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El pueblo donde ya gobierna Vox: "¿Radical? A ver qué coño es eso de radical"
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Lograron 22 concejales en 2015

El pueblo donde ya gobierna Vox: "¿Radical? A ver qué coño es eso de radical"

La de Cardeñuela Riopico es la mayor alcaldía que Vox cosechó en 2015, cuando el partido ultraderechista seducía al 0,25% de los españoles (poco más de 50.000 votos en todo el país)

Foto:  Nicasio Gómez, alcalde de Cardeñuela Riopico. (J.B.)
Nicasio Gómez, alcalde de Cardeñuela Riopico. (J.B.)

En el bastión de Vox no hay burbuja del alquiler o problemas con los alojamientos turísticos. No hay medidas estrella contra la contaminación. No hay tráfico. Tampoco se siente la guerra taxi-VTC ni encuentras Blablacar para llegar a él. Por no llegar, no llega ni un autobús de línea. En el mayor feudo controlado por Vox desde 2015 sobrevuelan aguiluchos, cantan los gallos tras rejas oxidadas y, como en el resto de España, se lee el 'Marca' en el bar.

La localidad se encuentra a unos 15 minutos en coche de Burgos. De camino, es difícil no toparse con el goteo de peregrinos que han optado por pasar por Cardeñuela Riopico en su ruta hacia Santiago. El municipio cuenta con tres albergues que amenizan los días y sirven de lugar de encuentro y ocio a las decenas de vecinos que viven en el pueblo. Alojamientos como el de Mabel, en el que cinco caminantes extranjeros paran a tomar una caña y observar, a mediodía, su imponente tortilla de patatas.

Foto: Varias personas hacen cola en el INEM. (EFE)

“Aquí no se sabía que era de Vox hasta que salió o incluso después”, cuenta la encargada del establecimiento. Ella insiste en que en localidades de este tamaño no se vota al partido, “sino a la persona”, y cree que su actual alcalde “lo ha hecho muy bien, mejor que la anterior, que ni vivía ni aquí”. Alberto añade que el regidor, Nicasio Gómez, “va a volver a salir”. Ambos coinciden en que no es como Abascal y el resto de líderes nacionales del partido, “nada, nada; él no es extremista”.

El concejal de la oposición y exalcalde, Julio Hernando (PSOE), considera que el mandato de Nicasio ha sido “correcto”. Cuenta que cada día se ven en el bar para tomarse unos vinos, aunque Nicasio es más de Martini. El edil cree que el regidor no tiene nada que ver con la radicalidad de Abascal y que en el pueblo no se han percibido grandes cambios por que gobierne la ultraderecha. “A nivel ideológico nada, no nos metemos en nada. Nos dedicamos al pueblo y punto”. Julio argumenta que, aunque Nicasio comparta su visión de ciertos temas con Vox, en el pueblo el alcalde se limita a gestionar. “Tienes 150.000 euros; un tercio para luz y tal; otro para secretario; y otro para invertir. Fíjate lo que vamos a discutir”.

Si algo pone de acuerdo a PSOE y Vox en Cardeñuela es la necesidad de recuperar la joya del municipio: un retablo de mediadios del siglo XVI del escultor francés Felipe Vigarny, que se encuentra en mal estado y para cuya reparación busca financiación el actual equipo de gobierno. "Si no, le va a pasar como a la iglesia de arriba, que se terminó viniendo abajo", comenta la concejala Gloria Burgos (Vox) sobre un templo que se encuentra en ruinas. La obsesión por el retablo queda clara nada más pisar el pueblo, con carteles de comidas benéficas en cada esquina, en cada contenedor, con menú a diez euros que incluye carne de jabalí. "Estamos pensando en iniciar un 'crowdfunding'". Según el Ayuntamiento, ya se han hecho con 7.000 euros, pero necesitan 50.000. La obra se encuentra en la parroquia del pueblo, aunque durante el invierno las misas no se dan allí, sino en el propio consistorio: "Hombre, es que aquí hace un frío...".

placeholder El regidor se asoma a una ventana del consistorio. (J.B.)
El regidor se asoma a una ventana del consistorio. (J.B.)

