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El confidente C5 y su "primo" el comisario Chema : así se 'limpiaban' investigaciones
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OPERACIÓN MARTILLO (III)

El confidente C5 y su "primo" el comisario Chema : así se 'limpiaban' investigaciones

La investigación de la presunta trama de corrupción policial de Fuengirola documenta numerosas injerencias en casos que podían afectar al grupo criminal vinculado al comisario de la localidad y habla de “paquetes” de 1.000 euros en manos del mando

Foto: El comisario Tocornal, a la izquierda, en un encuentro con su confidente y presunto narco, Salomón K.C. (EC)
El comisario Tocornal, a la izquierda, en un encuentro con su confidente y presunto narco, Salomón K.C. (EC)
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Lo que van a leer a continuación es un breve extracto de la conversación telefónica que a las 20:46 del 12 de noviembre de 2021 mantuvo el entonces comisario de Fuengirola, José María Tocornal, con su mujer:

-Tocornal: "Y a lo mejor hago una parada estratégica por el camino, que tengo que hablar con mi primo".

-Esposa: "Ah, bueno, escúchame".

-Tocornal: "Pero esa va a ser muy rápida".

-Esposa: "Sí, porque vamos a cenar, he comprado una empanada de atún con tomate".

-Tocornal: "De todas formas, tengo que llamar pa ver cómo está; pero pa ver cómo está de tiempo; pero tengo que hablar algo con él".

Ninguno de los dos sabia que estaban siendo grabados por la Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía. Aparentemente, puede parecer un dialogo inocente, banal, pero se destaca repetidamente en los distintos informes que sustancian la operación Mantis. Un caso de presunta corrupción policial, drogas y celos que estalló por una venganza de celos.

Los responsables de la investigación consideran que ejemplifica la cercana relación que mantenía el mando policial con Salomón K.C., su primo, un empresario local y confidente al que vinculan con el narcotráfico. Y que en ese momento estaba en el radar de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) por un asunto de tráfico de cocaína.

Foto: Víctor (nombre ficticio) posa para El Confidencial tras una de las entrevistas en las que detalló el calvario vivido durante siete años. (P. D. A.)

Una amistad afianzada en torno a supuestos delitos de revelación y violación de secretos, encubrimiento o cohecho, según se desprende de las pesquisas policiales, que permitía al supuesto narco tener acceso a información secreta y privilegiada de las fuerzas de seguridad para poder evitar las investigaciones que le acechaban. Esta presunta colaboración delictiva se documenta a través de una serie de episodios plasmados en la documentación a la que ha tenido acceso El Confidencial.

En un oficio del Grupo 10 de la UAI, fechado el 22 de junio de 2022, se esquematizan distintas "injerencias" del mando policial investigado, así como de otros agentes de la comisaría de Fuengirola, que afectaron a casos de tráfico de drogas o lesiones vinculados a la organización criminal cuyo liderazgo recaería en Salomón.

La matrícula del coche de paisano

Una de las más graves fue la que se produjo el 17 de julio de 2021 y puso en riesgo la investigación en torno a la presunta trama de corrupción policial. A las 22:14 de ese día, se realizó una búsqueda sobre una matrícula que resultó pertenecer a uno de los vehículos oficiales no rotulados que llevaban tiempo tras la pista del comisario y el presunto narco. El funcionario que accedió a la base de datos pertenecía a la Brigada de Seguridad Ciudadana y los investigadores establecen "un nexo casual" entre esta acción y un episodio ocurrido 10 jornadas atrás.

En la comisaría de Fuengirola se buscó la matrícula de un coche policial de paisano que seguía a uno de los miembros del grupo criminal

El 7 julio, durante un dispositivo de vigilancia a Bob Willem M.D.J. —uno de los sospechosos, que acabaría siendo detenido—, este circulaba con un turismo de la marca Mini adoptando distintas medidas de seguridad. "Realizaba paradas en la vía sin causa aparente o daba vueltas completas a diversas rotondas", apuntan los responsables de la investigación, que señalan que, "en un momento dado", un policía de la citada unidad policial "advirtió cómo Bob detuvo su vehículo en la avenida de Los Boliches de Fuengirola, sacó la cabeza por la ventanilla y se quedó observando la matrícula" del coche que este conducía.

Esta circunstancia obligó a que ese vehículo no volviese a ser utilizado en ningún otro seguimiento relacionado con el caso y el 11 de julio —cuatro días más tarde— "fue llevado de vuelta a la base operativa de Madrid".

