Un extraño cese desata sospechas de purga y enchufismo en la mayor comisaría de España

El repentino cese de la jefa de Seguridad Ciudadana de la comisaría del distrito Centro de Madrid, experta en el control de manifestaciones, ha provocado un profundo malestar entre buena parte de la plantilla, que apunta a una purga por no aceptar el trato de favor a uno de sus agentes por parte de la Jefatura Superior de Policía Nacional. Según informan fuentes policiales a El Confidencial, los hasta ahora subordinados de la inspectora destituida no comprenden la decisión y consideran que no atiende a razones de operatividad o resultados. La afectada ha sido derivada a la comisaría de Villa de Vallecas, considerada en el cuerpo como un destino de castigo.

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Este periódico se ha puesto en contacto con la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Su portavoz niega ningún tipo de venganza en la decisión, asegura que estaba prevista con anterioridad y que responde a una mera reestructuración. El cese se hizo efectivo el 5 de agosto. Estas decisiones deben constar por escrito y, además, llevar algún tipo de explicación para que los tribunales ordinarios no revoquen el cambio por falta de motivación en caso de que el afectado presente recurso. En este caso, el acuerdo contiene una argumentación de apenas dos frases en las que se da prioridad al nuevo destino encomendado, se aboga por optimizar recursos y lograr una mayor eficacia.

En su queja, las fuentes de la comisaría de Centro consultadas destacan que el cese de la jefa de Seguridad Ciudadana no puede deberse a mal rendimiento. La cifra de detenciones había aumentado desde su llegada y en los últimos años la Jefatura Superior de Policía de Madrid ha requerido el servicio de los Focus incluso fuera del distrito Centro por su eficacia en manifestaciones. Fue el caso de los botellones en el Parque del Oeste, que depende del distrito de Moncloa. Estos servicios merecieron las felicitaciones del director adjunto operativo de la Policía, la Delegación del Gobierno de Madrid y la propia Jefatura Superior.

La comisaría de Centro no es una comisaría cualquiera. Con sede en la calle Leganitos, es por número de agentes la más grande de España y una de las mayores de Europa. Da protección a diversos barrios —Universidad, Palacio, Cortes, Justicia y Sol—, así como a emblemáticos edificios de Madrid y las instituciones más importantes de España como el Palacio Real, el Congreso de los Diputados, el Senado, el Consejo General de Poder Judicial o la Audiencia Nacional. Sus funciones abarcan desde la colaboración en el despliegue de la reciente cumbre de la OTAN en la capital al control de carteristas atraídos por la alta afluencia de turistas en la ciudad.

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Durante los últimos años, ha tenido una plantilla media de 550 agentes y la prevención de la Seguridad Ciudadana corre a cargo de sus más de 300 policías destinados en el Grupo Operativo de Respuesta llamados Focus. Son policías que pisan la calle, algunos de ellos van vestidos de paisano y su papel es determinante en la prevención contra los hurtos, grandes manifestaciones o cuando se producen problemas de orden público. Su responsable era hasta hace solo unos días la inspectora jefa cesada el pasado 5 de agosto tras dos años en el cargo. Según las diversas fuentes consultadas, el origen del problema ha sido la situación de uno de los nuevos agentes recién llegados este verano a la comisaría tras agotar su periodo de prácticas en el distrito de Retiro.

Por norma general, los agentes prefieren prestar servicio en la calle, por lo que los destinos menos agradecidos como la gestión de los calabozos o los trabajos de secretaría corren a cargo de los recién llegados. Todos van saliendo a patrullar a medida que cumplen años en ese destino. Ese era el plan que se iba a seguir este año cuando en julio llegaron los nuevos agentes. Sin embargo, la inspectora jefa encargada de establecer los puestos recibió la indicación de que con uno de los nuevos tenía que hacer una excepción y permitirle patrullar desde el primer año. Esa indicación se trasladó al menos en una de las reuniones de planificación del personal mantenidas en la comisaría. Se dijo además que no se preguntase acerca de los motivos, según una de las personas presentes.

