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Los 100 días de Vox en Castilla y León: mucha ideología, poca gestión y malestar en el PP
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PRIMERA EXPERIENCIA DE GOBIERNO

Los 100 días de Vox en Castilla y León: mucha ideología, poca gestión y malestar en el PP

El primer Gobierno de coalición de PP y Vox cumple tres meses marcado por los choques internos y las polémicas. Vox asegura que, "frente al ruido, está respondiendo con hechos", mientras que la oposición los acusa de ser un Ejecutivo "paralizado"

Foto: Juan García-Gallardo (i), junto al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/Nacho Gallego)
Juan García-Gallardo (i), junto al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. (EFE/Nacho Gallego)
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Descoordinación, broncas constantes, polémicas y mucha "improvisación". Los 100 primeros días del único Gobierno de coalición entre PP y Vox han dejado un reguero de polémicas en que ha primado la falta de entendimiento entre los dos socios del Ejecutivo. El pasado 19 de abril, Alfonso Fernández Mañueco tomó posesión por segunda vez como presidente de Castilla y León, esta vez con un nuevo copiloto que, a su vez, ha tratado de desmarcarse del PP siempre que ha podido. El estreno de Vox en el poder ha estado marcado por la falta de gestión, la ideologización de las propuestas o la guerra por la comunicación en la Junta. Y las polémicas que han rodeado a Juan García-Gallardo y a su equipo han colmado en más de una ocasión la paciencia de los populares. "No puedes hacer lo que te da la gana, cuando te da la gana y como te da la gana", señalan algunas voces del Gobierno regional.

El PP no esconde su malestar por la última salida de tono de su socio gubernamental, esta vez a cuenta de los incendios que han asolado la región en los últimos días. El vicepresidente de Castilla y León decidió anunciar de forma unilateral y a través de las redes sociales una batería de medidas para paliar las consecuencias de los fuegos impulsadas por "las consejerías de Vox", como si fuesen un ente independiente del conjunto del Ejecutivo regional. Gallardo no consensuó las propuestas que tenía previsto anunciar en la reunión semanal del Consejo de Gobierno, y el PP tuvo constancia de las iniciativas por una vía poco ortodoxa. "Nos avisaron por WhatsApp", aseguran.

Con el reparto de carteras, y una vez que consiguió una vicepresidencia, tres consejerías y la presidencia de las Cortes, Vox pujó por hacerse con la dirección de comunicación de la Junta, un puesto que el PP logró preservar. El partido liderado por Juan García-Gallardo ha priorizado desde entonces su propia estrategia de comunicación, difundiendo notas bajo el distintivo de Vox y sin el aval del conjunto del Consejo de Gobierno. "Ellos parten de la premisa de que no existe una coalición, sino un Gobierno formado por dos partidos. Tienen su propia estrategia mediática y comunicativa, y están completamente condicionados por las órdenes que les llegan desde Madrid", analiza un dirigente popular.

Las medidas acordadas por "las consejerías de Vox" —ostentan las carteras de Agricultura, Cultura e Industria y Empleo— tampoco convencen al PP. Una de las iniciativas pasa por destinar cinco millones de euros en planes de empleo para contratar a desempleados en labores de limpieza del monte y prevenir así los incendios, aunque los populares señalan que la Junta ya se comprometió a destinar un paquete de 35 millones de euros para paliar la devastación en la sierra de la Culebra (Zamora). Otra de las propuestas pasa por ofrecer "un gran concierto benéfico con artistas de primera línea" para ayudar a los damnificados por las llamas, o promocionar la regeneración de pastos y la ganadería extensiva. "Hay alternativa", celebraba Vox en su cuenta oficial de Twitter.

El 21 de abril de 2022 se reunió por primera vez el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León que daba el pistoletazo de salida al primer Gobierno de coalición entre PP y Vox. Alfonso Fernández Mañueco se convertía así en el primer barón autonómico popular que permitía la entrada de los de Santiago Abascal en el Ejecutivo. Entonces, cundía la sensación en el PP de que se abría una nueva etapa de acuerdos entre ambas formaciones. Pero nada más lejos de la realidad. La experiencia de los primeros tres meses de gobierno en Castilla y León ha abierto la veda a fuertes tensiones entre los dos partidos. En el PP, insisten en que el origen del problema radica eminentemente en la "falta de experiencia de gestión" de sus compañeros de viaje y en el hecho de que actúen conforme a los "dictados" de Abascal.