La investigación constató que, instantes después de detectar el coche policial de paisano, el sospechoso envió a través de un mensaje de WhatsApp "la matrícula y el modelo" del mismo. Acción que repitió con Salomón K.C. el 8 de julio.

placeholder Los investigados, supuestamente deshaciéndose de material relacionado con cultivos de marihuana. (EC)
Los investigados, supuestamente deshaciéndose de material relacionado con cultivos de marihuana. (EC)

"Todos los indicios apuntan a que Bob detectó el seguimiento policial y memorizó o apuntó la matrícula, la cual posteriormente fue facilitada a José María Tocornal a través de Salomón para que corroborase si se trataba de un vehículo de las fuerzas y cuerpos del Estado", sentencian los responsables del caso en el citado informe.

Udyco Torremolinos

La fecha del 25 de octubre de 2021 es clave para los investigadores en su intento de demostrar las presuntas injerencias del excomisario fuengiroleño en distintos casos que afectaban a la trama criminal de su confidente y amigo.

Ese día, agentes de la Udyco de la comisaría de Torremolinos-Benalmádena grabaron en la Unidad Central de Inteligencia Criminal (UCIC) una investigación "por tráfico de cocaína" que ponía el foco en Salomón y dos de sus más estrechos colaboradores: los ciudadanos belgas Bob Willem M.D.J. y Jonathan Daniel G., detenidos como supuestos autores de la brutal paliza que recibió la pareja de la exmujer del presunto narco.

Al estar registrado como informador suyo, con categoría C5, el mando policial recibía una alerta cada vez que se iniciaban pesquisas sobre sus actividades. Según se plasma en los documentos policiales, Tocornal "llamó al comisario de Torremolinos-Benalmádena para interesarse por la operación y comunicar que Salomón no tenía nada que ver, tal y como manifestó en su declaración el jefe provincial de Operaciones" de la Comisaría Provincial de Málaga.

Foto: Imagen: EC Diseño.

Se da la circunstancia de que, a pesar de que se encontraba de vacaciones, el comisario se moviliza para tratar de recabar datos, destacan los agentes de la UAI, que inciden en lo que pasa inmediatamente después para sostener una "posible filtración de información reservada de la investigación de Torremolinos".

Las vigilancias efectuadas el 10, 11, 23 y 24 de noviembre, a distintas horas, revelaron "un cambio en el modus operandi de los encartados", que fueron vistos "sacando" de dos inmuebles "útiles que habitualmente son utilizados para el cultivo de marihuana" y que fueron arrojados a un contenedor.

En este contexto se produce una llamada del comisario a su mujer, que los investigadores consideran de vital importancia dentro de la secuencia de hechos descrita y que pone de relieve "las medidas de seguridad que mantienen cuando hablan de Salomón". El contacto telefónico se produjo a las 20:46 y el comisario le comenta a su esposa que tiene que hablar con "su primo" porque debe contarle algo. Según se indica en los oficios de Asuntos Internos, el mando regresaba de una comida con "con diferentes jefes de la Policía Nacional, entre los que se encuentra en comisario de Torremolinos-Benalmádena".

El comisario presuntamente medió con un mando de la Guardia Civil cuando la red criminal proyectaba una gran plantación en El Burgo

"Con una llamada que se produjo al día siguiente, se confirmó sin género de dudas que Salomón K.C. se trataba de la persona a la que José María Tocornal se refirió como mi primo".

La finca de El Burgo

Las pesquisas en torno a los tres inmuebles presuntamente utilizados para la producción de cannabis aceleraron el plan de expansión del grupo organizado, que tenía como epicentro una finca de El Burgo de unos 70.000 metros cuadrados a nombre de un hermano de Salomón y Bob Willem.

Este terreno iba a ser utilizado "para cultivar marihuana a gran escala bajo una apariencia de legalidad". El entonces comisario, que solicitó la prejubilación tras su arresto, conversó el 22 de marzo de 2022 con un mando de la Guardia Civil para decirle que "tienen que quedar a comer en Yunquera con los jefes para que conozcan al colega suyo" y así conozcan los pormenores de la actividad de la explotación agrícola.

