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El independentismo se abona a las teorías conspiranoicas de los atentados del 17-A
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Fueron abandonadas por inconsistentes

El independentismo se abona a las teorías conspiranoicas de los atentados del 17-A

Mientras Puigdemont y JxCAT acusan directamente a España del atentado terrorista de las Ramblas, los de ERC piden que se investiguen las afirmaciones de Villarejo en su juicio

Foto: El excomisario José Manuel Villarejo. (EFE/Fernando Villar)
El excomisario José Manuel Villarejo. (EFE/Fernando Villar)

Las palabras del excomisario José Manuel Villarejo en la Audiencia Nacional sobre la relación del imán de Ripoll con el CNI (y, consecuentemente, de este con el atentado terrorista del 17 de agosto de 2017 en las Ramblas de Barcelona y en Salou) han supuesto un balón de oxígeno para el independentismo, que ha rescatado este martes del baúl de los recuerdos las teorías de la conspiración que ya alimentó en el 2017 y que fueron abandonadas por inconsistentes. Los presidentes de la Generalitat, Pere Aragonès, y del Parlament, Laura Borràs, han ordenado a sus respectivos servicios jurídicos que vayan redactando una demanda sobre el atentado. ¿Contra quién? Nadie lo sabe. Pero con ello se abriría un nuevo frente contra España que se podría mantener activo durante unos meses.

El fugado Carles Puigdemont no perdió comba. “El Estado español tiene responsabilidad en los atentados terroristas del 2017 en Barcelona”, tuiteó desde Waterloo. El ‘expresident’ aprovechó para cargar contra España y acusar al Gobierno directamente del atentado: “En la cultura política española se acepta como mal menor, de manera indolente, el precio que es necesario pagar para defender su unidad. Mancharse las manos de sangre para defender ‘la patria’ tiene aceptación en determinados sectores de la sociedad, la política y los medios españoles”, dijo. “Pero en la cultura política de Europa esto tendría que horrorizar. Las víctimas de aquel crimen tan espantoso, las familias a quienes he oído llorar y preguntarse ‘por qué’ tantas veces se merecen que España rectifique, depure y les pida perdón”.

En un sentido similar se abonó a las mismas teorías el exdiputado Lluís Llach, partidario de otra extravagante teoría: que España provocó el atentado para que el Ejército se desplegase por las calles de Cataluña y abortar el referéndum ilegal del 1 de octubre. Ninguna de sus afirmaciones tiene connotación alguna con lo que ocurrió: “Ante su fracaso por parar el ‘procés’, querían sacar al Ejército a la calle pasando del cuarto grado de alarma que había instaurado en aquellos momentos, al quinto, y con el quinto es automática la toma de la calle por las Fuerzas Armadas. Así, impedían el 1 de octubre”. La realidad fue muy diferente, puesto que la investigación corrió a cargo de los Mossos d’Esquadra, que identificaron al comendo terrorista en cuestión de horas, matando a algunos de sus miembros y deteniendo a otros. Y no hubo Ejército en las calles ni aborto del ‘procés’.

“Terrorismo de Estado” y “crimen de Estado”

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, señaló también con el dedo a España y reclamó una comisión de investigación, recordando que en el Parlament ya se formó una, presidida por el alcalde de Ripoll, pero los representantes del Gobierno español no comparecieron. La presidenta de la cámara, además de retuitear todos los mensajes de ‘hiperventilados’ independentistas, afirmó a primera hora de la noche de este martes: “En el marco de las medidas que impulsamos para aclarar los hechos, esta tarde he encargado a los servicios jurídicos del Parlament que preparen una denuncia en Fiscalía para que se investiguen los hechos que se desprenden de las graves declaraciones en sede judicial el comisario Villarejo”.

El expresidente Quim Torra, por su parte, habló de que lo ocurrido es “un crimen de Estado. Es preciso llegar hasta el final”. También el exconsejero de Presidencia y exportavoz parlamentario de CiU Jordi Turull dejó de manifiesto su opinión. “¿Terrorismo de Estado? ¡Qué repugnantes! Y es que entre ellos (togas y cortes mediáticas) lo taparán todo, bajo la lógica de que ‘lo primero es la unidad y después la verdad’”.

