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10 días con la nueva Xbox: solo hay un gran detalle a tener en cuenta antes de comprarla
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10 días con la nueva Xbox: solo hay un gran detalle a tener en cuenta antes de comprarla

Microsoft ha hecho un esfuerzo ímprobo para lograr la mejor consola tecnológicamente hablando. Su gran baza es Game Pass, su 'barra libre' de juegos. Su talón de Aquiles: necesita más títulos exclusivos

Foto: Foto: EC.
Foto: EC.

La llegada de una nueva consola no significa en absoluto que las anteriores empiecen a descuidarse, que se desenchufen y sean abandonadas a su suerte. Un buen ejemplo de esto es la PS4, que más de uno compró durante la primera ola de la pandemia, a la que se seguirá brindando soporte (cuenta con una comunidad de 110 millones largos de usuarios) con nuevos juegos y actualizaciones "unos tres o cuatro años" tras la llegada de la PS5. La aparición de una nueva generación, algo que ocurre cada seis o siete años, no es algo estático.

Foto: Imagen: EC.

Este martes, salen a la venta las nuevas Xbox Series X y Xbox Series S. Y en Teknautas hemos podido probar el modelo superior antes de su estreno comercial, con el fin de poder aclarar las dudas que puedan surgir si te ronda la cabeza hacerte con una de las máquinas de Microsoft estas navidades.

Valorar una consola en un momento concreto no es sencillo. Es más, el veredicto puede ser hoy uno, dentro de 12 meses otro, volver a cambiar dentro de 24 o 36 y ser completamente diferente en 2025. ¿Por qué? Los aspectos técnicos son fundamentales. No hay que olvidar que son compras pensadas para durar más de un lustro y hay que pensar en que envejezca bien, soportando lo que le vayan echando en los próximos años. Pero lo que acaba decantando la balanza de un lado u otro, en la práctica totalidad de los casos, es el catálogo. Es decir, los títulos a los que se puede jugar a día de hoy, los que se espera que lleguen y, especialmente, los que se pueden jugar aquí y no en otro lado.

Ya diseccionaremos en la segunda parte de este texto el asunto de los catálogos, aunque en ambos casos parecen aún algo tiernos en lo que se refiere a grandes novedades palpables. Esta situación lo que hace es que el debate se centre en el 'hardware', atendiendo a cosas como las posibilidades del diseño, el rendimiento, el mando o el desempeño de la memoria. Si estás pensando en la máquina de Microsoft, la gran duda que tienes que resolverte es si puedes sobrevivir con el modelo 'low cost' (menor resolución, potencia y ausencia de disco) o dejarte 200 euros más para conseguir una bestia como es la Xbox Series X, que es el que hemos tenido la oportunidad de probar.

Dos diseños correctos: ni enamoran ni horrorizan

A diferencia de la PS5, donde las dos versiones apenas se diferencian por el lector de discos, Microsoft ha implementado un aspecto único en cada modelo. Muchos coinciden en señalar que la Xbox Series X recuerda al aspecto de una torre de PC pero en versión reducida. Y lo cierto es que su diseño monolítico se parece mucho a esto. Los más ácidos, tras su presentación, trataron de parodiarla diciendo que parecía una nevera. La compañía, en lugar de obviar el 'meme', le dio juego. Creó (y sorteó) un frigorífico con ese patrón. La verdad es que más de uno andará deseándolo con fuerza en estos momentos.

Es un cuerpo completamente sobrio y minimalista, completamente negro. Sencillo y discreto. No romperá la armonía de ningún salón. No va a levantar pasiones ni odios. La única excentricidad que se han permitido es el color verde del interior de los agujeros de ventilación, colocados en la parte superior. La consola se puede 'tumbar' sin ningún problema, pero personalmente se me hace raro, como si hubiese sido construida para usarse en vertical.

Esto no parece ocurrir en la Xbox Series S, que cuenta con un aspecto bastantre diferente. El blanco es el color predominante, a excepción de la circunferencia negra central. La diferencia sustancial, como se puede ver en la ficha, es que el modelo 'low cost' tiene un peso y unas medidas mucho más reducidas, algo muy a tener en cuenta si eres de esos que están pensando en llevarse la consola consigo de un lado para otro. Respecto a la conectividad, nos encontramos el mismo menú en ambos casos: ethernet gigabit, el puerto HDMI ( 2.1), así como tres USB tradicionales 3.1.

Bienvenidos a '¿Me lo compro?'