Aun así, aquel primer Consejo de Gobierno envió un claro mensaje del nuevo Ejecutivo de coalición de Alfonso Fernández Mañueco. De entrada, el nuevo Ejecutivo aprobó un plan anticrisis de 470 millones de euros que pretendía contrarrestar la imagen de radicalidad del primer acuerdo entre PP y Vox. Medidas para los sectores más afectados por la pandemia y la guerra de Ucrania, una bajada del IRPF y ayudas a las familias vulnerables y para el fomento de la natalidad fueron los ejes centrales del plan. Desde el PP, reivindican aquel primer paquete de medidas y las decisiones en servicios públicos que han venido después para alejar cualquier temor de la ciudadanía.

Foto: Manifestación contra el cierre de Grupo Siro. (EFE/Almudena Álvarez)

El giro social que pretendía el Ejecutivo de coalición comenzó a torcerse precisamente con las declaraciones de los distintos consejeros de Vox. Sobre todo del vicepresidente y líder del partido en Castilla y León, Juan García-Gallardo, que ha ido acumulando polémicas de las que incluso ha tenido que terminar disculpándose el propio presidente Fernández Mañueco. En el primer pleno de la legislatura, el vicepresidente de Vox se estrenó diciendo a la procuradora socialista con discapacidad Noelia Frutos: "Yo no le voy a tratar con ninguna condescendencia ni le voy a responder a sus faltas de respeto como si fuera una persona como todas las demás", unas palabras que desataron un huracán de críticas y que dieron fuelle al Gobierno de Pedro Sánchez en el Congreso como arma contra Núñez Feijóo. La presión fue tanta que el propio Mañueco terminó disculpándose públicamente, por "si alguna persona se ha sentido ofendida por cualquier cosa que haya hecho este Gobierno".

No fue la última polémica. García-Gallardo volvió a ocupar los titulares el pasado 25 de junio, cuando, en unas jornadas contra la despoblación, sentenció que la causa del problema era la "hipersexualización de la sociedad". Explicó que, en su opinión, uno de los motivos del llamado invierno demográfico surge "cuando la banalización del sexo lleva a que sea un fin en sí mismo, olvidando que su finalidad es la procreación". Este peculiar análisis obligó de nuevo al PP a marcar distancias con sus socios de coalición y cosechó duras críticas de la oposición. Francisco Igea (exvicepresidente regional) estalló contra las declaraciones de Gallardo, que demuestran que "este chaval está sin criar, está sin educar. No se pueden decir las cosas que dice. Chuleando a las mujeres, a los minusválidos, a los sindicatos, a todo el mundo. Si yo digo la mitad de las cosas que ha dicho este chaval, no sobrevivo".

Foto: El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo. (EFE/Nacho Gallego)

"No es un problema de lo que hace, sino de lo que dice", comentan fuentes populares, molestas por el verbo suelto del dirigente de Vox. Esa última gran polémica del vicepresidente supuso un punto de inflexión en el tono de las intervenciones públicas de Vox, que se han suavizado, al menos en público, en las últimas semanas. El líder socialista, Luis Tudanca, no cree que el nivel de tensión se vaya a rebajar el resto de legislatura con un Ejecutivo "paralizado": “No lo creo, solo hay que ver cómo funcionó el anterior Gobierno de coalición con Mañueco a la cabeza, con Ciudadanos, la situación no solo no mejoró, sino que se deterioró de tal manera que acabó en una ruptura, que es otra cosa que en Castilla y León jamás se había dado”.

