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La ANC atornillará a los partidos soberanistas: o aceptan sus tesis o presenta lista cívica
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Unilateralidad y radicalización

La ANC atornillará a los partidos soberanistas: o aceptan sus tesis o presenta lista cívica

La hoja de ruta de la entidad tiene como objetivo poner a ERC, Junts y CUP contra las cuerdas y tensar la sociedad para promover protestas en la calle

Foto: La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, en una imagen de archivo. (EFE/Marta Pérez)
La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, en una imagen de archivo. (EFE/Marta Pérez)

La ANC ha estrenado abril con la aprobación de las líneas maestras de la hoja de ruta que seguirá la entidad y que deberá ser refrendada por la militancia el próximo mes de mayo. Oficialmente, la estrategia quiere sentar las bases de “un nuevo embate independentista” y detalla tres frentes en los que trabajar: el frente civil, el institucional y el internacional. En la realidad, según ha podido conocer El Confidencial, lo que pretende es endurecer las condiciones para que la ANC, como gran organización cívica, pueda recomendar el voto hacia algún partido. En caso de no haber ninguno que cumpla con sus exigencias, justificaría una lista propia, que es el objetivo que guarda bajo siete llaves la presidenta de la organización, Dolors Feliu.

El interés de la cúpula de la ANC está puesto en el fomento de la unilateralidad y en la radicalización de la política. Su prioridad es tensar a la sociedad, cuanto más, mejor, volver a alimentar la rabia en las calles para promover de nuevo grandes movilizaciones de protesta. Para ello, la ANC ha jugado al despiste y ha cambiado las reglas: todo lo que no pase por el 1-O y la “legítima y vinculante declaración de independencia” es “antidemocrático”.

Foto: En primer plano, Josep Maria Jové, presidente del Parlament. (EFE)

De este modo, las condiciones que pondrá a los partidos o candidaturas independentistas en el futuro (y ello engloba también a las candidaturas de las municipales del próximo mes de mayo) se resumen en tres puntos cruciales: el primero es “el reconocimiento de la validez del referéndum de autodeterminación del 1 de octubre de 2017 y de su resultado favorable a la independencia de Cataluña”. El segundo es el reconocimiento de “la declaración de independencia hecha en el Parlament de Cataluña el 27 de octubre de 2017”. El tercero de los compromisos que han de adquirir los partidos o candidaturas soberanistas es el de “no hacer ningún acuerdo con otras candidaturas o personas significadas en defensa de la aplicación del artículo 155 de la Constitución española”. Políticamente son puntos draconianos, por cuanto representan compromisos difíciles de sostener por escrito por organizaciones políticas que presuman de ética democrática. Y son, por otro lado, todo un órdago a los tres grandes partidos soberanistas, ERC, JxCat y la CUP.

La encuesta interna

De hecho, la hoja de ruta aboga por la necesidad de presentar una lista cívica en las próximas autonómicas, una propuesta que ya creó un cisma dentro de la organización: 13 de los miembros del secretariado dimitieron a finales de este mes de febrero en desacuerdo con la intención de la presidenta de formalizar ya un grupo de trabajo para confeccionar esa lista cívica. En realidad, esa posibilidad fue aprobada en la hoja de ruta del año pasado, por lo que Feliu estaría aplicando un acuerdo decidido por votación de las bases de la entidad. Pero un sector de la organización se ha puesto virulentamente en contra de esa posibilidad. De hecho, ese sector está manejado a distancia por los partidos políticos, que temen que la presentación de una lista cívica por parte de la ANC les restaría muchos votos y podría suponerles un revolcón electoral en las próximas elecciones. Por tanto, su intención es boicotear la lista de la ANC para seguir manteniendo su estatu quo.

Foto: La presidenta de la ANC, Dolors Feliu. (EFE/Quique García)

Un sector duro de la ANC ha hecho llegar a sus activistas una especie de encuesta en la que les pregunta si están de acuerdo con la apuesta “fuerte” de la organización por la independencia. Entre las opciones de respuesta se encuentran algunas sesgadas apreciaciones para remarcar la solidez de la actual ANC frente a los anteriores líderes de la entidad. Se refieren, por ejemplo, a la época de Carme Forcadell como la doctrina hacia la “rendición”; la época de Jordi Sánchez sería la “doctrina del partido y poder en la sombra”; y la reciente época de Elisenda Paluzie sería la de la “doctrina soft”.

