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El nuevo 'tanque-puente': EEUU relanza el blindado más extraño nacido en la IIGM
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El nuevo 'tanque-puente': EEUU relanza el blindado más extraño nacido en la IIGM

Su misión es tender un puente que permita salvar un obstáculo, bien sea natural, como el cauce de un río o artificial, como una trinchera o un foso ‘antitanque’

Foto: M1074 JABS. Foto: Leonardo.
M1074 JABS. Foto: Leonardo.

Los Estados Unidos, en este caso su ‘Army’, equivalente a nuestro Ejército de Tierra, realizan una constante renovación de su material. Cuando un equipo o sistema aún se encuentra en plena vida operativa, ya se está trabajando para buscar su sustituto. Es la forma de asegurarse, a base de invertir recursos, de estar siempre en primera línea tecnológica. Ahora le toca el turno a uno de los tipos de vehículo más peculiares y más especializados: los carros lanzapuentes.

Foto: F-35I Adir (IDF)

Dentro del mundo de los blindados de cadenas y carros de combate, ‘tanques’ en lenguaje coloquial, la variedad de modelos, tipos, modificaciones y versiones para cometidos específicos, es enorme. Dentro de estos últimos destacan por sus singulares características aquellos destinados a las unidades de zapadores e ingenieros, que son las unidades militares encargadas de realizar trabajos sobre el campo de batalla.

Quizás sea este el trabajo más difícil, arriesgado y crítico de todas las unidades militares. Los zapadores, con sus medios especiales, deben preparar el camino a los carros de combate o elementos mecanizados, abrir brechas en campos de minas, demoler obstáculos y salvar accidentes del terreno. Todo ello, en muchas ocasiones, bajo un fuego enemigo que tratará de impedir su trabajo. Para ello cuentan con unos vehículos muy sofisticados, protegidos y adaptados a cada cometido particular, uno de los cuales son los vehículos que despliegan puentes portátiles.

El carro lanzapuentes

Como su nombre indica, se trata de un vehículo muy especializado cuya misión es tender un puente que permita salvar un obstáculo, bien sea natural, como el cauce de un río o artificial, como una trinchera o un foso ‘antitanque’. La idea, lejos de ser nueva, nace poco después del propio carro blindado. Ya en la Primera Guerra Mundial, donde aparece por sorpresa en la Ofensiva del Somme en septiembre de 1916, se empieza a descubrir que, a falta de armas eficaces para neutralizarle, lo mejor era dificultar su avance y, para contrarrestar las zanjas o trincheras profundas del enemigo, se empiezan a diseñar vehículos especiales.

placeholder Lanzapuentes Leguan con dos secciones de 14 metros. Foto: Krauss-Maffei Wegmann
Lanzapuentes Leguan con dos secciones de 14 metros. Foto: Krauss-Maffei Wegmann

Sin embargo, no sería hasta la Segunda Guerra Mundial que surgen verdaderos blindados de zapadores, preparados para salvar obstáculos. Así, ambos bandos modifican algunos de sus carros de combate para adaptarles al transporte y despliegue de puentes portátiles. Son por ejemplo los casos del alemán Brückenlegepanzer IV, a partir del chasis del Panzer IV Ausf D y usado sobre todo en los inicios de la contienda, los modelos británicos A13 Mk III Covenanter, basado en el chasis del carro Cruiser, el Valentine Bridgelayer (usando el casco del carro Valentine) y los modelos derivados del carro Churchill, que fueron muy utilizados durante el desembarco de Normandía. Allí resultaron vitales para vadear los estrechos y profundos ríos de la campiña normanda. Los rusos también utilizaron vehículos de este tipo, como el IT-28 usando el chasis del carro de combate T-28 e incluso los italianos, que fabricaron uno a partir de su carro ligero L-3.

