El año en que las películas europeas se colaron a lo grande en los Oscar (y hay un motivo)

Por hacer un recuento: este año hay dos europeas nominadas a Mejor Película —Anatomía de una caída (Francia) y La zona de interés (Reino Unido)—, y multitud de directores europeos compiten por la Mejor Dirección: el griego Yorgos Lanthimos por Pobres Criaturas, Justin Triet (de Anatomía de una caída) es francesa, Christopher Nolan (Oppenheimer) es británico, al igual que Jonathan Glazer, que además ha elegido actores alemanes para La zona de interés. Eso sin contar los potentes films que compiten a Mejor Película Internacional, donde hay un interesante crisol: La sociedad de la nieve de J.A Bayona, rodada con actores uruguayos y argentinos, Italia va con Yo capitán de Matteo Garrone, que cuenta el periplo de dos senegaleses por el desierto hasta Europa, Alemania presenta Sala de profesores, y para poner la guinda al pastel, el mítico alemán Wim Wenders compite con Perfect Days, que es japonesa. Por último, la alemana Sandra Hüller está nominada a Mejor Actriz por Anatomía de una caída, aunque también protagoniza La zona de interés.

Es fácil observar de manera cronológica esta tendencia progresiva, particularmente interesante este año. Parásitos de Boong Jon-ho marcó un punto de inflexión ganando en 2019 los dos Oscar a Mejor Película (a secas) y Mejor Película Internacional, y dejando a todo el mundo un poco perplejo. En 2022 se pudo comprobar con alguna nota discordante como la japonesa Drive my car, de Ryûsuke Hamaguchi, que de nuevo, siguiendo la estela asiática de Parásitos, fue nominada como Mejor Película y como Mejor Película Internacional (premio que se llevó). Hamaguchi también estaba nominado como Mejor Director y la película a su vez compitió como Guion Adaptado (estaba basada en un relato corto de Haruki Murakami) en unos premios en los que, por otro lado, solo puede recalcarse que Kenneth Branagh fue nominado a Mejor Dirección por Belfast o que Joachim Trier y Eskil Vogt competían a Mejor Guion Original por La peor persona del mundo (Noruega).

El año pasado la tendencia aumentó y se colaron como nominadas a Mejor Película El triángulo de la tristeza (Suecia) y Sin novedad en el frente (Alemania), basada en la mítica novela de Erich Maria Remarque del mismo título. Ruben Östlund también consiguió una nominación como director por El triángulo de la tristeza y el irlandés Paul Mescal fue nominado a Mejor Actor por su aplaudida interpretación en la delicada Aftersun. Son sin duda pequeñas pinceladas en comparación con los premios que se celebrarán este domingo 10 de marzo, en los que las películas europeas han arrasado (por lo menos en nominaciones, ya veremos qué nos depara el futuro).

Festivales y distribución

Las distribuidoras tienen mucho que ver en el éxito de las películas. Por poner un ejemplo patrio, fue la norteamericana independiente Neon la que adquirió los derechos de Robot Dreams de Pablo Berger en el Marché du Film de Cannes, algo especialmente relevante si tenemos en cuenta que la película compite esta edición en la categoría de Mejor Película de Animación y que Neon es la responsable de la distribución en Estados Unidos de películas como Parásitos, Titane o El triángulo de la tristeza.

Este año en España ha sido Elástica Films la encargada de distribuir varias de esas obras que compiten en los premios, como son Vidas pasadas, Anatomía de una caída o La zona de interés. No es el primer año en que lo hace, pues en el pasado también nos trajo Drive my car, La peor persona del mundo, Aftersun o El triángulo de la tristeza. Es decir, propuestas extranjeras y a priori independientes, que, sin embargo, consiguen captar la atención del público y de la crítica. Enrique Costa está detrás del proyecto, y después de 15 años de distribución y de ser también socio fundador de Avalon, entiende a la perfección los botones que hay que tocar para que el filme funcione: "Es difícil, en esto hay un componente de suerte bastante grande para conseguir una película y que no la adquiera otro. Al final hay que apostar, arriesgar económicamente, es complicado eso de adquirir una película sin haberla visto, como es el caso de Anatomía que la compramos habiendo leído solo el guion. Lo que intentamos hacer es distribuirla e intentar acertar en la fecha de estreno, que a veces es el arranque perfecto para que la película funcione", cuenta.

"Lo que han permitido las huelgas de actores y directores en Estados Unidos es que haya un hueco para el cine de autor y de festivales"

Costa tiene claro que la distribución juega un papel fundamental a la hora de dar visibilidad a la película: "Al final lo que hace el distribuidor es una especie de ensayo-error, con un conocimiento continuo del mercado puede equivocarse un poco menos que el resto (aunque también te equivocas). En el caso de los Oscar y los Goya creo que la distribuidora tiene que ser una buena compañera de viaje de los productores con la idea de poder dar a conocer la película. Con Anatomía, Neon (la distribuidora en Estados Unidos) tenía clara la meta desde el principio de que tenía que posicionar la película de la mejor forma posible para llegar a los Oscar. A24 igual, cuando presentó La zona de interés también sabía que Cannes no era la meta final".

"Más allá de la nacionalidad de la película, creo que la importancia de los festivales es incuestionable. Venecia, Berlín, San Sebastián y especialmente Cannes hacen que aumente la posibilidad de llegar hacia los Oscar. La pasada edición de Cannes fue muy relevante, no solo con propuestas como La zona de interés o Anatomía de una caída, también otras como Perfect Days han funcionado muy bien internacionalmente. No creo que el público haya cambiado sus gustos, sino que cuando una película es buena, pues es buena. Lo que han permitido las huelgas de actores y directores en Estados Unidos es que haya un hueco para el cine de autor y de festivales, que estos estén en una situación mejor y se les dé mayor visibilidad. Si el público va al cine y se encuentra con una película buena, es lógico que vaya a recomendarla", apunta.

CaramelFilms se ha encargado de distribuir este año Yo capitán, de Matteo Garrone, lo que para ellos es una apuesta segura: "La vimos en Berlín", cuenta Enrique González Kühn, director de la distribuidora. "Garrone es el mejor director italiano actual y sabemos que es carne de cañón en Cannes, y cuando vas a un festival importante este es un altavoz de cara a todo. Si vas con un director potente y con un tema que también es potente, está claro que la película llegará lejos".

"Cada vez hay más miembros extranjeros en la Academia. La tendencia es progresiva en un mundo globalizado y estos miembros votan"

"También hay que tener en cuenta que Parásitos lo cambió todo, y algo fundamental: cada vez hay más miembros extranjeros en la Academia (un 20%). Esto cada vez va a más, y estos miembros votan. Con la globalización está claro que muchas películas (como el caso de La sociedad de la nieve) tienen muchas coproducciones de fuera, lo que ayuda a que en la Academia se vean las películas. La tendencia natural es que todo esto aumente", añade.

Veremos finalmente quién se alza con la victoria en esta 96ª edición de los premios, aunque las apuestas parecen indicar que, a falta de que se haya presentado Anatomía de una caída, será La zona de interés la que triunfará como película extranjera en una noche en la que el Oppenheimer de Nolan se coronará como absoluto vencedor de la velada. Algo bastante irónico si tenemos en cuenta que la película retrata bien todo lo que hemos ido aquí hilvanando, pues formaron parte de ese polémico Proyecto Manhattan, al fin y al cabo, algunas de las mejores mentes europeas de todos los tiempos.