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La razón por la que la venta de estos peculiares tanques israelíes ha acabado siendo un culebrón
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LAS CLAVES TRAS LOS MERKAVA

La razón por la que la venta de estos peculiares tanques israelíes ha acabado siendo un culebrón

Uno de los últimos culebrones en la industria militar gira en torno a un carro de combate no demasiado conocido, pero muy particular. Se trata del Merkava israelí, y esto es lo que le ha puesto bajo el foco

Foto: Tanques israelíes Merkava 4 durante un entrenamiento militar en la frontera entre Israel y Siria, en 2021. (EFE/EPA/Atef Safadi)
Tanques israelíes Merkava 4 durante un entrenamiento militar en la frontera entre Israel y Siria, en 2021. (EFE/EPA/Atef Safadi)
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La guerra de Ucrania está dando para mucho, y no solo en el plano militar, sino también en el político e industrial. Uno de los culebrones más recientes ha acabado afectando a países tan dispares como República Checa, Marruecos, Chipre e Israel. En una carambola digna de campeonato de billar, hasta Ucrania se ha visto salpicada, aunque por ahora no parece que vaya a pasar de ahí. Todo gira entorno a un carro de combate no demasiado conocido, pero sí muy particular: el Merkava israelí.

Foto: Obuses M777 utilizando municiones guiadas M982 Excalibur. (USMC)

La experiencia de Israel con grandes blindados viene de lejos. Por las manos de sus carristas han pasado desde el M4 Sherman y el Centurión a los omnipresentes M-48 y M-60, todos ellos con diferentes modificaciones locales, algunas bastante originales. No termina ahí la cosa, pues a raíz de sus guerras con los árabes, capturaron un buen número de ejemplares de origen ruso, que también fueron adaptados y utilizados. Sin embargo, su primer tanque autóctono ha sido y sigue siendo el Merkava.

Pese a que la industria militar de aquel país goza de extraordinaria salud y exporta a muchos países, el Merkava nunca, hasta ahora, había sido exportado. Por eso, unas declaraciones del general retirado Yair Koles, jefe de la división de exportaciones del Ministerio de Defensa, durante una entrevista han generado una gran expectación. No era para menos, pues al ser preguntado por una posible exportación de este modelo, respondió que "hay dos países potenciales con los que estamos llevando a cabo negociaciones avanzadas". "Tengo prohibido mencionarlos, pero uno de ellos está en Europa continental", deslizó.

El enredo tras la venta

A partir de aquí, analistas, expertos y opinadores vertieron todo tipo de especulaciones en medios y redes sociales sobre la identidad de estos dos países y, cómo no, salió a relucir Ucrania como un posible destino. La idea de ver los carros judíos volviendo a combatir con sus viejos antagonistas de origen soviético, ahora en los campos ucranianos, desató infinitas y sugerentes fantasías.

La misteriosa venta se sustenta por el hecho de que el ejército israelí está reemplazando su flota de Merkava, dando de baja las versiones más antiguas y poniendo en su lugar las modernas. Además de quedarse con mejores unidades como reserva, esto supone que se genere un importante stock de excedentes de las variantes Merkava II y III.

placeholder Merkava Mk II en un museo israelí. (Bukvoed)
Merkava Mk II en un museo israelí. (Bukvoed)

Como posibles destinatarios se mencionaron multitud de países. Algunos, con bastante más sentido que otros. Por ejemplo, se habló de Filipinas y la justificación era que ya contaban con dos vehículos lanzapuentes basados en la barcaza del Merkava IV. En realidad, resulta poco lógico dotarse de semejantes medios pesados cuando acaban de adquirir los blindados ligeros Sabrah, con barcaza española Ascod y torre israelí.

También se habló de algún otro país europeo, aunque como parada intermedia, pues de ahí pasarían, según esas especulaciones, a Ucrania. Entre esos países se citó en alguna ocasión la República Checa y no deja de ser curioso porque, como veremos, algo han tenido que ver. Al final, lo que se empieza a dar por seguro es que el destinatario europeo mencionado será Chipre, mientras que el otro país tiene toda la pinta de ser Marruecos. Eso ha hecho que Ucrania sea una posibilidad cada vez más remota.

