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Tengo una hija alérgica y llevo años buscando un humidificador perfecto. Creo haberlo encontrado
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Vapor contra las alergias

Tengo una hija alérgica y llevo años buscando un humidificador perfecto. Creo haberlo encontrado

Los humidificadores son muy útiles para aliviar algunos síntomas respiratorios como la sinusitis o las alergias estacionales. Esto es lo que necesitas saber sobre ellos

Foto: Los humidificadores ayudan a controlar las alergias, pero requieren mantenimiento.
Los humidificadores ayudan a controlar las alergias, pero requieren mantenimiento.

Cuando nació mi hija y descubrimos que era propensa al asma alérgico, surgió la idea de comprar un humidificador. En lugar de investigar un poco sobre el tema, apliqué aquella doctrina de que, si vas a ganar, que sea por goleada, y compré el más potente que pude encontrar. Han pasado ocho años y varios humidificadores desde entonces. Ese tiempo me ha enseñado una valiosa lección: el mejor humidificador no es el más potente, es el más fácil de limpiar.

Pero comencemos por el principio. ¿De qué estamos hablando aquí exactamente? Pues de esos aparatitos que difunden vapor de agua en una habitación con el fin de elevar la humedad ambiental del aire. Las fuentes varían, pero si nos atenemos a lo que dicen instituciones como la Clínica Mayo o la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, la humedad relativa del aire en un hogar debería estar entre el 30 y el 50%. Esto no significa que el 30% de lo que respiras sea agua (Eso sería humedad absoluta), sino que el 30% del aire de la estancia contiene la máxima cantidad de agua que puede albergar a esa presión y temperatura sin sobrepasar el punto de saturación y comenzar a condensarse.

Como puedes deducir ya por este primer párrafo, no existe una cifra mágica en la que todos respiramos maravillosamente. La humedad relativa del aire depende mucho de la presión atmosférica y de la temperatura. También varía, y mucho, en función de dónde vivamos, y de la humedad ambiental de ese lugar. No es lo mismo, para entendernos, Galicia que Albacete. Esta historia sobre humidificadores da comienzo en un lugar muy seco (el centro de Madrid) y continua en un lugar aún más seco (un pueblecito en mitad de Bayern, Alemania), para terminar en un lugar húmedo a más no poder: Caracas. También hay que tener en cuenta que hay gente a la que le gusta el aire más seco que a otra. El nivel de confort relativo a la humedad del aire varía de una persona a otra igual que la temperatura del agua en la ducha.

Con esa palabra, confort, llegamos a la razón por la que quizá podrías querer o necesitar un humidificador. El aire demasiado seco provoca sequedad en la piel y en las mucosas, lo que puede producir irritación, picores, o agravar condiciones existentes de resequedad en la piel, problemas de ojos secos, labios agrietados, o dificultades respiratorias.

El aire seco también empeora los efectos derivados de problemas respiratorios como las alergias o el asma. Esto no significa en ninguna circunstancia que un humidificador vaya a curarte la alergia primaveral, pero probablemente ayude a que te congestiones y estornudes menos. La cara B de esta solución es que el dispositivo debe estar escrupulosamente limpio, y proporcionar la humedad justa. El aire excesivamente húmedo o proveniente de un humidificador sucio puede ser igual de malo, o peor para la salud que el aire excesivamente seco. Dicho todo esto, vayamos al grano: ¿qué hay que buscar en un humidificador?

Tipos de humidificador

Mi primer humidificador fue un Oskar de Stadler Form. Confieso que lo compré en gran medida por la estética, y no puedo decir nada malo de él salvo una cosa que no es culpa de la compañía alemana que lo fabrica, sino mía por no tener en cuenta las especificaciones: humidifica demasiado. El dispositivo está pensado para espacios de 50 metros cuadrados, que es mucho más de lo que medía la primera habitación de mi hija. El resultado es que el Oskar aumentaba tanto la humedad que provocaba condensación en el techo y hasta en los muebles a su alrededor.

placeholder El Oskar, de Stadler Form, mi primer humidificador.
El Oskar, de Stadler Form, mi primer humidificador.