Bienvenidos a '¿Me lo compro?', nuestros análisis a fondo de los 'gadgets' más deseados del momento. Cada semana analizaremos nuevos dispositivos y, sobre todo, los compararemos entre sí para que puedas responder al instante a esa pregunta que a veces nos quita el sueño: ¿qué móvil, TV, portátil, auriculares... me compro? Podrás preguntarnos lo que quieras sobre cada producto, la idea es ayudarte a tomar mejores decisiones y... de paso, ahorrarte tiempo y dinero.

¿Pensando en comprar una de las nuevas Xbox? ¿Quieres enviarnos alguna pregunta sobre estos dispositivos? Puedes escribirnos a teknautas@elconfidencial.com y te responderemos lo antes posible.

Si hablamos de fuerza bruta, la Xbox Series X es la consola más poderosa jamás creada. Solo la superan algunos ordenadores para 'gaming'. Cuenta con 12 teraflops de potencia gráfica. En este apartado le gana la partida a la PS5 (10,28TB). Sobre el papel esto significa que tendremos mejores gráficos y mejor rendimiento cuando se muevan juegos a máximo resolución. Pero cabe recordar que todo esto es sobre el papel, hay que esperar a ver comparativas de títulos exigentes para ver si estas diferencias son notables o no con los actuales juegos que hay en el mercado. Sin embargo, habrá que esperar para ver creaciones que aprovechen todo el potencial de esta nueva hornada de aparatos, que a día de hoy el catálogo, en ambos casos, está copado de juegos intergeneracionales y hay que dar tiempo a los estudios para que conozcan al dedillo cada máquina.

Las dos grandes diferencias entre la Series X y la Series S: el lector, la resolución y la memoria

En el caso de la Xbox Series X hay que sumarle 16GB de RAM. Una combinación que promete poder sin ningún problema los títulos en 2160p a 120fps. Que puedas disfrutar de esto no solo depende de la máquina, sino también de las capacidades de tu televisor o de tu monitor. Es lo mismo que cuando te compras un Fire Stick. Es probable que pueda deglutir 4K, pero si no tienes un panel de esa resolución sirve de poco. Se supone que la Xbox Series X también podrá mostrar juegos en 8K el día de mañana, algo que dependerá de los estudios hacer realidad, si es que algún día llega a ser algo más que una excepción. Yo he tenido la oportunidad de probar la Xbox en una tele UHD compatible con la tasa de refresco de 120fps. Obviamente es algo sin lo que se puede vivir, pero es un auténtico gustazo ver lo fluido y suave que se ve todo.

La memoria interna en la Xbox Series X es de 1TB (ahora depende de una SSD y no de un disco duro mecánico) aunque a esa cifra que descontar el software ya instalado. A nuestra disposición tenemos 802GB. Unos guarismos que hacen que sea la máquina con el mayor almacenamiento nativo que se puede comprar adía de hoy. Si esa cifra te resulta corta, se puede ampliar. Para ello podemos optar por la tarjeta externa creada en conjunto con Seagate y optimizada para la plataforma o tirar de un disco duro externo que se conecte con puerto USB.

Sin enredarnos en muchos más vericuetos técnicos, cabe concluir tras esta sarta de especificaciones, que el rendimiento de la Xbox Series X está a la altura de lo que se espera. Yo lo he notado todo extremadamente ligero. Las transiciones, la carga de los juegos e incluso las descargas. ¿Se ha calentado? Me ha costado detectarlo, pero después de alguna sesión larga de juego sí que he notado que la temperatura ha subido ligeramente.

¿Por qué digo que me ha costado detectarlo? Porque la máquina es tan silenciosa que no me ha dado en ningún momento pistas de que podía estar sudando la gota gorda. De todas formas cabe decir que no ha sido nada preocupante. Prácticamente cualquier móvil de los que he probado este año se han calentado más que esta consola. La mayor crítica que se puede hacer a esta carta de servicios es la ausencia de Wifi 6, un estándar que promete ser la norma en los próximos cursos y que permite obtener mayor velocidad de subida y de bajada con nuestro 'router' de casa.

