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Ancelotti, un cero a la izquierda en la política de fichajes del Real Madrid
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la queja del técnico italiano

Ancelotti, un cero a la izquierda en la política de fichajes del Real Madrid

A Carlo Ancelotti le gustaría tener un rematador de área. El italiano tiene voz, pero no voto en la planificación deportiva. Su papel es el de gestionar los efectivos que le dé el club

Foto: Carlo Ancelotti, en el partido de Copa contra el Elche. (Reuters/Pablo Morano)
Carlo Ancelotti, en el partido de Copa contra el Elche. (Reuters/Pablo Morano)

Carlo Ancelotti está para gestionar los futbolistas que el club ponga a su disposición. No lo está haciendo nada mal hasta el momento. Pero alguna vez tiene que asomar la patita y decir lo que no funciona para dar respuestas a los problemas futbolísticos. Contra el Elche fue uno de esos días en los que acabó disgustado por la falta de acierto rematador.

"No tenemos delanteros que puedan jugar en el área. Eso está claro", comentó el italiano tras un partido con 23 remates y dos goles (uno de penalti de Modric y el de Militao como improvisado rematador). Hizo pública la frustración de no disponer de un recurso ofensivo para desbloquear estos partidos cerrados que se le atragantan, cuando hay enfrente un equipo modesto, incómodo, que se cierra con orden. Desarman el potencial ofensivo del Real Madrid y el entrenador echa de menos la figura de un 'abrelatas'. Es la queja de Ancelotti. Tiene la asignatura pendiente de encontrar soluciones a los muros planteados por equipos como el Elche, Getafe, Cádiz, Osasuna y Sheriff. Contra todos ellos ha chocado el Real Madrid, perdiendo un partido en casa en la Champions, que se calificó de accidente. En Getafe, el motivo era que el equipo todavía no había vuelto de las vacaciones navideñas, según el italiano.

placeholder Ancelotti y Florentino celebran la Supercopa de España en Riad. (EFE/Mamoud Hassan)
Ancelotti y Florentino celebran la Supercopa de España en Riad. (EFE/Mamoud Hassan)

A Ancelotti le gustaría tener un rematador de área, uno de esos delanteros a los que colgar balones y que te desatasquen los cerrojos defensivos. Una amenaza diferente a la que hay por fuera con Vinicius, Rodrygo, Marco Asensio, Hazard y Benzema. El francés se mueve más por fuera que por dentro del área. Erling Haaland sería el ideal para un equipo que tiene extremos, pero adolece de un rematador efectivo, que intimide por dentro.

Luka Jovic, la decepción

En la plantilla del Real Madrid no hay este perfil de futbolista. Se fichó a Luka Jovic con el propósito de que asumiera esta función. No lo consigue. El serbio hizo un gol de cabeza, tirándose en plancha en el partido contra la Real Sociedad en San Sebastián, cuando salió al campo por la lesión de Benzema. Dio esperanzas a Ancelotti de haber encontrado este recurso tan necesario. Ha sido un espejismo. Once partidos después, Jovic no ha vuelto a marcar y Ancelotti reconoce que tienen un problema. La plantilla es mejorable en ataque. Hace falta un ‘9’ puro. Ni Jovic da la talla para este rol y Mariano no está ni se le espera.

Carlo Ancelotti tiene voz, pero no voto en la planificación deportiva. Las altas y las bajas están dentro de las competencias de Florentino Pérez y José Ángel Sánchez (director general ejecutivo). Algunos se llevaron las manos a la cabeza cuando escucharon decir a Ancelotti en la sala de prensa, antes del partido contra el Elche, que Eden Hazard está en la planificación de la próxima temporada. El italiano esquivó un asunto en el que no tiene competencias. El futuro de Hazard es incierto si no tiene continuidad por la falta de confianza del entrenador, que no le dio ni un solo minuto en los dos partidos de la Supercopa de España. Es insostenible para el club si ficha a Mbappé y conviene liberar masa salarial. Ancelotti no sabe qué va a suceder con Hazard.

Foto: Luca Zidane atrapa un balón en el partido contra el Girona. (EFE/David Borrat)

Ancelotti es un cero a la izquierda en la toma de decisiones para dar altas y bajas y a lo que más puede aspirar es a que se le hagan consultas que no son vinculantes. No es ni Simeone en el Atleti, ni Xavi en el Barcelona. Es un entrenador de club que está agradecido a Florentino por volver a traerle al Real Madrid y está volcado con su equipo de trabajo en conseguir resultados inmediatos para sacar réditos que avalen su gestión y le aseguren la continuidad. Ancelotti no va a poner objeciones a la planificación deportiva. Su papel está definido, lo tiene claro y ya ha dejado pistas de cuál es su deseo. No va a molestar. Su objetivo es ser un técnico longevo en el nuevo Bernabéu. Le gustaría tener crédito ilimitado como Simeone. Lo manifestó antes del derbi liguero en el Bernabéu: "Lo que le ha pasado a Simeone es lo que quieren todos los entrenadores: quedarse en un club por mucho tiempo y dejar su marca. Ojalá pueda pasarme a mí en el Madrid".

Es muy difícil que esto suceda y Ancelotti es el primero que lo sabe y conoce cuáles son los criterios de Florentino. Al presidente, el que le hubiera gustado que fuera eterno es Zidane. La continuidad en el banquillo del Real Madrid depende de los resultados y los títulos, después de la brillantez del juego y por último de que no haya un desgaste y aparezca otro entrenador que le entre por el ojo al presidente. Pero esto ya lo conoce de sobra Ancelotti. Tiene experiencia y es sabio. No se inmiscuye en la planificación, aunque sea imposible referirse a la necesidad que tiene el equipo de tener un delantero centro rematador de área de primer nivel.

Foto: David Alaba celebra el triunfo del Real Madrid contra el Valencia. (REUTERS/Susana Vera)

El trabajo de Ancelotti, volcado también en que luzca y se reconozca el de su hijo Davide, es explotar el talento de los veteranos e ir dando el relevo a los jóvenes. En este modelo de gestión ha priorizado la excesiva utilización de los más veteranos para conseguir resultados a corto plazo y tener al equipo donde está. Líder en la Liga, con el título de la Supercopa de España, clasificado en la Copa del Rey y la Champions. La segunda parte de la temporada es crucial en la gestión de los minutos, las rotaciones y la prevención de lesiones. Aparece el cansancio y no hay margen de error. Por eso, cuando se vuelve a repetir un mal resultado como el del Elche, Ancelotti se acuerda de la necesidad de tener otro delantero.

De los últimos fichajes, solo uno tiene el sello del entrenador. Es el que hizo Zidane con Ferland Mendy. El resto son decisiones del club. Desde Vinicius, Rodrygo, Militao, Jovic, Hazard, David Alaba y Camavinga. Zidane quiso tener voto en las altas y las bajas y no lo consiguió. Ancelotti se ofreció para coger el equipo cuando se marchó Zidane y entrenará los recursos que le pongan a su disposición, sin discusión y con buena cara.

Carlo Ancelotti está para gestionar los futbolistas que el club ponga a su disposición. No lo está haciendo nada mal hasta el momento. Pero alguna vez tiene que asomar la patita y decir lo que no funciona para dar respuestas a los problemas futbolísticos. Contra el Elche fue uno de esos días en los que acabó disgustado por la falta de acierto rematador.

Florentino Pérez
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