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El urbanismo de Colau siembra Barcelona de obras y deja el Eixample desdibujado
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Críticas y batalla legal

El urbanismo de Colau siembra Barcelona de obras y deja el Eixample desdibujado

La alcaldesa de la Ciudad Condal prescinde del consenso y convierte las “superillas” en su legado político, una apuesta por el transporte público, la movilidad sostenible y el caminar

Foto: Ada Colau en una imagen de archivo. (EFE/Toni Albir)
Ada Colau en una imagen de archivo. (EFE/Toni Albir)

A tres meses de las elecciones municipales, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no sabe si repetirá mandato, pero, salga el resultado que salga en las elecciones del 28 de mayo, ella tiene claro que su principal legado político serán las denominadas “superillas”. Por este motivo, el pasado día 23 de febrero, decidió convertir la primera superisla, hasta ahora un proyecto temporal, en una estructura urbanística definitiva.

La supermanzana que se convertirá en fija es una macroestructura que agrupa cuatro manzanas del barrio del Eixample en una sola unidad, convirtiendo las calles que unen esas manzanas en zonas peatonales. En pocas palabras, Colau corrige el plan urbanístico que diseño Ildefons Cerdà en 1859 y elimina la trama de hexágonos que, junto a la obra de Gaudí, ha sido la gran singularidad de la Ciudad Condal.

Foto: La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sale de la Ciudad de la Justicia de Barcelona. (EFE/Toni Albir)

La asociación Salvem Barcelona, presidida por el abogado Jacint Soler Padró, disputa una batalla legal con el ayuntamiento. La denuncia se presentó en abril de 2022 alegando que los nuevos ejes verdes podrían constituir un delito contra la ordenación del territorio. Los demandantes alertaban de la mala praxis del gobierno municipal al ejecutar todas estas obras sin modificar el Plan General Metropolitano de 1976 que, pese a su antigüedad, sigue vigente.

La fiscalía provincial de Barcelona no se pronunció hasta que, el pasado mes de febrero, Salvem Barcelona reclamó que habían pasado los seis meses previstos y aseguraron que el avance de las obras era perjudicial para la ciudadanía. La respuesta del fiscal fue archivar la demanda. “Nosotros seguimos defendiendo que seguir con las intervenciones es un atentado contra la obra de Cerdà y seguiremos reclamando a la UNESCO que proteja el Eixample”, asegura Soler Padró.

Pero esta no es lo única denuncia. Coincidiendo con el anuncio de convertir las superillas en estructuras fijas, el exarquitecto jefe de la ciudad de Barcelona, Josep Antoni Acebillo, interpuso a principios de marzo una querella contra la alcaldesa, Ada Colau, y la teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, por un presunto delito urbanístico y otro de malversación. El Ministerio Público rechazó la denuncia. El ex arquitecto ha vuelto a la carga con una denuncia muy similar, y esta vez ha sido admitida por un juzgado de Barcelona. Los querellantes consideran que este proyecto modifica la movilidad en el centro de la ciudad y pide “evitar la plena consumación” de los delitos.

“Necesidad de protagonismo de personas que en un momento determinado decidieron el rumbo de la ciudad y que ahora no dan un paso atrás”

“En este equipo de gobierno estamos muy acostumbrados, por desgracia, a este tipo de guerra jurídica cada vez que alguien no consigue en las urnas lo que quiere”, señala Janet Sanz. La regidora de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona tiene claro que son denuncias con intereses escondidos, pero se muestra tranquila. No tiene problema tampoco en señalar a personas concretas como Acebillo: “Veo una necesidad de protagonismo de personas que en un momento determinado de la historia decidieron el rumbo de la ciudad y que ahora no saben dar un paso atrás y ver que ya no son determinantes”.

“Que la gente no diga nada y esté en silencio, no quiere decir que no estén en contra de lo que está pasando”, asegura Soler Padró. A lo que Janet Sanz responde: “Presentaros a las elecciones si no queréis que se hagan ejes verdes”.

Transformar 21 calles en peatonales

El proyecto Superilles Barcelona tiene como foto final 2030. La idea es que, en menos de diez años, una de cada tres calles de la ciudad de prioridad a la movilidad activa y sostenible (peatones y bicicletas) y dos de cada tres calles al transporte público. En total, se ha decidido que se deben transformar 21 calles del Eixample.