Misma idea, mejor tecnología

La idea del carro lanzapuentes se mantiene igual que fue concebida, con los lógicos avances tecnológicos. La forma más barata de impedir (o al menos dificultar) el avance enemigo de unidades mecanizadas y blindadas, sigue siendo poner obstáculos como fosos anticarro y campos de minas o utilizar accidentes del terreno. Para el atacante es prioritario salvar esos obstáculos lo antes posible y continuar el avance.

Estos vehículos deberán ser capaces de seguir el ritmo del avance, por lo que siempre se han utilizado barcazas de carros de combate (desprovistos de su torre y armas) colocando encima la estructura y mecanismos de un puente que se pudiera disponer de forma rápida. Existen dos tipos principales de puente lanzable y algunas variantes. Los más extendidos son los denominados de ‘tijera’ y los ‘deslizantes’. Ambos consisten en un puente dividido en dos secciones. En el primer caso ambas secciones están unidas mediante una articulación y se despliega elevándose sobre la barcaza.

placeholder M60A1 AVLB. Foto:US Army
M60A1 AVLB. Foto:US Army

En el ‘deslizante’ ambas secciones se desplazan sobre la barcaza y encajan una con la otra antes de colocarse. El tipo de ‘tijera’ es más sencillo pero muy indiscreto, pues al desplegarlo ambas secciones forman una estructura elevada con una silueta visible desde lejos. El ‘deslizante’ es más complejo en su mecanismo, pero muy difícil de detectar, pues ninguna sección se levanta sobre el terreno. Otras variaciones son el modelo alemán de dos secciones independientes y varios modelos rusos en los que hay una sección central fija con los extremos articulados.

Modelos norteamericanos

El US Army venía utilizando desde hace 30 años el M60 AVLB (Armored Vehicle-Launched Bridge), basado en el famoso y extendido carro M-60. Utilizaba un puente del tipo ‘tijera’ de casi 20 metros de longitud. Fue un buen vehículo, pero al US Army se le quedaba pequeño. El problema es que retiraron los carros M60 a principios de los 90, siendo reemplazados por el M1 Abrams, más pesado pero con mucha mejor movilidad. Era habitual que los AVLB se quedaran atrás en movimientos rápidos.

Otro problema es que los Abrams no hacían más que crecer en peso y el puente era válido para vehículos hasta 70 toneladas, cuando las últimas versiones del M1 están ya en ese peso. Era necesaria su sustitución, pero no fue tan fácil. Para el nuevo modelo se utilizó entonces una barcaza de M1A2 con un sistema y puente ‘deslizante’ Leguan de origen alemán y entró en servicio en 2003. Se denominó M104 Wolverine y era un vehículo extraordinario. El puente era de 26 metros, pero mantenía el límite de 70 toneladas. Eso sí, llegaba donde los demás carros lo hacían y se encargaron más de 460 unidades. Sin embargo, tuvo mala suerte.

placeholder M-60 VLPD 2670E español del Batallón de Zapadores XII. Foto: Juanjo Fernández
M-60 VLPD 2670E español del Batallón de Zapadores XII. Foto: Juanjo Fernández

Por un lado, se produjeron una serie de recortes presupuestarios (el Wolverine era bastante caro), coincidió con la guerra de Iraq y Afganistán y se paró la producción con tan solo 44 ejemplares en servicio. Sin embargo, a la hora de requerirse un nuevo modelo, la limitación de peso ha supuesto un hándicap que ha llevado a la sustitución del Wolverine por el nuevo M1074 JABS (Joint Assault Bridge System).

Se trata de un impresionante vehículo diseñado y fabricado por Leonardo DRS Technologies. Utiliza la barcaza de un M1 pero con la suspensión de los M1A2 y con un motor mejorado al que se le han añadido además algunos de los elementos defensivos del paquete TUSK (Tank Urban Survivability Kit) como el blindaje reactivo. El puente es tipo MLC95, se ha vuelto al sistema de ‘tijera’ (el del M60 AVLB), tiene cerca de 20 metros de largo pero su límite de peso sube a más de 90 toneladas. Un puente que es capaz de desplegar en tan solo 3 minutos.

