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Poner orden en El Rocío para preservar Doñana: "Es como un botellón en el Museo del Prado"
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Poner orden en El Rocío para preservar Doñana: "Es como un botellón en el Museo del Prado"

La organización conservacionista SEO/BirdLife insiste en reclamar la ordenación de la romería para que no afecte al espacio natural protegido en uno de los momentos más delicados de su historia

Foto: Tractores atravesando Doñana camino de El Rocío (EFE J.Chicano)
Tractores atravesando Doñana camino de El Rocío (EFE J.Chicano)

Promover la compatibilidad de los valores ambientales y culturales no siempre es fácil, especialmente en algunos lugares donde existen tradiciones fuertemente arraigadas al territorio e íntimamente vinculadas a la naturaleza que entran en conflicto con la necesidad de protegerla. Una de esas tradiciones es la romería de El Rocío, que se celebra cada año, entre mayo y junio, en la Comarca de Doñana.

El Rocío representa sin lugar a dudas una de las expresiones religiosas, culturales y festivas de mayor arraigo y participación de cuantas tienen lugar en España. Una tradición secular que forma parte del patrimonio cultural de los pueblos de Doñana y que vincula profundamente a los romeros con el espacio natural protegido.

En los últimos años, sin embargo, la romería ha dejado de estar basada en el transporte a caballo y el uso de carretas de mulos y bueyes para convertirse en una marcha multitudinaria en la que prima cada vez más el uso de vehículos motorizados, especialmente todoterrenos, que realizan su peregrinaje por un espacio natural sumamente frágil, una auténtica joya natural de alto valor ecológico.

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, tras firmar el acuerdo por Doñana. (Europa Press/F. Olmo)

Asimismo, el número de participantes en la actividad rociera no ha hecho más que aumentar exponencialmente, rebasando ampliamente la capacidad de carga del espacio natural por el que transita. Un lugar que no es un escenario cualquiera, sino una de las reservas naturales más importantes del mundo, catalogada por la UNESCO como Reserva de la Biosfera. Un espacio amparado por la máxima figura de protección en nuestro país y que atraviesa una de las situaciones más delicadas de su historia como consecuencia de la sobrexplotación de los acuíferos, la agricultura ilegal y los efectos del cambio climático.

En los próximos días de peregrinación, cruzarán el corazón del Parque Nacional de Doñana, un lugar de alto valor ecológico por el que en buena parte está prohibido transitar, más de 5.000 vehículos a motor entre tractores, camiones y todoterrenos, alrededor de 7.000 carretas y en torno a 50.000 personas a las que se sumarán otro medio millón en la pequeña aldea de El Rocío (Almonte). Rodeada de arroyos y lagunas, en este bello enclave natural se encuentra la famosa ermita y el centro de visitantes del Parque Nacional ‘La Rocina’.

placeholder Basura acumulada tras el paso de los rocieros (SEO/Birdlife)
Basura acumulada tras el paso de los rocieros (SEO/Birdlife)

La elevada masificación de vehículos y personas genera un fuerte impacto ambiental en uno de los mayores santuarios de la naturaleza española, provocando la erosión del terreno y la degradación de la vegetación por las rodadas, generando residuos y vertidos contaminantes de todo tipo, elevando el riesgo de incendio y causando graves molestias a numerosas especies protegidas, muchas de ellas en peligro de extinción, en plena época de cría.

Por todo ello, la organización conservacionista SEO/Birdlife, desde el respeto a los valores culturales y la expresión religiosa que representa, ha vuelto a reclamar que la peregrinación a El Rocío tenga en consideración la conservación de la fauna y flora de Doñana para evitar agravar aún más la delicada situación que está atravesando.

Para Carlos Davila, responsable de la Oficina de SEO/BirdLife en Doñana, “los efectos de los tránsitos rocieros sobre este espacio son de sobra conocidos, pero no han sido estudiados ni cuantificados en detalle”. Por todo ello, en opinión de este experto “deben realizarse los estudios científicos pertinentes que sirvan de base para la organización y gestión de una actividad tradicional que forma parte del patrimonio cultural de Doñana, pero que incumple los objetivos de conservación definidos en su Plan de Ordenación de Recursos Naturales, así como las obligaciones adquiridas con la Comisión Europea y la normativa nacional, relativos a la conservación de los valores naturales de Doñana”

placeholder Incendio en Doñana durante la romería de El Rocío (SEO/Birdlife)
Incendio en Doñana durante la romería de El Rocío (SEO/Birdlife)

De hecho, la propia Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en su última evaluación del estado de conservación del patrimonio natural de Doñana valora como una "alta amenaza" la presión ejercida por la actividad rociera, denunciando el hecho de que hasta la fecha no se haya llevado a cabo “ningún estudio de impacto de la entrada de los rocieros en Doñana pese a atravesar zonas muy sensibles para la biodiversidad y de alto valor ecológico”.

Por todo SEO/BirdLife lamenta que, aunque sea una obligación legal, aún no se haya evaluado el impacto acumulado que generan sobre los recursos naturales los tránsitos que se producen durante la romería y las peregrinaciones extraordinarias que tienen lugar durante los fines de semana en gran parte del año.

Puestos al habla con un prestigioso naturalista residente en la comarca y buen conocedor de la marisma, a cuya observación y estudio ha dedicado gran parte de su vida, El Confidencial ha podido comprobar lo difícil que resulta hacer compatible la preservación de los valores ambientales de Doñana ante una celebración tan arraigada en el territorio y en el corazón de sus gentes. “Sobre todo que no salga mi nombre”, insiste una y otra vez.

Foto: La laguna de Santa Olalla, la más importante de Doñana, sigue seca (EFE.EBD/CSIC

“Hay que tener en cuenta que El Rocío no es tan solo una manifestación de fervor religioso y una de las tradiciones más populares de toda Andalucía, sino un gigantesco negocio que mueve millones de euros y aporta grandes beneficios a la economía local”. Sin embargo, “otra cosa es el daño que causan los participantes con su incivismo y su falta de respeto a la naturaleza, algo que los romeros más antiguos reconocen”.

En su opinión, en los últimos tiempos la masificación y la falta de control están dando lugar a que “algunos hábitos estén más cerca del botellón”, algo que “sería impensable llevar a cabo en la catedral de Burgos o el Museo del Prado, pero que, en cambio, sí que se permite en pleno corazón del Parque Nacional de Doñana”. Antes de colgar me vuelve a insistir “por favor, sobre todo recuerda no poner mi nombre”.

Promover la compatibilidad de los valores ambientales y culturales no siempre es fácil, especialmente en algunos lugares donde existen tradiciones fuertemente arraigadas al territorio e íntimamente vinculadas a la naturaleza que entran en conflicto con la necesidad de protegerla. Una de esas tradiciones es la romería de El Rocío, que se celebra cada año, entre mayo y junio, en la Comarca de Doñana.

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