El dispositivo me sirvió para descubrir otra cosa: que hay diferentes tipos de humidificadores. El Oskar funciona por evaporación. En otras palabras, tiene una especie de radiador blando, como una esponja, que absorbe el agua de un depósito. Un ventilador se encarga de hacer pasar aire por el radiador para expulsarlo cargado de humedad.

Además de los humidificadores por evaporación, los hay mecánicos o por impulsor. Este tipo de humidificadores lleva dentro un disco con pequeñas aletas que gira a gran velocidad, diseminando el agua del depósito en una fina niebla fría visible incluso a simple vista.

Similares a los humidificadores de impulsor son los humidificadores ultrasónicos. En lugar de tener un disco propulsor, el agua se convierte en niebla mediante vibraciones de alta frecuencia provocadas por un emisor de ultrasonidos. Finalmente están los humidificadores en caliente o por vapor, que simplemente calientan el agua hasta vaporizarla. Algunos modelos en caliente hacen pasar la niebla resultante por un circuito de refrigeración para reducir su temperatura hasta cierto punto sin que llegue a condensarse.

¿Hay un tipo de humidificador mejor que otro? En general, los humidificadores que generan niebla fría son más recomendables que los que funcionan por vapor porque consumen mucha menos energía, no pueden producir quemaduras a niños o mascotas, y normalmente son más silenciosos. La Clínica Mayo se hace eco de algunos estudios que apuntan a que la niebla cálida de los humidificadores por vapor no es tan efectiva para tratar algunos síntomas respiratorios como la de los humidificadores fríos, pero los estudios no son definitivos. En defensa de los modelos en caliente hay que decir que humedecen el aire mucho más rápido, y pueden ser más agradables en invierno.

Un segundo dato, este ya de caracter más personal, es que es mejor evitar los humidificadores por evaporación como el Oskar porque la pieza que se empapa de agua debe cambiarse con cierta frecuencia si no queremos que acabe llena de bacterias, y es un coste a tener en cuenta. Los humidificadores por ultrasonidos o por impulsor no tienen filtros ni piezas que haya que cambiar. Tan solo hay que limpiarlos.

La importancia del mantenimiento

Mi segundo deshumidificador (escondido entre los peluches de la foto de portada) fue por ultrasonidos, y en realidad no lo elegí yo, sino que fue un regalo. De él aprendí varios datos importantes más. El primero es que los humidificadores, sean del tipo que sean, requieren de un mantenimiento frecuente y cuidadoso. La conclusión obvia es que, cuanto más sencillo de limpiar sea el dispositivo, mejor. Presta atención no solo a cómo se accede al tanque de agua para su limpieza, sino también a si este es extraible, y a la anchura de la boquilla del difusor, o el tamaño de las partes que haya que limpiar. De lo contrario podrías acabar necesitando un cepillito específico.

Evita a toda costa humidificadores con demasiadas piezas o filtros. La idea, según la Clínica Mayo, es limpiar el humidificador cada tres días. Para este proceso recomiendan aclarar bien con agua, después limpiar a fondo con agua oxigenada o algún desinfectante, volver a aclarar, y secar. El segundo aclarado es crucial porque no queremos inhalar ningún producto de limpieza que haya podido quedar residual. En cuanto al secado, es especialmente importante si no vamos a usar el humidificador en varios días para que no se quede húmedo y pueda acumular microorganismos.

placeholder Los humidificadores mecánicos o por ultrasonidos emiten una niebla visible a simple vista.
Los humidificadores mecánicos o por ultrasonidos emiten una niebla visible a simple vista.

