He pasado un mes con este portátil de Apple y tiene todo lo que le pido a un ordenador

Los últimos años han demostrado que los ordenadores y los portátiles (la informática clásica, tal y como la conocemos, en definitiva) tenían mejor salud de lo que muchos venían diagnosticando desde hacía tiempo. En la pandemia, por pura necesidad, las ventas se dispararon, una prueba irrefutable de que son herramientas insustituibles.

Es cierto que ahora se están enfriando las estadísticas, porque ese ritmo era insostenible, pero también por los malos augurios económicos que no dejan de aparecer una y otra vez en el horizonte, aunque nunca terminan de materializarse. A pesar de ello, la idea de que los dispositivos móviles y las tabletas iban a mandar los PC a mejor vida se ha ido a paseo o, por lo menos, ha quedado aparcada durante un tiempo. Pero hay otra prueba que da fe de ello: la empresa que más dinero gana con los smartphones y las tabletas está mimando más que nunca sus portátiles y sus ordenadores. Hablamos de Apple y sus Mac, que están en un excelente estado de forma.

Además de la limpieza de cara que han hecho a sus productos, hay un hecho que marcó un punto de inflexión: dejar atrás los procesadores Intel y hacer los suyos propios. Eso dotó a sus ordenadores de un rendimiento y una autonomía bestiales. No solo a los pesos pesados del catálogo, sino también a los más asequibles (aunque ya se sabe que cuando hablamos de Apple, lo asequible tiene que ir entre comillas).

Bueno y, ahora, estirado

Durante la WWDC, la gran cumbre anual de desarrolladores de Apple, se presentaron una nueva hornada de Macs. Hubo un nuevo Mac Pro, un nuevo Mac Mini y un nuevo MacBook Air, el más grande que ha existido, ya que estira su pantalla hasta las 15,6 pulgadas. Se trata de un dispositivo bastante esperado por parte de sus usuarios, que si querían uno de los portátiles más básicos de la marca tenían que conformarse con las 13,6 pulgadas del modelo de 2022 o de 2020. Si querían algo más grande, tenían que recurrir al carísimo y pesado MacBook Pro de 16 pulgadas.

Nos hemos pasado un mes trabajando con este modelo para conocerlo más a fondo y saber —si estás detrás de un portátil de Apple— si encaja en lo que necesitas o te conviene más otro modelo. En el aspecto del diseño, el único gran cambio que ha introducido este nuevo MacBook Air de 15,6 pulgadas es su pantalla remozada y estirada. Es completamente lógico, porque esta gama de producto renovó su aspecto el pasado año, poniendo fin al tradicional diseño que gobernó los MacBook Air desde 2008, característico por el formato en cuña.

No deja de ser un equipo grande, pero ligero y muy, muy fino

Ahora lo que toca lucir es un cuerpo simétrico, que en este caso tiene unas medidas de 23,7 centímetros de ancho por 34 de largo y tan solo 1,15 milímetros de grosor. Porque si por algo destaca el MacBook Air es por ser tremendamente slim frente a las alternativas que funcionan con Windows.

Frente al modelo de 13 pulgadas, el grosor aumenta tan solo dos milímetros. El peso sí que sube algo más, hasta superar 1,5 kilogramos, aunque es mucho más ligero que el MacBook Pro de 16”, la otra alternativa de gran pulgada dentro del catálogo de la manzana. Sea como sea, no es un equipo ultraligero, pero es una muy buena opción si lo que quieres es tener un portátil cómodo de mover sin que ello conlleve renunciar a un panel generoso. Obviamente, no deja de ser un equipo grande, pero lo destacable es que es muy ligero y fino para lo que ofrece.

Este MacBook, al igual que su hermano pequeño, está hecho de aluminio reciclado y cuenta con cuatro acabados diferentes. El que están viendo en las fotografías que acompañan a este artículo es el modelo blanco estrella (una suerte de dorado muy pálido). También se puede optar por el clásico gris plata, un gris espacial algo más oscuro o el color medianoche (un azul oscuro casi negro).

Una vez más, toca señalar el minimalismo de Apple en lo que se refiere a los puertos. Solo contamos con dos puertos USB tipo C (USB 4 / Thunderbolt). No hay ni USB clásico, ni una ranura para microSD ni un puerto para HDMI. Si buscas algo así, tendrás que mirar en otra parte. La buena noticia es que ha recuperado el cargador MagSafe 3, por lo que no se ocupa uno de los puertos cuando toque cargar el ordenador.

Si estás pensando en utilizarlo con un monitor, debes saber que este MacBook Air de 15 pulgadas (al igual que otros equipos movidos por el procesador M2) solo tiene soporte para un monitor externo. Si se quiere añadir soporte para dos o tres pantallas externas, hay que recurrir a MacBooks con procesadores M1 o M2 Pro o Ultra.

El aumento de tamaño también se deja notar cuando abrimos la tapa del portátil. Nos encontramos el mismo teclado que en el modelo de 13,6 pulgadas, aunque tenemos más espacio a los laterales. Es un teclado fuera de toda duda, después de que la manzana desterrara el teclado mariposa que tantos problemas y tantas quejas generó. Es un teclado retroiluminado que se siente lo suficientemente fuerte y sólido cuando se escribe. En la esquina superior del mismo tenemos el lector Touch ID, el único acceso biométrico que tenemos en este caso. Funciona de manera rápida y eficaz, con una tasa de fallos mínima. El trackpad vuelve a ser uno de los mejores que se puede encontrar en un portátil y, en este caso, crece un poco frente al modelo de menor tamaño.

