El PSOE llama a salir a la calle a "todos los progresistas" para apoyar a Pedro Sánchez

• Última hora de Pedro Sánchez: reacciones a su carta, manifestaciones de apoyo en Ferraz y últimas noticias de su posible dimisión

Sábado de gloria en Madrid a la espera de un lunes de resurrección. El PSOE se conjura para persuadir a Pedro Sánchez de que siga al frente del Gobierno y no anuncie su dimisión. Militantes procedentes de toda España se concentrarán hoy a las puertas de la sede socialista de Ferraz para demostrarle que le apoyan y le piensan defender.

Con el jefe del Ejecutivo prácticamente incomunicado, sin atender a nadie, centrado en tomar una decisión sobre su futuro junto a su familia y fundamentalmente con su mujer, Begoña Gómez, la dirección socialista intenta llenar el vacío de estos días de reflexión. Mientras las calles se llenan de gente, el partido celebrará una reunión del Comité Federal que, por primera vez, no contará con Sánchez y se emitirá íntegramente en abierto.

Ferraz asegura que no ha organizado nada y que se ha producido una movilización espontánea para intentar a retener al presidente del Gobierno que, este miércoles tras conocer la apertura de diligencias contra su esposa por reuniones mantenidas con empresarios que perciben fondos públicos, publicadas por este diario, decidió cancelar cinco días su agenda para valorar si sigue al frente del Ejecutivo o se va.

Lo habitual es que el Comité Federal, al que asiste incluso Emiliano García-Page, el dirigente más crítico con Sánchez, ofrezca señal solo del discurso del secretario general y cape las intervenciones posteriores. En esta ocasión, al ausentarse él, se escuchará a todos hablar. El cierre de filas será total. El PSOE proyectará una imagen de unidad para convencer a su líder y a su mujer de que no tiren la toalla. El papel de Begoña Gómez es clave porque es ella quien ha protagonizado ahora el debate político.

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Fuera de la sede se han instalado incluso pantallas gigantes. "Celebración del socialismo por todo lo alto", ironizan fuentes del partido. Su equipo más directo, que insiste en que desconoce su decisión, trata así de decantar su permanencia. Creen que optará por seguir en la Moncloa si ve que existe una "reacción social", un respaldo que va más allá del PSOE.

Este es el llamamiento que los socialistas han comenzado a hacer al presentar su continuidad como un test sobre la calidad de la democracia española, que debe implicar a todos los "todos los progresistas" y a "la gente de bien". El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, aseguró ayer que en la reunión del Comité Federal de mañana se va a trasladar un mensaje a "este país".

"Con esta estrategia de la mentira y la difamación de la derecha y la ultraderecha con todos los poderes que no aceptan que no gobiernan, no van a poder con nosotros". Según López, "defender a Sánchez es defender la democracia, el sistema político y la dignidad y la decencia de la política". El ministro de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños también apuntó a la necesidad de una "reflexión colectiva" sobre "si queremos una democracia tóxica o una democracia limpia". "Tenemos que poder hacer política sin que haya jaurías utilizando bulos y mentiras para atacarnos, para intimidarnos a los progresistas", manifestó.

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Estos argumentos parecen destinados a preparar el terreno para el regreso de Sánchez a la vida pública, con la misión, precisamente, de liderar una iniciativa regeneradora, una opción que algunas fuentes del partido sí contemplan. Pero también podría servirle al PSOE, en caso de que dimita, para vender que se ha visto obligado a irse, por la presión de la oposición contra él y su familia.

Lo cierto es que Sánchez ha conseguido ya un "revulsivo" porque, aseguran fuentes progresistas, "sólo se habla de política en España". Ha recibido incluso apoyo de líderes internacionales para que siga. Eso invita a pensar que realmente está preparando una ofensiva y que el lunes anunciará decisiones plebiscitarias para poner a la opinión pública a su favor y medir sus fuerzas.

Pero el desánimo en el PSOE es tan profundo y ha escalado tanto la sensación de que dimitirá que incluso en el partido cuesta ver este plan. Son ya muy, muy pocos los que aún piensan que se quedará. Los ministros se encuentran absolutamente en vilo, sin saber qué pasará. Y lo que todos repiten es que no habla con nadie.

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Esta crisis contiene ingredientes totalmente ajenos a la ejecución normalizada de una decisión política. Nunca un presidente del Gobierno ha suspendido su agenda para resolver si sigue o no en el cargo, menos con un anuncio previo de su reflexión con una carta a los ciudadanos. Sánchez lo ha hecho, además, sin comentarlo previamente con su equipo y en un momento en que su vida personal se ha visto afectada por la refriega política. Sus colaboradores están absolutamente desconcertados y el partido muy confundido.

En medio de esta profunda incertidumbre, el PSOE ha optado por retrasar al martes la aprobación de la candidatura a las elecciones europeas. El Comité Federal sí aprobará la nominación de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, como número uno de la lista. Este sábado esa es la única certeza.