Un diseño diferente

El Merkava es una familia de blindados que ha ido en constante evolución, por lo que las primeras versiones son muy diferentes a las últimas en cuanto a peso, armamento y protección. Se comenzó a desarrollar en los años setenta, pero no entró en servicio hasta prácticamente entrados en los ochenta. Es un diseño que, desde sus inicios, ha despertado mucha curiosidad por tener características muy diferentes de otros vehículos similares.

Israel siempre se ha caracterizado por diseñar sus armas con una clarísima orientación hacia sus necesidades específicas, y este carro es un buen ejemplo. Su concepto es radicalmente distinto al de cualquier otro carro de combate. Si lo normal es que sus barcazas tengan el motor atrás y la torre en posición adelantada, el modelo judío es justo lo contrario: una gran barcaza con el motor adelante y con la torre muy retrasada.

placeholder Merkava III con la modernización Baz. (Michael Mass)
Merkava III con la modernización Baz. (Michael Mass)

El porqué de esta diferencia hay que buscarlo en el hecho de que se diseñó para sobrevivir en un combate que, en buena parte, se iba a desarrollar en entornos urbanos o desde posiciones defensivas. Por ello, y porque para Israel es importante la supervivencia de unas tripulaciones que son escasas, colocó el motor adelante, suponiendo una defensa adicional. Además, siempre ha sido un vehículo muy bien protegido y, por ello, los pesos se han mantenido en valores altos desde sus primeras versiones. Sin ir más lejos, el Merkava I —también se les denomina Merkava Mk I— ya estaba en 61 toneladas, cuando otros desarrollos de los años ochenta, como el Leopard 2A4, se movía en las 55 toneladas.

La siguiente característica distintiva es que, al llevar el motor adelante y ser de grandes dimensiones, dispone de un compartimento para personal que se comunica con la cámara de combate y con la cesta interior de la torre. A esta cámara se accede por una puerta blindada abatible en su parte trasera. En este compartimento podría ir un pelotón de fusileros o varios heridos, aunque no era lo más normal ya que, para ello, se deberían desmontar los almacenes de munición y otros equipos.

Este espacio, sin embargo, sí dio muy buenos resultados al utilizarse el Merkava como elemento para evacuar a tripulaciones de blindados inmovilizados o personal herido bajo el fuego enemigo. En definitiva, se trataba de un carro de combate, pero con el diseño típico de los vehículos de combate de infantería, VCI o IFV (Infantry Fighting Vehicle), como el Pizarro o Bradley, donde la necesidad de contar con el espacio interior para la tropa, obligaba a colocar el motor delante.

placeholder Merkava IV durante unos entrenamientos cercanos a la frontera entre Siria e Israel, en 2021. (EFE/EPA/Atef Safadi)
Merkava IV durante unos entrenamientos cercanos a la frontera entre Siria e Israel, en 2021. (EFE/EPA/Atef Safadi)

La familia ha evolucionado mucho y cuenta con cuatro —cinco, en realidad— versiones principales, aunque cada una de ellas tiene diversas variaciones tras sucesivas modernizaciones y mejoras. El armamento también ha sido un aspecto interesante. Las dos primeras versiones, Mk I y II, tenían como arma principal un cañón de 105 mm y ánima rayada, una versión fabricada bajo licencia del norteamericano M68 (el cañón de los M-60, por ejemplo) y que a su vez era un derivado de un diseño británico. Ya en los años ochenta era un arma poco potente frente a los de 120 mm y ánima lisa que ya montaban los Leopard 2. Además, contaba con varias ametralladoras y, otra gran curiosidad, un mortero de 60 mm, utilizado en principio para disparar granadas fumígenas o rompedoras contra infantería enemiga.

A partir del Merkava IID (tercera evolución del Mk II) se utilizan blindajes modulares y a partir del Mk III el cañón pasa a ser de 120 mm, el peso se eleva a 65 toneladas y se introducen sistemas más eficaces tanto en ópticas como en dirección de tiro. Las más modernas versiones son el Merkava IV y el IV Barak, última evolución que también se suele denominar como Merkava V. Las mejoras vienen en todos los campos y, además de nueva planta motriz y blindajes muy mejorados, incorpora defensas activas con el sistema Trophy de fabricación autóctona —que pasa por ser el mejor del mundo— ópticas de última generación, etc.

placeholder Interesante imagen de la parte trasera de un Merkava, con la puerta abierta tras haber sido municionado. (IDF)
Interesante imagen de la parte trasera de un Merkava, con la puerta abierta tras haber sido municionado. (IDF)

¿Qué es lo que vende Israel?