Del JABS se planean construir más de 330 y este mismo año se pone en plena producción. Pese a que es un vehículo bastante caro, supera los 2 millones de dólares cada uno, lo vale por su nivel de protección, su alta capacidad de movilidad y una automatización tal que el puente se despliega en modo automático con tan solo apretar un botón.

Otros países

Todos los ejércitos del mundo con material pesado disponen de este tipo de vehículos. De los que se dotan de material occidental muchos aún utilizan versiones del M60 AVLB, otros (un buen número) utilizan plataformas de carros alemanes Leopard 1 y Leopard 2 y los de material ruso lo hacen con los T-55, T-72 y T-90. También hay algunas versiones basadas en carros autóctonos, como las de Japón, utilizando su carro Type 91 o el británico Titán, sobre la barcaza del carro Challenger II.

La versión del Leopard 1 se denomina Biber, está dotado de un puente ‘deslizante’ de 20 metros, pero capaz tan solo de soportar entre 55 y 60 toneladas, lo que le deja hoy en día muy limitado. Mucho más moderno y capaz es el Panzerschnellbrücke Leguan derivado del Leopard II. Se trata de un magnífico lanzapuentes en servicio en 14 países. Despliega un puente de 26 metros o dos de 14, capaces para soportar el peso de vehículos de 80 toneladas.

Los modelos rusos basados en el T-55, MT-55 y MTU-20, ya están prácticamente en desuso. El primero ofrecía un puente tipo ‘tijera’ Mientras que el segundo es del tipo de sección central y extremos plegables. Los más modernos son los MTU-72 y MTU-90. El primero, sobre casco del T-72, es del tipo con sección central y extremos plegables con 20 metros de longitud y capacidad hasta 50 toneladas. En segundo utiliza el chasis del carro T-90 y dispone de un largo puente tipo ‘tijera’ con dos o tres secciones y con una longitud de 26 metros. Sin embargo, mantiene la limitación de peso de 50 toneladas.

placeholder MTU-72, sobre chasis de T-72 y capaz para 50 toneladas. Foto: Nizhniy Tagil
MTU-72, sobre chasis de T-72 y capaz para 50 toneladas. Foto: Nizhniy Tagil

En España ya es sabido que los vehículos de ingenieros y zapadores son otra de las muchas asignaturas pendientes, una situación quizás más sangrante que otras, pues se trata de tropas muy expuestas, cuyos vehículos actuales resultan inadecuados por estar obsoletos y carentes de protección. En cuanto a los lanzapuentes, el Ejército de Tierra dispone de 12 carros M-60 VLPD 26/70E. Se trata de una conversión nacional a partir de chasis de M-60A1. Utilizan un puente Leguan ‘deslizante’ de 26 metros, que se puede desplegar de forma automática. Es un vehículo que, aunque ha prestado un buen servicio, debe ser reemplazado lo antes posible por material más moderno.

El principal problema del M-60 VLPD radica en la debilidad de su barcaza. Además, su operación automática es delicada y se fundamenta en un correcto ajuste del sistema, que sufre en desplazamientos largos acompañando a unidades de carros. Existe un plan, de momento parado, de convertir algunas de las barcazas de los Leopard A4 ya fuera de servicio en vehículos para zapadores, incluyendo varios lanzapuentes, lo que sería una magnífica solución para un material ahora almacenado, pero todavía útil. Sin embargo, nos encontramos el problema de siempre, la falta de recursos para cubrir todas las necesidades.

Los Estados Unidos, en este caso su ‘Army’, equivalente a nuestro Ejército de Tierra, realizan una constante renovación de su material. Cuando un equipo o sistema aún se encuentra en plena vida operativa, ya se está trabajando para buscar su sustituto. Es la forma de asegurarse, a base de invertir recursos, de estar siempre en primera línea tecnológica. Ahora le toca el turno a uno de los tipos de vehículo más peculiares y más especializados: los carros lanzapuentes.

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