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Las tensiones internas llegan al corazón de ERC: Aragonès y Junqueras se alejan
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EL IDILIO SE TERMINÓ EN POCOS MESES

Las tensiones internas llegan al corazón de ERC: Aragonès y Junqueras se alejan

El líder del partido republicano maniobra para poner a un candidato en el Ayuntamiento de Barcelona que haga de contrapeso al 'president' de la Generalitat. Está dolido porque no se cuenta con él en los grandes hitos del Govern

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, junto al presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE/Quique García)
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, junto al presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE/Quique García)
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Las discrepancias que carcomen al independentismo se reflejan con una claridad meridiana entre los dos socios de gobierno que controlan las estructuras de poder en Cataluña. Esas tensiones son evidentes entre ERC y Junts per Catalunya (JxCAT) y se han dejado ver ostensiblemente cuando ambas formaciones han discrepado en temas como la mesa de diálogo, el apoyo a determinadas medidas del Gobierno central o incluso en la instrumentalización de las instituciones.

También son conocidas las afrentas entre las distintas facciones o familias dentro de JxCAT. La presidenta del Parlament, Laura Borràs, y el secretario general del partido, Jordi Sànchez, han visibilizado sus diferencias, aunque lo que trasciende a la ciudadanía es solo una pequeña parte de la dureza del enfrentamiento interno entre ambos, mientras que otros dirigentes acechan para determinar al final si toman partido por alguno de ellos o abren el melón de otra candidatura que acapare el poder en Junts.

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE)

Lo que es menos conocido, sin embargo, es otro frente: los recelos que desgastan internamente a ERC. El ‘president’ Pere Aragonès no siempre tiene el apoyo de su partido en las decisiones que toma. “Evidentemente que hay tensiones”, reconoce una fuente interna de la formación republicana. Aragonès llegó a la presidencia de la Generalitat casi por carambola, puesto que Oriol Junqueras estaba cumpliendo condena (y está inhabilitado) y la secretaria general de ERC, Marta Rovira, disfruta de los aires de Suiza, adonde se escapó tras sufrir una depresión (oficialmente, Rovira dice que está ‘exiliada’ a pesar de que no hay ningún procedimiento contra ella).

Los demás dirigentes que podían optar a ser candidatos a ‘president’ estaban sumidos en procesos judiciales o no tenían la suficiente fuerza. “Aragonès estaba cerca de Oriol Junqueras, ya que había sido su secretario de Economía cuando Junqueras era vicepresidente del Govern, y de ahí que optase por él. Estaba en el lugar adecuado en el momento preciso”, dicen las fuentes.

"Se ha crecido con el cargo"

No fue difícil presentar a Aragonès como un buen gestor, con experiencia en el sector público y una cara joven y “sin contaminar” dentro de Esquerra. Pero el idilio con Junqueras se terminó en pocos meses: en junio del pasado año, el presidente del partido salió de la cárcel con la amnistía bajo el brazo y se dispuso a ejercer su liderazgo. Pero Aragonès le ha salido rana. “Aragonès se ha crecido con el cargo. Se cansó de ir a remolque de Junqueras y no marca la pauta que le quieren imponer desde el partido. Está ejerciendo de ‘president’ con todas las consecuencias. Nadie duda de que Junqueras manda en el partido, pero no en el Govern. Podríamos decir que Aragonès se le fue de las manos”, reconocen las fuentes consultadas.

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este miércoles en Madrid durante una conferencia en el Club Siglo XXI. (EFE/Miguel Oses)

Hay importantes sectores dentro de ERC que obedecen ciegamente las consignas de Junqueras, pero no han podido influir mucho en la estrategia moderada del ‘president’. “A Junqueras no le gusta que, cuando alguien se ha puesto a volar por su cuenta después de haberle aupado, le dé de lado", señalan fuentes críticas republicanas. Ya ocurrió con otros dirigentes, como Alfred Bosch, que fue portavoz en Madrid, candidato a alcalde de Barcelona y consejero de Exteriores. Bosch fue fulminado por algo en lo que él no tenía nada que ver, que era un acoso de uno de los altos cargos de su equipo. Pero en el momento de caer, ya estaba alejado de Junqueras. Con Aragonès puede pasar lo mismo, avisan estas voces: "Que se espere a un error y aprovechar para hacerle caer de su pedestal”.