"Si bien José María hace alusión a que la organización va a obtener permiso para cultivar cannabis con un porcentaje de THC superior al 2%, este extremo está muy lejos de cumplirse, dado que en España, con esos niveles, solo se concede autorización cuando es con fines de investigación, médicos o científicos", se refleja en un oficio policial con fecha 22 de junio de 2022, en el que se incide que el "destino final" de las cosechas es "venderlas en el mercado negro como sustancia estupefaciente", ya que aparentemente no existía el contrato con una empresa farmacéutica que exige la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.

placeholder Los investigados, en la comisaría de Fuengirola. (EC)
Los investigados, en la comisaría de Fuengirola. (EC)

Los agentes de la Unidad de Asuntos Internos consideran que el comisario, con su llamada, "está influyendo sobre otro funcionario para que éste ponga en contacto al jefe de la Guardia Civil de Yunquera con Salomón K.C." para que "se conozcan", "sepa dónde se encuentra la explotación de marihuana" y "lo tengan en cuenta ante una posible inspección".

Conflicto en un bar

El 10 de junio de 2022 "se detectaron una serie de llamadas" en las que el entonces comisario fuengiroleño "pide explicaciones a varios subordinados respecto a un suceso acaecido en un bar —ubicado en la avenida de Los Boliches de Fuengirola— donde una mujer presuntamente había causado daños en la caja registradora".

Los investigadores señalan que Tocornal "le dice al subinspector coordinador de Servicios que la actuación no ha sido correcta por no haber detenido a la presunta autora del delito de daños". El agente señaló que la patrulla no lo consideró oportuno porque "desconocía el coste de la reparación".

Las gestiones realizadas por el mando policial en torno a este suceso "vienen motivadas por una petición expresa de Salomón", propietario del establecimiento, y que a las 16:47 contacta con la Sala del 091 para contar lo que había sucedido.

La influencia del presunto narco en la comisaría de Fuengirola se pone de manifiesto a través de la siguiente cronología trazada por los investigadores: a las 16:59, la camarera del local llama a Salomón y le dice que están allí a los agentes. Este le dice que los envíe a Los Bolicheros, donde presupone que está la chica que supuestamente provocó los daños. 38 minutos después, Tocornal llama a la Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano (ODAC) y comienza a realizar preguntas al policía que le responde sobre la actuación en el local. En ellas, y a pesar de que no se registra llamada entre ambos, "evidencia que tiene conocimiento de los hechos porque Salomón se lo ha comunicado". A las 17:38, el jefe contacta con el subinspector y "le interroga por la intervención, al mismo tiempo que le interpela porque no se haya arrestado a la responsable".

Foto: Las organizaciones investigadas controlaban el corredor marítimo entre Tánger y Algeciras. (EFE/A. Carrasco Ragel)

"En su reseña, el comisario posee más información que el propio coordinador de Servicios", que le dice que se va a informar y que más tarde le informa. "Entre tanto, y mientras se realizaba la comunicación anterior", se intercepta una llamada —a las 17:41— de Salomón a su pareja en la que le informa de lo sucedido y en la que cuenta que "ha hablado con Chema porque uno de los policías que acudió al lugar le faltó al respeto y que ahora él se va a hacer cargo".

Tras 40 minutos, y una llamada anterior a las 17:49 en la que el subinspector traslada al comisario lo que ha hablado con los agentes que habían intervenido, este le informa de que Salomón ha acudido a la comisaría a presentar denuncia.

"Después de la mediación de José María Tocornal, a requerimiento de Salomón K.C., se produjo un encuentro entre ambos en un mesón, donde cenaron con sus respectivas parejas y posteriormente tomaron unas consumiciones. El dispositivo de vigilancia pudo comprobar que Salomón abonó la cuenta completa con dinero en efectivo", señalan los responsables de la investigación.

Los investigadores resaltan el "interés desmesurado" del comisario por conocer los casos que afectaban a su confidente

Estos afirman que "queda acreditado que cualquier necesidad policial que pudiera tener Salomón iba a ser de especial interés para el comisario investigado, utilizando de manera arbitraria a los agentes subordinados e incluso imponiendo el criterio del propio empresario sobre el de los policías actuantes".

Operación Martillo

Las presuntas injerencias del comisario en los casos que podían afectar al supuesto narcotraficante, según la investigación, se hicieron palpables el 12 de mayo de 2021. Ese día se produjo la salvaje agresión a la pareja de la exmujer del también confidente de José María Tocornal. El instante en el que se cruzaron las operaciones Martillo y Mantis.

Como ya informó este periódico, agentes de la comisaría fuengiroleña realizaron distintas búsquedas de datos de las víctimas que "no parecen estar justificadas por razón de servicio" y que para los responsables del caso solo respondían a un fin: informar a Salomón K.C.