La Xbox Series S es bastante menos poderosa. Esto no significa, según indican las pruebas realizadas, que ofrezca un rendimiento deficiente, a pesar de tener una gráfica más discreta (cuatro teraflops) y solo 10GB de RAM, seis menos que su hermana mayor. No se puede olvidar, que en términos de resolución, es mucho menos ambiciosa. Solo aspira a mover juegos en 1400p. No es lo mismo levantar cien, que 25 kilos en el gimnasio. Pues aquí exactamente lo mismo.

placeholder La Xbox Series S y la Xbox Series X. (Foto: Microsoft)
La Xbox Series S y la Xbox Series X. (Foto: Microsoft)

En el caso de la versión más asequible lo que más reparos me genera es que tenga la mitad de memoria interna. Solo maneja 512GB. Algo que resulta corto para un dispositivo que no cuenta con lector de Blu-ray y en el que todo es digital. Esto puede tener más lógica si se tiene en cuenta que Microsoft quiere apostar fuerte por XCloud, el proyecto de juego en línea que no exigirá descarga alguna. Aun así, siempre puedes recurrir a un almacenamiento externo.

En lo que se refiere al audio cabe destacar que ambas Xbox soportan Dolby Digital 5.1, DTS 5.1 y Dolby Atmos True HD para ofrecer sonido con matices espaciales siempre que tengas un equipo compatible.

Un mando continuista

Hay cosas en las que Microsoft ha decidido hacer los mínimos cambios posibles. Un buen ejemplo es el mando que se incluye, muy continuista. Particularmente me ha resultado cómodo para jugar, con un agarre agradable y suficiente recorrido tanto en los gatillos como en los botones. Era un buen mando y lo sigue siendo. Si funciona, ¿por qué tocarlo más que para lo necesario? La pega que se le puede sacar es la de tener que utilizar pilas. Sí, pilas en 2020. También es cierto que así no tendrás que estar cargando cada dos por tres el mando. Puedes optar también por unas pilas recargables e incluso ponerle una batería. Cuestión de prioridades y gustos.

Las dos novedades principales en el control, además de un acabado más aspero, son la cruceta colocada en la parte izquierda, así como el botón 'Share', que nos permite capturar rápidamente fotos y vídeos de la pantalla y compartirlas desde el móvil. La Xbox, como cada vez más aparatos del mercado, se apoyan en una app de móvil tanto para la configuración como para la gestión de ciertos aspectos diarios. Me parece algo lógico y práctico.

En mi caso ha sido muy cómodo a la hora de buscar juegos en Game Pass o buscar los perfiles de algunos de mis amigos. La interfaz también mantiene de momento el espíritu de la anterior generación. Si vienes de una Xbox One no encontrarás diferencias notables y si vienes de otra plataforma, como Nintendo o PlayStation, sí que se te puede hacer rara la jerarquización pero rápidamente te acostumbras. Sin embargo, en las próximas semanas llegará una actualización que dará un nuevo aire a los menús.

placeholder Foto: Xbox.
Foto: Xbox.

El valor de los detalles

Muchas veces son los pequeños detalles los que marcan la diferencia. Y ahí Microsoft se ha sacado un buen as de la manga. Se llama 'Quick Resume', que en una traducción tosca sería algo así 'Reanudación Rápida'. Básicamente lo que hace es que cuando el juego sea compatible con esta función, podrás reanudar la partida exactamente donde la dejaste, sin que tengas que navegar por menús de inicio de juego ni cargar partidas.

Puede parecer algo sin importancia, pero 'Quick Resume' facilita mucho el día a día

Tampoco hay que guardarlos previamente. Es como si tuviésemos un botón de hibernación y lo dejases suspendido en segundo plano. Funciona con hasta doce títulos al mismo tiempo. Si el tiempo de carga ya es realmente bajo gracias a los componentes que tenemos bajo el capó, esta funcionalidad recorta aún más la espera, haciéndolo cosa de unos poquísimos segundos. Es uno de esos detalles pequeños, un cambio sutil, que sin embargo puede tener mucho impacto en la experiencia diaria de usar una consola. Eso y el guardado en la nube sin tener que pasar por caja son dos de las cosas que más me han agradado de esta consola.

Hasta aquí hemos repasado las grandes bazas técnicas de la nueva generación de Xbox, especialmente la de la Serie X, desde el punto de vista de los componentes. Ahora es momento de cortar el bacalao, de hablar de lo sustancial: el catálogo. Y aquí Microsoft nos da una de cal y otra de arena.

placeholder 'Quick resume' es una de las novedades de peso. Foto: M. Mc
'Quick resume' es una de las novedades de peso. Foto: M. Mc

Una transición larga

Conviene hacer un breve repaso de lo que ocurrió en la anterior generación. Sony le comió la tostada a su rival, entre otras cosas, por los exclusivos. Unos exclusivos que brillan por su ausencia en la nueva generación de consolas por el momento. Lo explicábamos al principio del artículo. Los nipones van a seguir alimentando a su comunidad de PS4 durante tiempo. Como muestra de esta situación un lunar: el 'Spiderman: Miles Morales' saldrá en diferentes ediciones dedicadas a la PS5 y a su predecesora. Algo que también ocurrirá en Xbox. Es decir, no habrá, de momento, títulos que solo se puedan jugar en las nuevas Xbox. Y tres cuartas partes de lo mismo en Sony.