Otro dato muy importante y no tan intuititivo es que no es buena idea usar agua del grifo para rellenar los humidificadores. El agua del grifo contiene impurezas que se van solidificando y pegando a las paredes del depósito y lo hacen muy difícil de limpiar. Idealmente, se debería usar agua destilada o desmineralizada. Este dato lo descubrí en Bayern, una región de Alemania donde usar un humidificador es casi obligatorio por la sequedad ambiental, y la enorme cantidad de polen de gramíneas (trigo y cebada). Resulta que allí el agua del grifo viene con mucha cal. En apenas un mes, el depósito del Promed quedó tan calcificado que acabé por reemplazarlo porque no se podía limpiar bien.

Mejor sin luz ni sonido, pero con cerebro

Hay muchos humidificadores que además permiten su uso con esencias para aromaterapia. Es un aliciente si además quieres usar el humidificador como ambientador, pero no aporta mucho más a su función principal. Los sentidos que sí que me parecen más evitables son la luz y el sonido. Hay humidificadores de sobremesa que, además, hacen las veces de lámpara. No ha problema con ello. El problema es que tengan luces LED que no se puedan apagar, algo que es frecuente, por ejemplo, en los controles. Comprueba si el dispositivo tiene modo nocturno o alguna forma de desactivar todas sus luces si lo vas a usar junto a la cama.

En cuanto al sonido, el problema de los humidificadores es que hagan ruido, y ni los que vibran por ultrasonidos se libran de sonar un poco. Normalmente, los humidificadores emiten sonido en torno a los 40 o 50 decibelios, que viene a ser el mismo zumbido que el de un refrigerador. Cualquier cifra de decibelios por debajo de esa es incluso mejor.

placeholder La conectividad wifi añade funciones extra a los humidificadores, pero incrementa mucho su precio.
La conectividad wifi añade funciones extra a los humidificadores, pero incrementa mucho su precio.

Finalmente está el tema de la integración con dispositivos inteligentes. La mayor parte de humidificadores solo tienen un botón de encendido, otro para regular la potencia, y otro para activar y desactivar las luces en el mejor de los casos. Sin embargo, hay humidificadores inteligentes que cuentan con conexión wifi y son compatibles con las principales redes de domótica doméstica: Alexa, Google Home y Apple Homekit.

La principal ventaja de este tipo de integraciones no es solo que podamos ordenarle a Alexa que apague y encienda el humidificador, sino que además podemos programarlo, estableciendo rutinas de funcionamiento y desconexión, por ejemplo, durante la noche. Además, es posible combinar el funcionamiento del humidificador con el de otros sensores como los higrómetros conectados, lo que nos permite ajustar el nivel de humedad relativa con una precisión milimétrica. Para todo esto, por supuesto, es necesario invertir en unos cuantos dispositivos más. Si ya los tenemos, los humidificadores inteligentes son una interesante opción.

Humidificadores recomendados

Dicho todo esto resulta evidente que no existe un humidificador universalmente recomendable porque cada usuario tiene necesidades muy diferentes. Sin embargo, a continuación os ofrecemos una selección de modelos indicados para diferentes usos y diferentes bolsillos. Como nota final, la que ofrecen los médicos, que es reemplazar el humidificador tras varios años de uso para evitar que pueda acumular suciedad o microorganismos de los que no se ven en una limpieza normal.¿Y el asma de la hija? Os estaréis preguntando. Desapareció completamente cuando vinimos a Venezuela, un país tropical donde la humedad relativa es tan elevada que no hace falta humidificador. De los dispositivos contra mosquitos ya hablaremos otro día.

De gran capacidad: Levoit ultrasónico

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Levoit ultrasónico
Desde 79 euros

Si por alguna razón necesitas mantener la humedad en estancias muy grandes o durante mucho tiempo, el Levoit ultrasónico de seis litros puede ser de gran ayuda. Es excepcionalmente silencioso (26 decibelios) y puede automatizarse para alcanzar un nivel de humedad determinado porque cuenta con su propio sensor de humedad ambiental. Además es compatible con Alexa y Google Home y se puede programar o ajustar desde su propia app. Cuesta 79,99 euros.