Un comunicado de la ANC esconde las condiciones citadas, pero sí detalla que en el frente cívico quiere utilizar el Pacto Nacional del Movimiento Civil “como instrumento de análisis de sinergias y de actuaciones en el ámbito de la movilización, así como la consecución de nuevos espacios de poder civil para el independentismo, desde el sindicalismo a las cámaras de comercio y al empresariado”.

Foto: Dolors Feliu durane la protesta contra la cumbre hispano-francesa (EFE.-)

El pacto nacional aludido es el surgido de la Conferencia Nacional del Movimiento Civil Independentista, que organizó la entidad los días 11 y 12 de marzo. Pero esas jornadas, en realidad, no supusieron el reagrupamiento del independentismo, como pretendía la ANC, sino sólo la adhesión inquebrantable de los sectores más montaraces del soberanismo a la estrategia propuesta por la ANC, partiendo de la base de que el único independentismo válido es el unilateralista.

Asalto a las instituciones

Sí pretende, no obstante, ahondar en la estrategia de asalto a instituciones para ir politizando todos los ámbitos sociales: cámaras de comercio, organizaciones patronales y sindicales, universidades, escuelas, clubs deportivos, gremios o colegios profesionales: el frente institucional, dice la ANC, “reivindica la necesidad de que el independentismo unilateral recupere el liderazgo en las instituciones y se planteen nuevas iniciativas como la lista cívica para levantar la declaración de independencia”. La ANC remarca que es preciso “huir del autonomismo y del pacto sin escrúpulos con el gobierno represivo del Estado y los partidos del 155”. Por último, respecto al frente internacional, la entidad “continuará con la tarea de proyectar la realidad nacional catalana y la lucha independentista y denunciar las actuaciones antidemocráticas de los estados español y francés buscando apoyos y complicidades para la causa catalana”.

"El frente institucional reivindica la necesidad de que el independentismo recupere el liderazgo en las instituciones y se planteen nuevas iniciativas”

La hoja de ruta supondrá un endurecimiento de las condiciones que había hasta ahora. “El intervencionismo político de la justicia, la represión política y lingüística, el expolio fiscal y los abusos a los derechos fundamentales están llegando a niveles intolerables”, remarca la ANC, aún cuando la tensión social ha bajado enteros durante los últimos dos años. Así, subraya que la organización señera del soberanismo “mantiene su compromiso en contra de estas injusticias, reivindica la confrontación a través de la lengua, la construcción de la soberanía nacional catalana, la solidaridad y un frente común contra la represión”.

El pasado 18 de marzo, la cúpula ya aprobó un documento, por 40 votos a favor y 1 en contra (más 8 abstenciones), en el que se subraya que, de cara a las elecciones municipales del próximo mes de mayo, la ANC apoyará y promoverá el voto a partidos y plataformas independentistas en las próximas municipales. En el documento se especifica que “no recomendar el voto a una candidatura no implica necesariamente desaconsejarla, sino que simplemente quiere decir que no cumple los requisitos”.

¿Y qué requisitos son ésos? En primer lugar, la obligatoria inscripción en la Asamblea de Municipios por la Independencia (AMI) durante toda la legislatura. Luego, el apoyo a la propia ANC y al Consell de la República. También se obligan a “defender la lengua catalana en todos los ámbitos municipales”. En el terreno simbólico, los partidos “verdaderamente” independentistas deben proponer (y aplicar, si ganan) la soberanía fiscal, el hacer las declaraciones a la Hacienda Catalana y “rechazar cualquier acto de la Monarquía española dentro del ámbito del mismo municipio”. En otras palabras, practicar un boicot activo a la Corona desde las instituciones. El universo intelectual del soberanismo radical se va reduciendo paulatinamente con las sucesivas propuestas que sólo contemplan el extremismo separatista excluyente.

La ANC ha estrenado abril con la aprobación de las líneas maestras de la hoja de ruta que seguirá la entidad y que deberá ser refrendada por la militancia el próximo mes de mayo. Oficialmente, la estrategia quiere sentar las bases de “un nuevo embate independentista” y detalla tres frentes en los que trabajar: el frente civil, el institucional y el internacional. En la realidad, según ha podido conocer El Confidencial, lo que pretende es endurecer las condiciones para que la ANC, como gran organización cívica, pueda recomendar el voto hacia algún partido. En caso de no haber ninguno que cumpla con sus exigencias, justificaría una lista propia, que es el objetivo que guarda bajo siete llaves la presidenta de la organización, Dolors Feliu.

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