La carrera socialista a la Xunta: tres aspirantes y un favorito rehabilitado

"Cuando tienes a Messi, hay que ponerlo a jugar". Son palabras del número dos del PSdeG, José Manuel Lage, cuando en diciembre finalizó el calvario judicial de José Ramón Gómez Besteiro, el líder del partido que dimitió en 2016, acosado por hasta 10 imputaciones. Ponerlo a jugar significa lanzarlo como candidato a la presidencia de la Xunta, como admitió el propio secretario general, Valentín González Formoso, cuando se ofreció a dar "un paso a un lado" como aspirante si así se lo pedía el también expresidente de la Diputación de Lugo. Después de meses de silencio de Besteiro que enfriaron el ambiente, su nombramiento este martes como delegado del Gobierno en Galicia ha agitado la carrera a un año de las autonómicas. Ahora son tres los candidatos, con él como favorito en las quinielas.

Los últimos cambios en el Gobierno de Pedro Sánchez han proyectado el perfil de dos aspirantes, que se suman al secretario general. De un lado, el nuevo ministro de Sanidad, José Miñones, un nombre que empezó a barajarse desde que accedió a la Delegación del Gobierno en marzo de 2021. Del otro, su sucesor, el propio Besteiro, que el pasado diciembre veía cómo se archivaba la última causa judicial pendiente después de seis años de instrucción. El tercero es el secretario general del partido, dispuesto a formar una bicefalia con Besteiro si este da un paso adelante en sus aspiraciones. Pero los críticos avisan de que en un partido abierto a primarias el abanico es más amplio. El propio Gonzalo Caballero, antecesor de Formoso, no descarta someter sus aspiraciones al veredicto de la militancia.

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La dirección del PSdeG ve en Besteiro el político adecuado para las autonómicas de 2024, cuando —si no hay anticipo— el sucesor de Alberto Núñez Feijóo, Alfonso Rueda, tenga que calibrar por primera vez en las urnas su tirón electoral. A su favor juega el apoyo explícito de Formoso, con el foco puesto en retener la Diputación de A Coruña que preside y en su candidatura a la alcaldía de As Pontes. También se le reconoce la histórica derrota que infligió al Partido Popular en la Diputación de Lugo, un feudo tradicional de la derecha. Cuenta además con el favor de Pedro Sánchez, que lo apoyó incluso en los peores momentos, con dos causas encima de la mesa, la Garañón y la Pulpo. Sánchez siempre confió en su inocencia, pero los 10 delitos imputados fueron demasiados y se impuso el código ético. Besteiro dejó la secretaría general y su puesto en el comité federal socialista.

Pero no todo es entusiasmo con el regreso a la política del exlíder socialista. "La exoneración judicial no garantiza ser un referente idóneo", ni tampoco poder dirigir el "rumbo adecuado" para la formación socialista en Galicia, sostiene su sucesor en el cargo, Gonzalo Caballero. Tras perder el último congreso del PSdeG frente a un Formoso que sumó el 51% de los votos en primarias, Caballero no tira la toalla y encabeza un sector del grupo parlamentario crítico con el nuevo líder, al que acusa de perder protagonismo en un debate político capitalizado por Rueda y la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón. "La dirección política está desaparecida y cuenta con un nivel de conocimiento muy bajo", lamenta un diputado crítico.

"Cuenta además con el favor de Sánchez, que lo apoyó incluso en los peores momentos, con dos causas encima de la mesa, Garañón y Pulpo"

La terna que se dibuja en el socialismo gallego tiene por delante un recorrido corto en el tiempo —las autonómicas serán no más tarde de julio de 2024— pero lejano en las prioridades. A apenas dos meses de las municipales, que concentran ahora toda la atención, las generales de final de año serán determinantes para decidir el cartel electoral. "Si Sánchez cede el paso a Feijóo, ir a las autonómicas con la etiqueta de exdelegado de un Gobierno perdedor y como hombre de Sánchez en Galicia no parece la mejor carta de presentación", asume otro diputado socialista.

José Miñones, mientras, ha pasado en apenas dos años de ejercer la alcaldía en Ames (A Coruña), de 31.000 habitantes, a ministro, una carrera fulgurante que consolida sus aspiraciones. El Departamento de Sanidad le permitirá confrontar directamente con Isabel Díaz Ayuso y Alfonso Rueda, dos de los presidentes autonómicos con más problemas en ese campo. Sería además el menos damnificado de los tres aspirantes de sufrir unos malos resultados en las elecciones generales, pero en su caso, una bicefalia con Formoso en la secretaría general con él como candidato tendría menos opciones.

Está por demostrar cómo funciona una delegación del Gobierno como plataforma electoral. "Hay poquísimos antecedentes en España, por no decir ninguno, de un delegado que haya tenido éxito después como candidato en una comunidad autónoma", apunta un veterano militante del PSdeG. En Galicia, casos como Juan Miguel Diz Guedes en el PP o Antón Louro en el PSOE, ambos lanzados en elecciones municipales desde la delegación, tuvieron consecuencias desastrosas. Besteiro puede romper ese tabú, pero habrá que esperar un año largo para comprobarlo.