La deriva política de la Cámara de Comercio de Barcelona solivianta a los miembros del pleno

Parte de los gremios y empresas afiliadas a la Cámara de Comercio de Barcelona están muy molestos por la decisión de la cúpula de patrocinar los actos de celebración del quinto aniversario del referéndum ilegal celebrado el 1 de octubre de 2017. En el vídeo del aniversario, su logotipo aparecía junto al de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural, el Consell de la República, la Intersindical y la Asociación de Municipios Independentistas (AMI) como patrocinadores y organizadores de los actos 'unitarios' celebrados en el Arco de Triunfo de Barcelona. "La decisión de apoyar un acto estrictamente político no se discutió en el pleno, por lo que la dirección de la Cambra debería dar explicaciones y aclarar si se destinaron recursos de la entidad para sufragar estos actos", explica a El Confidencial un componente de la entidad.

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"Es la primera vez que ocurre, porque hasta ahora los temas políticos también habían pasado por el pleno: pasó cuando se aprobó un manifiesto de apoyo a Carles Puigdemont, por ejemplo. El tema se discutió y los independentistas hicieron valer su mayoría y aprobaron ese documento puramente político. Luego, cambiaron el logotipo de la institución porque decían que salía el escudo real, que representaba a la Monarquía, aunque era del siglo XVIII [fue diseñado en 1758]. Pero la participación y el patrocinio de la Cambra en los actos del aniversario del 1-O no se discutió en el pleno. Ignoramos por qué el logotipo aparece en un vídeo de esos actos políticos. La presidencia debería dar explicaciones a los socios", explica a este diario un importante empresario barcelonés.

Fuentes oficiales de la Cámara explicaron a El Confidencial que la institución fue invitada a participar en los actos de conmemoración del 1-O y se pidieron unas palabras de su presidenta, Mònica Roca. “No organizamos nada, sino que fuimos meramente colaboradores. Se nos pidió que pudiesen poner el logotipo en un vídeo y que la presidenta dirigiera unas palabras a los presentes. Es igual que cuando nos invitan a un congreso o a un acto de otra entidad, situación que es muy frecuente. Por eso, consideramos que era un tema de poca importancia, en el que el comité ejecutivo, primordialmente por la inmediatez del acto, tiene capacidad para tomar decisiones. Al pleno sólo han de ir los temas importantes, pero no los pequeños, porque si discutimos cualquier decisión en el pleno, sería imposible hacer nuestro trabajo. Se paralizaría la gestión del día a día de la Cámara”. Además, subrayan que “en ese acto no se volcaron recursos económicos ni humanos. Simplemente, dejamos que pusiesen el logotipo. Ni siquiera difundimos información del 1-O por las redes sociales. Por tanto, no supuso ningún menoscabo para la institución”.

Los opositores, no obstante, también cargan contra la carga política de la iniciativa. "Es increíble e inadmisible que una Cámara de Comercio, una corporación de derecho público, una entidad pública como tal, patrocine y se sume a un acto totalmente político y partidista", señala otro de los componentes del pleno. También hay quien apunta directamente que la cúpula de la entidad "se dedica más a la política que a solucionar los problemas reales de las empresas, los gremios o los colectivos que la integran". Otro miembro de la entidad critica que "en ocasiones, se comporta como un partido político más. Si quiere jugar a eso, que monten un partido y se presenten a las elecciones, pero que no jueguen con la institución".

Uno de los integrantes consultados por este diario habla incluso de que "los plenos son muy raros. Se habla mucho de temas macro, de la macroeconomía de Cataluña, de la internacionalización, de la innovación, pero poco de los problemas reales que tenemos".

Un discurso incendiario

El secesionismo apeló, durante el acto del 1-O, a una ucronía: hizo reverencias al empresariado catalán asegurando que secundó una "huelga general" el 3 de octubre de 2017 y puso como ejemplo a la Cámara de Comercio de Barcelona como punta de lanza. Todo para ceder el micrófono a la independentista Mónica Roca, actual presidenta de la institución. Solo había un pequeño fallo: la entidad no secundó ni el referéndum ni la huelga. Por aquel entonces, los empresarios moderados eran mayoría en la institución.

El actual equipo directivo domina la entidad desde 2019, aunque hay ya varias sentencias judiciales que decretan que hubo pucherazo en las elecciones a la Cámara, por lo que se anulan los últimos comicios. Ajena a esta realidad, Roca pronunció un discurso incendiario. Su cometido fue lanzar mensajes antiEspaña. Aseguró que si se hubiese materializado la independencia en 2017, "tendríamos 100.000 millones extra, hubiéramos hecho decenas de centros educativos y de hospitales, infraestructuras para gente que no tiene cobertura de móvil, parques fotovoltaicos, cursos de formación, un salario para todos los jóvenes que hubiera supuesto la mitad del salario de sus padres, etcétera".

Ante estas palabras, los empresarios recuerdan que ha habido sentencias del Tribunal Constitucional, especialmente las relativas a las universidades, que son entidades con régimen similar a la Cámara, que rechazan la utilización política y partidista de las mismas. "Las instituciones públicas, a diferencia de los ciudadanos, no gozan del derecho fundamental a la libertad de expresión que proclama el artículo 20 de la Constitución, sino que su actuación aparece vinculada al cumplimiento de los fines que les asigna el ordenamiento jurídico". También el Supremo se pronunció sobre este particular. En relación con una declaración política de un colegio profesional, "al declarar que una corporación de derecho público, representativa de una profesión y a la que es obligatorio afiliarse para ejercerla, no puede abandonar la posición de neutralidad que le es propia en ese campo para asumir posiciones ideológicas y políticas de parte, desconectadas además de los intereses profesionales a los que debe servir".

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En este sentido, varios miembros del pleno destacan a El Confidencial que "la Cámara de Barcelona se dedica mucho a temas de política y de macroeconomía y no se para en solucionar los problemas de los gremios o de las empresas. Muchos de nosotros, así como el sector de la hostelería y del comercio, por ejemplo, no entendimos por qué la Cámara se puso de perfil cuando grupos de vándalos arrasaron el centro de Barcelona y no denunciaba de manera rotunda que se estaban saqueando comercios, rompiendo escaparates o destrozando bares durante una semana. Sacó un comunicado tarde y mal. No nos cabe ninguna duda de que la Cámara ha sido más proactiva en reivindicaciones políticas que cuando se pedían posicionamientos para los sectores por parte de los miembros del pleno", explica el representante de una gran empresa en la institución.