La de Cardeñuela Riopico es la mayor alcaldía que Vox cosechó en 2015, cuando el partido apenas seducía al 0,25% de los españoles (poco más de 50.000 votos en todo el país). En este pequeño pueblo de Burgos de 112 habitantes, “en invierno ni la mitad”, Nicasio consiguió el apoyo del 43% de sus vecinos presentándose por la formación entonces desconocida para el gran público. A su toma de posesión acudieron el propio Abascal y Ortega Lara, recuerda orgulloso el propio regidor. “Fuimos el primer estandarte”.

"Fuimos el primer estandarte"

Nicasio, que llego al pueblo hace unos 15 años, no protagoniza vídeos épicos montado a caballo. Tampoco tira de redes sociales para convencer a sus votantes ni anuncia el inicio de una “Reconquista”. Este jubilado anda, a sus 73 primaveras, algo encorvado. Comenta que comulga con Vox en la mayoría de temas, aunque tiene una bandera de la Unión Europea hasta en la mesa de su despacho. “España ha progresado mucho porque ha llegado mucho dinero europeo para hacer industria y hacer cosas para que pudiéramos vivir aquí”, argumenta el alcalde cuando es preguntado por el euroescepticismo del partido."En Vox, en eso, hay muchas opiniones. Yo creo que somos europeos”.

Pero el de la UE parece el único ámbito en el que su pensamiento no casa con el de la formación ultraderechista. Su discurso sobre aborto, inmigración, violencia de género, memoria histórica o unidad nacional parecen calcados a lo que se suele escuchar a los máximos dirigentes nacionales, aunque alejado del tono mitinero.

"¿Radical? A ver qué coño es eso"

Él cree que el hecho de que ahora la gente conozca a Vox puede jugar incluso a su favor. “Tiene buen cartel, sobre todo en el mundo rural. Vox es el primero que sale a defender la caza”. “¿Radical? A ver qué coño es eso de radical”, enfatiza el regidor, que se afilió a Vox por el descontento que le provocó el PP, al que siempre había votado, durante la etapa de Rajoy.

En el bar-albergue de Mabel, un vecino bromea diciendo que se presentó por Vox porque era el que quedaba libre, “que si no, se presenta por el Partido Comunista”. A Nicasio no le hace mucha gracia y se encarga de dejar claro que “eso no, absolutamente no; eso jamás”.

placeholder Nicasio Gómez en el acceso al ayuntamiento. (J.B.)
Nicasio Gómez en el acceso al ayuntamiento. (J.B.)

El alcalde recibe a El Confidencial en una antigua escuela que hoy hace de Ayuntamiento y en la que una veintena de sillas inunda el salón de la entrada: “Aquí se hacen los plenos”. Nicasio, que antes de jubilarse se había dedicado a la contabilidad en la capital provincial, reconoce que no es muy dado a hablar con la prensa, “aunque luego en persona bien, ¿eh?”.

En Cardeñuela, que desde 2012 ha perdido 36 habitantes y que no llega a la decena de niños empadronados, solo viven tres inmigrantes: Míriam, que lleva uno de los albergues, y sus dos hijos. Como el resto de vecinos, esta colombiana que lleva más de diez años en España también dice que con Nicasio ha ido “bien” y se sorprende cuando se entera de que son los únicos extranjeros del municipio, un "pueblo dormitorio" en el que "la mitad son jubilados".

"Siempre entra algún radical"

placeholder La concejala Gloria Burgos (i) y el regidor (d) frente a la joya del pueblo, un retablo de Vigarny. (J.B.)
La concejala Gloria Burgos (i) y el regidor (d) frente a la joya del pueblo, un retablo de Vigarny. (J.B.)

Gobernar junto al PSOE... antes de dejar Vox

Pero Cardeñuela no es el único lugar en el que Vox logró representación en las Municipales de 2015. Los ultraderechistas, tras acariciar un escaño en las Europeas de 2014, se vinieron abajo y se quedaron en 22 concejales y dos alcaldías, a la que se sumó la de Moncalvillo (Burgos) después de que el candidato de Vox (exregidor del PP) fuera apoyado por la mayoría del popular. Villaviciosa de Odón (Madrid, más de 27.000 habitantes) fue la localidad más grande donde lograron representación, con tres ediles. Estos resultados se produjeron en un momento en el que Abascal aseguraba que tenían “la simpatía, pero no los votos”. Mucho ha llovido desde ese momento, con cargos que han abandonado el partido y algunos de otras formaciones que se han pasado a la fuerza de Abascal… además del terremoto que supusieron el pasado diciembre las elecciones andaluzas.

