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He probado la fibra óptica de plástico: bienvenidos al final del cable de red
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Desterrando PLCs y cable ethernet

He probado la fibra óptica de plástico: bienvenidos al final del cable de red

Opciones para llevar internet por dentro de un hogar u oficina hay muchas, pero no que lleven el 100% de la velocidad. ¿Será la fibra óptica de plástico la alternativa definitiva?

Foto: Conversor de fibra óptica plástica. (Foto: Mikel Cid)
Conversor de fibra óptica plástica. (Foto: Mikel Cid)

A pesar de que los routers de los operadores avanzan y mejoran en cobertura y velocidad, en paralelo a las propias conexiones, tener cobertura plena en todo un hogar y oficina no es una tarea sencilla. Repetidores WiFi, PLCs o tirar de cable de red por el interior de las paredes (o por fuera) son las opciones más habituales. Pero ninguna de ellas lleva el 100% de la velocidad que tendríamos de estar enganchados por un cable (corto) directamente al router.

La fibra óptica de plástico es una opción que ya exploró allá por 2017 Movistar en España. Por entonces el operador puso en marcha un proyecto piloto para instalar en los hogares de sus clientes esta alternativa que prometía poder llevar 1 Gbps hasta a 50 metros de distancia sin pérdidas. Aquel piloto no se trasladó a la oferta comercial de Movistar, pero cualquiera puede comprar a día de hoy un kit de instalación de fibra óptica plástica para instalarla en su casa. Con un kit de la marca Actelser nos hemos hecho nosotros, para comprobar si de verdad es la mejor opción para cablear un hogar.

Foto: (Foto: Tetra Images/Corbis)

El kit habitual para instalar fibra óptica de plástico lo componen dos conversores, cajas que entran en la palma de una mano, con sus correspondientes enchufes y cables de red, y por supuestola fibra óptica plástica. Lo normal es que el kit incluya al menos 20 metros de fibra, pero hay kits con más metros, para quien vaya a recorrer una distancia mayor con él. No falta en el kit la única herramienta necesaria para poder hacer la instalación: el cutter. El kit más barato (desde unos 160 euros) ofrece una conexión de red saliente, para conectar un dispositivo, pero hay kits que traen conversores con hasta cuatro conexiones de red, para poder conectar varios dispositivos, o con repetidores WiFi incluidos.

Instalación fácil, sencilla y para toda la familia

placeholder kit de fibra óptica de plástico. (Foto: Mikel Cid)
kit de fibra óptica de plástico. (Foto: Mikel Cid)


Instalar un PLC o un repetidor WiFi no tiene mucho misterio, poco más que hacer hay que enchufarlos a la corriente. Otra cosa es que obtengamos el resultado esperado. Ahora, instalar un cable ya implica más trabajo, aunque no necesariamente tiene que ser mucho más complicado. Spoiler: para mis pruebas no me he puesto a buscar el recorrido por dentro de las paredes, son pruebas y no merece la pena, pero lo suyo sería llevar la fibra por dentro de los conductos de la electricidad. De hecho, el cable de red no se puede, legalmente, llevar por conductos de electricidad, mientras que la fibra sí.

El kit de Actelser viene con un manual, la verdad no muy extenso porque no son tantos los pasos a llevar a cabo para completar la instalación. El primer paso pasa por situar uno de los conversores al lado del router del operador o neutro que tengamos, conectándolo mediante un cable de red a cualquiera de las salidas. Una vez hecho esto, por el otro lado del conversor hay que conectar la fibra óptica plástica. Un corte en el extremo de esta con el cutter, que tiene un agujero especifico por el que pasar la fibra para el corte, y separar ambos hilos introduciéndola por otro de los agujeros, es todo lo necesario.