Por ejemplo, en una auditoria de los accesos a los archivos policiales se comprobó que el 18 de febrero de ese año, durante un intervalo de 22 minutos, supuestamente hizo 15 consultas en distintas bases de datos sobre denuncias, matrícula de vehículo, atestados, DNI y teléfono. Y el 19 de mayo, una semana después de la brutal paliza, y antes de recibir el aviso de que en la UCIC de que el Grupo II de Investigación de la Comisaría Oeste investigaba a su confidente, es el mando policial quien presuntamente realizó ocho búsquedas sobre la pareja.

Según ha podido saber este periódico, esta labor prospectiva se habría extendido al letrado de la víctima, de quien habrían obtenido datos personales y de su familia, lo cual podría abrir una nueva línea de trabajo policial.

placeholder Gráfico de la presunta organización criminal. (EC)
Gráfico de la presunta organización criminal. (EC)

Los intentos del comisario por saber qué se cocía en torno al grupo criminal de su amigo fueron documentados por los agentes de la Unidad de Asuntos Internos en un informe en el que se analizan sus gestiones tras la detención el 25 de enero de 2022 de dos sospechosos del ataque: Bob Willem M.D.J. y Jonathan Daniel G..

A las 11:08, contacta con el jefe de la Brigada de Policía Judicial de su comisaría y pregunta por la detención de "un amigo suyo, Jonathan". Y aclara que se ha enterado porque "Salomón le ha informado". Cinco minutos más tarde, recibe una llamada de respuesta en el que se le aclara que no ha sido arrestado por agentes de Fuengirola. Exactamente a las 11:21, Tocornal llama a su homólogo de Torremolinos para preguntarle por el asunto, y este le responde a las 11:29 "reiterándole" su desconocimiento del asunto. Un minuto después, "encomienda a su subordinado P.G.M. que llame a la Guardia Civil y se informe de quién ha detenido a Jonathan Daniel G.". Incluso le envía una fotografía del pasaporte de este, se recoge en un oficio policial, donde se indica que a las 11:37, Salomón llama a su pareja y esta le pregunta "si ha hablado con Chema". "Yo hablo con mis amigos", le contesta.

"Siendo las 11:47 horas, un varón desconocido con una línea telefónica a nombre de la Dirección General de la Policía realiza una llamada a Tocornal, que nuevamente intenta obtener información sobre la detención haciendo referencia a su amistan con Salomón K.C.". "Tu mantenme informado y vete pidiéndome cositas que quieres que me entere, ¿vale? [sic]", le espeta el mando policial.

Los investigadores resaltan el "interés desmesurado" del comisario por conocer los entresijos de lo que ha ocurrido y dan "especial importancia" al hecho de que, el 26 de enero, un día después de los arrestos, hable con el abogado de los detenidos y le aconseje que solicite el habeas corpus, porque de esa manera "tendrían acceso a las diligencias".

Cohecho

Los investigadores del Grupo 10 de la UAI señalan en un oficio que las "acciones realizadas" por el comisario "en beneficio" del presunto traficante "sobrepasan cualquier relación policía-confidente o, incluso, de amistad". Y apuntan que existen una serie de indicios que "denotan una posible dádiva" del grupo organizado al mando.

Foto: Agentes de la Gendarmería patrullan la favela de Villa Banana, en Rosario, Argentina. (Reuters)
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Alba Rojo. Buenos Aires

Esta hipótesis, en parte, se sustenta en cuatro escuchas telefónicas —registradas el 13 de diciembre de 2021 y el 11, 12 y 14 de enero de 2022— de las cuales "se deduce que los dos investigados poseen cantidades de dinero en efectivo guardadas en paquetes, pudiéndose tratar de la contraprestación por los servicios que el comisario facilita a la organización criminal".

Los protagonistas de la llamada del 11 de enero de 2022 son Tocornal y su esposa y es destacada por los agentes para reafirmar sus sospechas:

—Dime.

—Me he llevado una grata sorpresa, porque te acuerdas que tú el otro día me dijiste… ¿El paquete de los 1.000 euros… qué son, de 500 o de 1.000? Y digo… no, de 500 y eran de 1.000 [sic].

—Eran de 1.000.

—Claro, eran de 1.000, ahora lo miro y digo… aquí hay más dinero, hay 850 euros. Una grata sorpresa.

—Ya me parecía a mí, pero bueno...

—Ya, es que yo me confundí con el otro que estaba terminando. ¿Sabes?

—Vaya, enhorabuena… Ahí se te anota un detallito.

Lo que van a leer a continuación es un breve extracto de la conversación telefónica que a las 20:46 del 12 de noviembre de 2021 mantuvo el entonces comisario de Fuengirola, José María Tocornal, con su mujer:

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