Es decir, si estás pensando dar el salto desde una consola de anterior generación, en ningún caso la razón será tal título o tal otro. Tanto en los títulos exclusivos como en las producciones de terceros vamos a asistir a unos cursos de ver mucha creación intergeneracional. Ahí tenemos el 'Assassin´s Creed: Vallhala', el 'NBA 2K21' o el FIFA 21. Los veremos tanto en la Xbox Series X, se podrá descargar en la Series S, los tendremos en la PS5 y ya se puede adquirir para la Xbox One, la PS4 así como para la Switch. Obviamente cuando juegos estos títulos en una máquina como esta se van a sentir diferente y más lubricados gracias a las capacidades técnicas, tecnologías de imagen como DirectX Ray Tracing y la correspondiente optimización (aquí puedes consultar todos los juegos optimizados para Xbox Series S y Series X). No es lo mismo rodar a 100 por una autopista con un utilitario que con un coche de alta gama.

A Microsoft, solo le ha faltado preparar algún exclusivo para el estreno de su nueva generación

Es cierto que Sony ha tomado una ligera ventaja con el nuevo Spiderman, 'Sackboy' (también estará para su predecesora) o 'remake' del 'Demon Soul' para ir abriendo boca. En el caso de Microsoft no tenemos aún un reclamo similar, aunque cabría esperarlo teniendo en cuenta como han tirado de chequera en los últimos meses con compras tan sonadas como Zenimax, propietaria de Bethesda, responsable de juegos como 'Doom' o 'Fall Out'.

Ahora la agencia Bloomberg apunta que la compañía andaría de pesca en Japón, algo que podría traducirse en otra gran compra en los próximos meses. Hay que ver en qué se articula todo esto, pero es de esperar que tarde o temprano empiecen a salir 'hornadas' de exclusivos para esta consola. Mi consejo es que si puedes esperar unos meses para decidirte, mejor que mejor, que seguro que contamos con más información sobre novedades en este sentido.

Retrocompatibilidad y Game Pass

Aunque los exclusivos todavía parezca la asignatura pendiente, Microsoft tiene dos interesantes bazas para tratar de convencer a los indecisos para que no se vayan o repitan con Sony. Por una parte, la retrocompatibilidad. Esta palabra no significa otra cosa que los juegos de la primera Xbox, la 360 o la Xbox One podrán utilizarse en las nuevas Xbox, a excepción de los que necesiten el accesorio Kinect. Es decir será una retrocompatibilidad casi total. Los títulos más antiguos se beneficiarán de Auto HDR. Un videojuego que se estrenase antes de que esta tecnología de color fuese la norma, se verá mucho más vivo gracias a esta funcionalidad.

Esta retrocompatibilidad nos permitirá hacer uso de nuestra colección si ya hemos tenido una consola de Microsoft, cazar gangas en el mercado de segunda mano o pillar juegos de otras temporadas a precio de saldo en la tienda digital. La retrocompatibilidad también será aplicable a los mandos antiguos, algo que no ocurre con la PS5, donde los 'dualshock' de la PS4 solo se podrán utilizar para juegos de esa generación.

placeholder El 'Assasin's Creed: Vallhalla', uno de los grandes juegos que estará presente en las nuevas y las viejas Xbox y PlayStarions. Foto: Ubisoft.
El 'Assasin's Creed: Vallhalla', uno de los grandes juegos que estará presente en las nuevas y las viejas Xbox y PlayStarions. Foto: Ubisoft.

La otra gran baza de Microsoft es Game Pass. Hay veces que la comparativa con el modelo de Netflix es forzada o exagerada, pero aquí no. Por un pago de 9,99 euros al mes, nos ofrece una barra libre con más de un centenar y medio de títulos que podrás instalar en tu consola para evitar así sufrir 'lags' u otros retrasos por jugar 'online'. Por sacarle una pega, al tener que almacenarlos en la memoria, es probable que si no controlamos lo que instalamos un día nos encontremos sin espacio (por eso chirrían los 512GB de serie de la Xbox Series S)

¿Qué juegos nos encontramos aquí? Pues nos encontramos algunos pesos pesados como 'Doom Eternal', 'Halo', la saga 'Yakuza', 'DayZ' o 'Moonligther', entre muchos otros. También podemos acceder a un gran número de títulos 'indie' y de corte más casual o algunos clásicos como el 'Día del tentáculo' o el 'Grim Fandango', dos de las mejores aventuras gráficas de nuestra infancia y adolescencia. Puedes consultar todo el catálogo aquí.