Las buenas relaciones de ERC con el Gobierno de Madrid y la estrategia más cercana a una línea pragmática que al radicalismo ideológico independentista están haciendo entrever grietas en la estructura de ERC: amplios sectores del partido pugnan por hacer en Madrid una oposición más dura y por utilizar en Cataluña la Generalitat como herramienta contra el Estado español, a lo que los actuales gestores institucionales de ERC se oponen.

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (c), junto al vicepresidente del Govern y 'conseller' de Políticas Digitales, Jordi Puigneró (c) y la 'consellera' de la Presidencia, Laura Vilagrà. (EFE/Andreu Dalmau)

En cierto modo, Junqueras también peca de un cierto pragmatismo, pero en los últimos meses ha dejado caer entre miembros de su equipo su incomodidad ante el hecho de que Aragonès no cuente con él a la hora de elaborar la estrategia gubernamental o, al menos, los grandes hitos de la labor de gobierno. “Aragonès le tiene al tanto de todo lo que hace. Otra cosa es que pida permiso para confeccionar su agenda. Se podría decir que lo que tiene son celos de Aragonès, que sabe manejarse por sí solo entre la cúpula política”, apuntan en medios críticos de Esquerra. De ese modo, Junqueras ha abrazado la labor de escuchar a los amplios sectores de ERC que reclaman un posicionamiento más duro ante Madrid. O, al menos, visualizar una “resistencia ante el Estado” que les haga sacar pecho ante sus rivales de JxCAT.

Una bicefalia bien llevada

Esas peticiones de mayor dureza, sin embargo, son controladas y administradas por Junqueras convenientemente. “Por primera vez desde la Transición, tenemos la presidencia de la Generalitat. No podemos dejar que al inicio de la legislatura se materialicen divisiones internas. Eso nos llevaría al desastre”, admiten las fuentes. En esa coyuntura, es cierto que Junqueras no ha echado nunca leña al fuego y ha evitado que se filtren las tensiones. “Es consciente de que ERC ha de tener un papel institucional y de que se ha de gobernar para toda la sociedad, no para cumplir los deseos de unos cuantos”, advierte otra fuente. En definitiva, su intención es “ampliar la base electoral de ERC”, y la moderación y el equilibrio son una baza fundamental para ocupar la centralidad del espacio independentista catalán.

Foto: El portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián (i), pasa junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Mariscal) Opinión

En algunos segmentos de ERC se justifica la separación de Aragonès y de Junqueras apelando a una bicefalia porque hay una responsabilidad institucional y una responsabilidad de partido. A Junqueras le toca llevar todas las cuestiones de Esquerra como partido. De ahí que lo mismo acuda a actos en apoyo de los presos vascos que sea el invitado estrella de la campaña de Gustavo Petro, que busca el voto de los colombianos en Barcelona. Petro, candidato en las elecciones de aquel país por Colombia Humana, fue uno de los invitados internacionales que estuvieron en el referéndum del 1 de octubre de 2017, traído a Barcelona por su amigo (y también de Junqueras) Xavier Vendrell, implicado en la operación Voloh.

A Junqueras, pues, se le ha dejado la representatividad del partido. De ahí que en los últimos meses se haya dedicado a recorrer la geografía de Cataluña para explicar el proyecto de ERC. Ha participado en actos en todas las capitales de provincia, pero también en otras importantes poblaciones donde a ERC le interesa que llegue el mensaje y donde puede arañar votos a sus rivales: desde Terrassa y Sabadell hasta Reus, pasando por Balaguer, Figueras, Tàrrega, Mollerussa, Santa Coloma de Gramenet o incluso Badalona.

