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Un mes dándole vueltas hasta que el miércoles se encerró y lanzó la carta
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Posible renuncia

Un mes dándole vueltas hasta que el miércoles se encerró y lanzó la carta

Se retiró tras acabar la sesión de control y sus ministros se enteraron de sus intenciones por Twitter. En Sumar sí deslizan que Yolanda Díaz pudo hablar con él antes de hacer pública la misiva

Foto: Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados este miércoles. (Europa Press/Jesús Hellín)
Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados este miércoles. (Europa Press/Jesús Hellín)
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Hay políticos que pasan por los cargos sin aprender nada y otros que crecen y evolucionan. Pero todos, con más o menos intensidad, sufren un gran desgaste. En el caso de Pedro Sánchez, su entorno admite que esa erosión le ha hecho mella. Lo ha transformado estos años hasta provocar un punto de maduración que no tenía un lustro atrás, pero también le ha provocado una herida personal intensa.

Este daño había permanecido bastante escondido hasta ahora. El presidente del Gobierno considera que los ataques de la oposición contra él, tras una legislatura anterior ya muy polémica, se han exacerbado desde el 23-J. Pero siempre ha transmitido que se lo toma con deportividad y que no lo dañan. Eso pasaba hasta que en la refriega política se han incluido las actividades de su mujer, Begoña Gómez.

Desde ese momento, su enfoque ha cambiado. Sánchez lleva semanas dando señales de su preocupación, que pasaron desapercibidas incluso a algunos de sus interlocutores. Hasta que ayer anunció la cancelación de su agenda para valorar la posibilidad de dimitir.

Daniel Innerarity, filósofo y ensayista español, estuvo con él en la Moncloa hace un mes. Acudió al encuentro pensando que iban a hablar sobre la situación geopolítica, pero se encontró con "una persona vulnerable, abatida, que contrasta mucho con esa imagen del resistente, que seguramente también él ha forjado con sus libros". Él mismo lo contó anoche en la SER. La primera parte de esa charla, que se prolongó hora y media, fue sobre cómo estaba viviendo las acusaciones contra su esposa, Begoña Gómez.

Foto: Pedro Sánchez y Begoña Gómez en una imagen de archivo. (Gtres)

La molestia que le producían ha sido evidente estas semanas. Se negaba a hablar de ello y la Moncloa esquivaba dar explicaciones. Pero la admisión de la denuncia de Manos Limpias, que conlleva que incluso podrían llamarla a declarar, precipitó una decisión que, por las propias revelaciones de Innerarity, llevaba tiempo dando vueltas.

El propio Sánchez sacó a colación el asunto en la sesión de control en el Congreso. “En un día como hoy, y después de las noticias que he conocido, a pesar de todo, sigo creyendo en la Justicia de mi país”, dijo, después de que El Confidencial informara de la apertura de diligencias.

Todo el mundo vio ayer al presidente tocado. Ni se molestó en esconderlo, sus gestos lo evidenciaban. Se marchó contrariado del Congreso y "se retiró" a la Moncloa a unas primeras horas de reflexión. En ese tiempo escribió la carta, que poco después de las siete de la tarde hizo pública.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión de control al Ejecutivo. (Jesús Hellín/Europa Press)

Ni sus propios ministros conocían sus intenciones. La vicepresidenta del Gobierno y vicesecretaria del PSOE, María Jesús Montero, aseguró esta mañana, también en la SER, que ella se enteró cuando Sánchez colgó la carta a la ciudadanía en su cuenta de Twitter. El ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, contó en Radiocable que él lo hizo "unos minutos antes" de que se difundiera.

Más tarde los dos acudieron a la Moncloa junto al ministro de Transportes, Óscar Puente, y el secretario de Organización, Santos Cerdán. En el encuentro no estaba el presidente del Gobierno. Después de que cada uno la leyera, se organizaron para verse. "No estuvimos hablando ni de escenarios ni de especulaciones, sino que estuvimos profundizando en cómo se encontraba él y en cómo podíamos ayudarlo", explicó.

Desde Sumar se dio a entender que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, líder de esta plataforma, también se enteró antes. Su portavoz en el Congreso, Íñigo Errejón, dijo que ella habló con el presidente y también con las otras vicepresidentas. El socio de gobierno alude a una "situación personal difícil de Sánchez" con la que van a ser "extraordinariamente respetuosos".

La cuestión "personal" parece estar en el fondo del debate. Así lo entiende su núcleo duro, que asegura trabajar para que no renuncie. María Jesús Montero señaló que "estamos todos muy concentrados en que la decisión que tome el lunes sea continuar". "Pero es una decisión que va a tomar con su entorno", en referencia a su mujer y su familia.

No parece que nadie sepa qué va a hacer, pero existe bastante unanimidad en que, se vaya o se quede, emprende un nuevo camino y que anunciará novedades, políticas o personales, con recorrido.

Hay políticos que pasan por los cargos sin aprender nada y otros que crecen y evolucionan. Pero todos, con más o menos intensidad, sufren un gran desgaste. En el caso de Pedro Sánchez, su entorno admite que esa erosión le ha hecho mella. Lo ha transformado estos años hasta provocar un punto de maduración que no tenía un lustro atrás, pero también le ha provocado una herida personal intensa.

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