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El fuego arrasa el modo de vida de sierra de la Culebra, Zamora: "Alguien lo va a tener que pagar"
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Incendio en Zamora

El fuego arrasa el modo de vida de sierra de la Culebra, Zamora: "Alguien lo va a tener que pagar"

La destrucción de las especies arbóreas, la muerte de la fauna, el drama para el sector micológico y las consecuencias para el turismo dejan tocado un territorio ya muy despoblado

Foto: El incendio de Sierra de la Culebra, Zamora. (Reuters/Isabel Infantes)
El incendio de Sierra de la Culebra, Zamora. (Reuters/Isabel Infantes)

"Hemos perdido parte de nuestra historia". Así de tajante se muestra Germán Matellán, alcalde de Riofrío de Aliste, al ser cuestionado por las consecuencias del incendio de la sierra de la Culebra, en la provincia de Zamora, que ha calcinado más de 25.000 hectáreas de terreno entre el miércoles por la noche y el domingo por la mañana. El responsable municipal mira alrededor, observa los focos humeantes y sentencia: "Lo pasado, pasado ya; ahora viene lo peor, la reconstrucción".

El tono utilizado por Matellán se percibe en la conversación con otros habitantes veteranos de la zona. La sierra de la Culebra ha recibido una estocada durísima sobre su ya maltrecho cuerpo, y ahora encara un futuro plagado de incertidumbre para los negocios. La población activa del entorno, escasa en el marco de la provincia más envejecida del país, ve cómo una gran parte de sus recursos se ha calcinado en un abrir y cerrar de ojos.

En Villardeciervos, el lugar de referencia en el entorno, la población se ha reducido a la mitad en medio siglo. Ahora, apenas quedan 400 censados, y la vida se gana en la ganadería o en el turismo. Ambas actividades tendrán serios problemas para reaccionar tras la destrucción de hectáreas y hectáreas de pastos y el adiós por una buena temporada a actividades relacionadas con el turismo rural y la observación de la fauna. También la caza se verá golpeada.

Foto: La UME luchando contra el fuego en Artazu, Navarra. (Reuters/Vincent West)

Matellán alude además a la cuestión sentimental para "una gente mayor que vio nacer esta sierra hace 40 años". Tendrán que pasar décadas para volver a ver crecer los pinos, según el alcalde, que certifica el desastre: "Verdaderamente, ha sido mucho lo que se ha quemado. Por ejemplo, damos por perdidas las setas, las castañas y muchos recursos para estos pueblos", puntualiza.

Foto: Imagen de archivo de un incendio. (EFE)

La sierra de la Culebra se planta en pleno corazón de la provincia de Zamora y atraviesa varias de sus comarcas con una extensión de 67.000 hectáreas en total. Su parte oeste conecta con Sanabria y da forma a uno de los grandes pulmones del noroeste. Su potencial como reserva de caza, entorno natural y territorio rico en fauna y flora se verá ahora sensiblemente disminuido, aunque los desastres no solo han sido colectivos. La parte personal también cuenta.

Esa pérdida ha sido muy dura de asumir para personas como Alfonso Román, que tuvo que asistir atónito a la victoria de las llamas sobre las paredes de una de las naves que utiliza para su actividad ganadera. Por suerte, las vacas estaban a salvo, pero los daños materiales han sido graves. "Alguien lo va a tener que pagar", advierte el vecino de Villardeciervos, que ubica las instalaciones destruidas en la salida hacia Ferreras de Arriba, una carretera ahora ennegrecida, totalmente cubierta por los restos del desastre y plagada de señales abrasadas.

Román lamenta que la estructura demográfica de la población y la escasa actividad económica de la zona también han penalizado a la hora de afrontar el incendio: "Si la gente no se hubiera marchado toda, podríamos haber salido con los tractores y las palas y haber hecho algo", apunta convencido este profesional de la ganadería, que insiste en que reclamará lo que es suyo, como los 1.000 kilos de harina y la paja que tenía dentro de la nave afectada por las llamas.

"Aquí venían autobuses de franceses y suizos, se quedaban a dormir"

El vecino de Villardeciervos da sus explicaciones en un negocio hotelero de la zona. "Aquí venían autobuses de franceses y suizos, se quedaban a dormir", advierte Alfonso Román. Los europeos llegaban atraídos por el espectáculo de la berrea, en el periodo de celo del ciervo, o por el poder del lobo ibérico, que hallaba en la sierra de la Culebra, uno de sus entornos predilectos en el noroeste de España.

Tras la barra, un joven de Villanueva de Valrojo indica que su familia también cuenta, en su pueblo, con un negocio de turismo rural cuyo futuro queda ahora en el aire. Lo que venga con ese establecimiento lo irá diciendo el paso del tiempo, pero lo más urgente para él y para otros vecinos ahora es comprobar el estado de las colmenas, que también son abundantes en el entorno y que, en ocasiones, han quedado abrasadas y ahumadas por el incendio.

A unos kilómetros de allí, en dirección al norte, los habitantes de otro de los 20 pueblos evacuados durante dos noches a causa del incendio comentan la situación en el bar del pueblo. La localidad es Ferreras de Abajo, y el establecimiento luce al fondo un cartel de las fiestas que deben celebrarse esta semana en honor a san Juan. Las ganas escasean. Muchos han perdido los pastos, las sendas y los ánimos.

"Los bares y los restaurantes ya no podrán contar con las sendas y las zonas de acampada"

Luis Taboada y Pablo Carbayo departen sobre el asunto mientras citan la suerte de cada vecino. El cuñado del segundo de ellos ha visto perecer dos hectáreas de pinos que no sabe si le compensarán. Para muchos, recuperar el valor de lo perdido será insuficiente: los rendimientos potenciales también cuentan: "Esto se arregla con tiempo y con dinero", apostilla otro parroquiano a la puerta del bar.

Historias como estas se reproducen a lo largo de la carretera que conduce a los pueblos afectados por el desastre. Muchos miran también a la responsabilidad política de la Junta de Castilla y León por no haber activado el nivel máximo de riesgo por incendios forestales en un contexto de ola de calor que se agravó con las fuertes rachas de viento sufridas por la zona durante los peores días. Este domingo, en Villanueva de Valrojo, algunos ciudadanos increparon al presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, mientras este cruzaba por el pueblo tras visitar el puesto de mando de Sarracín.

Más allá de las quejas, lo cierto es que, una vez constatado el desastre, los vecinos y los alcaldes quieren compensaciones: "Les pedimos a las instituciones que se pongan de acuerdo, que no politicen las cosas y que sepan compensar a cada uno según lo merece, examinando centímetro a centímetro y persona por persona", explica de nuevo Germán Matellán. Mientras, "los bares y los restaurantes ya no podrán contar con las sendas y las zonas de acampada". Para que todo vuelva a ser como antes, "igual tienen que pasar 30 años".

"Hemos perdido parte de nuestra historia". Así de tajante se muestra Germán Matellán, alcalde de Riofrío de Aliste, al ser cuestionado por las consecuencias del incendio de la sierra de la Culebra, en la provincia de Zamora, que ha calcinado más de 25.000 hectáreas de terreno entre el miércoles por la noche y el domingo por la mañana. El responsable municipal mira alrededor, observa los focos humeantes y sentencia: "Lo pasado, pasado ya; ahora viene lo peor, la reconstrucción".

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