Jordi Sànchez carga contra Junqueras por tutelar a Aragonès y le acusa de renunciar al 1-O
En plena distensión de la Generalitat con Moncloa, el secretario general de Junts defiende que el referéndum ilegal del 1 de octubre no fue un error y no renuncia a repetirlo
Jordi Sànchez (JxCAT) y Oriol Junqueras (ERC) están en la misma cárcel, Lledoners. Sus partidos han firmado un acuerdo de gobierno hace menos de un mes, y acaban de configurar un acuerdo de coalición en el Ejecutivo que preside Pere Aragonès. Pues a pesar de eso, no pueden hablar entre ellos. Prefieren escribirse cartas en el diario 'Ara' aireando sus diferencias en público. En la última, la que ha enviado Sànchez, se acusa a Junqueras de dejar a Aragonès con las manos atadas, de tutelarlo y de renunciar a la consulta del 1-O. Acusaciones muy graves.
Oriol Junqueras no avisó a JxCAT de su carta, según fuentes del Palau, y Jordi Sànchez le ha devuelto la cortesía. Jordi Sànchez considera que la renuncia a la unilateralidad del presidente de ERC “limita la capacidad de acción de Aragonès”. Mientras Aragonès intenta bajar el tono y que la Generalitat no entre en conflicto, los socios de coalición se dedican a despellejarse por cuestiones simbólicas en su peculiar relación epistolar. Los indultos tenían que servir para rebajar la presión política en Cataluña, pero en la práctica se están convirtiendo en un regalo envenenado que crispa el independentismo.
La CUP ya piensa en descolgarse del apoyo al Govern. Evidentemente, también lo ha hecho a través de una carta pública. También en 'Ara'. Porque lo importante no es entenderse, lo importante es discrepar y que los votantes de cada formación vean que sus partidos se enfrentan más y de manera más sonora que sus socios en el Ejecutivo.
Para Jordi Sànchez, el 1-O “no fue ningún error” y tampoco un “pacto ilegítimo”. Según Jordi Sànchez, además, es perfectamente compatible mantener operativa la mesa de diálogo a la vez que se apuesta por mantener “el embate democrático”.
"No es bueno para la institución de la Generalitat que un exvicepresidente quiera tutelar al actual presidente, pero en todo caso hay que dejar claro que la decisión personal expresada en una carta no tiene la fuerza de modificar el acuerdo de legislatura entre ERC y Junts", ha asegurado Jordi Sànchez en la nueva misiva.
En la pasada legislatura, fue la tensión en el Parlament, entre el presidente de la Cámara, Roger Torrent, y el vicepresidente, Josep Costa, la que desestabilizó el Ejecutivo catalán. Además, había un 'president' débil en la Generalitat, como Quim Torra, que se declaraba vicario de Carles Puigdemont.
La cárcel como factor de inestabilidad
Ahora es la cárcel la que torpedea el nuevo Ejecutivo catalán. Solo que Aragonès no es un presidente débil. Aragonès sabía que Junqueras iba a enviar su carta, igual que Moncloa. Y está en línea con la estrategia global de ERC de asumir una rectificación política sobre lo que pasó en octubre de 2017. Aragonès visitó Lledoners para negociar el acuerdo de gobierno. Y ahora es en esa misma cárcel desde donde se quieren entorpecer los indultos. La medida de gracia molesta.
ERC y JxCAT se comprometieron a aprobar una treintena de leyes en su acuerdo de gobierno. En un mes, ya han saltado las diferencias y se demuestra sobre el terreno que no basta con repetir el mantra “amnistía y autodeterminación”, cuando cada vez está más claro que no habrá ni la primera ni la segunda.
Jordi Sànchez (JxCAT) y Oriol Junqueras (ERC) están en la misma cárcel, Lledoners. Sus partidos han firmado un acuerdo de gobierno hace menos de un mes, y acaban de configurar un acuerdo de coalición en el Ejecutivo que preside Pere Aragonès. Pues a pesar de eso, no pueden hablar entre ellos. Prefieren escribirse cartas en el diario 'Ara' aireando sus diferencias en público. En la última, la que ha enviado Sànchez, se acusa a Junqueras de dejar a Aragonès con las manos atadas, de tutelarlo y de renunciar a la consulta del 1-O. Acusaciones muy graves.