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Comprar una buena tele es ahora más difícil: 30 días con la Smart TV que cambió mi opinión
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Comprar una buena tele es ahora más difícil: 30 días con la Smart TV que cambió mi opinión

Samsung ha renegado de las OLED durante años y, de repente, se ha convertido en una marca a tener en cuenta. La hemos probado durante un mes y vemos qué ofrece frente a LG, el rey de este mercado

Foto: Foto: EC.
Foto: EC.

Cuando uno pasa años repitiendo con cabezonería y vehemencia el mismo argumento y, de repente, cambia de postura, es probable que lo vean como una persona inconstante, generando desconfianza hacia su nuevo punto de vista. Eso es precisamente lo que le ha sucedido a Samsung con los televisores OLED. A diferencia de sus compatriotas de LG, Samsung decidió apostar exclusivamente por los televisores LCD, un mercado en el que ha tenido mucho éxito y que lo ha llevado a convertirse en el mayor vendedor mundial. Muy pocas marcas han mostrado tanto rechazo hacia este tipo de Smart TV como lo hizo Samsung. Sin embargo, el año pasado sorprendiÓ al público al presentar su primer modelo OLED.

Aquella primera generación pasó bastante desapercibida, probablemente debido a la extendida creencia de que lo que realmente vale la pena de la fábrica coreana son los televisores QLED. Sin embargo, este año Samsung ha reafirmado su compromiso con el OLED al lanzar una segunda generación que, sinceramente, tras haber tenido uno en casa durante un mes, puedo afirmar que es una opción a tener muy en cuenta si se busca un televisor de alta gama, un modelo que reine en nuestro salón durante muchos años.

Es importante mencionar algunas cosas. En primer lugar, es necesario hacer una breve y básica explicación sobre las diferencias entre lAS LCD y las OLED. Estos últimos son pantallas orgánicas que tienen la capacidad de apagar cada diodo de luz individualmente.

¿Qué significa esto? Básicamente, se traduce en negros más profundos y un contraste notablemente superior. Por otro lado, los LCD tienen que utilizar un filtro de color sobre la luz para generar el color negro, lo que les impide alcanzar la misma perfección en esta tarea. Sin embargo, al no ser un material orgánico, los LCD pueden ofrecer niveles de brillo más altos sin el riesgo de quemado u oxidación, algo que históricamente ha sido una de las principales debilidades de los televisores OLED.

placeholder Los marcos de la OLED de Samsung son mínimos. (M. McLoughlin)
Los marcos de la OLED de Samsung son mínimos. (M. McLoughlin)

Como resultado de estas diferencias, tradicionalmente se recomendaba que si se iba a consumir contenido generalista en una habitación con mucha iluminación, lo mejor era optar por un LCD, led o QLED. Por otro lado, si se deseaba disfrutar de películas y series, y se era exigente en cuanto a calidad de imagen, con una estancia con poca luz o en completa oscuridad, lo ideal era elegir una tele con una pantalla OLED.

Sin embargo, Samsung ha logrado mejorar significativamente el tema del brillo con esta nueva generación y ha reducido considerablemente las desventajas asociadas a esta tecnología. También cabe mencionar que, aunque llevan solo un año comercializando estos dispositivos, Samsung no es un fabricante desconocido. De hecho, es uno de los principales proveedores de pantallas para televisores y teléfonos móviles a nivel mundial (donde han estado utilizando la tecnología OLED durante años). Si se adentran en este mercado, no lo hacen con algo que esté en pañales, de la misma manera en que Apple no competiría con Meta en realidad aumentada y virtual sin tener algo sólido.

Esta nueva generación de OLED ha sido denominada Samsung S95C y está disponible en tamaños de 55, 65 y 77 pulgadas. Para este análisis, hemos tenido prestada la versión más grande. Resulta incluso cómico verla en el salón de mi apartamento de 60 metros cuadrados en Madrid. Hay cuadros que llevo semanas sin ver, ya que mi antiguo televisor de 55 pulgadas los dejaba a la vista. Ahora eso ha cambiado. Solo espero que sigan allí cuando llegue el momento de desmontar esta gigantesca pantalla. Siempre que me preguntan sobre el tamaño adecuado, doy la misma respuesta: el más grande que tu casa y tu presupuesto te permitan. Con una distancia de metro y medio, todo está resuelto, ya que con la popularización del 4K, la necesidad de ver la televisión desde lejos ha quedado en segundo plano.

