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Sánchez descoloca al PSOE, que duda de si es "estrategia" o "va en serio"
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Sánchez descoloca al PSOE, que duda de si es "estrategia" o "va en serio"

Su aviso de que podría dimitir provoca una cascada de pronunciamientos a favor, que pueden sugerir un movimiento orquestado, pero los socialistas están confusos y creen que realmente puede irse

Foto: Manifestación en apoyo a Pedro Sánchez en la sede del PSOE de Ferraz, en Madrid. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)
Manifestación en apoyo a Pedro Sánchez en la sede del PSOE de Ferraz, en Madrid. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)
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Cuando nadie es capaz ni de imaginar el siguiente movimiento, Pedro Sánchez ya lo tiene decidido. Mientras toda la clase política deliberaba este miércoles sobre los efectos de la investigación abierta por un juzgado de Madrid contra su esposa, Begoña Gómez, por un presunto tráfico de influencias, el presidente del Gobierno rumió durante horas una decisión inesperada. Se retira hasta el lunes a reflexionar sobre su continuidad en el cargo. Ese día dará a conocer su decisión.

Su anuncio, realizado a través de las redes sociales con una carta dirigida a los españoles, dejó a todo el mundo desconcertado. También a su partido, que no es capaz de discernir si es "pura estrategia" para provocar una ola de apoyo o si realmente está pensando en dimitir. Hay opiniones para todos los gustos, pero lo cierto es que los socialistas tienen el miedo metido en el cuerpo.

Foto: Posible dimisión de Pedro Sánchez, última hora en directo

El jefe del Ejecutivo interpreta que existe un intento de derribarlo, que ha emergido tras las informaciones desveladas por El Confidencial sobre los contactos de su mujer con empresarios que reciben dinero público, en la que incluye a PP, a Vox y al sindicato Manos Limpias, que ha presentado la denuncia judicial contra Begoña Gómez.

"Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política. Si debo continuar al frente del Gobierno o renunciar a este alto honor", escribió.

El pánico recorrió las filas socialistas ante la posibilidad de que realmente se marche. "Espero que no". "No sé me pasa por la cabeza, pero quién sabe...". "Cualquier cosa puede pasar". Estas son algunas de las dubitativas respuestas que ayer se ofrecían en el partido.

Desde hace meses se ha extendido la impresión de que Sánchez, un hombre que solo ha reconocido haber sufrido estrés en los primeros días del confinamiento, ha acusado que su mujer esté en el centro del debate político. "Está desencajado", aseguran fuentes gubernamentales.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez.

Las consecuencias que este asunto ha podido tener en su inalterable equilibrio emocional es lo que internamente genera recelos sobre qué paso dará. "No es estrategia", defienden dirigentes que le conocen bien. "Va en serio". "Ya no es política, es personal". Cargos que le tratan apuntan también a un "hartazgo" larvado en las últimas semanas, que hacen imposible desentrañar su pensamiento. "No se puede ir así porque sí", dicen unos. "Se va fijo", afirman otros.

Pero junto a estas opiniones conviven otras en el PSOE que sí ven que todo forma parte de una nueva campaña de 'o conmigo o contra mí'. 'O yo o Feijóo y Abascal', el mismo enfoque con el que planteó el adelanto de las generales y que le hizo (junto a la concatenación de errores del PP) sumar un millón de votos más. Y que conecta con el papel de víctima que adoptó tras ser defenestrado de la secretaría general del partido y que le permitió volver al poder aupado por la militancia.

"No se va a ir", señala una fuente del PSOE, que ve en estos días de reflexión una nueva jugada. "Lo que quiere es que medio partido lo piense". "Pedro en estado puro", añade otra. Hay una postura intermedia, de quienes sin saber qué hará o no, consideran que pretende cambiar el curso de los acontecimientos. "Es un aldabonazo que se necesita", indica un cargo del Ejecutivo.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (EFE/Adrián Ruiz Hierro)

"Cinco días son más que suficientes para generar el clima social de que urge poner límites", mantiene un parlamentario. "El debate en el Congreso y en el Senado es horrible". Lo cierto es que en esta opinión, sobre la degradación del combate público, coinciden estas semanas políticos tanto del PP como del PSOE. "No va a dimitir, lo que pretende es romper el tablero y liderar la iniciativa de la regeneración", afirma una fuente territorial.

De entrada, Sánchez ya ha provocado una cascada de respaldo y una discusión pública sobre la necesidad de dejar fuera de la pugna política "las campañas de ataques y los insultos personales". La mayoría de los cargos del PSOE han salido en tromba a defenderle, hasta personas con las que no se habla como Emiliano García-Page. No sería el caso del presidente de Castilla-La Mancha, pero el aluvión sugiere algo más orquestado.

Para empezar, a punto de cortar esta noche el lazo de la campaña electoral de las elecciones catalanas, el PSC se coloca en primerísimo plano. La cancelación de la agenda de Sánchez será visible con su ausencia en el primer mitin en Sabadell y también en el Comité Federal del sábado, que debe aprobar la lista a las europeas. En esta situación de falta de poder, los socialistas catalanes han asumido de alguna manera el mando y han convocado a los secretarios generales del resto de federaciones a una reunión extraordinaria de su ejecutiva. Más luz para Salvador Illa.

Pero hay otras decisiones que llevan a pensar que igual no es una maniobra estratégica y hay algo más. Su núcleo duro se reunió en Moncloa sin él. Al encuentro, adelantado por la Ser, acudieron la vicepresidenta primera y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, el ministro de Transportes, Óscar Puente, y el secretario de Organización, Santos Cerdán.

Esto apunta a que está pasando algo de mucho calado, que requiere de una reflexión y también de una planificación. Y aquí entra la fórmula António Costa, la marcha del presidente portugués por un supuesto caso de corrupción que ha quedado en nada y que ahora podría ser repescado como presidente del Consejo Europeo. Y la teoría de quienes mantienen que, en determinado momento, a los presidentes del Gobierno su país se les queda pequeño.

Cuando nadie es capaz ni de imaginar el siguiente movimiento, Pedro Sánchez ya lo tiene decidido. Mientras toda la clase política deliberaba este miércoles sobre los efectos de la investigación abierta por un juzgado de Madrid contra su esposa, Begoña Gómez, por un presunto tráfico de influencias, el presidente del Gobierno rumió durante horas una decisión inesperada. Se retira hasta el lunes a reflexionar sobre su continuidad en el cargo. Ese día dará a conocer su decisión.

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