La Generalitat da un contrato millonario de satélites a un premiado por los Reyes

Hace menos de un año, en julio de 2023, la candidata de ERC por Girona, Montserrat Bassa (hermana de la exconsejera condenada por el 1-O Dolors Bassa) lideraba en Girona una sonada protesta contra la Fundación Princesa de Girona (FPdG), que celebraba su noche de gala en Caldes de Malavella, ya que los responsables municipales le denegaron el permiso para celebrar la velada en cualquier espacio público de la ciudad. Era una gala de esta entidad en la que se premian a jóvenes valores. La Coordinadora Antimonárquica de Girona intentó asaltar el recinto donde se celebró el evento, pero las pocas decenas de exaltados que se acercaron hasta el lugar fueron controlados fácilmente por las fuerzas de seguridad.

Hace escasas semanas, el Govern que preside Pere Aragonès, del mismo partido que Bassa, ha encargado el control de los datos satelitales de Cataluña a la empresa Open Cosmos Europe. Según el contrato, al que ha tenido acceso El Confidencial, la empresa ha de gestionar los datos de los satélites "relativos a la observación de la tierra y de integración y operación de demostrador tecnológico en órbita (IOD) basados en una misión satelital de órbita baja" por un total de 4.114.000 euros y un plazo de ejecución del contrato de 6 años a contar desde la firma del contrato. Dicha firma tuvo lugar el pasado 7 de marzo.

[Consulte aquí el contrato entre la Generalitat y Open Cosmos Europe]

El contrato está firmado por el director del Institut d’Estudis Espacials de Catalunya (IEEC), Ignasi Ribas, y por el administrador único de Open Cosmos, Rafel Jordà. Apenas nadie conoce a este cerebro de la ingeniería aeroespacial. Jordà nació en Barcelona y se crio en Mallorca. Hace 9 años, con solo 26 años, dejó su puesto en el gigante Airbus (donde ya llevaba dos años trabajando tras un MBA becado por la SEPI en la Escuela de Organización Industrial) y creó su propia empresa, Open Cosmos, donde hoy trabajan 70 personas dispersas por todo el mundo y que se codea con la Agencia Espacial Europea.

La Fundación se adelantó

Antes de que los responsables de la Administración catalana lo conociesen, la Fundación Princesa de Girona ya sabía quién era. Mientras la dirigente de ERC en Girona intentaba boicotear el galardón a uno de los talentos naturales que tiene Cataluña, por el mero hecho de que lo otorgaba la FPdG, esta entidad se adelantaba a los acontecimientos y reconocía el talento de Jordà, otorgándole su mayor galardón: el Premio Princesa de Girona 2023 en la modalidad de Empresa. "Por democratizar el acceso al espacio para el beneficio de la sociedad haciendo posible el lanzamiento de satélites de órbita baja, reduciendo los plazos de desarrollo y fabricación y a un coste competitivo".

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Laura G. Vara

El boicot que intentó hacer Montserrat Bassa fue apoyado por un vídeo que difundió el partido en las comarcas gerundenses, en el que Bassa señalaba que "el que nos venga la visita de los Borbones a las comarcas gerundenses es una clara provocación a todo el independentismo. Respondámosles como se merecen (…) La monarquía es una institución antidemocrática, la española es corrupta y opresora". El presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich, llamó a manifestarse y a aguar la noche a la Fundación. La coordinadora (que representa a 21 entidades, entre ellas ERC, JcxCat y la ANC) se mostró despectiva y combativa contra la institución monárquica y el Consell de la República envió una carta en la que se comprometía también "a provocar todas aquellas condiciones que debiliten la capacidad represiva del Estado. Así posibilitaremos las mejores condiciones de éxito para el objetivo independentista y para poder disputar de manera efectiva el poder".

No ha pasado ni un año y aquel premiado se ha convertido ahora en pieza clave de la industria aeroespacial catalana. El Govern convocó un concurso para gestionar los datos satelitales, que ganó Open Cosmos. La empresa ya tiene un satélite en órbita, el GENEO-02, pero ha de gestionar también los datos de dos satélites más. Se trata del control y gestión de datos que puedan servir para obtener datos inmediatos en situaciones de catástrofes (como terremotos, incendios o inundaciones) o en situaciones producto de desastres provocados (como vertidos de residuos o accidentes).

Datos actualizados cada 30 horas

Los datos obtenidos tendrán aplicaciones diversas, como la ayuda a monitorear los efectos del cambio climático para la posterior toma de decisiones, la gestión del territorio catalán, complementar la monitorización de empresas y la contribución al estudio de la evolución del territorio mediante series temporales. Se prevé obtener datos periódicamente cada 30 horas y se contempla una modalidad de emergencia que reduce el tiempo de entrega de las imágenes y los datos asociados, cuyo objetivo es cubrir fenómenos de distinta índole que requieran un tiempo de respuesta corto", explican a El Confidencial desde el IEEC.

Las fuentes citadas añaden que el contrato "tiene como objetivo la provisión de servicios satelitales para proporcionar datos de observación de la tierra, así como dotar de experiencia y posibilidades de experimentación al ecosistema catalán, incluyendo industria, centros de investigación, organismos y departamentos de la Generalitat". Cataluña tiene en órbita dos nanosatélites, el Enxaneta y el Menut, para vigilar el territorio, analizar la productividad de los cultivos, gestionar las sequías o vigilar las cuencas hidrográficas. El primero tendrá vida útil hasta el 2025, mientras que la vida del Menut es de dos años (por lo tanto, terminará su misión en enero de 2025 y se desintegrará luego sin producir residuos.

El encargo de monitorización del suelo catalán se realiza dentro de la estrategia NewSpace de Cataluña, impulsada por la Generalitat, que desde su aprobación en octubre de 2020 despliega actuaciones para impulsar el sector espacial catalán. En esta estrategia colaboran el IEEC, el ISGC y la Fundació i2CAT. Su desarrollo ya propició el envío al espacio de dos nanosatélites, el último en enero del año pasado, que orbita a 530 kilómetros de altitud y a una velocidad de 8 kilómetros por segundo.