La instalación es realmente sencilla, no requiere de conocimientos técnicos

Preparada la fibra, ya solo queda introducirla en el conector del conversor, que no tiene mucho misterio: introducirla todo lo que se pueda y apretar el conector hacia dentro. Si todo va bien, veremos en el otro extremo de la fibra como uno de los dos hilos de la fibra transmite una luz roja. Ahora toca tirar el cable hasta el punto a donde queramos llevar la conexión. La fibra óptica de plástico tiene el grosor aproximado de un cable de los de teléfono de toda la vida, por lo que pasarlo por conductos no supone ningún problema, siempre que tengamos una guía o un cable a reemplazar con la que llevarla por el recorrido.

Tirado el cable por el pasillo que conecta mi salón (donde tengo el router de Movistar) con mi despacho, sólo falta rematar la tarea, conectando el otro conversor. Cortar la fibra, separar ambos hilos y ojo, aquí es importante buscar cuál de los agujeros es el receptor de la señal (señalado con una R) para conectar en él el hilo de la fibra que está transmitiendo la señal, con la luz roja. La comprobación de que todo funciona como debe pasa por un led verde en el conector de la fibra del conversor: si se enciende todo está listo. Si no es así, o no hemos apretado del todo alguno de los extremos o hemos conectado el hilo que transmite la señal en el agujero incorrecto.

Más de 900 Mbps en mi despacho

placeholder La luz roja indica que se está transmitiendo señal. (Foto: Mikel Cid)
La luz roja indica que se está transmitiendo señal. (Foto: Mikel Cid)

Hecha la instalación dejando la fibra tirada por el suelo, algo que no lleva más de 15 minutos, llega la hora de la verdad. Conectado el conversor del despacho a la corriente, sólo falta conectarlo mediante el cable de red al ordenador y comprobar la velocidad que llega a este extremo. Mencionar que aunque entre ambos lugares, donde tengo el router de Movistar (el HGU) y el ordenador, no hay ni 10 metros, la fibra que he conectado es todo el rollo, de unos 20 metros, por no asumir posibles riesgos de que la corte mal o lo que sea.

Mi conexión de casa es de 1 Gbps desde que recientemente Movistar subió la velocidad desde 600 Mbps, subida de precio mediante. Mediante el cable de red que tengo entre ambos puntos, tirado por donde no debería ir, no llego a 100 Mbps de bajada y de subida. Es más, haciendo este artículo me he dado cuenta de que tengo más velocidad conectado por WiFi, más de 200 Mbps en ambos sentidos. Algo tendría que hacer con ese cable de red pero ya se sabe, en casa de herrero, cuchillo de palo.

Comprobado, la fibra óptica plástica es capaz de llevar todo el ancho de banda


¿Y con la fibra óptica de plástico? Se hizo la luz: más de 900 Mbps de bajada y casi 900 Mbps de subida. Ni punto de comparación. Anotar aquí que alcanzar 1 Gbps es imposible a día de hoy ni estando conectado por un cable de red de medio metro al mismo router por las limitaciones del propio router y de los equipos más habituales. El ping es igualmente bajo, de 6 o 7 milisegundos, y la conexión es totalmente estable, no hay microcortes ni mayores inconvenientes para poder trabajar.

En función del kit comprado se puede conectar un solo dispositivo por cable, varios o incluso colocar un repetidor WiFi, que dará mejor resultado que repitiendo una señal WiFi, sin tener conexión por cable. Claro que todo esto tiene un precio, desde 160 euros el pack con conversores de una sola conexión y 20 metros de fibra. ¿Merece la pena? Dependerá del uso que le dé cada uno a su conexión, pero al menos para teletrabajadores o streamers que quieren recibir en su despacho/box toda la velocidad de su conexión, la fibra óptica plástica es una inversión rentable.

A pesar de que los routers de los operadores avanzan y mejoran en cobertura y velocidad, en paralelo a las propias conexiones, tener cobertura plena en todo un hogar y oficina no es una tarea sencilla. Repetidores WiFi, PLCs o tirar de cable de red por el interior de las paredes (o por fuera) son las opciones más habituales. Pero ninguna de ellas lleva el 100% de la velocidad que tendríamos de estar enganchados por un cable (corto) directamente al router.

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