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El laberinto de la operación Influencer: ¿y si el primer ministro de Portugal ha dimitido por nada?
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Dimisión en duda

El laberinto de la operación Influencer: ¿y si el primer ministro de Portugal ha dimitido por nada?

Desaciertos en la investigación de la Fiscalía, incluyendo un error de transcripción, hacen caer varios de los cargos que pesaban sobre el círculo del primer ministro

Foto: António Costa, primer ministro dimisionario de Portugal. (EFE/Tiago Petinga)
António Costa, primer ministro dimisionario de Portugal. (EFE/Tiago Petinga)

Decir que ha habido sorpresas y volteretas en los nueve días desde que el primer ministro portugués renunció, es quedarse corto.

La investigación, ahora conocida como operación Influencer, estalló el martes pasado en Portugal, provocando la renuncia de António Costa, dejando cinco detenidos y varios imputados —entre ellos, altos funcionarios del gobierno—, por lo que la Fiscalía estimó que eran delitos de corrupción, prevaricación y tráfico de influencias. Los negocios en causa involucran la construcción de un centro de datos en Sines y licitaciones para explotar litio e hidrógeno verde en el país.

Pero al correr de los días, ya despejada la polvareda, los analistas portugueses comenzaron a levantar una pregunta pertinente: ¿de qué se acusa al primer ministro? En concreto, aún no se conocen mayores detalles de la investigación. El martes 7 de noviembre, un comunicado de prensa de la propia Fiscalía afirmaba que, durante las investigaciones, "los sospechosos han invocado el nombre y la autoridad del primer ministro y (...) este ha intervenido para desbloquear procedimientos", refiriéndose a las licitaciones. Fue ese el párrafo que provocó la renuncia de Costa, horas más tarde. Pero este domingo, CNN Portugal informó que la Fiscalía cometió un error en la transcripción de una de sus escuchas, confundiendo una mención al ministro de Economía, António Costa Silva, con el primer ministro, António Costa. Los abogados defensores, con acceso a los audios, confirmaron este lapsus, mientras que el presidente del Sindicato de Fiscales dijo que "esa diferencia no tiene mayor relevancia en el proceso".

Foto: Dimite el primer ministro portugués, António Costa. (EFE/José Sena)

Desaciertos como la imputación de cargos basándose en decretos errados o pruebas de la Fiscalía consideradas como vagas e imprecisas llevaron al juez de instrucción, Nuno Dias Costa, a desestimar los presuntos crímenes de corrupción y prevaricación, dejando en pie solo los crímenes menores de presunto tráfico de influencias y obtención indebida de ventajas. Los cinco detenidos en la operación quedaron libres y con medidas cautelares mucho más suaves que las solicitadas por los fiscales. Esta suma de errores ha dejado a los portugueses con un extraño sabor de boca. ¿Fue apresurada la renuncia de su primer ministro?

¿Era evitable la renuncia de Costa?

La noche de la renuncia, el columnista político portugués Daniel Oliveira se preguntaba por los alcances de la investigación de la Fiscalía y las supuestas menciones a Costa por parte de los demás sospechosos. El primer ministro "dimitió por un vago párrafo sobre una vaga sospecha. Tenemos derecho a conocer en detalle lo que finalmente condujo a la caída de un Gobierno con mayoría absoluta", escribió en su columna en el diario Expresso.

Hasta ahora, el Ministerio Público solo ha informado que el proceso que investiga las menciones a Costa fue comenzado el 17 de octubre, y que, como manda la ley, reside en el Tribunal Supremo de Justicia.

"Un límite que no estaba dispuesto a pasar"

Pedro Magalhães, investigador del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa, dijo a El Confidencial que para el primer ministro la confirmación de una sospecha por parte de la Fiscalía significaba "un límite que no estaba dispuesto a pasar". El propio Costa expresó que "la dignidad del cargo de primer ministro no es compatible con la sospecha sobre su integridad".

Magalhães también apunta al desgaste de Costa luego de ocho años al mando del Gobierno. "Si esto hubiese sucedido al inicio del mandato de António Costa, no sé si la reacción habría sido la misma. Él está en el poder desde 2015, y creo en la posibilidad de que esa fatiga y cansancio significaron para él el momento de salir", dice el investigador. Aunque todavía se desconoce la gravedad de los cargos, los especialistas coinciden en que las implicancias que todavía pesan sobre su círculo de hierro hicieron inevitable su renuncia.

Uno de los detenidos en la operación Influencer es Vítor Escária, jefe de gabinete de Costa y a quien le fueron incautados 75.000 euros en efectivo y nominales, guardados dentro de una caja de vino en su despacho, en la residencia oficial del primer ministro. El abogado de Escária aseguró que se trataba de un dinero que había ganado dando clases y realizando consultorías en Angola en 2020. La no declaración de este dinero podría ser investigada como fraude al fisco. Escária quedó en libertad tras pagar una fianza de 150.000 euros, pero con órdenes de no dejar el país. Sigue siendo acusado de posible tráfico de influencias.