Entre los que han terminado fuera del partido se encuentra María Jiménez, concejala de El Viso de San Juan (Toledo, 4.300 habitantes), que en 2015 se presentó por Vox y que no dudó en entrar en el Gobierno con el PSOE ni en abandonar el partido al conocerlo en profundidad. Relata que al principio todo iba bien y que a las reuniones iba "gente sensata, desencantados con el PP y con otros partidos", pero que poco a poco fueron dándose cuenta de la radicalidad de algunos de sus dirigentes y de algunas personas que llegaban a la formación.

“Cuando nos presentamos con Vox eran de una manera y cuando fuimos viendo lo radicales que son… nos pasamos al grupo de no adscritos”. La edil, que ahora ha fundado su propio partido, recuerda que el auge de Le Pen y el conflicto en Cataluña terminaron por consagrar la deriva populista de Abascal: “Ahí empezamos a ver que no encajábamos”. Tanto ella como su compañero de candidatura se pasaron al grupo de no adscritos durante el mandato.

"Sueñan con volver a la dictadura"

La concejala, que se define como “muy de centro”, se desmarca de las posiciones de Vox en materia de violencia de género o la abolición de las autonomías. Ella ve al partido como una formación en la que ha entrado “gente que a lo mejor eran muy fascistas o que venían de partidos súper radicales”. "Yo creo que es de extrema derecha. Van por esos derroteros. Y hablan de cosas como, no sé, 'el español de bien', cosas muy antiguas. Sueñan con volver a la dictadura”, explica.

“Nosotros queríamos echar al PP… y con el PSOE llevamos cuatro años gobernando estupendamente”, explica María Jiménez, que calcula que tardaron un año en dejar el partido, aunque precisa que "tampoco es que nos hicieran mucho caso". Sobre la opción de que Vox consiga buenos resultados en las Generales, la exedil del partido tiene un mensaje para los votantes: "Hay que pensar un poquito con lógica".

En Barruelo del Valle (Valladolid, 56 habitantes) gobierna desde 2007 Mario de Fuentes Francos. Primero lo hizo con las siglas del PP, hasta que el partido de Rajoy le “decepcionó” y decidió pasarse a Vox en 2015. Este profesor de FP, que vive en Valladolid la mayor parte de la semana, repetirá con la formación ultraderechista este año. El relato que hace el regidor del pequeño municipio se asemeja mucho a lo que se conoce como la 'España vacía’. Según el alcalde, 14 personas se han ido en el último año. 14 inmigrantes, búlgaros y cubanos, “que estaban totalmente integrados”. Con ellos, también se fueron todos los niños de Barruelo.

placeholder Calle principal de Cardeñuela Riopico. (J.B.)
Calle principal de Cardeñuela Riopico. (J.B.)

Mario agudiza su tono serio cuando habla de despoblación."Ha llegado un campo eólico. Pero lo que quiero son habitantes”. “Ojalá tuviéramos una empresa que necesitara 20 trabajadores y vinieran inmigrantes, pero es que no la tenemos. ¿Para qué? ¿Para que hagan bulto?".

"El ideario de Vox en un Ayuntamiento no se aplica, directamente”, admite Mario, que en una conversación sobre los ejes centrales de Vox termina enredándose al hablar de LGTB, aunque incide en que la orientación sexual no puede ser motivo de discriminación. “No son ni más ni menos que las personas. Me parecen personas totalmente normales. He tenido amigos homosexuales”, apunta el único edil de Barruelo, que incide en que la orientación sexual de cada uno, “que la dejen para ellos”: “Yo no voy proclamando por la calle que soy heterosexual”.

Vox mejorará, salvo catástrofe, sus resultados en las municipales de mayo, aunque, como resaltaba Abascal en una entrevista con este periodista en 2017, en España “la política municipal no es determinante para establecer un proyecto nacional”.

En el bastión de Vox no hay burbuja del alquiler o problemas con los alojamientos turísticos. No hay medidas estrella contra la contaminación. No hay tráfico. Tampoco se siente la guerra taxi-VTC ni encuentras Blablacar para llegar a él. Por no llegar, no llega ni un autobús de línea. En el mayor feudo controlado por Vox desde 2015 sobrevuelan aguiluchos, cantan los gallos tras rejas oxidadas y, como en el resto de España, se lee el 'Marca' en el bar.

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