Puigdemont se mostraba seguro de que Sánchez no iría a elecciones y preservaría la amnistía

Carles Puigdemont estaba convencido de que la amnistía no peligraba. El entorno del líder Junts aseguraba en las horas previas a la comparecencia de Pedro Sánchez que no optaría por adelantar elecciones y la ley seguiría su curso a pesar del escenario de incertidumbre política. "No está preocupado en absoluto", aseguraban, rotundas, fuentes de su entorno. En el seno del partido independentista se han efectuado análisis internos y, de momento, pesa mucho más el enfado por un movimiento al que confieren tintes electoralistas que la inquietud por el futuro de la norma.

Los de Puigdemont no preveían ninguna variación en la tramitación de la ley. Según su lectura, convocar elecciones de forma exprés, para que estas se celebren en julio, solo tendría sentido si los socialistas tienen la certeza de que lograrán mejorar el resultado de hace un año. "No parece que este sea el caso", indican y señalan las últimas encuestas que colocan a Sumar en caída libre, lejos ya de los 31 escaños obtenidos el 23-J.

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La ley "seguirá su curso"

El entorno de Puigdemont deducía as´çi que la ley "seguirá su curso" con los mismos plazos que se manejan hasta ahora. De momento, el Senado la mantendrá en tramitación hasta finales de mayo y las previsiones apuntan a una entrada en vigor en junio. Evitar el adelanto electoral es la clave tanto para el partido de Puigdemont como para ERC, que saben que la única posibilidad de cerrar el círculo y acabar lo que ya ha empezado pasa por sostener a la persona que los socialistas escojan para la sucesión. Ambas formaciones ven ya a Sánchez dimitido y sin posibilidad de dar marcha atrás.

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En el arranque de la campaña catalana, donde la situación del presidente del Gobierno acaparó todos los focos, Puigdemont le acusó directamente de estarse comportando como una plañidera. "Conocemos mucho mejor que ellos la represión y de qué va la policía, la prensa y la justicia española", lanzó. "Como les conocemos bien, nosotros salimos llorados de casa".

A pesar de ello, tanto desde Junts como desde ERC se lanzaron en las últimas horas mensajes en los que los dos dejan claro que prefieren que continúe. En una entrevista a Europa Press, Puigdemont indicó que no le empujaría a irse siempre que "esté dispuesto a llegar a un acuerdo histórico con Catalunya": "Si es así me interesa que siga. Pero se llame Pedro Sánchez o se llame como se llame", agregó.

Aragonés fue más claro en su apoyo. Durante los actos de campaña de este domingo, los republicanos le han reclamado que "no le tiemblen las piernas" y que no abandone el cargo. "Retroceder es dar la razón y la victoria a la extrema derecha", señaló el actual president de la Generalitat. El enemigo a batir en esta fase no es ni mucho menos Sánchez, a quien se da por amortizado después de preparar el camino a la amnistía, es Salvador Illa. El CIS catalán le da entre 40 y 47 escaños con Junts disputando a ERC un segundo puesto y previsiones muy ajustados.