La rapaz más icónica de la fauna ibérica podría desaparecer para siempre de Doñana
Con tan solo un pollo nacido durante la temporada pasada y apenas tres en la actual, el águila imperial ibérica podría desaparecer en breve de uno de sus principales y más famosos territorios de cría
El águila imperial ibérica es una de las rapaces más amenazadas del planeta. El gran trabajo llevado a cabo durante los últimos años por científicos, conservacionistas y administraciones, con la imprescindible colaboración del mundo rural, logró dar sus frutos, atajó su declive y evitó la desaparición de esta gran rapaz diurna. Pero los ornitólogos no la dan por recuperada y alertan que sigue en una situación muy delicada.
Considerada como una de las especies más representativas de nuestra naturaleza, algo así como el águila calva para los Estados Unidos, el uso incontrolado del veneno en el campo, la electrocución con líneas de alta tensión, la caza furtiva y las plagas que diezmaron las poblaciones de conejo, base de su alimentación, estuvieron a punto de provocar su extinción del planeta a finales de los años setenta del pasado siglo. Y es que esta espectacular ave de presa, a la que los científicos clasifican con el nombre latino de Aquila adalberti, es una especie endémica de la península Ibérica: es decir, exclusiva de España y Portugal.
Sedentaria y muy territorial, la población mundial de águila imperial se limita básicamente a sus áreas de cría en el centro y suroeste de nuestro país, con alrededor de media docena de nidos en Portugal. Su hábitat característico son las serranías de monte mediterráneo, las dehesas y los pinares. Pero si existe un área de cría famosa para la especie es Doñana, donde desde siempre ha resultado, junto al lince ibérico, la especie más representativa e icónica. Hasta ahora.
De nuevo en declive
Según la organización conservacionista SEO/Birdlife, entre cuyas principales labores está la protección de las aves y sus hábitats, la tasa de reproducción de esta rapaz amenazada en Doñana ha caído en picado, a raíz de la grave crisis que sufre el humedal andaluz, hasta el punto de comprometer seriamente su presencia en la que venía siendo su área de cría más conocida.
Los servicios técnicos del Parque Nacional de Doñana que realizan el seguimiento y control de esta especie protegida denunciaban la pasada primavera el descubrimiento de dos ejemplares muertos: una hembra reproductora localizada a los pies del nido en plena incubación, y otro ejemplar adulto ubicado en un área muy próxima. De hecho, este año tan solo siete parejas iniciaron la reproducción, pero cuatro de ellas fracasaron en el intento.
Respecto a las tres parejas que han conseguido criar esta temporada, de los seis pollos nacidos tres murieron en el propio nido y tan solo tres han conseguido volar. Estos datos indican una tasa de reproducción extraordinariamente baja, muy alejada de lo que requiere el Plan de Recuperación del águila Imperial en Andalucía.
A pesar de la más alta protección
El águila imperial ibérica goza de una estrategia de conservación específica en España, y está incluida en el Libro Rojo de las aves de España con la categoría de "en peligro". También aparece catalogada en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial como "en peligro de extinción". A nivel mundial la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la clasifica como “especie vulnerable”.
Gracias a los esfuerzos llevados a cabo por SEO/Birdlife y otras organizaciones conservacionistas, junto a las administraciones locales, central y europea, en los últimos años las poblaciones han empezado a mostrar una tendencia positiva, hasta alcanzar las 821 parejas en España y 20 en Portugal, según datos de 2022 reportados por el grupo de trabajo de la especie.
Sin embargo, a pesar de esos buenos datos, la población de Doñana se viene desmarcando de esa tendencia positiva en los últimos años. De hecho, desde el año 2016, cuando lograron volar 15 pollos, la tendencia ha ido marcadamente a la baja, pero con la sequía la tasa de reproducción se ha hundido: el año pasado solo voló un pollo y este año lo han logrado tres.
Para Carlos Dávila, experto ornitólogo y responsable de la oficina técnica de SEO/BirdLife en Doñana, este declive “es un bioindicador más del mal estado de conservación que muestran los ecosistemas de Doñana y que están provocando la mayor crisis de biodiversidad de su historia, debido a la escasez de lluvias y, sobre todo, a la sobreexplotación de sus recursos hídricos”.
Las águilas imperiales de Doñana son las únicas del planeta que habitan un humedal de inundación estacional, por lo que, más allá de los conejos, durante gran parte del año las aves acuáticas les suponen un recurso alimenticio regular y abundante al que han conseguido acostumbrarse. Pero la grave escasez de agua que sufren las lagunas, resecas por el aumento descontrolado del regadío ilegal y el cambio climático, ha dejado a las rapaces sin acceso seguro a esta importante fuente de alimento.
La grave situación del águila imperial es otro síntoma de la lenta agonía que sufre nuestro humedal más importante
“En 2015 había en Doñana once territorios de águila imperial con parejas reproductoras —alerta Dávila—, sin embargo, ese número ha ido descendiendo hasta llegar a los ocho territorios actuales, sin que en los últimos años se haya detectado la llegada de nuevas parejas a los territorios históricos que han ido quedando vacíos”.
Parece que la lenta, pero progresiva recuperación que venía mostrando el águila imperial en Doñana se ha frenado en seco como consecuencia del grave deterioro que sufre el humedal. Una situación que podría volver a llevar a esta especie, uno de los grandes iconos de la fauna ibérica, al declive que la condujo al borde mismo de la desaparición.
El águila imperial ibérica es una de las rapaces más amenazadas del planeta. El gran trabajo llevado a cabo durante los últimos años por científicos, conservacionistas y administraciones, con la imprescindible colaboración del mundo rural, logró dar sus frutos, atajó su declive y evitó la desaparición de esta gran rapaz diurna. Pero los ornitólogos no la dan por recuperada y alertan que sigue en una situación muy delicada.
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