Foto: Covas do Barroso, donde se quiere proyectar la mina de litio. (EFE/Marina Otero)

Otro de los detenidos es Diogo Lacerda Machado, abogado consultor de Start Campus, la empresa responsable del centro de datos, y reconocido mejor amigo de António Costa, de quien fue su padrino de matrimonio. Fue una llamada entre Lacerda Machado y Afonso Salema, administrador de Start Campus, la que habría involucrado erróneamente a António Costa en las investigaciones. Lacerda Machado habría dicho que "movería influencias" con António Costa Silva, pero en la transcripción que hizo Fiscalía de esa escucha, aparece como una mención al primer ministro. Lacerda es investigado por el delito de tráfico de influencias.

La suma de involucrados ligados el Gobierno suma y sigue: João Galamba, exministro de Ambiente e Infraestructuras; João Tiago Silveira, abogado y antiguo portavoz del PS; y Nuno Lacasta, presidente de la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente, son todavía investigados dentro de la operación.

El influyente humorista portugués Ricardo Araújo resume esta situación: "O el Gobierno estaba minado por personas cometiendo ilícitos, o el Ministerio Público se precipitó e hizo caer a un Gobierno. Entre estas opciones, ambas pésimas, prefiero la primera".

¿Qué sucederá en las elecciones de 2024?

Tras el escándalo, el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, decidió disolver la Asamblea de la República y convocar a elecciones para el 10 de marzo de 2024. El Gobierno permanecerá hasta que sea aprobada la Ley de Presupuesto de 2024, votación marcada para finales de noviembre. De acuerdo a Marcelo, la no disolución inmediata busca "garantizar la estabilidad económica y social esencial" del país.

Foto: António Costa, junto al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. (Europa Press/Francisco J. Olmo)

Pero el juego de sucesiones comenzó casi de inmediato, e incluyó otro episodio bochornoso: el gobernador del Banco de Portugal, Mário Centeno, aseguró al Financial Times que el presidente y el primer ministro le habían pedido liderar el Gobierno. Marcelo desmintió cualquier contacto con Centeno.

Dentro del Partido Socialista, Pedro Nuno Santos, joven exministro de Infraestructuras de Costa y quien salió de su cargo por irregularidades en la aerolínea TAP, presentó su candidatura para presidir el Partido Socialista. Nuno Santos es un reconocido admirador de la Gerigonça, el pacto que tuvo a las fuerzas de izquierda al mando del Gobierno en el primer mandato de Costa, y corre con ventaja para liderar el PS en una era pos-Costa. Su único oponente al cargo es el todavía ministro de Asuntos Internos, José Luís Carneiro, quien anunció su disponibilidad durante una incómoda noche de homenaje que el PS organizó para António Costa.

Pero hay dudas de cómo saldrá el Partido Socialista de esta crisis. De acuerdo al más reciente sondeo de la empresa Aximage para TVI y CNN Portugal, si las elecciones fueran este domingo, los portugueses castigarían duramente al partido de gobierno, aunque este sigue liderando las intenciones de voto con un 26%. Las preferencias del Partido Socialdemócrata (PSD), de centroderecha, se acercan al 25%, mientras que el partido de extrema derecha, Chega, muestra un alza de 10 puntos respecto de la misma medición del año 2022, llegando al 17% de las preferencias.

Foto: El ex primer ministro portugués, António Costa, durante su comparencia en la que ha anunciado su dimisión. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)

André Ventura, líder del partido, ya expresó su voluntad de convertirse en el principal partido de oposición al PS, y se planteó el objetivo de formar parte de un eventual Gobierno. Más atrás quedan las preferencias por el Bloco de Esquerda, con un 8%; Iniciativa Liberal, con un 6%, y el pacto entre el Partido Comunista Portugués y Ecologistas (CDU), con un 3%.

Mientras se configura el escenario pre-elecciones, los portugueses aguardarán las respuestas que esclarezcan las razones que hicieron caer al Gobierno de Costa. Como escribió Daniel Oliveira en su última columna, "con un liderazgo débil, el PSD querrá demostrar que el PS es corrupto. Acosado por este caso, el PS agitará el peligro de Chega. En lugar de la clarificación, que mejora la democracia, tendremos la degradación de la democracia. Esperemos que no acabe todo archivado o prescrito. Esperemos que esta oportunidad perdida haya sido al menos en nombre de la justicia".

Decir que ha habido sorpresas y volteretas en los nueve días desde que el primer ministro portugués renunció, es quedarse corto.

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