La venta, que rondaría los 200 ejemplares, tiene todo el sentido que fuese un grueso de MK II y una parte menor de Mk III, obviamente de las variantes menos evolucionadas. La pregunta ahora es: ¿cómo encaja esto en los destinatarios?

Chipre ha confirmado que hay negociaciones muy avanzadas. Ellos disponen de carros T-80 de versiones modernas y comprados a Rusia, más un remanente de entre 50 y 60 anticuados AMX-30 franceses, un carro que estuvo en España y que monta un cañón de 105 mm. Es muy dudoso que vayan a estas alturas a deshacerse de unos T-80 en bastante buen estado, cuando los AMX-30 tienen cada día más cerca el museo o el soplete. Por ello, sería muy probable que lo que vayan a recibir sea alrededor de 60 unidades de la versión Mk II.

placeholder Los AMX-30 chipriotas. (Lázaros Mavros)
Los AMX-30 chipriotas. (Lázaros Mavros)

El caso de Marruecos es mucho más complejo, ya que adquirió alrededor de 160 ejemplares del T-72, la mayor parte eran de la versión B, a Bielorrusia entre 1999 y 2000. Se trataba de la versión con blindaje incrementado en el frontal de la torre, fácil de distinguir por ser muy abultado y por lo que en Norteamérica recibieron el apodo de Super Dolly Parton. Se pueden imaginar por qué.

Cierto número de ellos —no hay datos fiables— se estaban modernizando en la República Checa por la empresa Excalibur, que también trabajaba con 12 ejemplares adicionales que habían vendido a Marruecos. Pero eso era antes de la guerra. Con la contienda iniciada, el paquete de T-72 marroquíes era una golosina demasiado tentadora y acabó en Ucrania.

placeholder Un T-72 capturado por las tropas rusas en Ucrania. (Reuters/Serhii Nuzhnenko)
Un T-72 capturado por las tropas rusas en Ucrania. (Reuters/Serhii Nuzhnenko)

Fue una transferencia en la que el reino alauita habla de incumplimiento de contrato o no autorizada, pero que resulta poco –por no decir nada– creíble. ¿Se imagina alguien que una empresa que esté modernizando armamento lo venda sin el consentimiento del dueño? Que fue algo pactado nos lo aclara el hecho de que Marruecos se comprometiera el año pasado en apoyar a Kiev —fue el primer país africano en hacerlo—, facilitando recambios para los T-72 ucranianos.

Todo apunta a que esta probable venta sea una compensación por aquellos T-72 que acabaron disparando a los rusos. Una operación, como es obvio, auspiciada y avalada por Estados Unidos, que muy probablemente sea quien pague la factura de los israelíes. De ser todo así, Marruecos se haría con un paquete de Merkava que —y esto es mera especulación— bien podría ser de unos 60 Mk III y 80 Mk II.

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Desde el punto de vista marroquí, el resultado plantea dudas. El Merkava III es un buen carro, con cañón de 120 mm y muy bien protegido. Aunque no se trate de las últimas evoluciones, es superior a los T-72B exbielorrusos y un contendiente peligroso, por ejemplo, frente a los blindados que España tiene en Ceuta y Melilla, que recordemos son Leopard 2A4. El Mk II es otra cuestión. Más antiguo, con blindajes menos modernos y un cañón de 105 mm, es ya hoy en día de segunda división, aunque podrán reemplazar en parte a sus vetustos M-48 y M-60 y podrían dar juego en tareas secundarias.

Además del tema del adiestramiento, la pesadilla, como ya es costumbre allí, le llegará al responsable de la logística. Se encontrará con nada menos que seis modelos de carro de combate, muy diferentes entre ellos, algunos en varias versiones y, para remate, de procedencias tan dispares como norteamericanos, rusos, chinos y, ahora, israelíes. Por supuesto, con cañones de tres calibres diferentes y municiones no compatibles entre ellos. Un panorama perfecto.

La guerra de Ucrania está dando para mucho, y no solo en el plano militar, sino también en el político e industrial. Uno de los culebrones más recientes ha acabado afectando a países tan dispares como República Checa, Marruecos, Chipre e Israel. En una carambola digna de campeonato de billar, hasta Ucrania se ha visto salpicada, aunque por ahora no parece que vaya a pasar de ahí. Todo gira entorno a un carro de combate no demasiado conocido, pero sí muy particular: el Merkava israelí.

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