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Audio: tiempo de berrea en el Parque Nacional de Cabañeros
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Audio: tiempo de berrea en el Parque Nacional de Cabañeros

Las inmensas poblaciones de ciervos ibéricos que habitan este espacio natural protegido nos dan la oportunidad de escuchar uno de los sonidos animales más particulares de España

Foto: Un ciervo berreando en el Parque Nacional de Cabañeros. (EFE)
Un ciervo berreando en el Parque Nacional de Cabañeros. (EFE)

Se aproxima el otoño en la raña central de Cabañeros, la inmensa planicie adehesada rodeada de laderas de monte. Tormentas, aguaceros, algo de frescor en el campo, agua en charcas y roderas, un poco de pasto fresco: el celo de los ciervos no puede esperar.

La berrea ciervos se manifiesta con toda rotundidad contra el fondo negro y rojizo de la hora previa al amanecer, cuando la vista no sirve y el oído lo cuenta todo. Los bramidos de los venados, muy fuertes ahora que están empezando, retumban en la oscuridad, reverberan contra las rocas, contra las laderas de una vaguada.

Amanece y la tensión se mantiene. Varios machos —es difícil saber el número— ocupan con sus bramidos el primer plano, pero desde el fondo del monte llega un griterío continuo.

Se suele describir la berrea de los ciervos como las peleas a voces de los machos para controlar y cortejar a los grupos de hembras. Mientras dure su dominio, el más fuerte se queda con todo. Pero una observación más detallada aleja la imagen tópica, más cultural que técnica, del macho dominante y la hembra sumisa.

placeholder Un ejemplar de ciervo ibérico descansa en el Parque Nacional de Cabañeros. (EFE)
Un ejemplar de ciervo ibérico descansa en el Parque Nacional de Cabañeros. (EFE)

Los venados discuten, sí, pero para excluirse unos a otros y alejar a los competidores del contacto con las hembras. Aunque, en realidad, son ellas las que deciden en cada momento con quienes aparearse y a menudo eligen a terceros, expulsados de la bronca mientras los más excitados, ebrios de testosterona, se enredan a testarazos. La selección natural actúa también a favor de la astucia.

Hay muchas maneras de explicarlo, pero, sea como sea, el retumbo de los ciervos es el anticipo de los vientos y temporales del otoño.

Se aproxima el otoño en la raña central de Cabañeros, la inmensa planicie adehesada rodeada de laderas de monte. Tormentas, aguaceros, algo de frescor en el campo, agua en charcas y roderas, un poco de pasto fresco: el celo de los ciervos no puede esperar.

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