He probado los localizadores de Apple y Samsung y voy a seguir perdiendo mis llaves

La tecnología ha permitido que a día de hoy podamos tener un control absoluto de nuestro día a día. Podemos buscar un número de teléfono al instante, encontrar un correo electrónico específico entre un millón, saber dónde nos hemos dejado el teléfono e, incluso, hacer que se enciendan las bombillas nada más entrar en casa. Pero si hay algo que sigue suponiendo un problema dramático es perder las llaves de casa.

No hay nada peor que sentirte inútil y no ser capaz de encontrar algo físico sin tener la mínima idea de dónde lo dejaste. Pero una vez más, la tecnología ha llegado para salvarnos, o al menos, eso es lo que intenta. Esa es la función de los localizadores inteligentes, unos pequeños dispositivos conectados que son capaces de registrar una posición para poder encontrarlos en caso de extraviarlos.

Samsung y Apple tienen sus propias soluciones, y las he estado probando para determinar si son o no un complemento indispensable en nuestro día a día.

Uno es el Samsung Galaxy SmartTag2 y otro el Apple AirTag, y son muy parecidos. Estos localizadores de bajo consumo hacen uso de Bluetooth, NFC y Banda Ultraancha para establecer comunicaciones con tu teléfono y otros de tu alrededor, consiguiendo así comunicarse con el propietario del localizador sin importar donde se encuentre.

La conectividad que les falta a estos dispositivos es justo la que podrías pensar que estaría presente desde un primer momento: el GPS. No contar con el Sistema de Posicionamiento Global les permite obtener autonomías interminables que superan el año con una simple pila CR2032 (reemplazable en ambos modelos), pero también les obliga a buscar maneras de comunicación más complejas que, como veremos más adelante, no logran cubrir todos los escenarios.

El modelo de Apple es compacto, discreto y muy delgado, pero requiere accesorios en forma de funda para poderlo acoplar a modo de llavero o colgante. El de Samsung, en cambio, llega con un diseño más alargado que convierte el dispositivo en un llavero, por lo que no necesitamos ningún tipo de funda adicional (aunque existen, claro).

He perdido las llaves, ¿dónde están?

El primer escenario que podemos plantear es el de perder u olvidar las llaves. Partiendo de la base que siempre llevamos el móvil con nosotros, el localizador estará en constante comunicación con el teléfono mientras estén en un radio máximo de 120 metros (con visión directa entre ambos), de manera que en el momento que se separen podremos saber cuál fue su última ubicación registrada. Esto funciona a la perfección cuando las llaves las dejamos en un lugar en concreto, ya que el mapa de ubicación nos informará justo en el punto en el que fue registrado por última vez.

El otro escenario que planteamos es cuando las llaves se han extraviado y alguien las encuentra y se las lleva o, directamente, te las roban. En este caso, la posición almacenada tanto en la aplicación Find de Samsung como en la de Buscar de iOS será la que se registró con tu teléfono (justo antes de separarse), y en el caso de que el llavero se haya desplazado, dependerá de si en la nueva ubicación se topa con teléfonos de la misma marca. Y es aquí donde comienza el problema.

De nada sirve que tu llavero se pierda en el desierto. No podrá comunicarse con ningún teléfono cercano porque no los habrá. Pero, si se pierde en un centro comercial, habrá muchas posibilidades que existan teléfonos por la zona. Sin embargo, el SmartTag2 necesita encontrarse con teléfonos de Samsung y el AirTag con teléfonos de Apple.

Si estas condiciones no se dan (imagina que todos los clientes del centro comercial lleven teléfonos Huawei), el llavero no podrá actualizar su posición, y seguirá marcando el lugar donde lo perdiste como última ubicación conocida. Ese el problema de depender de una red propietaria, y es aquí donde las cosas deben de cambiar.

Samsung y Apple presumen de red global de dispositivos por todo el mundo, pero esto no es suficiente como para cubrir el globo al completo. En mis pruebas realizadas en una ciudad de unos 95.000 habitantes (San Fernando, Cádiz), he podido comprobar cómo los localizadores reportaban su estado de manera bastante intermitente, ya que en todo momento dependía de encontrar un teléfono compatible que sirviera de baliza.

Apple ha cuidado mucho el tema de la privacidad y ha eliminado el historial de rastreo. En Samsung, aún se puede consultar

La función es tan útil y funciona tan bien, que la mejor noticia para el consumidor sería la aparición de un estándar. Este estándar permitiría que todos estos dispositivos usaran el mismo sistema de comunicación para que la localización no dependiera de encontrar un teléfono de una determinada marca, sino de encontrar un teléfono con el que poder registrar la posición. Así, los resultados mejorarían de forma considerable.

Un rastreador al estilo Batman

El hombre murciélago usaba en los cómics unos rastreadores que le permitían saber hacia dónde se dirigían sus enemigos. Estos rastreadores se colocaban pegados en el vehículo del enemigo, y Batman, usando su localizador, podía saber en todo momento hacia dónde tenía que moverse.

Esto es algo que, técnicamente, también se puede hacer con estos localizadores, pero estaríamos violando la privacidad de la persona afectada. Por esa razón, Apple eliminó el historial de rastreo de su AirTag. Sin embargo, en el modelo de Samsung se puede ver sin problemas accediendo a los ajustes del SmartTag2. No obstante, la precisión del rastreo dependerá del número de teléfonos compatibles que se encuentren por el camino, y lo más probable es que se obtenga un trazado irregular con muchos saltos en el trayecto.

En el caso de Apple, iOS envía una notificación al iPhone más cercano para advertir que existe un localizador próximo, aunque esto solo ocurrirá si el iPhone con el que está registrado el localizador no está cerca. En ese caso, Apple ha cuidado bastante el tema de la privacidad, sobre todo después de que aparecieran casos de acoso y persecuciones de personas.

Samsung por ahora no ha realizado cambios en ese aspecto, y es posible colocar el SmartTag2 en la bolsa de alguien y poder ver su recorrido, siempre y cuando el localizador encuentre cobertura con otros teléfonos de Samsung cercanos.

¿Cuál es mejor? Ambos dispositivos son casi idénticos, comparten tecnología y funciones, así que, en términos de rendimiento, ambos te van a ofrecer lo mismo. El hándicap aquí es el nivel de comunicación con dispositivos de la misma marca que consigas en tu ciudad, ya que, como hemos comentado, cada uno depende de su propio servicio.

En el caso del SmartTag2, el localizador cuenta con un botón integrado que admite pulsación simple o doble pulsación, y que podremos configurar a nuestro antojo para programar acciones e incluso controlar domótica que esté registrada en el ecosistema SmartThings de Samsung.

¿Y si no quiero ni Apple ni Samsung? La alternativa más obvia ante estos modelos es la de Tile, que fue uno de los precursores de este tipo de dispositivos. Es compatible tanto con iOS como con Android, pero al igual que sus competidores, se apoya de su propia red de dispositivos y de una suscripción premium para disponer de historial de localización o alertas inteligentes.

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