Foto: La diputada de la CUP, Eulàlia Reguant. (EFE/Andreu Dalmau)

Una importante parte de su labor pasa por dejarse ver y llevar el discurso de Esquerra al ‘cinturón rojo’ de Barcelona, es decir, a las localidades más pobladas de Cataluña que circundan la capital y que siempre se le han resistido al independentismo. “La ambición del presidente republicano es recorrer Cataluña de arriba abajo, pisando todas las federaciones del país”, decía un balance de su actividad realizado por ERC el pasado 31 de diciembre. Se trata de “reencontrarse con el país, rincón a rincón. Junqueras se ha echado a la espalda la enorme tarea de explicar el proyecto de partido y de país de puerta a puerta”.

La 'batalla de Barcelona'

Pero hay un último tema que puede suponer el agrandamiento de la brecha entre Aragonès y Junqueras: los asesores de ERC preparan la ‘batalla de Barcelona’, el intento de los republicanos de asaltar el ayuntamiento de la capital catalana. Las últimas elecciones fueron ganadas por ERC, con el exsocialista Ernest Maragall a la cabeza, aunque los socialistas, junto con Manuel Valls, dieron los votos a Ada Colau, hurtándole la vara de alcalde a Maragall. El candidato ya ha dicho que quiere repetir, pero no está tan claro: una operación dirigida desde círculos cercanos a Junqueras quiere buscarle relevo y tiene una candidata: Elisenda Alamany, proveniente de los círculos de los comunes y segunda en la candidatura de Maragall. El exjefe de gabinete de Junqueras Lluís Juncà es quien está detrás de la ‘operación de sustitución’, haciendo tándem con Alamany.

Foto: El portavoz de ERC, Gabriel Rufián. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Es una batalla que, aunque la meta última es el control de la lista electoral municipal, tiene su importancia en el pulso interno que tienen Aragonès y Junqueras. Si este se sale con la suya y pone en el Ayuntamiento de Barcelona a un candidato afín, tendrá un importantísimo contrapoder a Aragonès al otro lado de la plaza Sant Jaume. De hecho, Maragall tuvo que recular y echar el freno: tras calificar los presupuestos municipales de Barcelona de muy malos y anunciar el voto en contra, recibió una llamada de Aragonès ordenándole votar a favor. A cambio, los comunes votaron en el Parlament los presupuestos de la Generalitat para 2022.

Este episodio ha debilitado a Ernest Maragall como jefe de la oposición y le ha desgastado como próximo candidato republicano, lo que da alas a Junqueras para intentar poner a un afín, pero “que no se le vaya de las manos”, según confiesan fuentes del partido a este diario. Con ello, el poder de Aragonès quedaría un poco más acotado y, además, Junqueras “contentaría a algunos grupos de presión internos muy importantes que piden el relevo de Ernest Maragall de la lista de Barcelona”. Mataría, así, dos pájaros de un tiro. En esa operación, solo tiene una circunstancia en contra: todas las encuestas internas de que dispone ERC vaticinan una victoria electoral a esta formación con Maragall de candidato. Si se cambia el cabeza de lista, nadie sabe qué podrá pasar. Podría ser que este pulso lo ganase Junqueras, pero que, a la postre, ERC no conquistase el Ayuntamiento de Barcelona.

Las discrepancias que carcomen al independentismo se reflejan con una claridad meridiana entre los dos socios de gobierno que controlan las estructuras de poder en Cataluña. Esas tensiones son evidentes entre ERC y Junts per Catalunya (JxCAT) y se han dejado ver ostensiblemente cuando ambas formaciones han discrepado en temas como la mesa de diálogo, el apoyo a determinadas medidas del Gobierno central o incluso en la instrumentalización de las instituciones.

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