El portavoz adjunto de Vox en Castilla y León, David Hierro, responde que, "frente al ruido, estamos respondiendo con hechos". Añade, además, que "hay mucho ruido en torno a declaraciones y a supuestas posiciones que no son nada más que caricaturas de Vox y luego buena parte de los españoles están cada vez más cerca de Vox. De hecho, hay un crecimiento constante del partido". Pero lo cierto es que los tres primeros meses de Vox en un Gobierno no han logrado suavizar la tensión ni la incertidumbre que generaba su entrada por primera vez en un Ejecutivo. Con todo, y al menos públicamente, las dos formaciones hacen un balance "positivo" del inicio de legislatura y vinculan los problemas al hecho de que todavía "están engrasando" la coalición. El viceportavoz del PP en las Cortes de Castilla y León, Ángel Ibáñez, se enorgullece de que en los primeros meses se ha aprobado "un plan económico", se han tratado "350 asuntos" y "se han movilizado 1.300 millones de euros".

Una conclusión que comparte su socio de Gobierno. "Siempre tratan de demonizarnos y caricaturizarnos, pero lo cierto es que las dos iniciativas, las dos proposiciones no de ley, que hemos presentado en las Cortes de Castilla y León ninguna ha obtenido ningún voto en contra por ninguno de los grupos. Digo yo que, entonces, algo estaremos aportando interesante y que sirva a los ciudadanos de Castilla y León". Hierro se refiere a la proposición para incluir al menos cinco monumentos de la ciudad de León en la "lista indicativa" para que en el futuro puedan ser declarados patrimonio de la humanidad, que fue apoyada por unanimidad en el Parlamento autonómico. La otra proposición fue aprobada sin votos en contra y con abstención del PSOE, e insta al Gobierno de España a declarar varios tramos de la Red de Líneas de Alta Velocidad como obligación de servicio público.

100 días marcando territorio ideológico

Vox niega que se lo identifique como un partido extremista y peligroso. David Hierro asegura que, "cuando Vox consigue casi un 18% de votos, es evidente que Vox no es lo que muchos dicen que es, sino que es lo que muchos saben que es. Hay muchísimos españoles que apoyan nuestras posiciones". Sin embargo, es innegable que los primeros pasos dados por su vicepresidente y consejeros en estos tres meses han ido encaminados a marcar ideológicamente la acción del nuevo Gobierno y desplegar la agenda nacional de Vox en su única plaza de poder. El primer acto del vicepresidente Gallardo fue muy simbólico. Participó en la Universidad de Burgos en unas jornadas llamadas 'Memoria y prevención del terrorismo'. En estos primeros meses, han sido varios los actos celebrados con víctimas del terrorismo de ETA en los que incluso ha participado el exfuncionario de Prisiones secuestrado por la banda terrorista y fundador de Vox, José Antonio Ortega Lara.

Algo similar ha sucedido con los tres consejeros que Vox tiene en el Gobierno autonómico. Fueron muy criticadas sus comparecencias en el Parlamento autonómico para explicar sus proyectos de legislatura por incluir un marcado discurso ideológico y, por momentos, convertirse en mítines de partido contra los sindicatos o el Gobierno central. El consejero de Cultura, Gonzalo Santonja, ha aprobado varias iniciativas en favor de la tauromaquia y su primer acto también fue significativo, presentando el circuito anual de novilladas con picadores de Castilla y León.

Foto: El presidente de Castilla y León, Mañueco, junto a Núñez Feijóo. (EFE/Salvador Sas)

Muy criticados han sido también algunos de los minutos de silencio convocados por la vicepresidencia de Vox en las Cortes autonómicas y en la sede de la presidencia de la Junta. Ocurrió por primera vez el 23 de junio, cuando recordaron de ese modo a un hombre asesinado por su mujer en León. Para Vox, este minuto de silencio demuestra que "condenamos todo tipo de violencias". Por si fuera poco, el presidente de las Cortes, Carlos Pollán, se negó a que la bandera arcoíris ondeara en la institución, como era costumbre en la semana del Orgullo.

