El alcalde de Ourense la ha vuelto a liar. El controvertido Gonzalo Pérez Jácome provocó este viernes otro de sus cada vez más habituales espectáculos, nuevamente con la prensa como objetivo. Son conocidas sus pugnas con periodistas que considera hostiles y el encontronazo en público con Óscar Outeiriño, propietario del diario La Región, que acabó en comisaría. El pasado viernes promovió una moción en el pleno municipal para prevenirse de los "periodistas carroñeros". Los informadores abandonaron la sesión como muestra de su malestar con el alcalde. "Mira qué demócratas son, que se ausentan", les criticó el regidor.
La víspera del pleno, el Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia (CPXG) y la Asociación de Periodistas de Galicia publicaron sendos comunicados para expresar su preocupación, ante lo que consideran un ejercicio de censura del alcalde sobre los medios, e instaban a Democracia Ourensana (DO), el partido de Jácome, a retirar la moción. La iniciativa de DO —que gobierna en minoría, con el apoyo del PP— estaba condenada al fracaso y no se llegó a votar, pero dio tiempo a escenificar un monólogo de Jácome ante el micrófono contra sus críticos.
"Solamente la prensa tiene derecho a criticar al resto de la sociedad, es increíble", ironizaba mientras presenciaba cómo la mayoría de los profesionales de la información abandonaban la sala, entre aplausos de socialistas y nacionalistas. "Es curioso, el alma de los periodistas es el debate, y cuando empezamos a debatir se ausentan. Son unos demócratas de carallo". Jácome continuó con su versión de lo que acontecía: "No se puede criticar a la prensa, es la prensa la que tiene el derecho a criticar a los demás, es increíble". Y, ya en tono épico: "Quien gana la batalla tiene más fuerza para contar la historia".
La moción, presentada bajo el título Defensa de una información veraz en los medios de comunicación, proponía la elaboración de un protocolo para defenderse de "informaciones lesivas", en lo que enmarca en una campaña contra las fake news. En el texto, DO critica duramente a los medios, a los que acusa desenfocar la realidad para "desviarse de los principales problemas". También censura el "seguidismo de las fuentes oficiales" que a su juicio practica la prensa local, o que se explote "la espectacularidad en detrimento del rigor informativo". El partido de Jácome aboga por tomar medidas contra las noticias falsas, algo que "debió hacerse muchos años antes de la llegada de Internet", y apela a perseguir "la mentira y las patrañas" de tertulianos y portadas de periódico.
En su análisis de la situación de los medios, la moción, firmada por el que será su candidato a presidir la Xunta en las próximas autonómicas, Armando Ojea, el partido de Jácome admite que no deben ser los gobiernos los que decidan qué es verdad y qué es mentira, pero alerta de la proliferación de fake news como "un sistema de engaño impune del que han disfrutado los medios y los gobernantes desde hace décadas". "Basta con que los medios de comunicación contraten a periodistas miserables para que las verdades terminen sepultadas con sus mentiras", añade, una situación de la que no culpa al "profesional carroñero", sino a un ordenamiento legal en el que los periodistas "pueden mentir sin apenas sanciones". "Solo con la verdad podemos tener libertad", añadía el texto.
La condena de las asociaciones de periodistas fue unánime. El Colexio Profesional de Xornalistas acusó al alcalde de atribuirse la capacidad de juzgar la veracidad de la información. “Resulta evidente” que no es el Ayuntamiento de Ourense ni los concejales de la corporación quienes tienen la potestad de decidir sobre estas cuestiones, “sino que son los tribunales los únicos que pueden calificar una información como delictiva y, en su caso, la propia comunidad periodística”, a través de la autorregulación, señala el comunicado del CPXG. En él se instaba a retirar la moción, “dado que significa una injerencia intolerable en la labor informativa” y “puede acabar siendo utilizada para atacar la libertad de información”.
DO optó por desistir de su iniciativa, no tanto por las críticas de los colectivos de periodistas o de la oposición como por la certeza de no contaría con los votos suficientes para salir adelante. De hecho, Democracia Ourensana se exponía a que prosperase una enmienda de sustitución del PSdeG que instaba al gobierno municipal a dejar de usar las redes oficiales del Ayuntamiento con “fines partidistas” y pedía una declaración institucional de apoyo a los periodistas y a la libertad de expresión.
La presentación de la moción se anunció el pasado martes después de otro polémico pleno de apenas cinco minutos de duración, en el que Jácome negó la palabra a la oposición y acusó al interventor municipal de "lawfare". Y el propio pleno del viernes tuvo polémicas añadidas a la finalmente retirada moción, cuando el BNG planteó una iniciativa urgente para abordar una condena conocida esa misma mañana, que condena al Ayuntamiento y a un exconcejal de Seguridad de DO por un delito de acoso laboral contra la jefa de la Policía Local. Con el micrófono abierto, Jácome hojeó los periódicos que se hacían eco de la sentencia mientras dejaba otra de sus perlas. "La prensa es una vendida", se le escuchó.
El alcalde ourensano se ha hecho popular tanto por sus extravagancias como por su abierta enemistad con la mayor parte de los medios y muchos periodistas locales. Con La Región mantuvo un enfrentamiento a cara de perro en la campaña de las municipales por la publicación de unos audios en los que se jacta de hacer pagos en negro, antes de acabar en comisaría por su enfrentamiento con el editor. También ha criticado abiertamente a los delegados de diversos medios y recientemente abandonó la grabación de un debate en la radio pública gallega cuando se le impidió grabarlo con una cámara de su televisión local
El alcalde de Ourense la ha vuelto a liar. El controvertido Gonzalo Pérez Jácome provocó este viernes otro de sus cada vez más habituales espectáculos, nuevamente con la prensa como objetivo. Son conocidas sus pugnas con periodistas que considera hostiles y el encontronazo en público con Óscar Outeiriño, propietario del diario La Región, que acabó en comisaría. El pasado viernes promovió una moción en el pleno municipal para prevenirse de los "periodistas carroñeros". Los informadores abandonaron la sesión como muestra de su malestar con el alcalde. "Mira qué demócratas son, que se ausentan", les criticó el regidor.
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