Foto: Carlos Moreno. (WRI Ross Center for Sustainable Cities)

El proyecto de Colau para la ciudad es apostar por el transporte público, la movilidad sostenible y el caminar. Como consecuencia, a tres meses de las elecciones, Barcelona es un auténtico campo de batalla. Decenas de obras en activo, calles cortadas, bolardos, excavadoras…

No es ningún secreto que los comunes han declarado la guerra abierta al vehículo privado. La idea de liberar Barcelona de la contaminación de los coches se materializa en el traspaso de la polución de unas vías a sus adyacentes. En el Eixample, el flujo de vehículos diarios puede llegar a los 350.000. Según el portavoz de JuntsXCat en Barcelona, Jordi Martí: “Estas intervenciones no mejorarán la movilidad general, solo la de esa calle, pero complicará el Eixample y el resto de la ciudad”. El candidato del PP para las municipales, Daniel Sirera, habla de la creación de “una ciudad de primera y de segundas, en la que uno no gana sin que otro pierda. En calidad de vida, en salud y en el valor de sus propiedades”.

Desde el Ayuntamiento defienden que se trata de algo inevitable. Todas las ciudades del mundo reman en este sentido. Nadie puede oponerse a un modelo que, tarde o temprano, imperará a nivel global. Se trata de hacer una ciudad para los vecinos.

“Estas intervenciones no mejorarán la movilidad general, solo la de esa calle, pero complicará el Eixample y el resto de la ciudad”

Pero, ¿qué puede hacer un ciudadano sin tejido económico? De las dos superislas construidas, la del barrio de Sant Antoni ha impactado favorablemente en el comercio. Sin embargo, la primera supermanzana que se construyó, la de Poblenou, ha desencadenado una fuga de comerciantes y se ha convertido en “un epicentro de botellones”, describe Jacint Soler Padró. El portavoz de JuntsXcAT, Jordi Martí, añade que esa actuación “fue un atentado contra el sentido común”, al realizarse en un barrio que aún no estaba desarrollado urbanísticamente.

¿Y después de las elecciones?

Las obras licitadas hasta ahora por la alcaldesa son las que afectan a algunas de las vías más importantes de la ciudad: Vía Laietana, Diagonal y Pi Maragall. También están adjudicadas cuatro calles del Eixample y cinco en el barrio de Sant Martí. Está previsto que las actuaciones finalicen entre mayo del 2023 y el primer trimestre de 2024. Las intervenciones son únicamente la primera fase de un proyecto mayor, asegura Janet Sanz. La gran pregunta de los barceloneses y de los usuarios que acceden a la Ciudad Condal a diario es: ¿Qué pasará con estos proyectos después de las elecciones municipales de mayo?

Los comuns se mantienen optimistas en cuanto al resultado de las elecciones municipales de mayo. La teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, lo deja claro: “Confío en que seguiremos desarrollando esta iniciativa” y defiende que la oposición está “utilizando electoralmente una realidad que ya está impuesta”.

Foto: Ada Colau interviene en un congreso el pasado mes de junio. (EFE/Marta Pérez)

El PSC, socio del gobierno municipal, esquiva la polémica y se centra en su proyecto. La portavoz del partido, Rosa Alarcón, explica que la formación pretende recuperar el interior de las manzanas del Eixample para ganar espacio verde, desmarcándose así de los comuns. El portavoz de JuntsXCat, Jordi Martí, asegura que será “una herencia complicada” y defiende que continuarían las obras licitadas y adjudicadas y, posteriormente, realizarán una auditoria, tanto económica como urbanística, para valorar los siguientes pasos. Martí añade que, si es necesario revertir alguna actuación y es posible, se hará.

Desde el PP, en cambio, Daniel Sirera lo deja claro: si consiguen gobernar, se parará todo, aunque esté licitado, y se revertirá lo que se necesite. Sanz cree que, en la práctica, ninguno de sus contrarios tirará atrás estos proyectos: “Es el sentido común que recorre el mundo”.

Mientras tanto, lo que un día fue el gran proyecto urbanístico de Ildefons Cerdà, es ahora un caos continuo de cláxones, motores y quejas. Una mezcla de pintura y “elementos provisionales”, que desentonan totalmente en el señorial Eixample.

A tres meses de las elecciones municipales, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no sabe si repetirá mandato, pero, salga el resultado que salga en las elecciones del 28 de mayo, ella tiene claro que su principal legado político serán las denominadas “superillas”. Por este motivo, el pasado día 23 de febrero, decidió convertir la primera superisla, hasta ahora un proyecto temporal, en una estructura urbanística definitiva.

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