El balance de este inicio de legislatura se completa por las carencias en la gestión y presencia de Vox en algunos asuntos. El caso más llamativo fue durante la crisis empresarial de Grupo Siro, que estuvo a punto de cerrar las cuatro fábricas que la galletera tiene en la comunidad, en que la ausencia pública del consejero de Empleo e Industria de Vox, Mariano Veganzones, fue absoluta. El partido lo explicó con un trabajo silencioso para solucionar el problema, pero lo cierto es que la ciudadanía echó en falta una presencia pública más activa en un problema grave que afectaba directamente a sus competencias. Estas críticas por apartarse cuando llegan los problemas se repitieron con el trágico incendio de la sierra de la Culebra y los fuegos de Salamanca de los últimos días.

Foto: Un bombero forestal en el incendio de Quintanilla del Coco (Burgos). (EFE/Paco Santamaría)

Situación crítica con el diálogo social

Vox ha llevado el diálogo social en Castilla y León a una situación crítica. El único Consejo del Diálogo Social celebrado hasta ahora ha terminado con una ruptura total con sindicatos y empresarios, que aseguran que "ha saltado por los aires" una de las señas de identidad de la comunidad autónoma. Vox ha logrado imponerse al PP y plantear una revisión de nueve de los 18 acuerdos del diálogo social que los sindicatos consideran una auténtica declaración de guerra. Desde el primer momento, Vox no se ha ahorrado ningún ataque a los sindicatos. Ya al inicio de la legislatura, el consejero de Empleo arremetía contra ellos y hacía saltar todas las alarmas en la parte social. "No vamos a tolerar que nadie en Castilla y León viva a costa del dinero que, con enorme esfuerzo, los ciudadanos dedican a los parados", decía en sede parlamentaria.

Foto: El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (i), y su vicepresidente, Juan García-Gallardo. (EFE/Raúl García)

El vicepresidente se sumaba a los ataques a los sindicatos anunciando un recorte de 20 millones a patronal y sindicatos por estar "ultrasubvencionados", una medida que no había sido pactada previamente con el PP y que Mañueco trató de enmendar en su reunión con el Consejo del Diálogo Social, a la que también estaba invitado Gallardo. Tras la cita, no ha bajado la tensión entre Gallardo y los sindicatos. El vicepresidente les ha pedido que "no trasladen una visión subjetiva y sesgada" de lo que ocurrió en ese encuentro y considera que "se retratarán" en las diferentes mesas sectoriales del diálogo social sobre si están más preocupados por su financiación o por los problemas de la gente de la comunidad.

No habrá adelanto electoral

Las tensiones constantes entre los socios de gobierno han devuelto muy pronto el fantasma de un nuevo adelanto electoral. Tras el resultado del PP en las elecciones de Andalucía, a los mentideros políticos de Castilla y León ha vuelto la posibilidad de que Mañueco aproveche la convocatoria de municipales del próximo año para volver a romper el Gobierno. Pero es un escenario que desmienten rotundamente en el PP. "El mandato de las urnas no se puede cambiar, fue muy claro y esta era la salida a este mandato", reflexiona Ángel Ibáñez (PP). "Son rumores. El trabajo en las Cortes con el PP es de excelente relación, cohesión y fluidez de trabajo diaria. El presidente Mañueco entró al trapo hace unos días y confirmó que eso son rumores y tonterías", dice David Hierro (Vox).

Descoordinación, broncas constantes, polémicas y mucha "improvisación". Los 100 primeros días del único Gobierno de coalición entre PP y Vox han dejado un reguero de polémicas en que ha primado la falta de entendimiento entre los dos socios del Ejecutivo. El pasado 19 de abril, Alfonso Fernández Mañueco tomó posesión por segunda vez como presidente de Castilla y León, esta vez con un nuevo copiloto que, a su vez, ha tratado de desmarcarse del PP siempre que ha podido. El estreno de Vox en el poder ha estado marcado por la falta de gestión, la ideologización de las propuestas o la guerra por la comunicación en la Junta. Y las polémicas que han rodeado a Juan García-Gallardo y a su equipo han colmado en más de una ocasión la paciencia de los populares. "No puedes hacer lo que te da la gana, cuando te da la gana y como te da la gana", señalan algunas voces del Gobierno regional.

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