Otro de los extremistas que tomó cartas en el asunto es el otrora republicano y hoy concejal de JxCAT Héctor López Bofill, que tiene abierta una investigación en la Universidad Pompeu Fabra por haber dejado entrever que en el conflicto entre Cataluña y España faltan muertos. “Esto es muy grave -tuiteó López Bofill sobre las declaraciones de Villarejo y respondiendo a otro tuit-. Si es cierto, quiere decir que el aparato del Estado español ha estado dispuesto a permitir la muerte de gente inocente para parar el proceso de independencia. Sería un crimen de lesa humanidad susceptible de llevar a las autoridades españolas ente la Corte Penal Internacional”.

De hecho, los independentistas, con los disciplinados cuadros de JxCAT a la cabeza han desempolvado las páginas conspiranoicas para sembrar de nuevo dudas sobre la naturaleza de los atentados. Y por las plataformas soberanistas han presentado de nuevo a Francisco Javier Martínez, padre de un niño fallecido en el atentado y que, como representante del independentismo, siempre se había abonado a las teorías de la conspiración. Incluso el diputado ‘juntero’ y exdecano del Colegio de Abogados de Barcelona, Jaume Alonso-Cuevillas, difundió en su cuenta de Twitter la página que abona las teorías de que España está detrás de atentado, preguntándose: “Desde el primer día, pedimos que se investigasen las (evidentes) conexiones entre el CNI y el imán. Negativa rotuna siempre. ¿Porqué?”. Alonso-Cuevillas era, precisamente, el abogado de la familia del niño muerto. El propio Martínez pidió a Puigdemont que “hable en Europa, explique lo que han hecho, con el miedo, nunca seremos una nación libre, asesinando inocentes, no podemos estar más con este Estado”. Torra tuvo un recuerdo para Javier Martínez en su mensaje donde hablaba de “crimen de Estado”.

La diferencia con ERC

Más comedidos se mostraron en las formas los representantes de ERC. “El 17-A fue una barbarie que nos ha marcado por siempre. Y si las palabras de Villarejo son ciertas, son necesarias explicaciones ya. Conocemos bien cómo funcionan las cloacas del Estado, por eso exigimos que se investigue con el fin de esclarecer la verdad”, afirmó el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. Y anunció, lo mismo que la presidenta del Parlament, Laura Borràs, que ha pedido a los servicios jurídicos de la Generalitat “que estudien estas declaraciones y las acciones legales pertinentes que se puedan emprender. Por la verdad. Por las víctimas, por los catalanes y catalanas y por todos los que estamos al lado de la paz y la democracia”.

También en parecidos términos se pronunció Oriol Junqueras, el presidente de ERC: “Declaraciones como éstas [las de Villarejo] son tan alarmantes como peligrosas. Los acontecimientos del fatídico 17-A nos golpearon a todos y todas. Es preciso una investigación inmediata para llegar al fondo de la cuestión y poner luz sobre el papel de las cloacas del Estado”. A diferencia de acusar directamente a España de favorecer, cuando no alentar el atentado, los republicanos apelaron a la cordura política y exigieron luz y taquígrafos, a la espera de saber si hay alguna responsabilidad que depurar.

Las palabras del excomisario José Manuel Villarejo en la Audiencia Nacional sobre la relación del imán de Ripoll con el CNI (y, consecuentemente, de este con el atentado terrorista del 17 de agosto de 2017 en las Ramblas de Barcelona y en Salou) han supuesto un balón de oxígeno para el independentismo, que ha rescatado este martes del baúl de los recuerdos las teorías de la conspiración que ya alimentó en el 2017 y que fueron abandonadas por inconsistentes. Los presidentes de la Generalitat, Pere Aragonès, y del Parlament, Laura Borràs, han ordenado a sus respectivos servicios jurídicos que vayan redactando una demanda sobre el atentado. ¿Contra quién? Nadie lo sabe. Pero con ello se abriría un nuevo frente contra España que se podría mantener activo durante unos meses.

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