Con el paso del tiempo iremos viendo como se incluyen algunas de las creaciones más esperadas de Microsoft (como 'Halo Infinite' o 'Forza 8'), aunque hay que ver cuánto tiempo pasa entre su estreno comercial y su inclusión en esta tarifa plana. Si optamos por el paquete 'Ultimate' (12,99 euros) tendremos, entre otras ventajas, acceso también al catálogo de EA. Otro detalle es que podemos disfrutar de 'modo offline', es decir almacenar los juegos durante 30 dias sin necesidad de iniciar sesión. Sony también tiene un servicio parecido, PS Now, que a día de hoy está todavía un paso por detrás. Si en los exclusivos ganaba Sony, la delantera en lo de la tarifa plana es cosa de Microsoft.

¿Merece la pena la Xbox Series X?

Tras toda esta presentación es probable que te estés preguntando, si es que te has decidido por una Xbox, cuál de las dos comprarte. La gran duda a resolver es si necesitas el lector físico y si el 4K es algo imprescindible para ti. Si eres de los que quieres lo mejor en términos de rendimiento y en términos de calidad de imagen, la compra obligada es la de la Series X, aunque eso suponga dejarte 499 euros. Si tienes una buena biblioteca de juegos en formato físico porque has tenido una Xbox One o una Xbox 360 y quieres seguir aprovechándola el modelo superior también es compra obligatorio porque es el que tiene lector de discos.

placeholder Foto: M. Mc.
Foto: M. Mc.

La Xbox Series S puede parecer una muy buena opción. Y probablemente lo sea en más de un caso. ¿Por qué? Porque, por apenas 300 euros, vas a tener una puerta de entrada a la nueva generación, así como al Game Pass y gangas en formato digital bien de Xbox One o de 360.

Eso sí hay que ser conscientes de las renuncias, para que ese ahorro no se acabe convirtiendo en un amargo caramelito con el paso del tiempo. El gran sacrificio será un rendimiento algo más discreto y una imagen más modesta. Quizás ahora no tengas una tele 4K y te de igual, pero igual dentro de tres años sí la tengas. Hay que mirarlo en perspectiva.

No hay que obviar la posibilidad de 'revender' los juegos físicos o comprarlos de segunda mano, algo muy habitual entre gran parte del público. Es posible que nos perdamos ofertas o tarden más en llegar, ya que en formato tradicional siempre nos encontramos ofertas de diferentes proveedores. En la Series S vas a depender en exclusiva de la tienda digital de Microsoft, con todo lo que ello con ello conlleva.

Obviamente a las compañías les interesa más caminar hacia este modelo, que elimina intermediarios físicos pero el mercado, con todas sus costumbres, parece aún reacio a dar este salto. No es menos cierto que el Game Pass puede suponer un antes y un después. Pero para muchos esos 200 euros de diferencia, acabarán resultando una inversión cuyos frutos se acabarán paladeando con el paso del tiempo.

Si la duda que tienes es si debes optar por la PS5 o la Xbox Series X, cabe decir que aquí la respuesta es la de siempre. Todo depende de lo que te guste y lo que quieras. Obviamente Sony tiene algunos reclamos como es el 'Spiderman' y seguro que en un futuro llegan otras franquicias propias de éxito como lo han sido juegazos como 'The Last of US II'. En Xbox, quizás algo por detrás de su rival, vas a tener, entre otras cosas, los 'Forza' o los 'Halo'. Sin embargo, Microsoft en esta ocasión parece mucho mejor preparada para aguantarle el pulso a Sony que lo que estuvo en la anterior generación. Sea cual sea tu decisión, será una gran compra.

La llegada de una nueva consola no significa en absoluto que las anteriores empiecen a descuidarse, que se desenchufen y sean abandonadas a su suerte. Un buen ejemplo de esto es la PS4, que más de uno compró durante la primera ola de la pandemia, a la que se seguirá brindando soporte (cuenta con una comunidad de 110 millones largos de usuarios) con nuevos juegos y actualizaciones "unos tres o cuatro años" tras la llegada de la PS5. La aparición de una nueva generación, algo que ocurre cada seis o siete años, no es algo estático.

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