Antes de analizar la calidad de imagen de este televisor, hagamos un repaso del resto del dispositivo. El diseño es, obviamente, propio de un modelo premium. Estamos hablando de una frontal prácticamente sin marcos, donde la pantalla se extiende hasta los bordes. Pero sobre todo, es un televisor muy delgado, en este caso, con solo 10 milímetros de grosor. Esto se ha convertido en una seña de identidad de Samsung.

placeholder Extremadamente fina. Así es la OLED de Samsung. (M. McLoughlin)
Extremadamente fina. Así es la OLED de Samsung. (M. McLoughlin)

¿Cómo lo han logrado? Gracias al One Connect, una caja externa donde se han ubicado todos los puertos y conexiones. De esta manera, solo se necesita un cable que se conecta al cuerpo central del televisor para transmitir las fuentes de imagen, internet y también la electricidad. Aunque en el pasado CES de Las Vegas se vio la posibilidad de hacer esta transmisión de forma inalámbrica, esta solución sigue siendo una de las mejores ideas que se han presentado en la industria de la electrónica de consumo en los últimos años. En este caso, contamos con el modelo slim, que es mucho más delgado y discreto que los primeros modelos lanzados por Samsung.

Si deseas colgar el televisor en la pared, debes comprar el soporte por separado, ya que solo se incluye la pesada peana central en la caja. El soporte es sólido, con un peso de más de diez kilos, y sostiene perfectamente todo el conjunto. Puedes utilizar esta peana para colocar el One Connect en un lugar discreto, pero personalmente prefiero tenerlo en una posición más accesible para poder conectar y desconectar los periféricos cuando lo necesite. Eso sí, mi consejo es que no intentes montar el modelo de 77 o 65 pulgadas por tu cuenta. En cuanto a los materiales utilizados, la parte trasera está hecha de policarbonato y la parte delantera cuenta con cristal de Corning.

Foto: Imagen: EC Diseño

En cuanto al audio, cuenta con una potencia de 70W a través de una disposición de altavoces 4.2.2 y es compatible con Dolby Atmos. El Samsung S95C cuenta con altavoces superiores, inferiores y centrales. El sonido es mejor que el de la mayoría de los televisores, pero carece de riqueza en los graves y puede resultar plano en muchas ocasiones para aquellos que tienen el oído entrenado.

Mi recomendación es que, al adquirir un televisor de alta gama como este, también se considere la compra de una barra de sonido, especialmente teniendo en cuenta la compatibilidad con Atmos y la tecnología Q-Symphony, que combina los altavoces incorporados con otros complementos para ofrecer un sonido más amplio sin necesidad de un sistema completo.

En cuanto a las conexiones, el televisor cuenta con un total de 4 puertos HDMI 2.1, además de tres puertos USB, un puerto USB tipo C y un puerto Ethernet. Uno de los puertos HDMI es del tipo eARC, diseñado para conectar la mencionada barra de sonido. Además, se incluye un conector de 3.5 mm, una salida de audio óptica, así como Wifi 5 y BT 5.2. En resumen, este aspecto cumple con las expectativas que se podrían tener de un televisor de alta gama.

placeholder Mando de las teles de Samsung. (M. McLoughlin)
Mando de las teles de Samsung. (M. McLoughlin)

En cuanto al control remoto, hay poco que decir. Sigue el patrón minimalista adoptado hace años, aunque ahora es más pequeño y liviano que en ocasiones anteriores. Además de los accesos directos clásicos (Netflix, Amazon Prime, Disney y Samsung Hub), cabe destacar que se puede cargar mediante un cable USB tipo C, mediante las ondas electromagnéticas emitidas por nuestro router o incluso con energía solar. Aplaudimos el esfuerzo de la empresa coreana por liberarnos de la tiranía de las pilas.

En cuanto a la calidad de imagen, me atrevería a afirmar que el Samsung S95C es probablemente el televisor más versátil que he probado en años. Sea cual sea el uso, la impresión que tengo es que se desempeña de manera sobresaliente, aunque no sea perfecto.

Esto es posible gracias, entre otras cosas, a su panel 4K que logra alcanzar picos de brillo de hasta 2.000 nits, según informa Samsung. Esta capacidad le permite funcionar incluso en entornos relativamente bien iluminados y ofrecer una excelente calidad en la reproducción de contenido HDR, mostrando una gran cantidad de detalles en las áreas más brillantes. Es decir, si las miniled habían logrado reducir la brecha entre los televisores LCD y OLED en cuanto a los negros, este modelo S95C ha logrado reducir la brecha en el extremo opuesto, es decir, en los niveles de brillo. Y lo logra sin comprometer la reproducción de colores. Todo lo contrario. Aquí es donde entra en juego la tecnología de puntos cuánticos.

placeholder Detalle de la interfaz de las teles de Samsung. (M. McLoughlin)
Detalle de la interfaz de las teles de Samsung. (M. McLoughlin)

Lo he utilizado en diversas situaciones. Cuando se trata de ver canales de televisión tradicionales o eventos deportivos, se agradece su uniformidad y rápida respuesta. Al ver películas, su excelente relación de contraste permite obtener negros profundos e intensos, sin los molestos halos de luz alrededor de objetos brillantes. Además, gestiona de manera óptima las transiciones de color, y como mencioné anteriormente, su brillo ya no requiere que la habitación esté completamente oscura para disfrutar de todo su potencial.

