de fuerzas. Aunque tuvieron sus diferencias en el pasado, el pacto de investidura de Sánchez dejó una foto novedosa de Pontón-Besteiro en relativa —aunque fría— sintonía.

La incógnita Jácome

Una de las grandes incógnitas de esta campaña será el efecto que tendrá la irrupción de Democracia Ourensana en la órbita electoral gallega. El partido de Gonzalo Jácome, el excéntrico alcalde de Ourense, viene a desequilibrar la balanza en uno de los mejores graneros de votos del PP: la provincia de Ourense.

Foto: Gonzalo Pérez Jácome comparece ante la prensa tras la publicación de unas escuchas. Foto: EFE/Brais Lorenzo.

Jácome ya fue subestimado por sus adversarios en los comicios locales del mayo de 2023, en plena tormenta mediática y con una investigación de la Fiscalía en ciernes por varios presuntos delitos ligados a su ejercicio como regidor. Contra todo pronóstico, su partido ganó asientos y se amarró a la alcaldía ourensana con 10 ediles (tres más de los que ya tenía). Ha designado candidato a la presidencia de la Xunta a su mano derecha, Armando Ojea, y ya ha proclamado que la formación pactará con quien haga falta. Su irrupción en la disputa por escaños clave en esa provincia puede desequilibrar la balanza y perjudicar, fundamentalmente, a PP y PSOE. Y todo regado con el temperamento imprevisible de su líder.

Sumar resta a Podemos

A Sumar, la convocatoria le ha caído como un mazazo. Con la casa sin barrer y sin tejado. Al poco tiempo que les queda para tratar de armar una coalición (límite, 5 de enero) se une que no han designado candidato para una campaña que arranca oficialmente a las 0:00 del jueves 8 de febrero.

La dirección del Movimiento Sumar, que encabezan dos gallegas, Yolanda Díaz y Marta Lois, se inclinaba por una mujer del ámbito de la justicia, la salud o académica, pero varios nombres no han cuajado y el que parece tener más papeletas es su actual portavoz, Paulo Carlos López, un recién llegado y desconocido profesor de Ciencias Políticas que había integrado un proyecto fallido como fue Compromiso por Galicia.

Enfrente, tienen al coordinador de Podemos Galicia, Borja San Ramón Tizón, antiguo aliado de Díaz, que tampoco ha dicho quién será su candidato. Es altamente improbable que Sumar y Podemos logren reconstruir los puentes que dinamitaron y, de hacerlo in extremis, armar un pacto a la desesperada que no ha funcionado en el pasado. AGE (Alternativa Galega de Esquerdas) logró nueve escaños en las autonómicas de 2012, subió a 14 en 2016 y los perdió todos en 2020. Desde Anova, ya han dicho que no van y que no se les espere. Los antecedentes recientes son nefastos y la fragmentación del voto beneficia a PP, PSOE y BNG.

Las dudas de Vox

En último término está Vox. La formación ultraconservadora nunca ha logrado representación en las instituciones gallegas, más allá de una edil en un pueblo de montaña de Ourense. Sus resultados en Galicia en las últimas elecciones autonómicas fueron a la baja, con menos de 30.000 sufragios. El partido, aunque tampoco tiene candidato, confía en mejorar sus números y entrar en el Parlamento gallego por primera vez. La dirección se agarra al contexto nacional, con Feijóo reuniéndose con Sánchez, para crecer e incluso condicionar el Ejecutivo del PP. Será una tarea difícil.

El adelanto de las elecciones no ha cogido por sorpresa a los partidos políticos en Galicia, pero oficializarla en una fecha, el 18 de febrero, acelera la maquinaria y los cronómetros. La cita se presenta una vez más en clave nacional, pero las cuatro provincias gallegas esconden varias claves y nombres propios en los primeros comicios sin Alberto Núñez Feijóo en 14 años. Serán un nuevo asalto electoral entre el líder popular y Pedro Sánchez a escala autonómica y la primera prueba de fuego para atisbar por dónde irán el voto y los ánimos en los próximos meses, en plena resaca de la amnistía y los pactos con el independentismo.

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