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¿De qué manera y para qué emiten su potente sonido las cigarras?
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¿De qué manera y para qué emiten su potente sonido las cigarras?

Las cigarras, como los grillos, no cantan: estridulan, y al igual que ocurre con sus parientes de la noche, solo lo hacen los machos

Foto: Cigarra común. (Jose Luis Gallego)
Cigarra común. (Jose Luis Gallego)

Durante el verano, las horas centrales del día en el campo tienen su propia banda sonora: el sonido de las cigarras. Incluso en las arboledas urbanas (parques, jardines, calles y plazas), ocultos en las ramas altas de los árboles, estos grandes insectos aprovechan el subidón de las temperaturas para hacer sonar machaconamente la verdadera canción del verano.

Sin embargo, a pesar de que algunos ejemplares pueden llegar a superar los seis centímetros de longitud (las moscas más comunes apenas alcanzan medio centímetro), es casi imposible llegar a verlas.

En condiciones favorables, los sonidos de estos insectos pueden transmitirse a más de un kilómetro de distancia

En primer lugar porque, al percatarse de nuestra presencia, dejan automáticamente de cantar; y en segundo porque, gracias a sus tonos de camuflaje, prácticamente idénticos a los de las ramas y el tronco del árbol (como se ve en la foto que nos acompaña), al enmudecer se hacen invisibles. Ya la podemos tener a menos de un palmo: si la cigarra no se mueve, va a resultar muy difícil localizarla

Pero, además de su gigantesco tamaño y su mimética librea, la cigarra común (cuyo nombre científico es 'Cicada orni') es famosa por su característico y para muchos irritante sonido, que no canto. Porque las cigarras, como los grillos, no cantan: estridulan, y al igual que ocurre con sus parientes de la noche, solo lo hacen los machos.

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Y no lo hacen con la boca, sino gracias a unos sacos de aire situados en el abdomen que inflan y desinflan a través de unas membranas al que los entomólogos denominan timbales. Y sí, es cierto: la potencia y la intermitencia de ese característico rechinar, que para algunas personas puede llegar a resultar ciertamente molesto, se acelera con el aumento de las temperaturas. Por eso nos parece que las cigarras suenan con mayor intensidad durante las olas de calor y en las horas centrales del día.

placeholder Las cigarras sorprenden por su gran tamaño (Unsplash)
Las cigarras sorprenden por su gran tamaño (Unsplash)

Pero ese constante estridular es en realidad un aviso de la naturaleza. Un reclamo como el de los pájaros o las ranas que tiene ligeros matices, unos cambios que pasan desapercibidos para nosotros, pero que obedecen a los diferentes mensajes que desean expresar.

Así, las cigarras masculinas estridulan de manera diferente en función de si pretenden marcar territorio ante sus competidores, si desean atraer sexualmente a las hembras o si lo hacen en señal de alarma. Por eso, lo que para nosotros es una aburrida nota resulta en realidad un curioso modo de comunicación, a golpe de timbal.

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La potencia del sonido que emiten los machos puede llegar a ser tan alta que, en condiciones favorables, las hembras llegan a oírlo hasta a más de un kilómetro de distancia. Pero no crean que todo el mérito es exclusivamente de ellos.

Para que las hembras puedan escuchar el reclamo de su pretendiente a tan larga distancia, la evolución las ha dotado a ellas de un tímpano mucho más grande y sensible que el de los machos. Una curiosidad de la naturaleza que a más de un lector habrá sorprendido, pese a conocer (y soportar) la inconfundible estridulación de estos grandes insectos.

Durante el verano, las horas centrales del día en el campo tienen su propia banda sonora: el sonido de las cigarras. Incluso en las arboledas urbanas (parques, jardines, calles y plazas), ocultos en las ramas altas de los árboles, estos grandes insectos aprovechan el subidón de las temperaturas para hacer sonar machaconamente la verdadera canción del verano.

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