El audio, sorpresa agradable

Una de las sorpresas más agradables de este equipo, teniendo en cuenta lo fino que es, ha sido el sonido. Depende de seis altavoces, colocados en el marco posterior, en la zona de la bisagra. Me sorprendió mucho. Es cierto que para escuchar música es mejor tirar de unos buenos auriculares o buscarte un buen altavoz, pero para ver un episodio de tu serie favorita, una película o para tener una videollamada es, simple y llanamente muy bueno. Punto para la manzana. El audio no es algo en lo que nos fijemos cuando vamos a comprar un equipo así, pero todo suma a lo satisfechos que estemos con la compra con el paso del tiempo. En este aparato solo falta apuntar que tenemos compatibilidad con Dolby Atmos así como conector jack de 3.5mm

Entremos a valorar la gran novedad de este equipo: la pantalla. Copia el diseño que mostró el MacBook Air de 13,6 pulgadas hace un año. Marcos más reducidos (no tanto como en el MacBook Pro) y notch en la parte superior. El notch resulta menos llamativo aquí, por eso de tener un panel más grande y aunque llama la atención, pero no tardas en acostumbrarte. Una de las cosas que me sigo preguntando es por qué Apple no aprovechó esa muesca para incluir Face ID en sus ordenadores. Lo único que encontramos ahí es la webcam de 1080p. Una webcam que ofrece un buen rendimiento y que solo deja ver el grano en la imagen cuando la luz escasea.

Me ha gustado mucho la pantalla de 15,6 pulgadas porque da un espacio para trabajar mucho mayor que su predecesor. Influye mucho en esto el formato escogido (aproximadamente 16:10). Da para tener dos o tres ventanas o programas abiertos en paralelo y tener espacio suficiente. Particularmente me ha resultado superagradable y me ha costado volver a mi anterior portátil. Este modelo cuenta con un panel Liquid Retina de 15,3 pulgadas y una resolución de 2880 x 1864 píxeles. Eso deja un promedio de 224 píxeles por pulgada. La nitidez es similar a la del modelo más pequeño, por lo que el aumento de pantalla no se traduce en una peor imagen. El brillo máximo es de 500 nits. Es menos que los MacBook Pro, pero, sin embargo, es un salto importante frente a lo que teníamos en el MacBook Air de 2020, que se quedaba un poco corto cuando había que utilizarlo en exteriores. Por lo demás, tenemos tecnología True Tone (que ofrece una temperatura de color más cálida).

Lo que no tenemos, una vez más, es un panel táctil y quién sabe si llegaremos a verlo en el corto plazo en un MacBook. Por sacarle una pega, el brillo automático podría funcionar de manera un poco más fina. Hay veces que he tenido que corregirlo porque mostraba un funcionamiento un poco irregular.

El M2, una garantía

Repasemos lo visto hasta ahora. Un buen diseño, con un cuerpo fino y relativamente ligero; y una pantalla grande que funciona bien. ¿Es esto tan diferencial? No. Pero cuando metes en la ecuación del MacBook Air 15 el rendimiento y autonomía del procesador M2 la cosa cambia. Es un chip realmente poderoso. La CPU cuenta con ocho núcleos y la GPU puede montar hasta 10. El ancho de banda para la memoria ha subido hasta los 100GB/s.

La RAM (memoria unificada la llaman en Cupertino) es de 8GB en el modelo base. Se puede duplicar o triplicar, aunque eso supone pasar por caja y a un coste nada barato Si lo que pretendes es hacer actividades cotidianas, no vas a tener ningún problema. Si quieres pedirle algo exigente (como archivos con Photoshop con varias capas o edición de video) también se lo puede echar a la espalda sin sufrir aparentemente. Pero si la mayor parte de tu trabajo es pesado es más lógico que optes por el MacBook Pro. He notado un desempeño ligeramente mejor que el modelo de 13 pulgadas, algo que he notado en el aumento de temperatura cuando he hecho trabajos más intensivos. Lo mejor, la ausencia de ventilador, que hace que todo el rato sea un equipo supersilencioso.

La versión básica viene con 8GB de RAM y 256 de almacenamiento interno. Una vez más, como ocurrió el pasado año, la memoria de este modelo es más lenta, porque utiliza un único chip en lugar de dos o más como hacen las configuraciones más caras. No es ningún drama, pero es algo que hay que señalar. El precio oficial del modelo base es de 1599 euros, aunque es cierto que ya se puede encontrar en Amazon con un 10% de descuento. El modelo de 512GB sube hasta los 1.830 euros, aunque también se puede encontrar con una oferta similar. A partir de ahí, se puede ir configurando al gusto (tanto en la RAM como en el almacenamiento) y llegar hasta casi hasta los 3.000 euros. Pero, si llegas a ese presupuesto, probablemente deberías considerar si te encaja más un MacBook Pro.

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