Para aromaterapia: Cecotec Pure Aroma 300 Yang

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Cecotec Pure Aroma 300 Yang
Desde 23 euros

Con vaga forma de cebolla y acabados de madera, este modelo de Cecotec tiene un tanque relativamente pequeño (300ml) que lo hace más indicado para usar con aceites esenciales. Sus controles son sencillos (se puede programar hasta seis horas) y es muy fácil de limpiar. Cuesta 23,90 euros.

Para dormir: Philips Serie 2000

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Philips Serie 2000
Desde 129 euros

Los humidificadores Philips de la serie 2000 son excelentes para la mesita de noche por su modo silencioso de cero decibelios. Además tienen un filtro para limpiar el aire, lo que es un arma de doble filo. El aire sale más limpio, pero los repuestos cuestan 14,99 euros. El purificador cuesta 129,99 euros.

Fácil de limpiar: Bear Top-Fill

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Bear Top-Fill
Desde 45 euros
DESCUENTO 31%
PRECIO MÍNIMO

El modelo de cinco litros de Bear entra en esta selección por lo fácil que es de limpiar y usar. El agua se echa desde un depósito superior, los aceites esenciales, de quererlos, desde una pequeña portezuela aparte, y todo se controla mediante un único dial. Además es muy silencioso (28 decibelios). No es conectado, ni tiene app, pero no lo hace ninguna falta. Cuesta 45,99 euros.

Caliente o frío: Levoit OasisMist

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Levoit OasisMist
Desde 99 euros

En ocasiones puedes querer vapor caliente. El Levoit OasisMist funciona con niebla caliente o fría hasta 45 horas en una habitación de unos 40 metros cuadrados (4,5 litros). El depósito es muy fácil de limpiar, y su funcionamiento puede controlarse completamente mediante app. Cuesta 99,99 euros.

Vapor caliente y desinfectado: Xiaomi Smart Humidifier 2

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Xiaomi Smart Humidifier 2
Desde 65 euros
DESCUENTO 4%

Por supuesto que Xiaomi tiene un humidificador. El Smart Humidifier funciona por vapor, lo que lo hace muy rápido pero no apto para todas las necesidades. En su favor hay que mencionar que es el único que hemos visto que desinfecta el agua del depósito mediante luz ultravioleta. Por supuesto, cuenta con todas las funciones centralizadas en la app de Xiaomi. Cuesta 72,88 euros.

Un humidificador conectado para todo: Dreo Smart Humidifier

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Dreo Smart Humidifier
Desde 349 euros
PRECIO MÍNIMO

Dreo tiene unos cuantos modelos interesantes en su catálogo, pero este viene a ser su todoterreno. Humidifica en caliente o en frío con un depósito de seis litros. Es silencioso, y todas sus funciones se controlan mediante su propia app, o vía Alexa y Google Home. Es bastante caro, pero no necesitarás otro humidificador en mucho tiempo. Cuesta 349,31 euros.

La solución nuclear: Dyson Pure Humidify + Cool

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Dyson Pure Humidify + Cool
Desde 849 euros
PRECIO MÍNIMO

A veces simplemente es mejor ganar por goleada, suponiendo, claro, que tengas suficiente dinero para pagar este fichaje. El Dyson Pure Humidify + Cool es un ventilador, un purificador de aire, y un humidificador, todo a lo vez. Emite un ruido de 49 decibelios, que no está nada mal para hacer tantas cosas, y cuenta con sensores ambientales de todo tipo y filtros HEPA que capturan el 99,97% de las partículas de hasta 0,3 micras en el aire. Cuesta 849 euros. Los filtros cuestan 49 euros.

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Cuando nació mi hija y descubrimos que era propensa al asma alérgico, surgió la idea de comprar un humidificador. En lugar de investigar un poco sobre el tema, apliqué aquella doctrina de que, si vas a ganar, que sea por goleada, y compré el más potente que pude encontrar. Han pasado ocho años y varios humidificadores desde entonces. Ese tiempo me ha enseñado una valiosa lección: el mejor humidificador no es el más potente, es el más fácil de limpiar.

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