Foto: Foto: EC.

En cuanto a su rendimiento videojuegos (lo he probado con PS5, Xbox Series X y Nintendo Switch), ofrece una alta frecuencia de actualización de hasta 144Hz y un tiempo de respuesta muy rápido, por lo que los jugadores no deberían preocuparse en lo más mínimo. También ha funcionado de manera uniforme y correcta al reescalar contenido de DVD o Full HD.

A excepción de algunas sutiles parpadeos corregidos en escenas muy específicas (a los que no daría demasiada importancia), la principal desventaja que se encuentra en las especificaciones de este modelo S95C es la falta de compatibilidad con Dolby Vision. Samsung sigue aferrada a HDR10 y HDR10+, ignorando el estándar dominante en la producción audiovisual. La ausencia de este estándar puede dificultar, en algunos casos, que la película se reproduzca en casa tal y como fue concebida originalmente por sus creadores.

placeholder Detalle del Gaming Hub que Samsung incluye en sus televisiones. (M. McLoughlin)
Detalle del Gaming Hub que Samsung incluye en sus televisiones. (M. McLoughlin)

Dicho esto, es probable que la gran mayoría de las personas no sean capaces de distinguir si una película ha sido preparada originalmente con Dolby Atmos y HDR10+. Si te interesa esta tecnología, te invitamos a leer este reportaje en el que se explica la utilidad real de Dolby Vision.

Foto: Dos visitantes del CES observan una de las televisiones expuestas. (M. McLoughlin)

Hasta aquí nuestra reseña de la Samsung S95C, la gran apuesta de la compañía para ingresar al mercado OLED. Aunque Samsung continúa ofreciendo excelentes televisores LCD, ahora también tienen esta opción sobre la mesa. La S95C está destinada a protagonizar un enfrentamiento de titanes con la LG G3, la OLED de referencia para este 2023. El modelo de LG logra un nivel de brillo ligeramente superior (2.100 nits), lo que puede ofrecer una mayor capacidad para recuperar detalles en contenidos HDR, aunque no estamos hablando de diferencias abismales. Por contra, creo que la tecnología Quantum Dot puede dar a Samsung algo de ventaja en la viveza y riqueza de los colores. Pero una vez más, hablamos de matices, no de grandes ventajas de un modelo sobre otro.

Samsung ofrece una mayor frecuencia de actualización de hasta 144 Hz en comparación con los 120 Hz de LG, lo que puede ser un dato a tener en cuenta si lo que te interesa es utilizarlo como pantalla para jugar. Por otro lado, LG admite Dolby Vision y también incluye soporte para sonido DTS, lo cual resulta interesante para los cinéfilos que tienen una amplia colección de películas en Blu-ray. El precio también puede ser un factor que incline la balanza. En el caso del modelo de 65 pulgadas, la S95C ya se puede encontrar en el rango de los 2700 euros, mientras que el modelo de LG ronda los 3000 euros, dependiendo del sitio de compra. En cuanto al modelo de 77 pulgadas, la S95C se puede encontrar con descuentos hasta los 3900 euros en algunas tiendas en línea, mientras que la LG G3 está en el rango de los 4400 euros en el mismo formato.

Si te ha gustado el S95C:

65" (2849€)

Si quieres algo más asequible, la Samsung OLED (S95B) del pasado año está bastante rebajada:

55" (1409€) 65" (1649€)

Si te gusta más la competencia, la LG G3:

65" (3211€)

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Cuando uno pasa años repitiendo con cabezonería y vehemencia el mismo argumento y, de repente, cambia de postura, es probable que lo vean como una persona inconstante, generando desconfianza hacia su nuevo punto de vista. Eso es precisamente lo que le ha sucedido a Samsung con los televisores OLED. A diferencia de sus compatriotas de LG, Samsung decidió apostar exclusivamente por los televisores LCD, un mercado en el que ha tenido mucho éxito y que lo ha llevado a convertirse en el mayor vendedor mundial. Muy pocas marcas han mostrado tanto rechazo hacia este tipo de Smart TV como lo hizo Samsung. Sin embargo, el año pasado sorprendiÓ al público al presentar su primer modelo OLED.

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