Fue una orden verbal y no quedó constancia por escrito, siempre según las mismas fuentes consultadas. La inspectora jefa llegó a reunirse la última semana de julio con el agente presuntamente beneficiado, quien se comprometió a renunciar a cualquier tipo de trato de favor y asumió la norma de la comisaría. Aceptó desempeñar sus primeros trabajos sin salir a la calle, al igual que el resto de los recién llegados. Tras esa entrevista cara a cara entre jefa y subordinado, se le asignó un puesto en la secretaría. El compromiso con él —como con el resto— era que si desempeñaba adecuadamente su función, saldría a la calle.

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Pasada una semana, la inspectora jefa recibió la noticia de que había sido cesada y que la decisión partía directamente de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, que dirige desde noviembre de 2021 Manuel Soto Seoane. Por encima de la inspectora jefa hay dos responsables policiales en la comisaría de Centro que se encontraron con la decisión, siempre según las fuentes consultadas. Este periódico ha tenido acceso a un reparto de puestos de trabajo en el Focus donde figura incluido el nombre del policía que inicialmente había aceptado no patrullar en su primer año siguiendo la norma de la comisaría.

"Meter a un recién jurado es una mala decisión para el trabajo de la comisaría, para el grupo y para la relación que pudiera tener en el futuro este compañero. Creo que se están equivocando. No debería ser así, hay que respetar la antigüedad", dice un uniformado con experiencia y destinado en uno de los Focus. Otros prefieren no hablar al ser requeridos por este periódico por miedo a que les pueda perjudicar.

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A la afectada no se le ha dado ninguna explicación por escrito de su salida, si bien las fuentes consultadas afirman que de forma verbal sí que se le ha indicado que el 'castigo' se debe a no haber obedecido la indicación sobre el joven agente. Por el momento, ella ha puesto el caso en conocimiento de representantes sindicales y su intención es recurrir su destitución en los tribunales. Tiene un mes para presentar un recurso de alzada ante la propia Dirección General de la Policía.

El movimiento ha provocado malestar entre los integrantes del Focus de la comisaría. Existía una buena sintonía con su responsable que, desde hace días, presta ya servicio en Villa de Vallecas. La Jefatura Superior se ha limitado a hacer una permuta y la hasta ahora responsable de Seguridad Ciudadana de la comisaría vallecana ha pasado a asumir las funciones dejadas por su compañera en el distrito Centro.

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Siempre según las mismas fuentes, el joven policía presuntamente beneficiado por el trato de favor no intervino en la decisión del cese y también le cogió por sorpresa como al resto de sus compañeros. El mismo día en que se le informó de la destitución a la inspectora jefa, se cruzó con ella en las dependencias policiales y la saludó con normalidad sin que aparentemente supiera nada de lo sucedido. No obstante, en la comisaría le culpan a él de haber provocado la salida de su responsable y eso ha deteriorado el ambiente en una comisaría especialmente clave en la Policía Nacional. Más sí se tiene en cuenta el riesgo de un año caliente en cuanto a movilizaciones y protestas en la calle, fruto de la situación económica que atraviesa el país. La inmensa mayoría de concentraciones y manifestaciones se producen en el centro de la capital.

En la comisaría también señalan a los dos superiores de la inspectora jefa por no haber puesto en valor el trabajo de su subordinada ni haber salido en su defensa para evitar la drástica decisión de su salida. Se trata del jefe operativo, Julio Marcos González, y del comisario y máximo responsable de Centro, Alberto Carba. Las fuentes consultadas indican que estos superiores tienen constancia del presunto trato de favor por parte de la Jefatura Superior que ha motivado el cese de la inspectora jefa.

En la comisaría, circula la pregunta de quién será el padrino del joven agente, sin que por el momento hayan encontrado ninguna versión verosímil. En la búsqueda de alguna explicación al suceso, ya se han producido llamadas a la comisaría de Retiro en las que hizo sus prácticas para tratar de entender la trastienda del presunto interés de la Jefatura Superior. En esa otra dependencia, trasladan que el agente no dejó huella por nada en especial, por lo que tampoco entienden la necesidad de que saliera a patrullar desde el primer día.